Amanecida

Julia de Burgos
Amanecida

Soy una amanecida del amor?

Raro que no me sigan centenares de pájaros
picoteando canciones sobre mi sombrilla blanca.
(Será que van cercando, en vigilia de nubes,
la claridad inmensa donde avanza mi alma).

Raro que no me carguen pálidas margaritas
por la ruta amorosa que han tomado mis alas.
(Será que están llorando a su hermana más triste,
que en silencio se ha ido a la hora del alba).

Raro que no me vista de novia la más leve
de aquellas brisas suaves que durmieron mi infancia.
(Será que entre los árboles va enseñando a mi amado
los surcos inocentes por donde anduve, casta?)

Raro que no me tire su emoción el rocío,
en gotas donde asome risueña la mañana.
(Será que por el surco de angustia del pasado,
con agua generosa mis decepciones baña).

Soy una amanecida del amor?

En mí cuelgan canciones y racimos de pétalos,
y muchos sueños blancos, y emociones aladas.

Raro que no me entienda el hombre, conturbado
por la mano sencilla que recogió mi alma.
(Será que en él la noche se deshoja más lenta,
o tal vez no comprenda la emoción depurada?)

sábado, 9 de agosto de 2008

algo de mi reconozco / yolanda blanco

algo de mi reconozco / yolanda blanco

Algo de mí reconozco
en esa florecita blanca
algo de mí se sacude ese pájaro
revoloteando
estoy
lo sospecho
en una piedrita
de ese nido de oropéndolas
me levanto
y me convierto en árbol
me recuesto
y soy una yedra sostenida por un sauce
huelo a mí
en este palito
que destrozan mis dientes
voy en mechas de maizales
estoy amanecida como esa cañada
y soy una hoja seca
que soban los venados
algo muy mío
han transparecido esta tarde
las montañas.

Riesgo

Riesgo
ma. eugenia ramos

Asumir la ternura
como deber histórico
es igual que volver
de un largo viaje,
mirarlo todo,
probar el temple
de la carne y el alma,
identificar el olvido
con la muerte
y decidir quedarse
quedarse
quedarse
y transformar
el corazón vagabundo,
hacerlo sólido,
creador legítimo de estrellas
aunque se rompa en el intento.

poemas para niños y niñas /pa mis enanotroperos y enanotroperas :)

La mariposa
(Federico García Lorca - Esteban Valdivieso)

Mariposa del aire
¡que hermosa eres!
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil…
Mariposa del aire,
quédate ahí, ahí, ahí.
No te quieres parar,
pararte no quieres…
Mariposa del aire,
dorada y verde.
Luz de candil…
Mariposa del aire,
quédate ahí, ahí, ahí.
quédate ahí.
Mariposa ¿estás ahí?

(1998)
SE EQUIVOCÓ LA PALOMA

Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al Norte, fue al Sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas eran rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)
Rafael Alberti, (n. 1902).


A UNA NARIZ.
FRANCISCO DE QUEVEDO.

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto;
Las doce tribus de narices era.
Érase un narcicísimo infinito,
Muchísimo nariz, nariz tan fiera,
Que en la cara de Anás fuera delito.

las moscas
antonio machado

Vosotras, las familiares,
inevitables golosas;
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.
¡Oh viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!
Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela
—que todo es volar—, sonoras,
rebotando en los cristales
en los días otoñales...
Moscas de todas las horas,
de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada;
de siempre... Moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor:
yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.
Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.



Jose de Espronceda
CANCIÓN DEL PIRATA

Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín;

bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;

y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul;

—«Navega velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza,
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.



»Veinte presas
hemos hecho
a despecho,
del inglés,

»y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.

»Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar.

»Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra,
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

»Y no hay playa
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,

»que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.

»Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar.

»A la voz de ¡barco viene!
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar:
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

»En las presas
yo divido
lo cogido
por igual:

»sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

»Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar.

»¡Sentenciado estoy a muerte!;
yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena
quizá en su propio navío.

»Y si caigo
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,

»cuando el yugo
de un esclavo
como un bravo
sacudí.

»Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar.

»Son mi música mejor
aquilones
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

»Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,

»yo me duermo
sosegado
arrullado
por el mar.

»Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar».

después de todo / sabines

(como si fuera tan fácil dedicarse sólo a la carne cuando estoy desnuda a tu lado...)

después de todo
sabines

Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.

Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.

A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.

Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.

Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.

r.i.p.


He aquí el "Nuevo Dodecálogo de un cuentista" por Andrés Neuman

He aquí el "Nuevo Dodecálogo de un cuentista" por Andrés Neuman, para el wayqui y el marce...

1. Si no emociona, no cuenta.
2. La brevedad no es un fenómeno de escalas. La brevedad requiere sus propias estructuras.
3. En la extraña casa del cuento los detalles son los pilares y el asunto principal, el tejado.
4. Lo bello ha de ser preciso como lo preciso ha de ser bello. Adjetivos: semillas del cuentista.
5. Unidad de efecto no significa que todos los elementos del relato deban converger en el mismo 6. punto. Distraer: organizar la atención.
7. Anillo afortunado: a quien escribe cuentos le ocurren cosas, a quien le ocurren cosas escribe cuentos.
8. Los personajes aparecen en el cuento como por casualidad, pasan de largo y siguen viviendo.
9. Nada más trivial, narrativamente hablando, que un diálogo demasiado trascendente.
10. Los buenos argumentos jamás pierden tiempo argumentando.
11. Adentrarse en lo exterior. Las descripciones no son desvíos, sino atajos.
12. Un cuento sabe cuándo finaliza y se encarga de manifestarlo. Suele terminar antes, mucho antes que la vanidad del narrador.
13. Un decálogo no es ejemplar ni necesariamente transferible. Un dodecálogo, muchísimo menos.

ANDRÉS NEUMAN y sus 5 poemas sobre ciencia

ANDRÉS NEUMAN y sus 5 poemas sobre ciencia
1
(EL CORAZÓN)

Existe en matemáticas
una curva distinta a la que algunos,
los que nunca han dudado,
llaman curva de Koch.
Los perplejos en cambio han preferido
denominarla así: Copo de Nieve.
Se comporta esta curva fascinante
multiplicando siempre su tamaño
por cuatro tercios y hacia el interior,
llegando, de tan densa, al infinito
sin rebasar su área diminuta.
Artesana,
también así te creces muy adentro:
habitándome lenta,
quedándote con todo, sin forzarlo,
este pequeño corazón hermético.


2
(LOS OJOS)

Hay ojos que verán nuestra memoria.
El doctor Barraquer, viejo oftalmólogo,
conoció la crueldad junto al milagro
y comprendió lo frágil del don de la mirada:
al fallecer su padre, que lo inició en la ciencia,
pudo guardar sus ojos
y devolver la vista a varios hombres.
¿Retendrán los fulgores de ese amor
más allá de la estrella de la córnea
y del pozo sagaz de la pupila?
Explorando los fondos deslumbrados,
las cavernas perplejas donde habitan
las veloces imágenes, las formas,
los colores que aún no tienen nombre
y los amaneceres de una vida,
el doctor Barraquer ha encontrado un pasillo
que va desde la tierra a las alturas,
de las tinieblas rotas a la bendita luz.
Y al final de la tarde, cuando el sol
se ciega entre las ascuas de este mundo,
el doctor Barraquer recuerda absorto
las palabras del último paciente
tras quitarle las vendas de la cara.
Y el ojo de su padre, que es la luna,
vuelve a abrirse y blanquea cada sombra.



3
(LA ENERGÍA)

"Con el razonamiento puro nos formamos
una imagen sublime de este mundo";
eso escribió Max Planck, genio inocente.
¿Pero acaso hay razones sin afecto,
pureza sin caprichos,
imagen sin temblores?
Lo curioso es que el físico en su ensayo
la primera palabra que pronuncia
no es evidencia, ley ni hecho:
la primera palabra es entusiasmo.
(Cuando nombro tu cuerpo
no es la urdimbre de músculos radiantes,
de sangre revoltosa y de nervios veloces
lo que digo, artesana; aunque también
la física intervenga en la manera
que tenemos de hablarnos al oído:
la energía del nombre se transmite,
el tacto cobra fuerza y aumenta lo probable.)
Y a ti, Max Planck, que amabas la entropía,
¿qué misterioso impulso de poleas
te empujó a cruzar cartas con un tal señor Sommerfeld
y a intercambiar poemitas como aquel de la flor
que corona tu libro sobre ciencia?

