Límites

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?
Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.

Juan Gelman

jueves, 16 de octubre de 2008

OPINIONES

Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería
trepó sobre los muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.


Juan Gelman

CUADRO

CUADRO
Cada vez que hay un problema
el juez levanta el martillo
y el país se hunde
más adentro.

ROBERTO JORGE SANTORO (1939-1977)

Recurso de Amparo

Con eso de la bomba atómica
y el payaso de la paz que hace morir de risa
se tapó el carburador del aire.

Asómense a mi barrio
Mientras los deshollinadores trabajan
en la chimenea de la democracia
La ternura se emborracha en las cantinas
y no le pagan la jubilación a la esperanza

Yo no pido volver
pero con tanto encarpetar los pantalones cortos
murió de un infarto el barrilete
y al amor le han disparado un tiro en la cabeza

Roberto Santoro
(de su libro "Desafío" 1972)

Oración por la lactancia materna

Por: Koldo Campos Sagaseta

(Tomado del libro "Diario de Itxaso". Reflexiones de una bebé)

No voy a ser yo quien ponga en tela de juicio el sabor de un buen marmitako, ni repruebe la ensalada de langosta, el cocido de garbanzos o los callos, así sean madrileños, pero un bebé todo lo que demanda es leche. Y la mejor leche es la natural, la de su madre, porque contiene todos los nutrientes que el bebé necesita, porque los dispone a la temperatura adecuada, los suministra por la vía más tierna y los soporta en el más entrañable pecho. ¡ Y además ofrece servicio las 24 horas y es absolutamente gratis!

Así que, si usted puede amamantar a su bebé porque ninguna causa de fuerza mayor se lo impide, si su religión no se lo censura ni su gobierno se lo prohíbe, aún cuando lo hagan, repita conmigo:


Madre nuestra que nos das el seno,

santificado sea tu nombre,

venga a nosotros tu leche

y hágase la nutrición

tanto de un seno como del otro.

La leche nuestra de cada día

dánosla hoy

y no perdones sus sucedáneos

así como nosotros, tampoco, los perdonamos,

que no hay nada más sano que el pezón,

más líbranos del mal…Nestlé.

Oración por la lactancia materna

Por: Koldo Campos Sagaseta

(Tomado del libro "Diario de Itxaso". Reflexiones de una bebé)

No voy a ser yo quien ponga en tela de juicio el sabor de un buen marmitako, ni repruebe la ensalada de langosta, el cocido de garbanzos o los callos, así sean madrileños, pero un bebé todo lo que demanda es leche. Y la mejor leche es la natural, la de su madre, porque contiene todos los nutrientes que el bebé necesita, porque los dispone a la temperatura adecuada, los suministra por la vía más tierna y los soporta en el más entrañable pecho. ¡ Y además ofrece servicio las 24 horas y es absolutamente gratis!

Así que, si usted puede amamantar a su bebé porque ninguna causa de fuerza mayor se lo impide, si su religión no se lo censura ni su gobierno se lo prohíbe, aún cuando lo hagan, repita conmigo:


Madre nuestra que nos das el seno,

santificado sea tu nombre,

venga a nosotros tu leche

y hágase la nutrición

tanto de un seno como del otro.

La leche nuestra de cada día

dánosla hoy

y no perdones sus sucedáneos

así como nosotros, tampoco, los perdonamos,

que no hay nada más sano que el pezón,

más líbranos del mal…Nestlé.

CANTO A LA ESPERANZA

Andaba yo desnudo de mí
perdido en la lluvia del olvido,
de barco navegando por las plazas,
dormido el pecho,
su gorrión descalzo
y tuve que llevarte a la palabra,
ponerte en posición de vuelo,
a veces de bufanda
rueda azul
andaba
te seguía
mi muerte con su forma de guitarra
y tuve que ponerla en la memoria
como se pone un hijo
con esa rabia dulce
mitad de mí
agua del aire
andaba así
de loco en el olvido
de furia que quiere reventar por el costado
y un día de tanto nombrarla
la encontré,
se la llevé a mi madre,
la puse en el saludo,
la compartí como un pan con mis amigos,
la arrastré hasta. el remolino del amor
allí donde los ríos tienen un mismo nombre,
para que entendiera de una vez por todas
que era nuestra,
para que nunca se olvidara de este país enorme,
de esta ciudad,
su ternura abandonada en los portales,
le dije algunos versos,
le puse el corazón como una hoguera,
me la bebí de cabo a rabo,
le enrosqué la cola en mi solapa,
me di el gusto de agarrarla de la mano
y hoy la traigo aquí,
pero si un día se llega a volar porque fallamos
si se escapa esta rabia que llamamos esperanza,
si un día se va,
yo crucifico al amor
y después. de enterrar a mis hermanos,
me voy con el tranvía de la muerte
a clausurar mi corazón en una plaza.

ROBERTO JORGE SANTORO (1939-1977)


Roberto Jorge Santoro nació en Buenos Aires el 17 de abril de 1939. Fundador de la revista literaria El Barrilete y de publicaciones como Gente de Buenos Aires y Papeles de Buenos Aires, tiene en su haber los siguientes títulos: Oficio desesperado (Ediciones Cuadernos del Alfarero, 1962); De tango y lo demás, fragmento (Editorial Barrilete, 1962); El último tranvía, plaqueta (Editorial Barrilete, 1963); Nacimiento en la tierra (Ediciones Cuadernos Australes, 1963); Pedradas con mi patria (Editorial Barrilete, 1964); De tango y lo demás (Editorial Barrilete,
1964); En pocas palabras, plaqueta (Ediciones Hechas a mano, 1967); Literatura de la pelota, recopilación sobre el tema del fútbol (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1971); A ras del suelo (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1971); Desafío (Editorial Gente de Buenos Aires, 1972); Uno más uno humanidad (Ediciones Dead Weight, 1970); En esta tierra lo que mata es la humedad (tragedia musical representada en Buenos
Aires, 1972); En esta tierra (canciones; música de Raúl Parentella; canto Kiko Fernández; Music Hall, 1972, disco L.P.); Poesía en general (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1973); Cuatro canciones y un vuelo (Editorial Gente de Buenos Aires, 1973); Las cosas claras (anti-libros "La trenza loca", 1973); Lo que no veo no lo creo (canciones; música y canto Jorge Cutello, 1974); No negociable, carpeta (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1975); De Santoro (Homenaje a R. J. Santoro realizado en Madrid por poetas, escritores y artistas en general represaliados en
Argentina, Ediciones del Rescate, 1979). Roberto Jorge Santoro fue secuestrado por elementos del terrorismo de Estado el 1° de junio de 1977, quienes se lo llevaron ilegalmente de su lugar de trabajo: la Escuela Nacional de Educación Técnica N° 25
Teniente Primero de Artillería Fray Luis Beltrán, en la calle Saavedra del barrio de Once, donde el poeta prestaba servicio de preceptor con el cargo de subjefe. Hasta hoy se encuentra desaparecido. Una plaza de Buenos Aires, en Avenida Forest y Teodoro García, lleva su nombre.

 
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