se nos fue benedetti...



Primero que todo

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.

domingo, 17 de mayo de 2009

ésta también es la nieve / isbel díaz


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
ÉSTA TAMBIÉN ES LA NIEVE
Isbel Díaz

ÉSTA TAMBIÉN ES LA NIEVE

este paisaje partido
que se torna tiempo ido
para que en su herida abreve
el sol,
página que leve-
mente es vuelta,
que no arranca
su signo ni su faz blanca
de la matriz que la acoge,
sino que como un deshoje
de almendro sobrio se estanca,
se acendra en el suelo crudo
y expira,
el árbol no arruina
con su muerte la divina
natura,
manchar no pudo
el espliego ni el escudo
en que el hombre limpio bebe:
es su virtud.
No se debe
lanzar la muerte al barranco.
El hielo no es sólo blanco:
esta también es la nieve.

VIENE COMO EN UN CARDUMEN MI DESTINO / isbel díaz


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
ÉSTA TAMBIÉN ES LA NIEVE
Isbel Díaz

VIENE COMO EN UN CARDUMEN MI DESTINO

rafagando la vereda aclarecida,
vienen las opciones, ¡ay de aquel que pida
intermedio para degustar su vino!

Yo candoroso pensaba que mi sino
resuelto estaba, que las negras estrellas
del azar, las hilanderas, no eran ellas,
pero amagos del infortunio común
que se intercala en los días, mas aún
esas barajas profieren hondas huellas.

El encausto que restaña la salida
de mis lirios pobres hacia el blanco altar
no es celda, ni broche abyecto, ni bogar
en la rueda repetida de la vida:
una palabra es, y que no por leída
encandece menos mi visor tensado,
una palabra fosca que nubla el prado
donde se espigaba mi audaz pasionaria
desplegando sus vidrios, cantando el aria
de la albura, mas desconociendo el hado.

Sólo ahora, después del sismo, penetro
de la palabra la enjundia que me aterra,
y es la extorsión de mi albedrío, una sierra
trozante, suplicio, contundente cetro,
imagen truncada y por la cual perpetro
sin paz el crimen nefando del rencor.
¿Dónde habita la nieve? ¿acaso es mejor
desmontar toda fiereza fabulosa?
¿acaso aspira el río serena poza
donde escanciar su cauce y guardar la flor?

Existe un silencio que no calla, dice
con su danza velar amarga respuesta,
así a la palabra derrota, se gesta
un lauro-nube dentro del vientre y se
perfuma de helor, al arbitrio bendice
y a la vez la calma acude, sacerdote.
No hay dualidad, es del amor el rebote,
es la rama bisoña que estrena el olmo
ya seco, ya vencido y que, para colmo
de agostamiento, Machado ostenta en dote.

si en la pobreza de este espacio / isbel díaz


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
ÉSTA TAMBIÉN ES LA NIEVE
Isbel Díaz

SI EN LA POBREZA DE ESTE ESPACIO

la luz vista no resulta hermosa,
si al acercarte los diamantes se apagan
como pizzicati leves al caer:
qué pueden mis versos, más desnudos aún,
qué pueden los minúsculos perros que dispongo
si sus platos son mis propias nadas, mis caricias.
No hallarás más que ofrendas ya extintas
en mis altares,
tablones náufragos recogidos en las mañanas
cuando el agua trae los despojos del sargazo y la noche,

y quizás no te alumbren
y al tocar mi mesa se instale un cadáver en tu palma,
una opacidad que llamas vacío,

y es que no verás la sonrisa enraizada del rescoldo
ni el frío en la piel irá a significar sus lecturas y viajes infinitos,
serán sólo lívidas hambrunas en mi cuerpo, mis marcas.

Pasarán sin nombre las cuerdas amadas y sus lutos,
pero será un silencio inatrapable
que desde ahora no resistes,
que ya repeles en tu rama sin silbos.

Abro mi guitarra del aire, sin afeites ni esmaltes,
un nombre sueno que puede blanquear hasta
los patios traseros como un jabón muy pobre

y nada ves aún,
y al acercarte los diamantes se extinguen.

éxodo / isbel díaz


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
ÉSTA TAMBIÉN ES LA NIEVE
Isbel Díaz

ÉXODO

Voy a sacarlos de este país y a llevarlos
a una tierra grande y buena, donde
la leche y la miel corren como el agua.
Éxodo 3.8

De los naufragios conocerás,
de las artes como piras que consumen,
y no encuentro qué estrella darte en tu éxodo,
cómo empaquetar mi umbral --madre para las lluvias--
entre tus colecciones y libros apuñalados.
Cuando Egipto dejes de respirar y sus arenas
en la espalda de algún amante encuentres,
cuando frente a un mar cualquiera nombres:
Egipto, Ítaca, Colón,
ya no sabré dónde esconder la culpa:
esta tierra pequeña donde la leche y la miel escasean tanto
y tanto escasea el ala.
No existen pertrechos luminosos en este junco,
sus bordas, las aguas que corta, son los desiertos de Shur, del Sinaí,
todas las arenas hasta Canaán marcándose en tus plantas.
Subirán soles forasteros hermanos de mi sol
que dejarán otras marcas en tu capa
y la sal cristales distintos formará
en las cavernas que alguna vez entreví,
cuando vomitabas tu desarraigo y tus flores y tu abuela-reina
que escaló también en mí, sí, con su voz
que eras tú sobre la cama de todos nosotros.

