Breve historia de un encanto.

Dedicada a toda la tropa cósmica y parajes aledaños.
Breve historia de un encanto.

VICENTE CORREA


Esta crónica aconteció poco después de haber cumplido con el requisito de la pasantía de ley. Todavía mis emociones bullían cargadas de ruralidad. La provincia sureña San Juan de La Maguana había sido lo mejor de mi vida en muchos años a la redonda. El próximo escalón lo constituía la residencia médica, pero aún estaba lejos en el tiempo. Había terminado en agosto de 1983 y las residencias empezaban en junio. El desempleo obligó a establecerme en la populosa barriada Los Ángeles del kilómetro trece de la autopista Duarte, en la periferia de la capital. En una bonita y decente casita justo a la vera de una polvorienta calle central clarinada de ruidos y palabrotas me asenté con un cartelón enmaderado que decía ´´Centro Médico doctor Correa´´. Allí pernoctaba casi todo el día combinando mi labor médica y estudiando ávidamente para estar preparado a la hora de los exámenes para las residencias médicas.

Mi sabrosura innata no tardó en acarrearme amistades de todos los calibres, desde el filosófico policía retirado Altagraciano, hasta la perversa Sinforosa, una rubia postiza que de inmediato me hizo saber por trasmanos que dominaba como ninguna otra mujer el mundo del sexo. Los chismes y la política competían con las ensordecedoras bachatas y merengues, sin dejar atrás al necio de Don Eneas y su insoportable altoparlante llamándonos a nosotros los mundanos a convertirnos al evangelio. No puedo negar que entré con buen pie al barrio. A las pocas semanas ya estaba más o menos bien posicionado en el sector. La atención primaria en salud que ofrecía llenó las expectativas y ya me sentía ser parte importante de Los Ángeles.

Una tarde me llegó al consultorio Úrsula, una linda y simpática joven con una cortadura en su mano izquierda provocada por sí misma mientras trataba de destapar una lata de salsa de tomate. No era una situación de envergadura, aunque el sangrado hacía aparentar lo contrario. Es más, los pocos puntos de sutura transcurrieron en medio de lo que hoy llamamos chercha o chanzas. Úrsula era una mujer mestiza bonita y bien formada, con una discreta mancha frontal próxima a la sien izquierda. La anestesia aplicada sirvió para algunos chistes y de buenas a primera se puso a mis órdenes para que en cualquier momento asista al negocio de expendio de comida donde trabajaba.

-Está al lado de la gasolinera, allá afuera, doctor. No deje de pasar por allá.

-Gracias Úrsula.

Y no pasó de ser eso: un caso rutinario de cortadura, sutura y prescripción de antitetánica. No puedo alardear de cumplir con la ética médica ciento por ciento. Algo más de veinte años luego de aquella breve historia de un encanto, debo reconocer que Úrsula era hermosa, pero de verdad mi ética médica no se alteró…hasta una semana después.

Fue una maldad lo que hizo Úrsula cuando asistió a retirarse los puntos de sutura. ¡Eso no se hace! Nadie puede ir a un centro médico a dizque quitarse unos puntos, en esa fachada. ¡No señor!

-¡¿Y dónde es la fiesta?!

-En ninguna parte, doctor. Vine a quitarme los puntos.

No sabía que la gente se maquillaba así para ir a un simple procedimiento que lo hace cualquier analfabeto. No era posible que la ética médica me obligara a sólo observar su hermosa mano ya restablecida. Cómo podía obviar esos pantalones adosados estrechamente a su cuerpo amazónico, cómo rehuir la mirada a una cintura descubierta, con una simple blusa que apenas cubría los senos. Era una clara provocación, una centelleante invitación a desoír juramentos y moralidades etéreas.

-Úrsula, así no se va al médico.

De verdad le hablaba en forma moralista y un dejo de temor, en aquél consultorio sin nadie más a la vista, acompañado de esta escultural mujer que no dejaba escapar la más mínima oportunidad de sonreír, incitando la humanidad que todos llevamos debajo de las vestimentas. En pocos minutos su mano izquierda ya estaba libre de las puntadas y un reproche dejó escapar, dando a entender cierta queja de indiferencia por parte mía.

-Me dejó esperando. Le iba a brindar una buena cena…

Hablaba como un animal en celos. La coquetería es imposible que se le escurra al doctor Correa. El Diablo empezó a laborar. Úrsula no era una paciente en el estricto sentido de la palabra; quiero decir que no estaba enferma. Una cortadura no es sinónimo de enfermedad. Yo estaba soltero y no tenía la más mínima pizca de homosexual. Mi motocicleta XL-100, herencia de mis días en la lejanía sanjuanera, estaba a la espera de una aventura más, de las muchas que fue cómplice.

No supe de dónde, de cual recóndito escondrijo de mi cerebro salió el ángel de la cordura y la mesura –del que no era muy asiduo para aquellos días-, y me llamó la atención. ´´donde se trabaja no se goza, ni donde se goza se trabaja´´, ´´te puede salir caro´´, ´´aguántate´´…

Pero el demonio no daba señales de ceder. ´´El Campito está cerca, allí las cervezas son frías y no cobran caro´´, ´´arranca para allá, que la moto y yo no somos jabladores´´…

Fue cuando sonó el golpe en la puerta. Tocaban y de buenas a primera varias personas estaban en la sala de espera. Mi presupuesto no daba para tener secretaria, de modo que debí dejar a medio camino el conflicto existencial ético-mundano y atender a los recién llegados, entre ellos una señora con un niño en brazos, con evidentes signos de deshidratación, por una enteritis, de acuerdo a los datos que me ofreció en breves palabras y lo que pude atinar a vuelo de pájaro en el menos.

- Úrsula, te prometo que pasaré por allá esta noche.

El resto de la tarde fue de trabajo, a tal punto que me olvidé de Úrsula. Ya casi de noche despaché al niño y su madre, y de verdad que me había olvidado de Úrsula. Vine a reparar en ella ya en mi casa. No estaba en eso de volver a salir hacia el kilómetro 13, detrás de una falda. ´´será mañana´´, dictó en mi inconsciente un victorioso Lucifer. Mi determinación era sólida y firme: la noche de ese día sería para recordar.

--------0--------
El día siguiente fue rutinario. No recuerdo cuantos pacientes vi; ese detalle es imposible determinar luego de tantos años transcurridos. Pero nunca olvidaré a Arcadio Hidalgo, un hombre serio y de trabajo, de quien me hice amigo varios días después de instalarme en la barriada. Tenía una linda familia, con su esposa y tres hijas, ningún varón. Fue a consultar por una enfermedad de hombre. Al parecer, las canas al aire también son de los hombres serios y casados. Lo cierto es que me extrañó. Pues esperaría esa consulta en Leonel, Porfirio o Humberto, el hijo del sargento Momo, quienes no salían de los lupanares y otras madrigueras de mala muerte. ¡Pero Arcadio! ¡No pude ser!

-¡Doctor Correa, me arde el caño de la orina!

No solo era la sensación urente en su uretra. Había también un ganglio inflamado en la ingle derecha. Era evidente que estaba afectado de una enfermedad venérea.

