Creo en la memoria, sostenedora de la vida
y la justicia y esperanza sobre esta tierra,
y en los hombres y mujeres que creyeron
y que dieron su vida construyendo futuro.
Que desde el vientre materno trajeron convicciones
solidaridad y compromiso con sus semejantes.
Y en las dueñas de los vientres
que resucitaron para continuar la marcha
de sus hijas e hijos.
Que nunca olvidaron, que no perdonaron
que jamás mataron ni engañaron
que no secuestraron, ni robaron niños
que no entregaron jóvenes torturados
en el nombre de Dios,
ni consolaron a los que torturaron.
Creo en las abuelas que acunan como madres
la historia de los que aún no están con sus familias.
Que ascendieron desde el infierno del dolor sin remedio
y que no quieren ni pueden detenerse a descansar
porque tienen mucho amor y poco tiempo.
Creo en Angelelli, en Mujica, en De Nevares,
En las monjitas, en los curitas que meten las patas
en el barro y la miseria.
En los que no hacen llorar a su Dios en el nombre
del Padre ni del hijo ni del espíritu de cuerpo.
Creo que merece la cárcel.
Creo que merece el castigo.
Creo que no merece la protección de la Iglesia.
Creo que la justicia debe borrarle su sonrisa burlona
Para que la justicia no siga pareciendo una burla.
Por las madres
Por los hijos
Por la paz en nuestras almas.
Amén.
Paraná, 5 de Julio 2007, primer día del juicio oral a Von Wernich
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