4
(EL TÚNEL)
Lo dicen los maestros de energía:
hay traviesas partículas capaces
de atravesar una barrera sólida,
¡la fuerza se disgrega como el agua!
Los científicos clásicos lo niegan.
Los presentes predican lo increíble
y lo bautizan el Efecto Túnel.
El impulso del alma
no quiere respetar al señor Newton,
se postula invadiendo las fronteras.
Artesana, en el tránsito
urgente de tocarte
apoyaré este peso luminoso
y moveré mi asombro al otro lado
de la barrera tensa de tu piel,
en el punto pensante
que alumbra tras la boca de los túneles.


5
(LA BOTÁNICA)

Paracelso llevaba una flor en cada mano:
una, amarga y concreta, le enseñó
la mezcla de lo exacto que embellece
la ciencia en los manuales.
Improbable, la otra
le tentaba la sien más distraída
dibujándole pozos sin final
allí donde las brújulas se pierden.
Su sabor, imagino, era más dulce.
Botánica secreta,
igual que a Paracelso
permíteme espiarte las raíces,
que tu tallo al hervir se transparente
aunque sea un instante y luego sigas
creciendo por la tierra alborotada,
impregnando la atmósfera agridulce,
enloqueciendo cada microscopio.


(5 poemas inéditos de Andrés Neuman)

Comentarios y notas por Leo Lobos

"Tocado por la gracia. Ningún buen lector dejará de percibir en sus páginas algo que sólo es dable encontrar en la alta literatura, aquella que escriben los poetas verdaderos. La literatura del siglo XXI pertenecerá a Neuman y a unos pocos de sus hermanos de sangre" (Roberto Bolaño, Unomásuno, México).

Nota de edición poema 1: Andrés Neuman nace en Buenos Aires, Argentina el año 1977, en la actualidad esta radicado en España. En
1991 se trasladó a Granada, donde obtuvo la licenciatura en Filología Hispánica. Ha impartido clases de literatura hispanoamericana y colaborado como columnista y guionista de tiras cómicas en el diario Ideal de Granada. Desde que en 1995 se da a conocer en el Certamen Nacional de relatos de Alfaguara, ha cosechado una importante cantidad de reconocimientos y premios literarios, tanto en el género de la poesía como en el de la narrativa y el cuento. Algunos de los más importantes son el XVII Premio Hiperión de poesía, por su libro El tobogán, o el Premio Primavera de novela, del que fue finalista en 2002 con su novela La vida en las ventanas. Su poesía ha sido incluida en varias antologías de poesía joven española como La generación del 99 de José Luis García Martín; La lógica de Orfeo de Luis Antonio de Villena; Yo es otro. Autorretratos de la nueva poesía de Josep María Rodríguez; o Veinticinco poetas españoles jóvenes de la editorial Hiperión. Además de su dedicación como escritor, hay que destacar su trabajo relacionado con el relato breve como coordinador del proyecto Pequeñas resistencias, una tetralogía sobre el cuento actual escrito en castellano, donde se encarga de la parte argentina. La variación más conocida de la curva de Koch es el "copo de nieve", que no es más que tres curvas que inicialmente forman un triángulo equilátero. Su perímetro es, por supuesto, infinito, pero que su área tiende a 8/5 del valor del área inicial.

Nota de autor de poema 2 :
En mi sentir, la ciencia y la literatura jamás se han opuesto. Sino que, al contrario, resultan admirablemente paralelas en su objetivo (el conocimiento del mundo) y complementarias en sus métodos (la emoción de la regla en el pensamiento científico, las reglas de las emociones en el pensamiento literario). Cualquiera que haya hojeado un manual de física contemporánea, por ejemplo, no habrá dejado de admirarse por el espesor de metáforas, imágenes y neologismos que contienen sus textos. Igual que hace la poesía, la ciencia y sus diferentes ramas se valen del asombro para obtener un sentido y poner algún orden en el caos cotidiano. La ley de la gravedad, por si sola, encierra la evidencia simple y misteriosa que vive persiguiendo la poesía con su mirada: una roja manzana cae, alguien acierta a describir su vuelo instantáneo y así recomienza la historia de la eterna curiosidad humana, la emoción de ver y no entender del todo qué vemos.