-¡Coño, también me sale una vaina amarilla cuando me lo exprimo, doctor Correa!

Me recordó al ´´hombre con la menstruación´´ que había curado en La Maguana un año atrás; era el mismo caso. Una ampolla de Togamycin que tenía en mi maletín fue a parar a una tapa de nalga de Hidalgo y la pregunta no se hizo esperar, de mi parte.

-¡¿y quien te pegó eso, Arcadio?!

Me dejó frío y estupefacto. Suerte que ya había puesto la inyección.

-!Un cuero que trabaja al lado de la gasolinera; una que tiene una mancha en la frente, creo que se llama Úrsula!.

A pesar de mis firmes convicciones como hombre de ciencia y conflictos con Enea el evangélico, tuve el impulso de arrebatarle su altoparlante, hinchar las venas de mi cuello y vociferar ¡Dios es grande!

jueves, 17 de julio de 2008

BALADA PARA LOS NIÑOS QUE SERÁN POETAS


BALADA PARA LOS NIÑOS QUE SERÁN POETAS

I

La reina Til desnuda una risa de fragua.
Todos los pájaros de la danza nacen en su pie volátil.
Sus ojos parecen dos lebreles recién castigados...
Desde un país en donde se abre el huevo de las mañanas
vino el Príncipe a caballo de su alegría:
—¡Busco tu risa forjada por herreros musicales
y alegre como la sal gema que hacen arder los brujos!
Tu reír es el asta donde flamean los días asoleados;
yo soy un hondero que soñó con el pájaro de tu risa...
Pero no busco tu danza
ni tus ojos más tristes que dos viudas.
El Príncipe se fue a caballo de su alegría:
la reina Til desnuda una risa de fragua...

II

Desde su río que se estira como un lagarto bajo el sol
llega el rey Bamb:
—¡Amo tu pie gracioso como el de un elefante
y más grato que la muerte de los tíos ilustres!
Las abuelas textiles no poseen dos agujas como tus pies;
amo el viento de tu danza que te hace girar, linda veleta...
Pero no busco tu reír inútil
ni tus ojos de gata soltera.
El rey Bamb se fue a su país de lunas incautas:
la reina Til ha quedado sola...

III

Mas, he ahí que Sir Olaf llegó en trineo
desde su estepa geográficamente sentimental:
—¡Quiero tus ojos iguales a dos mediodías con lluvia
y helados como dos focas en el mismo témpano!
En tu mirar, oh Reina, se posan las golondrinas cansadas;
busco tus ojos más largos que la noche de seis meses...
Pero no amo tu risa de lobo
ni la danza que incendia tu pie.
Sir Olaf huyó en su trineo
hacia un país de soles resfriados...

IV

La reina Til se ha convertido en una cisterna
y ha de dormir por muchos días;
hasta que llegue un Rey que busque
los pies bailarines
los ojos que llueven,
la risa de fragua.

poemas sueltos de jaime sabines


poemas sueltos de jaime sabines


—Quiero una Tota, digo, a la hora del almuerzo y Julito se apresura a corregirme:
—No se dice Tota, papá se dice ko-ka-ko-la.
—Bueno, quiero una Coca Cola.
A los tres años y medio, Julito aprende nuestro idioma después de habernos enseñado el suyo. Y su facultad de aprender es mayor que la nuestra de olvidar. Son muchas las voces que nos ha dado y de las cuales no podemos deshacernos.
—Compra unos pipis, le digo a mi mujer al entrar al cine, y Julito me reprende: "papá, son palomitas".
Nos ha enseñado a gustar de las películas de vaqueros y las aventuras de Tarzán. Y nos llama la atención sobre las avipas, las hormigas y los saltamontes.
¡Cuántas cosas no le debemos a Julito! Sobre todo este espíritu que aprende a recrearse de nuevo en las cosas simples.

Recuerdo su primera impresión de la muerte. Fue frente a un conejito que murió a los dos días de estar en casa. Julito me lo trajo de las patitas, tieso, como un trocito de madera.
—No se mueve, papá, está muy feo.
—¿Lo tiramos a la basura?
—Sí, tíralo, está feo.
Y no creo que nadie diga nada mejor acerca de la muerte. Ni de la vida.

Poemas sueltos-Jaime Sabines

creo


J. G. Ballard
(Gran Bretaña, 1930)
Creo


Creo en el poder de la imaginación para rehacer el mundo, para soltar las riendas de la verdad dentro de nosotros, para demorar la noche, para trascender la muerte, para congraciarnos con los pájaros, para ganarnos la confianza de los locos.
Creo en mis propias obsesiones, en la paz de los bosques sumergidos, en la excitación de las playas de vacaciones cuando están desiertas, en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio de los estacionamientos de muchos pisos, en la poesía de los hoteles abandonados.
Creo en el vuelo, en la belleza de las alas y en la belleza de todo lo que ha volado siempre, en la piedra arrojada por un chico con la misma sabiduría de los estadistas y de las parteras.
Creo en la inexistencia del pasado, en la muerte del futuro y en las infinitas posibilidades del presente.
Creo en los próximos cinco minutos.
Creo en la historia de mis pies.
Creo en los dolores de cabeza, en el aburrimiento de los atardeceres, en el miedo de los calendarios, en la traición de los relojes.
Creo en la muerte del mañana, en la fatiga del tiempo, en nuestra búsqueda de un tiempo nuevo dentro de la sonrisa de las azafatas en los ómnibus de larga distancia y dentro de los ojos cansados de los hombres que controlan el tránsito en los aeropuertos fuera de temporada.
Creo en la imposibilidad de la existencia, en el humor de las montañas, en el absurdo del electromagnetismo, en la farsa de la geometría, en la crueldad de la aritmética, en el propósito asesino de la lógica.
Creo en las adolescentes , en como se corrompen a sí mismas por la posición que adoptan sus largas piernas, en la pureza de sus cuerpos desarreglados, en los vellos púbicos que dejan en los baños de los telos mas infames.
Creo en la delicadeza de los bisturíes quirúrgicos ,en la ilimitada geometría de la pantalla de cine, en el universo oculto dentro de los supermercados, en la soledad del sol, en la charlatanería de los planetas, en la repetitividad de nosotros mismos, en la inexistencia del universo y en el aburrimiento del átomo.
Creo en la muerte de las emociones y en el triunfo de la imaginación.
Creo en todas las excusas
Creo en todas las razones
Creo en todas las alucinaciones
Creo en todas las mitologías, recuerdos, mentiras, fantasías, evasiones
Creo en el misterio y en la melancolía de una mano, en la gentileza de los árboles, en la sabiduría de la luz...

reicito y su familia

si hay alguien a quien quiero con la vida es al reicito y su familia... espero algún día poder darles un abrazo grande!!!
esta foto fue maravillosa! gracias!!