¿Cómo se despiden las aves, los cuadros de las paredes, las mantas?
se miran en el silencio quizás,
y sin romper nada zarpan hacia el tiempo,
como unos reyes elfos que desconocen la muerte,
como unas botellas vacías y sin filos.

Conocerás de los naufragios, entendámonos,
no habrán asideros mejores que tus versos hincando el suelo,
como hoy,
y esas bestias salvadoras habitarán siempre
el país que cargas a la espalda,
con sus panes, pero con sus traiciones.
Soy uno de esos monstruos que te apoyan,
que salvan, cuando miras,
el paisaje más despejado para tu frente,
pero me destierro sin moverme en este recinto,
como si quedaran átomos limpios en este espacio tras tu fuga.

en los meandros nítidos del oro / isbel díaz


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
ÉSTA TAMBIÉN ES LA NIEVE
Isbel Díaz

EN LOS MEANDROS NÍTIDOS DEL ORO

donde las palmas abruman fieles
la mirada, las viriles mieles
de la carne, el ave: yo demoro.
Yo la espantada sangre atesoro
en mi grial apenado, en mi verso,
y a la palabra entrego el reverso
de mi espacio todo.

Permanente
es el miedo, las costras, la gente
que ansía escapar de este universo
por mí habitado en constante lucha.
Mas sus balsas en la noche miro,
que son del palmar espejo, tiro
mortal para mi alma, es pena mucha;
y como escriba quedo a la escucha
de aquellos irretornables remos

--¿Dónde van? ¿Cómo hallarlos podremos
después, cuando los pífanos cedan?--

pero se diluyen igual, vedan
el retorno al amnios: los perdemos.

Este pan que el paladar afrenta
mientras la siguiente hogaza cuece
el azar, aunque el destino no se
halla más que en el ser, en la cruenta
sombra que somos, en la violenta
luz que despejar el cauce ansía:
este pan no me ama, es una vía
para atar las alas de mi embrión
y seguir obnubilado el son
del discurso que a los otros guía.

Cala en mi frente la costa oscura,
mas la guitarra, el rincón del musgo,
el céfiro lento que no juzgo
por enardecer mi prematura
faz provecta, otra y otra espesura
que recorrer agostando anhelos:
esos cardinales paralelos
de mi marcha y también de mi estadio,
fundan mi pirámide en el radio
en que costa es cuna ya sin velos.

La acequia donde los bueyes braman
sus torvas arcadas, absolutos,
lazos para amarrarse a los lutos
que el día ostenta ante los que aman,
esos mismos monstruos aquí claman
por fulgir en los textos que asiento,
y ese brillo excarcela el aliento
en mis alvéolos oprimido:
yo no intento escapar, no, yo pido
mesar el ojo cruel con el viento.

Viento de duda y de orilla, timbre
en la puerta de la mina gris,
eso intento, yo capto el desliz
que humana el bordón, logro que cimbre
la víscera en la silla de mimbre,
y canto el gallo que está en el lienzo
para limpiarme del indefenso
rostro que porta el perdón manchado,
no es que me quiera beber el lado
rompible del sol, pero lo pienso.

diatriba por un reino / isbel díaz


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
ÉSTA TAMBIÉN ES LA NIEVE
Isbel Díaz

DIATRIBA POR UN REINO
Puedo antorchas vehementes esgrimir
contra quien te pretende en la corteza,
contra quien esboza, mientras te besa
el nombre, una burla con el reír.

Puedo igual figurar mi maldecir
en la maldición de quien escondido
agrieta la nieve, asimismo pido
para aquella decapitada alma:
perdón, una noticia alegre, palma
donde fundar un no robado nido.

La belleza imposible sea dicha
en recipientes armados,
de oros
han de ser los labios que canten coros
para no herir lo claro.
Si la ficha
es movida tenaz ya no hay desdicha
en la yerba,
la piedra que te envuelve
busca desdorada su haz y resuelve
que el templo, la jungla maravillada
se descobije intacta, y la mirada
cana entonces de la belleza vuelve.

No resiste mi espalda más injurias
ni más regalos,
ya no más resiste,
que el agua destilada se me embiste
y corrupta no es agua, sino furia
con sombra de voz y carne, lujuria
del pez castrado que de tarde en tarde
la piedra-mar fornica con alarde.
Siéntome y respiro.
Es esta la costa
que ampara ambos caldos, esta la imposta,
piélago de la isla que en mí arde.

ésta también es la nieve / primer poema / isbel díaz


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
ÉSTA TAMBIÉN ES LA NIEVE
Isbel Díaz

PRIMER POEMA

Entre bambalinas, al perfil de la luz
para no caer de vuelta al stage,
me penetra la honesta calle de los mendigos.

Los dulces mendigos,
de los que siempre conocer quisimos el hermano, la madre pobre,
el maestro de la escuela cargada en la nostalgia:
odio falaz para azuzar sus injurias cada hora
o su ya perdonada blasfemia al pórtico de las felicidades.

Cómo me perdonan, al rascarse en esa latitud apenas avizorada,
esplenden con la nieve al fondo
--homogeneizadora nieve, la de Charlot dignamente hambriento--
y se condensan lágrimas en el azur
para mirarme después del brillo y permanecer
aceptando mis vestiduras dignas.

El rumiar de los mendigos descascara los contenes,
silencia el exterior de la plaza hasta poblarla,
y si entonces el párpado se yergue en un desove agónico
para mirar el brazo de quien distante pasa,
se desclavan pues por sobre los ojos los maderos luctuosos del recuerdo
y vislumbran al Padre, culpable de la malograda fuga,
de los ebrios bancos arribados después
como unos puentes en la seducción,
como unos puentes levantados tras el fog
y la serenata verdegris, como unos puentes, oh dios.

