ELOGIO DE LA MODERACION / Ernesto De La Calle


A modo de ensayo

Quizás sea más fácil convertirse a la santidad, que dejar los hábitos.

Con lo cara que están las carnes y otros placeres "prohibidos" uno podría encaminarse sin mayor dificultad al menos a la beatificación y convertirse en un beato que vea todo peligroso, todo sucio, todo contraindicado.

Ahora si uno intenta, dejar un (1) hábito de conducta, pareciera que, además de uno mismo, todos se confabularan para que se abandone la noble causa.

Si uno sale a caminar, indefectiblemente varios confabuladores pararan sus autos para obligarlo a subir.

Si uno hace un esfuerzo mayor para abandonar la comida chatarra y las bebidas alcohólicas de mala calidad, no faltara quien lo invite a un pantagruélico asado o a una pizzeada humilde, pero ostentosa en calorías grasas y cerveza berreta ex made in Brasil.

Si una ya hace un esfuerzo superior y deja (esta vez te juro que para siempre!) el cigarrillo infame, cae una noche una amigo o amiga con el alma mancada que nos pide que lo banquemos en su catarsis, y por supuesto prende uno, dos, tres, dieciocho, etc. puchos hasta que nos dice " dale fumate uno y empezá otro día la abstinencia tabaquica. Otro día nunca llega, porque
siempre llega un gomia vicioso y enviciador a los dos días de ese otro día, y uno abandona una vez mas la opción de ser otro, distinto al que se es y ya lo viene cansando

Insisto, intentar la santidad puede resultar más factible que dejar un hábito. Solo que pese a la promesa de ganar el cielo uno avizora un aburrimiento delarruesco infernal que lo lleva a pactar con Satán al menos, consumir dosis moderadas de los poco saludables vicios terrenales y
convertirse en un moderado.

E aquí el triunfo. La moderación recoge elogios en todos los ámbitos, desde la política hasta la vestimenta. Aunque a veces, colijo que puede ser la jactancia de los hiperequilibrados que suelen ser gente que guardan bajo el poncho el puñal de algunas de la perversiones más execrables..

Dada así las cosas podríamos concluir que un de los mejores caminos es andar por la vida haciéndole caso a la mitad de las cosas de Oscar Wilde y la mitad de San Agustín

Porque, confesmos: hay que ser inhumanamente disciplinado para llevar una vida santa.

Y hay que ser muy guapo para renunciar a todos los hábitos no aconsejados por los doctos en lo que puede llevar a la muerte, que suele ser gente que sabe muy poco de la vida.

Y la vida, convendremos es justamente lo que importa.

La moderación espantando el reviente total y la conciencia de lo que redunda cuidarnos un poco suele parir de cuando en cuando esas caricias al alma que nos hacen decir.la puta que vale la pena haber nacido!!

Puerto Madryn Chubut Argentina

martes, 16 de junio de 2009

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