POR LA PIEL DE UN PAÍS (1994 – 2004)

EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
POR LA PIEL DE UN PAÍS (1994 – 2004)
Pablo Méndez Borroto

Sí, te lo digo de esta forma:
Teníamos talento.
Y hasta un pedazo de estado civil
para testificar la piel.
--Más bien-- el desamparo
que transita por la piel de un país
en el que solo malgastamos
la saliva no dicha
o mal interpretada en cementerios.
Tú y yo como eclipses
que endurecen floraciones
y el correo de las balsas
(por sobre los naufragios).
Tú y yo arrastrándonos las tumbas
que escapan del turismo
(por sobre los naufragios).
Cuando nos bebían las pausas del paisaje
y la desolación era un himno más
un pasaporte menos
flotando en la risita de la noche.
Así nos fue imposible
almacenar cierto talento.
Extraviarme como parte
de esa luz violadora
en la resurrección del emigrante.
Hoy que para siempre en todo mar
la rebeldía es una sombra atada
a la metamorfosis de aquellos
que trafican sus dedos al vacío.
Hoy que presiento la carne
distante de su (mi) escombro.
Y notifico tu acta notarial
entre los arrecifes de esta ausencia
que llega y llega
consumiendo lo insepulto que fuimos
por dentro de otro espacio sin nombre.

Escucha: es por la nicotina del balsero
que vendieron la rabia
al precio de una ola.
Porque también la rabia
se viste como duende.
Y se acordona el corazón
con tu cigarro de madera.

Escucha: ha sido por el pito de los trenes
que estas vírgenes flotantes
no desempeñan su posición social.
Aunque mi loco prefiera ser
la Perestroika de una ciudad
apuntalada por sus ruinas.
Y tú desde Chicago me amontones
una transnacional con sombras
regalando un saco de fastidios
al señor presidente del país.

Ahora regresas
Porque el turismo
impuso en ti sus cromosomas.
(aunque yo sigo siendo tu huérfano de agosto).
Y es tan urgente saber que hemos crecido.
Que somos los de siempre.
Regateando otro Período Especial
para los ojos de nadie o simplemente de ti
que ya eres Hamilton por la esquina del mendigo
cuando también otra persona grita
con demasiado polvo detrás de su perdón.
Y la noche es solo un documento migratorio
que gira y canta en rondas de secuestros
hacia el EXILIO DE LA MUERTE.

¡Oh, mira, aquí está el culo de Belinda!
Aplauden.
Aplauden largamente las costas.
El teatro ríe... se despren(de) la luz
y yo también regalo aquel himen de anclas
con homenajes militares y todo
por el culo remero de Belinda.
Entonces me enseñaste
la escena del fantasma que ya eres
y allí se me cerraron las cortinas.
Como dos palos debajo de los parques.
Como dos parques encima de los mares.

Por si acaso te lloran con tu doble.
Por si tal vez la historia se repite.


MIRAR AL REMO
Y SU EXTRAÑA VESTIDURA
Y te creíste el dueño de una isla
armando trabalenguas sin parcelas de cielos.
Y te nombraron ministro imperdonable
de las carpinterías.
Solo necesitabas transfigurar
la piel del violador
cuando maullaban con decoro
aquella tanta hambre y tu verdad.
Anoche acumulé en mi puerta
la tristeza y otro escándalo público
pero nadie sirvió de culpable o de snobista
ante el humo enemigo
ante la luz postiza de esos fieles difuntos
que astillan tu escena de payaso
para que siempre flote un caracol
y un huevo encima de los mares.
Mares por donde no me nazco
confundiendo el ripio de la carne
con diez centavos de nubes.
Centavos en los que por fin
veíamos traficar tu cigüeña y mi espejo
entre las fieras alquiladas por rostros semejantes.
Y te creíste el dueño de una isla.
aberración de remo.
Solitario mapa al fondo de estas sombras
cuando lloran las madres
y el tiempo se derrite
como quien del espacio
besa la niña de sus ojos.
Éramos los de nunca
(el mensaje)
NO ANID(AR). NO LLEG( ).
Solo por puta demagogia faltaban las palabras

DIARIO DE LA IGNOMINIA

Primer día

En puerto sin nombre
quedó a favor de nadie el esqueleto.
El polvo disfrazado como ropa

quienes depositaron
por sobre la visa de sus tenis
ambigüedades concisas al vacío.
Fue la sombra quien los desenterró
de ese polvo de esas sórdidas cáscaras
y luego expuso su humedad
para sacrificarlos
ante la noria del prójimo
donde sin dudas compartir la ley
sería inútil.Porque nadie se brinda espontáneamente.
O porque en toda oscuridad debe existir
un parlamento poco conocido.
¡Exilio fango del que nunca serás una llanura!

Segundo día
Han sido ya de nadie las mundanas calles
del mañana
Y la penumbra gravita este dolor ajeno
esa finísima forma de haber sido
en su momento una materia un punto límite
donde se almacenan como escorpiones las burbujas.
Burbujas que pretenden desviarse de tu cuerpo
no por la penumbra
sino por aquellos que testificaron
a favor de la palabra
o simplemente sirvieron al adiós
del que nunca dijo despedirse
sino mas bien: ¡regresaré!

Tercer día

De la prensa.
Granma. Noviembre 27, 2002

"Los días 19 y 20 de noviembre las televisoras
norteamericanas y agencias de prensa
internacionales informaron que el día 17 en horas
de la madrugada, había zozobrado una lancha
rápida de las que se dedican al tráfico de personas,
procedentes de la Florida y con matrícula
norteamericana, que habría recogido a un grupo de
alrededor de 30 personas, entre ellas 13 niños".
.............................
"Será también una expresión de luto por los niños
inocentes que , bajo el horror de escenas tal vez
indescriptible, vieron tronchadas sus cortas y alegres
vidas como consecuencia de la política criminal
seguida contra nuestro país durante muchos años".

Cuarto día

El océano impone sequedad
sobre la fuente que a finales de siglo
expulsa esta mujer llamada Habana.
Ustedes descorren la supuesta fosa.
Ustedes obedecen al sitio imposible del asfalto
para desde allí ver la proeza de los cadáveres
que sirven como templo
o como viejo óxido halando la desolación
que en mi garganta impuso la fuente
(No la ciudad cementada por el fuego).
Hasta ayer tuve casa y nombre
para huir del silencio que imponen las palabras
y luz en la que jamás hallaste
el comienzo de las cosas que terminan
y zapatos sepultos e insepultos
donde amé largamente el seno derecho
de quien nace después...
¡Bésame honores militares!
Mi oficio de balsero
gotea en tu pretexto moribundo.
Ya no pregunten si he de flotar
por dentro de mi propia carne
o si esta se impuso ante la jugosidad
de su legítimo himno.
Yo me desgarro.
Yo me trituro.
Yo me destierro.
Detrás queda la zona prohibida.

Quinto día

Advierto:
Creció el luto pero no su buena vestidura
hacia los fieles difuntos.
Creció la gloria eterna
balsa
lancha
avioneta
Por sobre el suntuoso snack-bar del hotel
que drena su arrogancia a quien nunca pensó
sentirse un animal violado y despojado
en su propio cadáver.
Creció clásicamente el desorden y el orden
que en casa decoraban los ojos de mamá.
Ahora no vayas a imponer la baba de tus huesos.
Ahora limítate como recompensa
creando en tu animal la historia de un país.
Hoy pienso estar intacto y ofendido...
Una madera golpea el naipe con la luz
otros ya vienen en camino a conquistarla.

Amanecer (en amor mayor para dos voces)


asterisco: sugiero escuchar el poema con los dos enlaces que les coloco a continuación, así queda más bonito!