La calle de los mendigos amamanta sus perros
y escapa, tullido mago que tortura sus artes y desciende
a otorgar sobre los harapos el polvo perdido,
el asentamiento para acoger la noche
que navega con qué aplomo en la insonoridad de la bruma.

El quebrar del alba no es señal danzante para el llagado,
ya vendrán los pájaros al clarear, mas los huesos no han de volar así,
la mañana no es de todos los que asisten a las nupcias,
lo veo desde mi guardado asiento,
lo veo y me callo como el que duerme.

elogio a la danza / NANCY MOREJÓN



(A Leo Brouwer)

El viento sopla
Como un niño
Y los aires jadean
En la selva, en el mar.
Entras y sales
Con el viento,
Soplas la llama fría:
Velos de luna soplas tú
Y las flores y el musgo
Van latiendo en el viento.
Y el cuerpo
Al filo del agua
Al filo del viento
En el eterno signo de la danza.

CÓMO HACER UN PAN / Julio Leite


Muela los huesos
hasta lograr
la buena harina,
use la levadura
de su rabia,
amase
sobre madera de amigos,
con abrazo amase
hasta el cansancio,
después haga fuego
con ramitas de "ganamos"
y en el horno del corazón
que presten sus hermanos
cocine esa esperanza
a repartir.

miércoles, 13 de mayo de 2009

MEDITACIÓN EN LA VILLA / Carlos Mugica


Señor, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos, que parecen tener ocho años, tengan trece:

Señor, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro; yo me puedo ir, ellos no;

Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de las aguas servidas, de las que me puedo ir y ellos no;

Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme de que ellos no pueden hacerlo;

Señor, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie hace huelga con su hambre;

Señor, perdóname por decirles "no sólo de pan vive el hombre", y no luchar con todo para que rescaten su pan;

Señor, yo quiero quererlos por ellos y no por mí. Ayúdame.

Señor, sueño con morir por ellos: ayúdame a vivir para ellos.

Señor, quiero estar con ellos a la hora de su luz. Ayúdame.

Mi madre en un pueblito de recuerdos / (Aquiles Nazoa)


Mi madre vive en un pueblito de recuerdos; yo algunos domingos me subo en el elefante del Libro Mantilla para ir a visitarla.

Allí vive mi madre entre las cuentas de colores que con los años se le han ido cayendo como hermosas gotas de sangre de su corazón.

Allí está ella pensativa, allí está ella muy joven y elegantemente triste, a tono su tristeza con la melancolía de la hora en que atardece en su pueblito de recuerdos.

Yo que amé siempre la tarde, pienso que a la envejecida luz de esa hora mi madre es el alma misma de la tarde; y cuando en esa actitud la he encontrado, me vuelvo de puntillas y llego a casa contando que en el pueblito de recuerdos donde vive mi madre, la tarde permaneció hoy largo rato con la mano en la mejilla.

Allí, como entre vestigios de jardín, vive mi madre entre sus últimos ovillos de sedalina, entre los irisados témpanos de cristal de la lámpara que nunca se compuso, junto a la cruz de palma bendita que en otros años poníamos en el patio dentro de un plato de agua cuando había tormenta.

Hay algo allí de primavera archivada, serán las flores secas que también hay, o bien aquella mota que aunque ya sin polvera conserva su ampulosidad de bailarina que ha engordado; en todo caso será de tanto vivir entre esas cosas por lo que la mirada de mi madre es lejanamente dulce y vagamente apagada, como sería si uno pudiera verlo, el nostálgico aroma de las galletitas Palmer´s.

A veces mi madre y yo nos vamos pueblo adentro, oyendo bajo nuestras pisadas el crujir de oro de las hojas secas, nos vamos a lo largo de ese territorio de oro, a veces ella y yo nos vamos, mirando yo caer las hojas secas que a lo largo de años y años de vivir en su pueblito de recuerdos, se la han ido desprendiendo de su anticuado vestido de flores a mi madre.

Vamos en un tranvía bajo la lluvia; pasajeros los dos de un puente que ella le dijo a papá que parecía un barco, mi madre quiere que nos detengamos donde está el vendedor de granizado para que yo me coma las estrellas. Ahora me sube a su hombro para que yo contemple por primera vez un río. Pero el fulgor de sus cabellos me resultó más fascinante, pues como era ya la noche y era marzo, y apareció la luna bajísima e inmensa, yo por la primera vez vi el mar, ¡lo vi dormido de mi madre en los líquidos cabellos!

Ahora llegamos al momento en que yo no he nacido. Ahora mi madre está tendida sobre el mundo, y el amor la agasaja de perfumes como a la tierra un río de duraznos; dócil, pluvial, arbórea, taza de leche enamorada, está ahora tendida allí mi madre, cuna de flores el dulce cuenco de su vientre, para tornear - suavísima alfarera - la sustancia de siglos que cantando la nombra en la palabra de mi padre.

Madre, pequeña fábrica de amor, mansa esposa del Tiempo, milagro de tu carne fue darles forma humana a las tinieblas y recoger la noche en tus entrañas para levantarla como una espiga hacia la aurora.

Yo lo sé, yo lo sé, porque mis ojos, yo lo sé, no han conocido estrellas más tortuosas, ni mañana más claras, ni flores más augustas ni en fin nubes, como las que aprendí desde tu cuerpo a mirar a través de tu mirada.

