La derecha, la izquierda.
Me quedo con la izquierda.
A la izquierda, me queda el corazón
y quedan las ventanas.
A la izquierda estás tú (¡qué coincidencia!).
A la izquierda, las faldas son más cortas,
las hojas de los árboles más verdes,
más rojos los tejados.
A la izquierda, el pulso es más violento.
A la izquierda, en donde tú te hallas,
a la izquierda de mi sorpresa muda.
Estás ahí, tan sólida, fumando.
Tus zuecos amarillos
y, detrás de tu piel, tus dos pulmones,
tus papilas linguales, y tu páncreas.
A la izquierda,
a la izquierda de mí, siempre a la izquierda.
(1967)De La suma imposible (1969)
Me quedo con la izquierda.
A la izquierda, me queda el corazón
y quedan las ventanas.
A la izquierda estás tú (¡qué coincidencia!).
A la izquierda, las faldas son más cortas,
las hojas de los árboles más verdes,
más rojos los tejados.
A la izquierda, el pulso es más violento.
A la izquierda, en donde tú te hallas,
a la izquierda de mi sorpresa muda.
Estás ahí, tan sólida, fumando.
Tus zuecos amarillos
y, detrás de tu piel, tus dos pulmones,
tus papilas linguales, y tu páncreas.
A la izquierda,
a la izquierda de mí, siempre a la izquierda.
(1967)De La suma imposible (1969)
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