Amanecer (en amor mayor para dos voces)
Macario

Despierta la mañana.
En la suave penumbra del alba
siento la voz
de tus pasos por mi mente,
llenando de luz el vacío
que dejaron las pesadillas esta noche.
Veo tu risa clara (Mi luz te llega)
asomando por la ventana, (por esa rendija del alba)
llamando a la vida (buscándote)
en este día amarillo, y nuevo.
Te vuelves polvo, (lo negro)
te veo volar junto a mi, (de tus ojos abiertos)
te respiro, te toco, (es el remedio)
me acaricias la sombra, (contra las pesadillas),
apagando mi miedo
Te bebo a sorbos pequeños, (estoy en ti)
sello mis labios (en tu boca cerrada;)
por tu sabor, (de la imaginación, la causa)
disfrutando cada gota, (que juega con las palabras),
de recetas tuyas (dichas un día,)
recordadas por la frescura de esta mañana.

Mientras me visto de superviviente
para sumergirme en la ciudad,
hago mi oración matutina:
pequeña de mi amor
no me desampares
de noche ni de día.
Amen.

domingo, 13 de julio de 2008

INSTANTÁNEA

Gonzalo Rojas
INSTANTÁNEA


El dragón es un animal quimérico, yo soy un dragón
y te amo,
es decir amo tu nariz, la sorpresa
del zafiro de tus ojos,
lo que más amo es el zafiro de tus ojos;

pero lo que con evidencia me muslifica son tus muslos
longilíneos cuyo formato me vuela
sexo y cisne a la vez aclarándome lo perverso
que puede ser la rosa, si hay rosa
en la palpación, seda, olfato

o, más que olfato y seda, traslación
de un sentido a otro, dado lo inabarcable
de la pintura entiéndase
por lo veloz de la tersura
gloriosa y gozosa que hay en ti, de la mariposa,

así pasen los años como sonaba bajo el humo el célebre
piano de marfil en la película; ¿qué fue
de Humphrey Bogart y aquella alta copa nórdica
cuya esbeltez era como una trizadura: qué fue
del vestido blanco?

Décadas de piel. De repente el hombre es décadas de piel, urna
de frenesí y
perdición, y la aorta
de vivir es tristeza,
de repente yo mismo soy tristeza;

entonces es cuando hablo con tus rodillas y me encomiendo
a un vellocino así más durable
que el amaranto, y ahondo en tu amapola con
liturgia y desenfreno,
entonces es cuando ahondo en tu amapola,

y entro en la epifanía de la inmediatez
ventilada por la lozanía, y soy tacto
de ojo, apresúrate, y escribo fósforo si
veo simultáneamente de la nuca al pie
equa y alquimia.

Mayo hundió treinta y un garfios en mi espalda...

Román Luján
Mayo hundió treinta y un garfios en mi espalda...

MAYO HUNDIÓ TREINTA y un garfios en mi espalda
Cómo explicarlo: el mundo
solía esperarme a la vuelta de la esquina
deseable por lejano inmerecido
futuro aún en su cáscara
justo antes de pudrirse

Pero una tarde —certeza de lo inmóvil—
el hastío del mismo ocaso mismo puño mismo nombre
mismos aparadores celando la belleza
irrumpió con su enjambre de silencios
con su discreta furia

Cada golpe
fue exacto paciente irreversible:
el ansia por ejemplo y sus relámpagos
sacudieron el cielo de la alcoba
devastaron
senderos vírgenes de tanta incertidumbre
Superado el incendio
cierta angustia
fue esparciendo mandíbulas de acero en el follaje
de aquel mes carnicero
y una a otra gotearon mis entrañas
en su espiral nocturna

Mayo hilvanó un collar de rostros un rosario
colgado entre las fauces de una hiena
que en sueños me persigue
sórdido bufón que exuda miedo
en las fisuras más tiernas de mi sombra
hasta volverme ajena la sintaxis
el pan del hambre asir una cuchara

Y ahora a pocos meses
de reunir las costras
dispersas en la almohada
de emerger ya sin córneas
que resistan el peso de la aurora
a poco de fingir
que el miedo cicatriza en mis costados
y apretar el mango del grillete
para no caer sin furia en qué morirse
hundo mi pie en el aire
reconozco
el mismo polvo ardiente en mi esqueleto
el mismo borrador abandonado
la fuerza que adelgaza en sus extremos
esta vacilación creciente de la sangre
que a ratos pacifica —robustece—
antes de volverse la resignación
del que no haya su reflejo
en el charco después de la tormenta

un poema revolucionario...

9 de Julio
1816 - 2008 Arde nuestra América hispana en un grito de Libertad e Independencia, es el grito subversivo de indios y criollos que se revelan contra el yugo colonial de la corona española, es el grito ahogado en sangre de los Tupac Amaru, de los Pedro Chumay, de los Juan Chalimin, es el grito de las tacuaras de los Güemes, de las Manuela la Tucumana, de las Juana Azurduy, es el grito de los sables y cañones de los Belgrano, de los Castelli, de los San Martín, es el grito de la pluma de los Moreno, de la poesía de los Parera, de la Música de los López y Planes, es el grito revolucionario de nuestro pueblo que comienza a librar la dura batalla interna y externa para declarar su independencia de toda dominación extranjera y dar a luz una nueva y gloriosa nación.

del Portal del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba, Sección 5 Patriotas

Meira Delmar

Este amor
(Del libro Reencuentro)

Como ir casi juntos
pero no juntos,
como
caminar paso a paso
y entre los dos un muro
de cristal,
como el viento
del Sur que si se nombra
¡Viento del Sur! parece
que se va con su nombre,
este amor.

Como el río que une
con sus manos de agua
las orillas que aparta,
como el tiempo también,
como la vida,
que nos huyen viviéndonos,
dejándonos
cada vez menos nuestros
y más suyos,
este amor.

Como decir mañana
y estar pensando nunca,
como saber que vamos
hacia ninguna parte
y sin embargo nada
podría detenernos,
como la mansedumbre
del mar, que es el anverso
de ocultas tempestades,
este amor.

Este
desesperado amor.

Meira Delmar

sábado, 12 de julio de 2008

el beso V Aleixandre

3

Así callado, aún mis labios en los tuyos,
te respiro. O sueño en vida o hay vida.
La sospechada vida está en el beso
que vive a solas. Sin nosotros, luce.
Somos su sombra. Porque él es cuerpo cuando ya no estamos.

CONTIGO / cernuda

CONTIGO

¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.

¿Mi gente?
Mi gente eres tú.

El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.

¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?

despierta la mañana..

Despierta la mañana.
En la suave penumbra del alba
siento la voz
de tus pasos por mi mente,
llenando de luz el vacío
que dejaron las pesadillas esta noche.
Veo tu risa clara (Mi luz te llega)
asomando por la ventana, (por esa rendija del alba)
llamando a la vida (buscándote)
en este día amarillo, y nuevo.
Te vuelves polvo, (lo negro)
te veo volar junto a mi, (de tus ojos abiertos)
te respiro, te toco, (es el remedio)
me acaricias la sombra, (contra las pesadillas),
apagando mi miedo
Te bebo a sorbos pequeños, (estoy en ti)
sello mis labios (en tu boca cerrada;)
por tu sabor, (de la imaginación, la causa)
disfrutando cada gota, (que juega con las palabras),
de recetas tuyas (dichas un día,)
recordadas por la frescura de esta mañana.

