El silencio de los inocentes



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En la mesa del diálogo se nutren los saciados. Los comensales eligen la carta y siempre escogen soja.


Están todos, asegura el Indec. Hasta sus epígonos, que provee Tinelli de su generoso arcón. Pero no hay diálogo, sólo es un monólogo gregoriano entre pares. Pan con pan, comida para los sonsos: exportadores y productores ricos, inversionistas, funcionarios ricos. Hablan, eso sí, el mismo idioma. Pero ese no es el diálogo; si es que alguien habrá de buscar la manera de procurar la verdad a través de la palabra. Es un simulacro para el que mira por tevé. Hablan, hablan, para que los medios no registren la verdad; que en esa mesa se consagra un coral de las ausencias.

No hay manteles en los puentes ocupados. Por allí pasó otra ronda: Niños malabares haciendo girar las luces de los semáforos, espectros grises de una familia con un carrito a cuestas, en la hilera funeral de la esperanza, argentinos, la gloria nacional, levantando sus platos de aluminio, Así se expresa este País donde los diarios se evangelizan en frazadas y los braseros juegan a la ruleta rusa con sus muertos de frío.

La verdad es que en la mesa del diálogo no está el hambre, vino solamente el ministro de traje negro para vender su vademécum para gambetear el hambre con una dosis de tamiflú.

Educación sexual. . . ¿para qué? Si no va a quedar nadie.

¿En el escudo nacional pondrán una tranquera?

¿Pero qué bueno, vieron, cómo se parece un barbijo a una mordaza?

Mientras tanto, nieva y Tejada insiste, algo afónico, que hay un niño en la calle.


..........Juan C. Pumilla

Armando Tejada Gómez dice "Hay un niño en la calle"

domingo, 13 de septiembre de 2009

Lamento de un despechado / Mallela V. Pérez Palomino


Ella no me quiere,
no me quiere nada.
Mi mente diseña
vendetta, revancha.


La quise y la quiero
a la condenada,
La muy no se acuerda
De mí y de mi labia.


La flor: sí me quiere…
no me quiere nada.
Riégola con llanto,
lánzola con rabia.


¿Qué se habrá creído?
Mujer del carajo.
Libo mis penares
como un condenado.


Venganza sublime
callarla en mis sueños,
ahogar su respiro,
anular su credo.


Ella no me quiere,
pero no me importa,
mi amiga botella
es fiel y devota.


Corazón tirano,
ama a quien te ama.
Pecho lacerado,
odia al que te daña.


Picaré sus sueños,
cortaré sus alas,
callaré sus trinos,
gritará en mi ansia.


Ella no me quiere,
yo que la he querido.
No quiere ella a nadie,
jamás ha querido.


Bella como el río,
enorme cual mares,
extraña y maldita
causa de mis males.


Mi dolor aprieta
Su garganta lisa,
cállate escritora,
cállate poetisa.

Tantas cosas / María Cristina Garay Andrade


Tantas cosas hay para ver y creer...
Tantas cosas hay en el sentir para vivir...
Tantas cosas hay para disfrutar y amar...
Tantas cosas hay para leer y saber...
Tantas cosas hay para cantar y bailar...
Tantas cosas hay para decir sin mentir...
Tanta tierra hay para caminar hasta llegar...
Tanto amor hay para dar sin parar...
Tanto dolor hay para consolar sin llorar...
Tanto daño hay para reparar y perdonar...
Tanto desamor hay fuera de control anulador...
Tantas armas hay para matar sin la vida respetar...
Tanta codicia hay que la avaricia comete injusticias...


Que no se entiende como se pretende,
No evolucionar para encontrar:


Tanto sol para calentarse y deleitarse...
Tanto mar para navegar en alta mar...
Tanta montaña para escalar y contemplar...
Tanta música para encantarse y embelesarse...
Tantos colores para apreciar y disfrutar...
Tantos olores de flores que son perfecciones...
Tantas frutas maduras para comer con placer...
Tantos pájaros para oírlos trinar y disfrutar...
Tantas manos para estrecharlas como hermanos...
Tantos brazos para extendértelos y comprometerlos...
Tantas bocas para dar besos de ex profeso...
Tantos corazones para abrirlos en adopciones...
Tanto hay para cambiar y valorar…
y valorar y valorar, que es imposible detallar...

 
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