ESO ERA AMOR / Ángel González


Le comenté:
-Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rimel?
-Grandes,
respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.

EL QUE NO APRENDE NUNCA / Raúl Gustavo Aguirre


El que no aprende nunca toca el fuego
el que no aprende nunca da una mano,
el que no aprende nunca vuelve a andar.
El que no aprende nunca se golpea
contra una pared y con la otra
y después con la otra y con la otra
y sigue caminando.

POEMA XVIII / Alcira Fidalgo Pizarro


!Qué tanto!
ya me jodieron bastante.
Encadenaron mis pájaros de viento
y no les dije nada.
Salí a comprar una manzana
pero estaba prohibida
(por su color)
o por su asunto
de Adán y Eva.
Quise estudiar astronomía
y tampoco pude
(no fuera que los rusos
enseñaran marxismo entre las nubes).
Quise danzar los pensamientos
y me pusieron botas
en los pies desnudos.
Siguen jodiendo,
pero ahora,
robamos por docenas las manzanas.
Por las noches,
en balcones sin luces brotan ojos
que estudian los sputniks.
Y mañana,
cuando festejen no sé bien qué fecha solemne
verán pasar mis pájaros de viento.

Alcira Fidalgo Pizarro (1949-¿1977?). Poeta y artista plástica. Estudiante de derecho, militante del campo popular, residió en Jujuy, Salta, Mar de Plata y Capital Federal donde fue detenida y desaparecida en 1977. "Oficio de aurora" es su único poemario.

MANIFESTACIÓN / Álvaro Yunque


Me agrego a la entusiasta muchedumbre,
y me dejo llevar...
Mis pies ya no son pies, ya tengo alas,
mi voz no es mi voz ya.
Canto y camino, ¿quién por mí camina?,
¿quién leva la voz de mi cantar?..
¡Hermoso este olvidarse de sí mismo
para ser uno más!



SEMÁFORO 17 / Dardo Sebastián Dorronzoro


(Para Irma, en sus veinte años)

No quiero que me industrialicen,
no quiero que me nacionalicen,
no quiero
que claven mi lengua a un poste;
no quiero, no, que me enchapen en oro, en fierro,
en madera olorosa, no quiero
que me pongan en una sala, cruzado de brazos,
con la mirada perdida en un collar de cuervos,
o gimiendo
por el costado más claro de mis bigotes. No,
deciles que me dejen así, con los caballos preparados,
con todos
los caballos de luz preparados,
con todos los sauces esperándome desde
el fondo de los perros, con tu llegada,
azul, a veces,
o roja,
y tus ojos
mirándome siempre en la primera sombra
de los incendios,
si no, con el puente,
con las doce cuadras hasta tu bulín y el río,
y tus pasos de gata, y todos
sentados en la cama, todos
con la sopa en la sartén, con la vieja yerba,
con el mate,
y la pava,
y la noche
marchándose a chorros por los barrotes,
hacia los estrépitos,
hacia los trenes,
hacia las innumerables batallas,
por un solo pedazo de tu sangre o de mi sangre.
Así te digo; así
debe ser, sin gritos, sin el amor de la carne,
acaso, pero
hundida la garganta de revoluciones, llorando
sobre
el dulce hueso que se queda en el camino,
y las piedras,
y las huelgas,
y los ángeles,
y los mismos veranos de los ríos estrujándonos,
muriéndonos
por una
sola
esperanza. Pero ven, ahora, mira: todo nace,
comienzan
a arder supermercados, y mañana,
quizá, ponga mi última mano sobre tu frente,
para irme
bulín arriba,
puente arriba,
perros y amor arriba, hacia
antiguos vientos, lluvias,
muchachas en el recuerdo y boliches
con la luz del olvido en sus botellas.

PLURAL / manuel serrano pérez


Un hombre solo se deshace...
ya lo dije también.
Pero un hombre con un hombre
toma su traje azul, una flor, un pañuelo,
afila un poco el hacha de todos los oficios,
prende un cigarro
y cruza silencioso la compartida bruma
de lágrimas serenas que ayudan a morir.
Un hombre con un hombre,
puede, en fin,vencer la soledad y la derriba.


Manuel Serrano Pérez. Poeta, escritor y ensayista nacido en la provincia de Tucumán. En 1940 fundó con Alberto Burnichón el Taller de Teatro. Fue integrante del grupo editor y de la revista "Cartón de Poesía" con Carlos Duguech y Carola Briones. Es un infatigable gestor de diversos movimientos culturales en el norte de su país. Destacado traductor, ha dado a conocer a los más representativos poetas rumanos del siglo XX. Entre otros premios obtuvo el Gran Premio de Honor de la SADE. "Despojado de lo meramente lírico, se aleja de las estridencias de las actuales 'modas poéticas', para entrar en un terreno en que la poesía encuentra verdadera significación", dice María Scardanelli acerca de este poeta. Poemarios: "Con el mundo
encima", "Morir a sabiendas".