Mientras me visto de superviviente
para sumergirme en la ciudad,
hago mi oración matutina:
pequeña de mi amor
no me desampares
de noche ni de día.
Amen.

Ramon Lopez Velarde / ¿QUÉ SERÁ LO QUE ESPERO?

Ramon Lopez Velarde
¿QUÉ SERÁ LO QUE ESPERO?


Tus otoños me arrullan
en coro de quimeras obstinadas;
vas en mí cual la venda va en la herida;
en bienestar de placidez me embriagas;
la luna lugareña va en tus ojos
¡oh blanda que eres entre todas blanda!
y no sé todavía
qué esperarán de ti mis esperanzas.

Si vas dentro de mí, como una inerme
doncella por la zona devastada
en que ruge el pecado, y si las fieras
atónitas se echan cuando pasas;
si has sido menos que una melodía
suspirante, que flota sobre el ánima,
y más que una pía salutación;
si de tu pecho asciende una fragancia
de limón, cabalmente refrescante
e inicialmente ácida;
si mi voto es que vivas dentro de una
virginidad perenne aromática,
vuélvese un hondo enigma
lo que de ti persigue mi esperanza.

¿Qué me está reservado
de tu persona etérea? ¿Qué es la arcana
promesa de tus ser? Quizá el suspiro
de tu propio existir; quizá la vaga
anunciación penosa de tu rostro;
la cadencia balsámica
que eres tú misma, incienso y voz de armónium
en la tarde llovida y encalmada...

De toda ti me viene
la melodiosa dádiva
que me brindó la escuela
parroquial, en una hora ya lejana,
en que unas voces núbiles
y lentas ensayaban,
en un solfeo cristalino y simple,
una lección de Eslava.

Y de ti y de la escuela
pido el cristal, pido las notas llanas,
para invocarte ¡oscura
y rabiosa esperanza!
con una a colmada de presentes,
con una a impregnada
del licor de un banquete espiritual:
¡ara mansa, ala diáfana, alma blanda,
fragancia casta y ácida!

sábado, 5 de julio de 2008

Tonada del albedrío/ Silvio Rodríguez, poema al Ché.

Poema de Silvio Rodríguez, incluido en el CD Ernesto Che Guevara, de la Colección Palabra viva.

Tonada del albedrío

Dijo Guevara el hermoso,
viendo al África llorar:
en el imperio mañoso
nunca se debe confiar.

Y dijo el Che legendario,
como sembrando una flor:
al buen revolucionario
solo lo mueve el amor.

Dijo Guevara el humano
que ningún intelectual
debe ser asalariado
del pensamiento oficial.

―Debe dar tristeza y frío
ser un hombre artificial,
cabeza sin albedrío,
corazón condicional.

Mínimamente soy mío,
ay, pedacito mortal.

2008

El testigo

Dionisio Aymará
El testigo



'...LA VERDAD, TODA LA VERDAD
Y NADA MÁS QUE LA VERDAD'


Juro decir la verdad
toda la verdad que conozco
y sólo la verdad cuya lumbre terrible
he palpado
he sentido con toda la piel
y toda la vigilia y el ojo
de mi conciencia más abierto que nunca

Y digo de seguidas
ese día tal vez era como los otros que he vivido
pero llovía tenazmente
llovía
en todas partes
en todo el universo llovía o debía llover
porque el hambre y el odio
y el desamparo y la amenaza
y tantas otras cosas que duelen hasta el fondo
se convocaron para el más funeral
de los ritos
para la más desgarradora
de todas las ceremonias que se han celebrado
a través de los siglos

Y vi un mendigo que tenía la cara
parecida a la nuestra
que tenía llagado el pensamiento
como el nuestro
vi una calle donde otros hombres se confundían
con la niebla y el polvo
según el clima propio del lugar
vi una plaza cubierta de anillos
piedras falsas
palabras también falsas
una plaza cubierta de pequeñas serpientes
aves sacrificadas
baratijas
y botellas colmadas de lejía
y de otras poderosas sustancias
destinadas a carcomer

Allí soplaba un viento
una ceniza
pesada de antigüedad y mercaderes
y numerosos mercaderes
cuyos nombres no vale la pena decir
pues eran tantos como las hojas que se pudren
en los pantanos desde tiempos inmemoriales
eran tantos
son tantos
que podrían abatir
a pesar de su pequeñez todos los puentes
si pasaran unidos pero no se unen porque no son capaces de amor

Digo la verdad
lo que he visto

Ese día se cometió un asesinato
se robaron ovejas para ofrendarlas a quién sabe
qué ídolos
se cometieron otros delitos mayores y menores
y todo porque el hombre tenía demasiada facilidad
para quedarse ciego a su arbitrio
para olvidarse de si mismo
de su desnudo semejante
todo porque el hombre olvidaba
con demasiada facilidad
la sangre los incendios las grandes devastaciones
ocasionaron sus pasiones sus manos
a lo largo de millares y millares de años

Y yo he visto con estos ojos míos con esta
mirada mía que apagara por fin la tierra
todo lo que hago constar
lo que he presenciado desde mi ser
llagado de impotencia
desde el abismo de mi más absoluta desesperación

Los automóviles
ruedan velozmente por calles
y avenidas nocturnas
y casi interminables desoladoras autopistas
y hay en la noche trasatlántico y gigantescos edificios
que parecen zozobrar y cohetes que giran
en el espacio y están todos
llenos de piel humana y corazón también humano y
esperanza y angustia y otra vez
y millones de veces
esperanza y angustia

Y mientras todo gira
todo se mueve como los astros las hormigas
la sangre
aquí una mano se prepara en la sombra
para herir aquí mismo
precisamente en este planeta
y se consuma
la nueva degollación
de los inermes de los últimos inocentes de este tiempo

Yo he visto cómo bailan el twist
en los festines más amargos
los jóvenes que invalidan la noche
con el ruido de los motores
yo les he comprendido
los he visto desorientados y sin prójimo

Muchachas que pudieran amar
acechan desde sus sitios más oscuros
muchachas que pudieran ser
como las damas que en el fondo
de insultantes mansiones
se horrorizan de la prostitución
y no saben
y no quieren saber que detrás de los rostros
bellas fachadas muros dignos
detrás de toda piel
de toda superficie arde un incendio
arden unas imágenes a menudo inconfesables

Repito que juro decir la verdad
toda la verdad que me quema los ojos
y sólo la verdad cuyo terrible resplandor
cuchillo de relámpagos
me hiere como un
largo dolor por dentro

Vi una mano crispada vi los brazos
de un hombre golpeado de pronto por toda su soledad
por todo
el horror de este mundo
y fui testigo de su lucha y de
agonía solísima
(Yo nada pude hacer porque uno se muere a pesar
de las palabras que nos llaman
para que no nos alejemos
nada pude
la gente pasa pero allí donde uno
se enfrenta con su propio destino
sólo uno tal vez sabe morir como es debido)

Fui testigo del hambre y del espanto que alargaba
los rostros
hasta no ser sino gritos de humo
ramalazos de odio
y vi con estos ojos que serán pábulo de la tierra
toda la angustia la amenaza y el miedo
que hoy se disputan el dominio del hombre

Todo esto lo ha presenciado
lo ha visto este testigo
imparcial y veraz que soy que he sido
Todos estos y otros muchos delitos menores y mayores
los puede ver
en lugar cualquiera del mundo
a cualquier hora un hombre
un ser cualquiera de este tiempo

jueves, 3 de julio de 2008

la noche de los feos / benedetti


entonces sólo un feo sabrá cuánto tenemos que sufrir quienes no cumplimos con los cánones de la última moda y el fashon...

