la jaula / JAVIER VILLAFAÑE

La jaula


Nació con cara de pájaro. Tenía ojos de pájaro, nariz de pájaro. la madre, cuando salió del hospital, la envolvió en una manta y le cubrió el rostro.

- ¿Nena? –le preguntaban las vecinas.

- Sí, nena –respondía la madre.

Y mostraba a la recién nacida envuelta en una manta desde la cabeza hasta las rodillas. Sólo se veían las piernas y unos escarpines color rosa.

- Que Dios se la guarde, señora.

- Gracias.

Cuando la niña fue a la escuela, las compañeras la llamaron La garza. Una vez, en un recreo, le dijeron:

- Volá.

Y ella lloró.

Nació con cara de pájaro. Tenía ojos de pájaro, nariz de pájaro. La madre, cuando salió del hospital, lo envolvió en una manta y le cubrió el rostro.

- Que Dios se lo guarde, señora.

- Gracias.

Cuando el niño fue a la escuela, los compañeros lo llamaron El cuervo. Una vez, en un recreo, le dijeron:

- Volá.

El apretó los puños y lloró.

Ni ella ni él volvieron a mirarse en un espejo. Se miraban en la pared cuando tenían que peinarse.
Ella no salía de su casa. Le ayudaba a coser a su madre.

El no salía de su casa. Le ayudaba a hacer el pan a su padre.

Una vez, ella fue a un baile de Carnaval disfrazada de Colombina. Llevaba zapatos de raso y una antifaz blanco. El fue al mismo baile disfrazado de Pierrot. Llevaba zapatos de charol y un antifaz negro.

Pierrot bailó con Colombina. Colombina sintió la ano de Pierrot que le acariciaba el cuello. Pierrot sintió la mano de Colombina que le apretaba la mano. Colombina y Pierrot salieron del baile tomados del brazo. Una pared los detuvo. Ninguno de los dos se animaba a quitarse el antifaz. Oían la música de la orquesta. Se acariciaban las manos. Ella fue más valiente; se sacó el antifaz y dijo:

- Esta es mi cara.

Él se sacó el antifaz y dijo:

- Esta es mi cara.

Se quedaron mirándose un largo rato y se besaron. Volvieron a ponerse el antifaz y siguieron bailando.

Un mes después se casaron. Nueve meses después tuvieron un hijo.

El llegó a la casa con una jaula.

- ¿Qué es eso? –Preguntó ella.

- La cuna –respondió él.

Ella entró en la jaula con el hijo en brazos. Después entró él y cerró la puerta. Los tres se quedaron en la jaula, y fueron muy felices. Cantaban y se abrazaban con las alas.

domingo, 24 de agosto de 2008

0 Comments:

 
cheqa - Wordpress Themes is proudly powered by WordPress and themed by Mukkamu Templates Novo Blogger