PROPUESTA / Jorge Money

Busca aproximarte a través de la idea y lo entenderás
pero no será con la inteligencia sino con tus manos
debes empezar a palpar la memoria es hora ya
de que aprendas a conocer como los ciegos


Jorge Money (¿1946?-1975). Poeta y periodista nacido y muerto en Buenos Aires. Fue asesinado por la Triple A. Estudió ciencias económicas.Trabajó en el diario "La Opinión" desempeñándose como cronista en el Ministerio de Economía. El poeta Alberto Szpunberg -a quien Money había entregado sus poesías para una lectura- los puso a salvo cuando partió al exilio, llevándoselos con él. Algunas de las piezas poéticas de Money son casi aforísticas, forma que al parecer le basta -y le alcanza plenamente-, para entregar su pensamiento. No dejó libro de poemas impreso.

tu hijo / Oswaldo Karo Amaya


El ojo abierto
no puede dormir
la sangre seca
en la mano del tirano

Las sombras de mis muertos
no abandonan
esta habitación

¡Oh Victoriano Verbel!
tu muerte derrama
astillas
en mi pecho

¡Oh Sol Taboada!
tu hijo
está aún sin enterrar
en mis versos
Y no hay lumbre
para la inmensidad de su cuerpo

(Colombia)

Soneto de lo posible / Mario Bendetti


Puede ser que una vez

en un desvelo descubramos que el mundo es una fiesta y encontremos al fin
esa respuesta que desde siempre nos esconde el cielo

puede ser que una noche

en algún vuelo ganemos sin querer alguna apuesta y advirtamos que un alma
está dispuesta a servirnos de paz y de consuelo

puede ser que el transcurso de los años nos vaya proponiendo otra corriente
dejándonos con suerte y sin extraños

y aunque en la piel nos queden cicatrices
desde el viejo pasado hasta el presente
puede ser que logremos ser felices

el hombre y el barquito / alberto montoya

Hace diez años escribí este pequeño poema saliendo de un par de dramas que sacudieron mi vida:perdí a mi madre,perdimos a los 5 meses de gestación a mi primera hija.La vida es la salida y la vida es la meta. Escribí estos versos y se los dediqué a Mario Benedetti,hoy quiero dejarlos aquí apoyando,rezando a ese dios sin templo que todos llevamos.

En una botellita de cristal
tengo yo un frágil barquito,
menudo,chiquito,
lo muevo a compás
p'alante y p'atrás
como marioneta sin hilos.

¡Qué bonito mi barquito
en su botellita de cristal!.

Sin más mar que el cielo,
sin más tierra que el mar,
¿no será eso el hombre:
una diminuta, frágil criatura
andando p'alante y p'atrás
adentro de una botellita?.

¡Qué bonito mi barquito
en su botellita de cristal!.

Oración por mi enemigo / Armando Tejada Gómez



El enemigo es breve como un siglo,
algo más que un colmillo, menos que una araucaria,
suele esperar afuera, repta detrás del viento,
puede herir a mi hermano si se demora el alba.
El enemigo es breve, pero puede hacer daño:
cortar un gajo ahora, envenenar mi canto,
puede hacer que me nazcan cuchillos de los dientes
y buscarme la boca para luego acusarme.
El enemigo sabe que no tengo parientes
ni blasón en la puerta ni abuelos magistrados,
puede hurdir que soy vago y mal entretenido
y mostrar las hilachas de mis antepasados.
Puede, como ha podido todo este breve tiempo,
pasar gato por liebre y comerse el venado
mientras la buena gente me mira a la intemperie
y en tanto se persigna me da vuelta la cara.
Es un Goliath de hierro el enemigo mío:
gigantesco, electrónico, atómico, blindado,
pero es breve, epidérmico, aéreo, bullanguero
y olvida entre su estrépito que yo vengo de abajo,
que soy un sacerdote del aire y la madera
y que escribí la biblia entre el dolor y el fango;
que no hay flor en la tierra que no me considere
no digo el jardinero, pero digo su hermano;
que el cereal, el último cereal que nos quede,
lleva en su piel, ardiendo, el calor de mis manos
y que el pan que se come cuando muerde la espiga
le filtra en la saliva el sabor de mi sangre.

El enemigo es loco y breve como un siglo.
Imagina que Cristo es un hombre y tres clavos
y porque nunca supo cuánto dura un rebelde
bebe su hiel y eructa hacia las navidades,
oficia fríos rezos en la misa del oro,
gatilla las tinieblas, bombardea arrozales,
tiene un perro, una amante y dos sicoanalistas
que le amansan la muerte dos veces por semana
y él, que nunca me ha visto ni por fotografías,
cree que ando en su sombra y soy una navaja.

De noche, cuando cae a la estepa del sueño,
cuando lo desenchufan sus enchufados amos,
transpira, grita, salta y enrosca su culebra
igual que una culebra herida por el rayo.
Nadie puede con él dormido ni despierto
ni bonachón ni alegre ni triste ni nostálgico:
ha sido condenado a llevarse a sí mismo
y quién puede impedir que esté solo de a ratos?

Yo que siento y consiento la piedad por la vida,
que amo desde hace siglos la salud de los árboles,
pienso que él debería regresar al origen
y aprender con la flor los rituales del agua.
Pero ¿quién lo desnuda como en un nacimiento?
¿Quién le olvida la sombra, los crímenes, el cáncer?
¿Cómo lo llevo herido a un sitio campesino
y digo: pan o hierba, sin que la vida estalle?
Y acaso, digo acaso porque todo es posible,
¿él puede en lo profundo volver a la inocencia?
¿Puede mirar a un ciervo porque sólo es de música
y no matar su leve sinfonía en el aire?
Él que no entiende nada que no sea de acero,
de dólar consistente, de exacto porcentaje,
¿soportará sin riesgo adentro de su pecho
el enorme estallido del amor en su sangre?
¿Esas detonaciones de los niños en ronda?
¿La madre que los llama con la torcaz y el álamo?