Nota de edición poema 3 : Max Karl Ernst Ludwig Planck ( 23 de abril de 1858 - 4 de octubre de 1947) fue un físico alemán considerado como el inventor de la teoría cuántica. Nacido en Kiel, Planck comenzó sus estudios de física en la Universidad de Munich en 1874, graduándose en 1879 en la ciudad de Berlín. Volvió a Munich en 1880 para ejercer como profesor en la universidad y en 1885 se mudó a Kiel. Allí se casó con Marie Merck en 1886. En 1889, volvió a Berlín, donde desde 1892 fue el director de la cátedra de Física teórica. En 1899, descubrió una constante fundamental, la denominada Constante de Planck, y es, por ejemplo, usada para calcular la energía de un fotón. Ese mismo año describió su propio grupo de unidades de medida basadas en las constantes físicas fundamentales. Un año después descubrió la ley de radiación del calor, denominada Ley de Planck, que explica el espectro
de emisión de un cuerpo negro. Esta ley se convirtió en una de las bases de la teoría cuántica, que emergió unos años más tarde con la colaboración de Albert Einstein y Niels Bohr.

Nota de edición poema 4: El efecto túnel es un efecto mecanocuántico que consiste en que una partícula atraviese una barrera de potencial sin tener energía suficiente para rebasarla por encima (en el sentido clásico), debido a que la probabilidad de que la partícula se encuentre al otro lado de la barrera es no nula. Aprovechando este efecto, se diseñaron el microscopio de efecto túnel de barrido y el microscopio de fuerza atómica, que logran la determinación de las posiciones atómicas en una superficie. Por otro lado, el efecto túnel es esencial para explicar el hecho de que en las estrellas se produzca la fusión del hidrógeno a temperaturas en teoría, demasiado bajas.

Nota de edición poema 5: Paracelso (Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim ) nació en 1493 en Einsiedeln (Suiza). Su padre era médico y parece que le inculcó un interés por la naturaleza, especialmente aquellos aspectos relacionados por la mineralogía, la alquimia y, posiblemente, la medicina popular. La familia se trasladó en 1502 a Villach, en Carintia. Allí pudo estar en contacto con las minas que Los Fugger poseían.Parece que estudió en Ferrara donde debió tener como maestros a Leoniceno y Manardo, adversario crítico de la astrología. No está claro que llegara a alcanzar el grado de doctor, pero sí alguno de los grados intermedios que en aquella época se concedían. No obstante, según los expertos, conocía muy bien los clásicos médicos, pero fue incapaz de aceptarlos sin crítica. Desde muy
temprano fue un incansable viajero, visitando una gran variedad de países entre Escandinavia y el Oriente Medio. Se sabe que alrededor de 1522 estaba ejerciendo la cirugía.


En Santiago de Chile, agosto de 2006.

La salvaja

Carmen Boullosa
La salvaja (fragmento)

El fuego,
otra vez fuego,
el fuego junto a la lumbre,
en el piso,
subiendo por los sillones,
cruzando las ventanas,
y tras él el fuego,
solamente el fuego.
El fuego otra vez,
¿No lo ven?
¡No lo ven! Es el fuego.
Les parezco una mujer sentada.
Quiero vestirme.
La ropa interior que yo traía puesta, abrió sus tejidos,
los venció el calor,
la blusa abrió sus tejidos,
vencida también,
la falda cedió sus hilos,
ardiendo los dejó caer...
Quiero vestirme.
El fuego. No tengo más que el fuego:
Soy la desnuda, la que no tiene encantos.
Quiero vestirme.
Quemo mis vestidos.
Mil cabellos están vencidos también por el calor,
mis pestañas, mis ojos;
mi saliva, un día intacta,
también te espera rendida, vencida, humillada,
doblada, hincada,
herida como el vapor,
como el vapor aislada,
ahogada en tu espera.
Quiero vestirme.
No hay animal con el que pueda compararme,
desnuda estoy como el ganso o el lirio,
no hay planta con la que pueda compararme,
quemada estoy, quemándome,
impaciente,
interminablemente.
¡Que me ayuden los asnos!
¡Que acudan a mi ayuda
los cerdos o las garzas,
los ruiseñores o las cañas de azúcar!
¡Nada puede ayudarme!
¡Vencida estoy por ti,
por ti fui por mí abandonada!