La noche de los feos
Mario Benedetti

1
Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia.
Tampoco puede decirse que tengamos ojos tiernos, esa suerte de faros de justificación por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza. No, de ningún modo. Tanto los de ella como los míos son ojos de resentimiento, que sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que enfrentamos nuestro infortunio. Quizá eso nos haya unido. Tal vez unido no sea la palabra más apropiada. Me refiero al odio implacable que cada uno de nosotros siente por su propio rostro.
Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos -de la mano o del brazo- tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas.
Nos miramos las respectivas fealdades con detenimiento, con insolencia, sin curiosidad. Recorrí la hendidura de su pómulo con la garantía de desparpajo que me otorgaba mi mejilla encogida. Ella no se sonrojó. Me gustó que fuera dura, que devolviera mi inspección con una ojeada minuciosa a la zona lisa, brillante, sin barba, de mi vieja quemadura.
Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía mirarme, pero yo, aun en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos rubios, su oreja fresca bien formada. Era la oreja de su lado normal.
Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del rudo héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de admirar lo lindo. Mi animadversión la reservo para mi rostro y a veces para Dios. También para el rostro de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería sentir piedad, pero no puedo. La verdad es que son algo así como espejos. A veces me pregunto qué suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura en la frente.
La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando se detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que charláramos un rato en un café o una confitería. De pronto aceptó.
La confitería estaba llena, pero en ese momento se desocupó una mesa. A medida que pasábamos entre la gente, quedaban a nuestras espaldas las señas, los gestos de asombro. Mis antenas están particularmente adiestradas para captar esa curiosidad enfermiza, ese inconsciente sadismo de los que tienen un rostro corriente, milagrosamente simétrico. Pero esta vez ni siquiera era necesaria mi adiestrada intuición, ya que mis oídos alcanzaban para registrar murmullos, tosecitas, falsas carrasperas. Un rostro horrible y aislado tiene evidentemente su interés; pero dos fealdades juntas constituyen en sí mismas un espectáculos mayor, poco menos que coordinado; algo que se debe mirar en compañía, junto a uno (o una) de esos bien parecidos con quienes merece compartirse el mundo.
Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó) para sacar del bolso su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo.
"¿Qué está pensando?", pregunté.
Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma.
"Un lugar común", dijo. "Tal para cual".
Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a fondo.
"Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?"
"Sí", dijo, todavía mirándome.
"Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida."
"Sí."
Por primera vez no pudo sostener mi mirada.
"Yo también quisiera eso. Pero hay una posibilidad, ¿sabe?, de que usted y yo lleguemos a algo."
"¿Algo cómo qué?"
"Como querernos, caramba. O simplemente congeniar. Llámele como quiera, pero hay una posibilidad."
Ella frunció el ceño. No quería concebir esperanzas.
"Prométame no tomarme como un chiflado."
"Prometo."
"La posibilidad es meternos en la noche. En la noche íntegra. En lo oscuro total. ¿Me entiende?"
"No."
"¡Tiene que entenderme! Lo oscuro total. Donde usted no me vea, donde yo no la vea. Su cuerpo es lindo, ¿no lo sabía?"
Se sonrojó, y la hendidura de la mejilla se volvió súbitamente escarlata.
"Vivo solo, en un apartamento, y queda cerca."
Levantó la cabeza y ahora sí me miró preguntándome, averiguando sobre mí, tratando desesperadamente de llegar a un diagnóstico.
"Vamos", dijo.

2
No sólo apagué la luz sino que además corrí la doble cortina. A mi lado ella respiraba. Y no era una respiración afanosa. No quiso que la ayudara a desvestirse.
Yo no veía nada, nada. Pero igual pude darme cuenta de que ahora estaba inmóvil, a la espera. Estiré cautelosamente una mano, hasta hallar su pecho. Mi tacto me transmitió una versión estimulante, poderosa. Así vi su vientre, su sexo. Sus manos también me vieron.
En ese instante comprendí que debía arrancarme (y arrancarla) de aquella mentira que yo mismo había fabricado. O intentado fabricar. Fue como un relámpago. No éramos eso. No éramos eso.
Tuve que recurrir a todas mis reservas de coraje, pero lo hice. Mi mano ascendió lentamente hasta su rostro, encontró el surco de horror, y empezó una lenta, convincente y convencida caricia. En realidad mis dedos (al principio un poco temblorosos, luego progresivamente serenos) pasaron muchas veces sobre sus lágrimas.
Entonces, cuando yo menos lo esperaba, su mano también llegó a mi cara, y pasó y repasó el costurón y el pellejo liso, esa isla sin barba de mi marca siniestra.
Lloramos hasta el alba. Desgraciados, felices. Luego me levanté y descorrí la cortina doble.

FIN

miércoles, 2 de julio de 2008

LA PARABOLA DEL BURRO

Cuanto diera y poder ser útil en estos momentos, tratar de pedirte que te olvides por un momento del agobiante mundo y talvès ofrecerte mis brazos para que descanses o mis hombros para que llores, no se!, hacer algo para sentirte relajada y optimista este dìa, en fin, sin embargo se me ocurre al menos compartir contigo esta parábola, ojalá sirve de algo...

(gracias..sirvió muchísimo!!!!!!!)

LA PARABOLA DEL BURRO



Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer. Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo. Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra. El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio.. con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra. Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando... La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba.
Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos... ¡¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!!! Recuerda las 5 reglas para ser feliz:

1. Libera tu corazón del odio.
2. Libera tu mente de las preocupaciones.
3. Simplifica tu vida.
4. Da más y espera menos.
5. Ama más y... sacúdete la tierra porque en esta vida hay que ser....solución, no problema.
(y aunque no creo en recetas para el alma, me cayó muy bien esta dosis :))

The Genius Of The Crowd / Charles Bukowski

OH HUMANIDAD! NO LLEGUEMOS A ESTO!!!!!


(versión traducida)
El genio de la multitud

Hay suficiente traición y odio,
violencia.
Necedad en el ser humano
corriente
como para abastecer cualquier ejército o cualquier
jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.
Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.
Y los que mejor luchan en la guerra
son -AL FINAL- aquellos que
predican
PAZ.
Aquellos que hablan de Dios.
Necesitan a Dios
Aquellos que predican paz
No tienen paz.
Aquellos que predican amor
No tienen amor.
Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.
Cuidado con
Aquellos que
Están siempre
Leyendo
Libros.
Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que
no conocen.
Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no son nada
solos.
Cuidado con
El hombre corriente
Con la mujer corriente
Cuidado con su amor.
Su amor es corriente, busca
lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar
a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir
cualquier cosa
que difiera
de lo suyo.
Al no ser capaces
de crear arte
no entenderán
el arte.
Considerarán su fracaso
como creadores
sólo como un fracaso
del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es
incompleto
y entonces te
odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta
Su mejor
ARTE.