¿No sacará el revólver cuando vea la vida
frágil como la lluvia, desnuda como un cántaro?
¿No empezará de nuevo este torpe asesino
a jugar al guerrero y a comerse el venado?

Yo sé que mi enemigo es breve como un siglo,
un colmillo en cenizas, menos que una araucaria,
hay pueblos que lo asedian delante de los vientos
y ya no tienen tiempo para esperar el alba.

Pobre de mi enemigo, tan breve en su masacre!

Aquí, al pie de los vientos, digo: que en paz descanse.

Tonadas para usar - 1968

y seguiría sin mí / idea vilariño


Me moriré y él seguirá cantando
bueno
digo
Carlitos
y Jorge seguirá haciendo el amor
como si se muriera
y seguirá sin mí este mundo mago
¿este mundo podrido?

Tanto árbol que planté
cosa que dije
y versos que escribí en la madrugada
y andarán por ahí como basura
como restos de un alma
de alguien que estuvo aquí
y ya no más
no más.

Lo triste lo peor fue haber vivido
como si eso importara
vivido como un pobre adolescente
que tropezó y cayó y no supo
y lloró y se quejó
y todo lo demás
y creyó que importaba.

carta II / idea vilariño


Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.

Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero-.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.

Cuando la luz se acabe
sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.

Iré a cenar
es claro.

Pero en algún momento
me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.

el amor / idea vilariño


Un pájaro me canta
y yo le canto
me gorgojea al oído
y le gorgojeo
me hiere y yo le sangro
me destroza
lo quiebro
me deshace
lo rompo
me ayuda lo
levanto
lleno todo de paz
todo de guerra
todo de odio de amor
y desatado
gime su voz y gimo
ríe y río
y me mira y lo miro
me dice y yo le digo
y me ama y lo amo
- no se trata de amor
damos la vida-
y me pide y le pido
y me vence y lo venzo
y me acaba y lo acabo.

Poeta de la legua / Armando Tejada Gómez


escucharlo aquí:
http://www.esnips.com/doc/c6889f6d-3b4d-4a99-b5f8-adae3f140877/13---Armando-Tejada-Gomez---Poeta-De-La-Legua

Cantando por ahí se ha sentado a mi mesa
el cantor, el rufián, el ángel, el guerrero,
el empresario, el lúcido, el loco, la ramera:
gente de bravas índoles y de modales feos.
juntos hemos bebido del vino del escándalo
y le hemos bajado los calzones al tiempo.
Alguna vez la copla arde en sus corazones
y recorre sus aguas y sale por sus ojos
con el sigilo junco de un niño alucinado
que ha visto un dios de sal pero lejos y solo.

Y yo, que tengo sitio de laurel en mi pueblo,
mientras esto no cambie, bebo y canto con todos.

la opinicón personal / koldo campos sagaseta


Los medios se han llenado de “opiniones personales”. No hay programa o periódico que no cuente en sus diarias ofertas con la “opinión personal” de alguno de sus entrevistados habituales.

Y esa constante apelación a resaltar las opiniones propias como personales, en mi personal opinión sólo puede deberse a que los declarantes también disponen de opiniones no personales, esas que son ajenas, que se suponen inducidas y se diferencian de las primeras en que no necesitan titularse como propias.

Aunque la comunidad científica todavía lo ignore, al parecer, nuestro cerebro dispone de dos espacios perfectamente delimitados para albergar las opiniones. Uno de los depósitos sirve para generar las personales y el otro se ocupa de almacenar aquellas de las que nos apropiamos.

En una sociedad en la que todo el mundo opina lo mismo y, lo que es peor, lo opina de la misma forma, lo único que nos permite diferenciar una opinión de otra es esa coletilla que subraya la autoría del juicio, la responsabilidad de la opinión. De ahí que haya opiniones a secas y opiniones personales.

Lo que no acabo de entender es… ¿personal de quién?

cuentos cortos / eduardo parra


CACERÍAS

“¡Los tengo! ¡los atrapé!” gritaba eufórica, mientras entre varios intentaban controlarla. Arrinconada, la forzaron a abrir las manos ateridas. Vieron atónitos sus propios rostros, brillando en pequeños fragmentos de espejo.


LUNÁUTICA

Una noche quiso acercarse y besarlo. Agradecerle los versos de salitre que el joven escribía para ella. Amaba las canciones que le compuso una vez, en un barco.

Pero el amor de los hombres es sólo de los hombres y la Luna no puede arrimarse tanto al mar.


RENCORES

La mano cruzó aquel rostro con certera alevosía de mujer indignada ante tanta miseria que nunca pudo reclamarle. ¡Después de 50 años, aparecer otra vez! ¿A buscar qué, me explicabas tú?

De pronto, la ligereza del viento le recordó que al recuerdo no se le puede abofetear.


CALORES

Joven y bella, nadie la rondaba. Hermosa y suave, nadie codició su vientre imberbe o el carmín de sus labios. Mientras cenaba, ni ella, ni su madre, ni su país entero, sabían que cuatro años eran suficientes para que Israel detuviese su latido, ardida en fósforo.

endecha / mario rivero


Estábamos perdidos
cuando nos encontramos
en aquel retraso de aeropuerto.

Yo estaba lleno de noche y de frío,
aunque había pasado tres días
en el "San Francisco",
con una muchacha de nalgas redondas.

