Nada turba mi ser, pero estoy triste.
Algo lento de sombra me golpea,
aunque casi detrás de esta agonía,
he tenido en mi mano las estrellas.
Debe ser la caricia de lo inútil,
la tristeza sin fin de ser poeta,
de cantar y cantar, sin que se rompa
la tragedias sin par de la existencia.
Ser y no querer ser... es la divisa,
la batalla que agota todo espera,
encontrarse, ya el alma moribunda,
que en el misero cuerpo quedan fuerzas.
!Perdóname, oh amor, si no te nombro!
Fuera de tu canción soy ala seca.
La muerte y yo dormimos juntamente...
Cantarte a tí, tan sólo, me despierta
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