de parte de juan rulfo


Chiquilla:

¿Sabes una cosa?

He llegado a saber, después de muchas vueltas, que tienes los ojos azucarados. Ayer nada menos soñé que te besaba los ojos, arribita de las pestañas, y resultó que la boca me supo a azúcar; ni mas ni menos, a esa azúcar que comemos robándonosla de la cocina, a escondidas de la mamá, cuando somos niños.

También he concluido por saber que los cachetitos, el derecho y el izquierdo, los dos, tienen sabor a durazno, quizá porque del corazón sube algo de ese sabor.

Bueno, la cosa es que, del modo que sea, ya no encuentro la hora de volverte a ver.

No me conformo, no; me desespero.

I am hurry because finished me the ink.


Juan Rulfo
(Aire en las colinas)

domingo, 18 de abril de 2010

poema / angel gonzález


¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano,
de corazón en corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-que importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

Angel González

ELLA... / juan l


Ella anuda hilos entre los hombres
y lleva de aquí para allá la mariposa profunda
-ala del paisaje y del alma de un país, con su polen...
Ella hace sensible el clima de los días, con su color y su
perfume...
a su pesar, muchas veces, como bajo un destino.
Testimonio involuntario, ella,
de un cierto estado de espíritu, de un cierto estado de las cosas,
en que la circunstancia da su hálito. ..
Pero se dirige siempre a un testigo invisible,
jugando naturalmente con la tierra y el ángel,
el infinito a su lado y el presente en el confín...
Mas es el don absoluto, y la ternura,
ella que es también el término supremo y la última esencia
con las melodías de los sentidos y los símbolos y las visiones y
los latidos
para el encuentro en los abismos...
Mas tiene cargo de almas, y es la comunicación,
el traspaso del ser, "como se da una flor", en el nivel de los
niños,
más allá de sí misma, en el olvido puro de ella misma...
Y no busca nunca, no, ella...
espera, espera toda desnuda, con la lámpara en la mano,
en el centro mismo de la noche...

Dos poesías a la muerte / Luis Viú


Cuando me llegue la muerte
vendrá tan lenta
que la sentiré
posarse a mi lado
e ir desgarrando mi vida,
o tan de prisa
que todo pasará
en un solo instante.
Cuando me llegue la muerte
vendrá en un día de invierno,
y será tan fría
que no tendré
más muertes;
o llegará en un día de verano
cuando el horizonte sea todo azul
y los pájaros canten en el cielo:
ese día me moriré con todas las alegrías.
Cuando me llegue la muerte
todo lo que soy vendrá conmigo:
mis sueños, mis trabajos
y un amor que no pasó
de ser un simple sueño.
Cuando me llegue la muerte
todo me será tan vano, ¡tan vano!
que todo lo que hice o no hice
no tendrá importancia.

Cuando me llegue la muerte
me reuniré con todos o con nadie.
Entonces pasaré a hacer
parte del eterno olvido.
Pequeña elegía a la muerte

(Para Jorge Mario, en su ausencia)
Nuestros muertos
no se van solos.
Se llevan,
nos arrebatan
todo lo que nos habían dado:
su tibieza,
su afecto,
su calor
y los momentos compartidos.
Todo,
todo lo envuelven
en su mundo de silencio ausente
dejando un vacío
tan profundo,
¡tan profundo¡
como la profundidad
del abismo eterno
de la muerte misma.
Y entonces en su lugar
sólo queda un silencio eterno,
un silencia hablando en silencio;
un silencio
que es más doloroso
y más amargo
que la muerte misma.


Publicado por ARGENPRESS

Conjura / Claribel Alegria


Desde tu ausencia
llamo
de tu exilio
desde este viento sur
que te convoca
y se asemeja a ti.

martes, 13 de abril de 2010

 
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