Tu creíste que yo era un camionero.
Admiraste la vulgaridad de mi estilo
y me amaste por ello.
-No lo era.-

Yo creí que tú eras una princesa,
que arrastraba hasta mí su aburrimiento.
-Y es verdad.-

Como es verdad que seguimos estando perdidos.
Yo, por no poder soportar la realeza,
tú, por no saber nunca lo que estás haciendo.

un techo y un perro / Dardo Sebastián Dorronzoro


Cuando se cae un techo, empujado por las brujas,
se mueren nada más
que los que están debajo del techo, cerca del techo,
y vienen los periodistas, llora algún chico, llora alguna mujer,
alguien comienza a vender los fierros, los cascotes,
alguien reza por los pobres muertos,
hasta que llega un perro todo sarnoso, todo perro,
no saluda a nadie, no reza, no vende fierros ni cascotes,
no se queja cuando le pegan patadas los vigilantes, y sólo dice,
qué mundo de mierda, éste,
y se va
con una lágrima
corriéndole por los bigotes.

Dardo Sebastián Dorronzoro, en "Una sangre para el día"
(poeta desaparecido durante la dictadura militar argentina)



Dardo Sebastián Dorronzoro nació en San Andrés de Giles, provincia de Buenos Aires, en 1913. Poeta, publicó sus primeras obras en un periódico socialista al que adhería ideológicamente.

Aunque escribió mucho, publicó sólo dos libros de poemas: Una sangre para el día (Papeles de Buenos Aires, 1975), y Llanto americano (aparecido ocho años después de su desaparición, en 1984). También publico una novela: La nave encabritada, que fuera premio de novela Emecé, en 1964. Algunas otras quedaron inéditas, como: La grieta, Para no morir, Quien heredará nuestra sangre y Fusiles al amanecer. También tiene un volumen de cuentos no publicado con el título de La porción del diablo.

El 25 de junio de 1976 fue secuestrado por un Grupo de Tareas de su casa en el barrio La loma, en la ciudad de Luján. El mismo mes que desaparecían Francisco Urondo y Miguel Ángel Bustos.

arte poética / otto rené castillo


Hermosa encuentra la vida quien la construye hermosa.
Por eso amo en ti
lo que tu amas en mi:
La lucha por la construcción
hermosa de nuestro planeta.

Cinco mujeres / eduardo galeano


18 de enero de1978
La Paz

—El enemigo principal, ¿cuál es? ¿La dictadura militar? ¿La burguesía boliviana? ¿El imperialismo? No, compañeros. Yo quiero decirles estito: nuestro enemigo principal es el miedo. Lo tenemos adentro.

Estito dijo Domitila en la mina de estaño de Catavi y entonces se vino a la capital con otras cuatro mujeres y una veintena de hijos. En Navidad empezaron la huelga de hambre. Nadie creyó en ellas. A más de uno le pareció un buen chiste:

—Así que cinco mujeres van a voltear la dictadura.

El sacerdote Luis Espinal es el primero en sumarse. Al rato ya son mil quinientos los que hambrean en toda Bolivia. Las cinco mujeres, acostumbradas al hambre desde que nacieron, llaman al agua pollo o pavo y chuleta a la sal, y la risa las alimenta. Se multiplican mientras tanto los huelguistas de hambre, tres mil, diez mil, hasta que son incontables los bolivianos que dejan de comer y dejan de trabajar y veintitrés días después del comienzo de la huelga de hambre el pueblo invade las calles y ya no hay manera de parar esto.

Las cinco mujeres han volteado la dictadura militar.

ese beso / claribel alegría


Ese beso de ayer
me abrió la puerta
y todos los recuerdos
que yo creí fantasmas
se levantaron tercos
a morderme.

POR LAS NOCHES / Claribel Alegría




Por las noches
en sueños
más de un amigo muerto
resucita
al despertar
me pregunto
si ellos también
me han soñado.

no puede / claribel alegría



No puede conmigo
la tristeza
la arrastro hacia la vida
y se evapora.

Poesía, Sociedad Anónima GC / Gabriel Celaya


Como yo no soy yo, represento a cualquiera
y le presto mi voz a quien aún no la tenga;
o repito otras voces que siento como mías
aunque, hasta sin querer, siempre de otra manera.

Parezco personal, mas digo lo sabido
por otros hace siglos. O quizás, ayer mismo.
Ojalá me repitan sin recordar quien fui
como ahora yo repito a un anónimo amigo.

¡Oh futuro perfecto! No hay otra permanencia
que la de ser un eco corregido por otros
que no sabrán mi nombre, ni - espero - mi aventura.
Tampoco yo sé bien quién habla en mi conciencia.

Si algún día un muchacho nos plagia sin saberlo
y en él, lo ya sabido, vuelve a ser un invento,
estaremos en él, invisibles, reales,
como otros, ahora en mí, son corazón de un ave.

Es eso, y no los versos guardados en los libros,
lo que, venciendo el tiempo, sin forma durará
en la obra colectiva y anónima, aún en ciernes,
transformando y creando conciencia impersonal.

(Itinerario Poético, 1976)

viernes, 1 de mayo de 2009

PARA SEGUIR / Luis María Pirro

para caro en estos momentos tan difíciles.... y a paula en ese viaje eterno...