(versión original)
The Genius Of The Crowd
Charles Bukowski

there is enough treachery, hatred violence absurdity in the average
human being to supply any given army on any given day

and the best at murder are those who preach against it
and the best at hate are those who preach love
and the best at war finally are those who preach peace

those who preach god, need god
those who preach peace do not have peace
those who preach peace do not have love

beware the preachers
beware the knowers
beware those who are always reading books
beware those who either detest poverty
or are proud of it
beware those quick to praise
for they need praise in return
beware those who are quick to censor
they are afraid of what they do not know
beware those who seek constant crowds for
they are nothing alone
beware the average man the average woman
beware their love, their love is average
seeks average

but there is genius in their hatred
there is enough genius in their hatred to kill you
to kill anybody
not wanting solitude
not understanding solitude
they will attempt to destroy anything
that differs from their own
not being able to create art
they will not understand art
they will consider their failure as creators
only as a failure of the world
not being able to love fully
they will believe your love incomplete
and then they will hate you
and their hatred will be perfect

like a shining diamond
like a knife
like a mountain
like a tiger
like hemlock

their finest art

Tal vez no sepas nunca cuándo y cómo / Julia Prilutzky

lo raro es que apareces de nuevo asì con la caradurez.. y acusàndome que yo no te respondo correos, que yo te bloqueo en mi chat.. que yo soy la bruja cruel e insensible... entonces te digo una vez màs... constancia.. còmo explicarte que lo ùnico que pido es constancia.. entonces apareces, lo intentas... pero me doy cuenta que no... que ya no es lo mismo.. que ayer pasò y que hoy ya no es ayer....


Julia Prilutzky
Tal vez no sepas nunca cuándo y cómo

Tal vez no sepas nunca cuándo y cómo
quise salvar mi amor, tu amor. El nuestro.
Una vez será tarde.
Yo presiento
esa herida que avanza,
ese cierto dolor de no querernos.
Cómo decirte ahora:
mírame aún, así, trata de verme
como soy, duramente.
Con mi ternura. Claro, y mis tormentas.
Cómo decirte: sálvalo, si quieres
y cuídalo. Se te ha ido de las manos,
se me va de la sangre y no regresa.
Cómo decirte que te quiero menos
y que quiero quererte como entonces.
Y que entiendas
y no te encierres más.
Y me dejes creer en ti, de nuevo.
Cómo decirte nada.
Un día será tarde. Tarde y lejos.

Cómo decir de pronto.../Julia Prilutzky

mi duende siempre me dice... acuèstate con èl pero no sientas.. disfruta el momento pero no sientas... pero yo no puedo :( soy una perfecta sentidora...
lo triste -màs triste- es que de repente cuando dices a alguien: te necesito, ese alguien te dice: hoy no puedo...tengo otra cosa que hacer...



Julia Prilutzky
Cómo decir de pronto...

Cómo decir de pronto:
tómame entre las manos,
no me dejes caer. Te necesito:
Acepta este milagro.
Tenemos que aprender a no asombrarnos
de habernos encontrado,
de que la vida pueda estar de pronto
en el silencio o la mirada.
Tenemos que aprender a ser felices,
a no extrañarnos
de tener algo nuestro.
Tenemos que aprender a no temernos
y a no asustarnos
y a estar seguros.
Y a no causarnos daño.

alma desnuda / alfonsina storni

y tambièn soy un cuerpo desnudo.. quièn creyera que cuando me pongo el vestidito verde, sòlo llevo eso y nada màs... :)


Alma desnuda
alfonsina storni

Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.

soledades / mario benedetti

hubiera querido poder grabar toda la conversaciòn que tuve con èl en apenas dos horas... no necesitamos estar en un lugar fino ni caro.. ahì nos quedamos en el auto conversando como si el tiempo no hubiera pasado...
èl màs delgado.. yo màs gorda...
èl y su español raro.. yo y mi tralala sin parar...
entonces me dijo que era un año desde que nos vimos por ùltima vez... y claro que lo recordè, fue en la cosa esa de policìa donde se sacan los permisos para salir del paìs...
una de las cosas que le contè y por lo que mi hijo cree que estoy loca es que le decìa que si yo me ganaba la loterìa, lo primero aunque fuera lo ùnico que harìa, es contratar a una persona que a cualquier momento del dìa que yo necesite, me acariciara el cabello -o me hiciera piojito en el pelo en tèrminos castizos...-.

hasta dònde puede llegar la soledad.....


Mario Benedetti
Soledades

Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah! pero si existiera con minúscula
sería semejante a nuestra breve presoledad

después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad

ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente solo en el mundo

sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo

los datos objetivos son como sigue :

hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos

claro que la soledad
no viene sola

si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se verá un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por
terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente

después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad

conforme
pero que vendrá después
de la soledad

a veces
no me siento tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que màs allá
de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea
preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad....

pre-ocúpame

sábado, 28 de junio de 2008

poesía de alberto blanco enviada por mario bergés

Mario Bergés todos los lunes suele enviar a la tropa bellas palabras como para alegrar la semana.. aquí lo que envió el pasado lunes:


"Hoy les traigo un poeta mexicano contemporaneo : Alberto Blanco.
Conocí su poesía navegando en la web y cala hondo.
Que tengan bonita semana.
Mario"



DECLARACIÓN DE AMOR A LA ORILLA DEL MUNDO

Todo lo que no alcanzamos a decirnos
lo dijeron los árboles temblando por nosotros:
las espigas rosadas al borde del camino,
los pájaros hundidos en su canto invisible
y un rumor que venía de todas partes y de ninguna.

Recuerdo que me detuve a recoger una piedra
y la levanté con gran cuidado -amorosamente-
como si hubiera sido un pajarillo
que acabara de caerse de su nido.

La puse junto a tu oído y te dije:

- Cierra los ojos…
¿la escuchas?

- Sí, ¿qué es?

- Es la niebla.

MI TRIBU

De lago en lago,
de bosque en bosque:
¿cuál es mi tribu?
-me pregunto-

¿cuál es mi lugar?
Tal vez pertenezco a la tribu
de los que no tienen tribu;
o a la tribu de las ovejas negras;
o a una tribu cuyos ancestros vienen del futuro:
una tribu que está por llegar.

Pero si he de pertenecer a alguna tribu
-me digo-
que sea a una tribu grande,
que sea una tribu fuerte,
una tribu donde nadie
quede fuera de la tribu,
donde todos,
todo y siempre
tengan su santo lugar.

No hablo de una tribu humana.
No hablo de una tribu planetaria.
No hablo siquiera de una tribu universal.
Hablo de una tribu de la que
no se puede hablar.


Una tribu que ha existido siempre
pero cuya existencia está todavía por ser comprobada.
Una tribu que no ha existido nunca
pero cuya existencia
podemos ahora mismocomprobar.