Andrés Neuman - Palabras a una hija que no tengo

Andrés Neuman - Palabras a una hija que no tengo
...y de fondo: El más listo de aquí - Santi Campos
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"Entornaré tus ojos si prometes soñarme.
Compréndeme, no es fácil velar por alguien siempre:
a veces necesito saber que tienes miedo.
Cuando sepas hablar, dame mi nombre;
diciéndome papá ya habrás hecho bastante.
En invierno no abrigues demasiado
tu cuerpo de princesa, más útil y más noble
es irse acostumbrando a resistir.
Acepta golosinas de los desconocidos
-no está el mundo como para negarse-,
pero apréndete esto en cuanto puedas:
más frecuente es lo amargo, o que te ignoren,
y no los caramelos.
Te enseñaré a leer fuera del aula,
y llegada la hora quiero que escribas mar
sobre los azulejos del pasillo.
Cuando por vez primera cruces la calle sola
sabrás que el riesgo y la velocidad
perseguirán tus días para siempre.
No creas que, en el fondo, no soy un optimista;
si no lo fuera, entonces no estarías allí
cuidando que te cuide como debo.
Como ves, desconfío
de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora.
Existe la alegría, pero duele;
tendrás que conseguirla.
Y cuando la consigas tendrás miedo."

Oda escrita en 1966

Oda escrita en 1966

Nadie es la patria. Ni siquiera el jinete
Que, alto en el alba de una plaza desierta,
Rige un corcel de bronce por el tiempo,
Ni los otros que miran desde el mármol,
Ni los que prodigaron su bélica ceniza
Por los campos de América
O dejaron un verso o una hazaña
O la memoria de una vida cabal
En el justo ejercicio de los días.
Nadie es la patria. Ni siquiera los símbolos.
Nadie es la patria. Ni siquiera el tiempo
Cargado de batallas, de espadas y de éxodos
Y de la lenta población de regiones
Que lindan con la aurora y el ocaso,
Y de rostros que van envejeciendo
En los espejos que se empañan
Y de sufridas agonías anónimas
Que duran hasta el alba
Y de la telaraña de la lluvia
Sobre negros jardines.
La patria, amigos, es un acto perpetuo
Como el perpetuo mundo. (si el Eterno
Espectador dejara de soñarnos
Un solo instante, nos fulminaría,
Blanco y Negro relámpago, Su olvido.)
Nadie es la patria. Pero todos debemos
Ser dignos del antiguo juramento
Que prestaron aquellos caballeros
De ser lo que ignoraban, argentinos,
De ser lo que serían por el hecho
De haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones
La justificación de aquellos muertos;
Nuestro deber es la gloriosa carga
Que a nuestra sombra legan esas sombras
Que debemos salvar.
Nadie es la patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,
Ese límpido fuego misterioso.


Jorge Luis Borges

Te pareces al silencio

para mi poeta que aún con sudor en la frente y el cabello alborotado sigue viéndose tan "apetecible" como siempre... y si.. algo así eres tú...algo así eres tuuuu...

Te pareces al silencio

Hay algo en ti que se parece al silencio,
a pesar de tantas cosas que me dices.
Hay algo en ti, y no es belleza.
Hay algo.

Me gusta estar solo para estar contigo.
Logras que escuche la luz, mire al sonido.
Me gusta verte para platicar
aunque afuera los árboles lo sepan todo.

Pero no te amo,
si te amara
tendría que robar por ti, matar por ti,
quitarle a la noche su brillo.
Yo deseo regresar lo robado,
resucitar lo muerto,
dejar a la noche en paz cuando estoy contigo.

Me gusta cuando me sorprendes por la espalda,
cuando ríes y me arrojas el cielo.
Cuando tus ojos, navajas de ternura, me cortan
los talones.

Me gusta que te enojes y me exijas un poema.
No soy poeta -te digo-
soy plagiario de la noche
ladrón de las palabras que llevas escondidas.
Entonces en mi alma te recuestas y me haces
cerrar los ojos.

Yo sé,
podría llevar una guitarra a tu balcón,
invadir de flores tu mirada,
gritarte y recordarte lo que ya sabes.
Pero ya ves,
no soy de esa madera.
Mas bien deseo mirarte,
mirarte y no cansarme nunca,
porque hay algo en ti que se parece el silencio.

Ricardo Dávila Díaz Flores

 
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