Juntar un montón de risas de antes,
de esas color sepia,
ya vencidas por el tiempo, deshilvanadas.
Agregarle una lágrima nueva, grande,
bien salada, fresca,
recién apretada por la boca.
Beber de un sorbo.
Se verá aparecer entonces a un ser querido
con un sueño compartido
sostenido entre sus manos.
Puede ser con forma de paloma,
flor o algodón.
Capturar ese momento.
Retener su esencia.
Preservar el corazón.
Darle refugio al alma.
Y antes que se disipe
en el horror o en el olvido,
justo antes,
en ese preciso instante
y de una sola vez
devolverle todo a la utopía....

no te amo como si fueras rosa de sal / pablo neruda






para bajar el audio: http://www.divshare.com/download/5894213-b66

* No Te AMo CoMo Si FueRaS RoSa De SaL...
No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
O flecha de clavees que propagan el fuego,
Te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
Secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
Dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
Y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
El apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni dónde,
Te amo directamente sin problemas ni orgullo,
Así te amo porque no sé amar de otra manera
Sino así de este modo en que no soy ni eres,
Tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
Tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

hasta mañana... por mario benedetti....



HASTA MAÑANA

Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja

para la muerte, que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño

que a Dios invoco, pero no le pido nada,
con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido

por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?

Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.

No me lo digan cuando me despierte.

jueves, 30 de abril de 2009

homenaje a idea vilariño


Ya no

Ya no será,
ya no viviremos juntos, no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa, no te tendré de noche
no te besaré al irme, nunca sabrás quien fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad lo que dijiste que era,
ni quién fuiste, ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido vivir juntos,
querernos, esperarnos, estar.

Ya no soy más que yo para siempre y tú
Ya no serás para mí más que tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives, con quién
ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No te veré morir.



Un huésped

No sos mío
no estás
en mi vida
a mi lado
no comés en mi mesa
ni reís ni cantás
ni vivís para mí.

Somos ajenos
túy yo misma
y mi casa.
Sos un extraño
un huésped
que no busca no quiere
más que una cama
a veces.

Qué puedo hacer
cedértela
pero yo vivo sola



Desnudez total

Ya en desnudez total
extraña ausencia
de procesos y fórmulas y métodos
flor a flor,
ser a ser,
aún con ciencia
y un caer en silencio y sin objeto.
La angustia ha devenido
apenas un sabor,
el dolor ya no cabe,
la tristeza no alcanza.
Una forma durando sin sentido,
un color,
un estar por estar
y una espera insensata.
Ya en desnudez total
sabiduría
definitiva, única y helada.
Luz a luz
ser a ser,
casi en amiba,
forma, sed, duración,
luz rechazada.


ESTÁS VIVO EN MI PECHO.../ Claribel Alegría



Estás vivo en mi pecho
y sólo yo te siento.
Eres el alquimista
que transforma en poesía
nuestro llanto.

sábado, 11 de abril de 2009

AMOR / claribel alegría




Todos lo que amo
están en ti
y tú
en todo lo que amo.

ARS POÉTICA / Claribel Alegría


Yo,
poeta de oficio,
condenada tantas veces
a ser cuervo
jamás me cambiaría
por la Venus de Milo:
mientras reina en el Louvre
y se muere de tedio
y junta polvo
yo descubro el sol
todos los días
y entre valles
volcanes
y despojos de guerra
avizoro la tierra prometida.

ayer / fernando rojas


una vez tal vez habríamos bailado
apretados al alba o a la memoria
tal vez en el abrazo un beso largo como tiempo
o como el largo de la orilla del beso de la tierra

tal vez una mañana habría visto tus ojos
los habría despertado con un beso
o les habría robado el alma hasta aprenderlos

un día sin pensarlo habría volteado hacia el camino
sin ver los pasos y sin ver los cielos
los resplandores las sombras los infiernos
los perros flacos y los amarillos

tal vez habría mordido un labio
en un beso letal o habría mojado a besos
tus manos y tu sexo
tus piernas y tus senos
tus miedos tus oídos tus albas tus incendios

tus labios con mi nombre tejido

sin remedio

mira / fernando rojas


mira desde lejos el desorden de mi mesa
el montón de papel en mi escritorio

mira que no sé si es un desorden
pues yo sé dónde está cada cosa
o un orden no espacial, invisible

será que miro de cerca tanta cosa
o dejo de mirar

será que ya no miro ni tu ausencia

Un poema al padre del escepticismo: Raúl Alfonsín


31 de marzo de 2009

el problema no es
ni el punto final
ni la obediencia debida
ni el felices pascuas
ni la casa está en orden
ni la masacre en la tablada
ni haber dicho que las madres
de plaza de mayo
eran desestabilizadoras
ni la economía de guerra
ni llamar héroes de malvinas
a un montón de militares golpistas
ni el pacto de olivos
ni haber ordenado
un pedido de captura internacional
para juan gelman.

el problema es
que hoy murió el padre
de nuestro escepticismo y esa muerte
no nos deja ninguna
esperanza.

Pablo Marchetti


Pablo Marchetti es escritor, músico y periodista. Fundador de la revista Barcelona y cantante y compositor del grupo Falopa. El viernes 3 de abril recitó esta poesía en la presentación que ese grupo musical realizó en Mu. Punto de Encuentro.

Los poemas / Víctor Casaus



Por suerte sólo nacen
de esta rabia y este desconcierto
de este sudor imperceptible entre los dedos /sólo
nacen de la furia y la nostalgia
de una mirada /que no está/
de un temblor /que se recuerda/ de unas ganas de cantar y de contar
cada segundo en la fiesta de la vida
por suerte sólo nacen
donde/como/cuando
deben nacer.

domingo, 5 de abril de 2009

 
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