ÁRBOL

Asciendo de la tierra
que a todos nos sostiene:
Hay luz entre mis hojas
y sombra en mis costados.

En mi copa sonora
los pájaros se mecen
Como si nunca fueran
a regresar al cielo.

Me basta así (Ángel González - Pedro Guerra)


este poema es una maravillosa verdad triste..
que si fuera hombre ya sería mío.. pero como soy mujer.. me lo dedico a falta de alma caritativa que se fije en esta mujer llena de sensibilidad..




Me basta así
(Ángel González - Pedro Guerra)
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-;
entonces,

si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando-luego-callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.)

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto…

últimamente ando algo perdida..


con el perdòn de ismael serrano y respetando sus derechos de autor, me tomo este texto en femenino..

Últimamente
(Ismael Serrano) en manos de Vanesa Vergara
Últimamente ando algo perdida,
me han vencido viejos fantasmas,
nuevas rutinas -los tìpicos errores que una nunca deja de cometer-.

Y en cada esquina acecha un ratero
para robarme las alhajas -que no tengo-, los recuerdos -demasiados-,
las felicidades -ocasinoales- y -otros demoños-...

De un tiempo a esta parte
llego siempre tarde
a todas mis citas -mentira, no hay citas...-

Y la vida me parece una fiesta
a la que nadie
se ha molestado en invitarme.

De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.

Últimamente ando desconcertada,
así que ponte a salvo, porque en este estado
ando como loca -mismo-.

Y me enamoro de hombres comprometidos, (ya no hay solteros disponibles en este mundo),
llenos de abrazos -que no valoran,
llenos de mentiras -puras patrañas-.

De un tiempo a esta parte, a mi amor propio algo le falta,
lo has dejado unos puntos
por debajo del de Kafka - y unos cuantos aurelianos-.

Y la vida me parece una fiesta
a la que nadie
se ha molestado en invitarme.

De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.

Últimamente planeo una huida
para rehacer mi vida,
probablemente en Marte -aunque el bùho me hizo pensar que serìa mejor saturno-.

Seguro que allí no hay nadie empeñado en aconsejarme:
"Vanesa, ¿qué te pasa?
No estudias, no trabajas -solo mandas mails a la tropa y duermes nada-".

Y qué vamos a hacerle,
si es que últimamente ando algo perdida,
si te necesito.

Si de un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.

Han de venir tiempos mejores -porfavorcito que sea ràpido!!-,
cometeré más errores, daré menos explicaciones,
y haré nuevas canciones -o lo que fuera-

en las que te cuente cómo, últimamente,
son tan frecuentes -TAN FRECUENTES- tristes amaneceres
ahogando mis finales -un final màs-,

repetidos, cansados,
miserables,
llenos de soledades -saudades ciertamente-.

De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.

(2008

Nigromancia al silencio /macario

desde hace mucho tiempo he aprendido que una de las mejores formas de comunicarme es el silencio...
este poema es de mi bello amigo macario.. a veces quisiera que no estés tan lejos..(mentira, siempre quiero que no estés tan lejos..)


Nigromancia al silencio
En presencia de las ausencias
convoco al silencio,
conjuro ideas,
hechizo su voz.

Invoco recuerdos presos
de alma añeja,
sueños agazapados en el futuro,
a la presente frustración...,

De ellos bebo el elixir,
llego al éxtasis,
me solarizo;
entonces apago el frío,
entonces mato al silencio
con el silencio mío.

la cita / alfonso canales


no sé hace cuánto no tengo una cita sin intenciones sexuales...

Alfonso Canales
La cita

Amor, amor, amor, la savia suelta,
el potro desbocado, amor, al campo,
la calle, el cielo, las ventanas libres,
las puertas libres, los océanos hondos
y los escaparates que ofrecen cuando hay
que ofrecer al deseo de los vivos.
De los vivos, amor, de los que olvidan
que un día no habrá puertas ni ventanas,
ni potro ni raudales de la hermosura
para estos, estos ojos, estos ojos
donde habrá que engastar unas monedas
-y otra bajo la lengua-, por si acaso
al barquero le sirven o al que busque
sueños de ayer, de hoy, bajo la tierra.
Bajo la tierra, amor, trufas, estatuas,
oro, cántaros, dioses
apagados, amor, tesoros, premios
de la ansiedad.
Amor, dame la mano,
no te conozco, amor, no importa, dame
la mano, amor, no la conozco, nunca
importa demasiado conocerse.
Abre los ojos, no, no puedo, abre
la boca, ¿dónde está tu risa, dónde
se duerme tu palabra? Amor, no tengo
más risa, más palabra: Amor.
Te doy,
a cambio lo que esperas.¿Tú lo sabes,
tú sabes lo que espero? Amor, ¿tú tienes
lo que espero? Es amor, amor y el mundo
como está, como es, con estas vías
abiertas con las cosas
que con amor se hacen, con la gracia
de hacer las cosas con amor, con tiempo
para formarlas con amor, con fuerzas,
aguas de amor para apagar el miedo.

Poema de Benedetti a Allende

Poema de Benedetti a Allende

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza,
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar mas para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

viernes, 27 de junio de 2008

del abelito ...

habìa una vez una niña que subiò al telefèrico de milindoquitodemividayotecantoconamor, con alguien a quien
quiere mucho, y le hizo bailar el chullita quiteño a semejante altura...

èl escribiò esto...

Alguien me pregunto hoy -¿Cómo estás?, como siempre me suelen preguntan, y como siempre respondo –Estoy sentado.



Pero esta mañana me preguntaron y…

Mi garganta levemente inflamada
raspa el viento que me interna,
y mi voz como erosionada
se oye en breves semicírculos de voces ajenas...

Mi traje azul,
cadencioso al compas de estos días grises
poco logra en su intento abrigador,
la corbata ploma ajustada con dulzura
toma el pulso vital de mi respiración.

Mis zapatos, negros y sucios,
como hambrientos huérfanos
caminan las calles húmedas,
sus pasos -los míos-
ensombrecidos largan piedrecillas en las aceras,
convidan compañías ágiles de niños escolares,
se detienen a sus gritos y correríos sin presagios.

Mi piel,
monótona y limpia,
larga capa de insensible naturaleza,
absorbe la humedad de una ducha tibia,
se estremece a ratos,
cuando se entretocan -por ejemplo-
mis dedos en cualquier parte.

Mi cabello largo,
largo como las esperas incómodas,
como los libros inconclusos,
se derrama estéril pasto negro sobre mis sienes,
su desparpajo siempre, su inmovilidad siempre.
A ratos mis dedos
buscan en su espesura el calor del carbono de sus pelos,
ahí escondidos del mundo
aman el verano que extrañan desde niños.

Mi rostro borroso cumple su acto rutinario,
los ojos dormidos miran,
la nariz decomisada huele,
los oídos sordos oyen,
y mis labios,
secos son el cauce de ríos de azufre,
grietas dolorosas,
surcos serranos de tristeza,
el hambre y la ausencia,
que importan mis labios.

Y adentro,
un motor ruge compases guitarreados,
vísceras y sangre abrazándose, amándose.
Así estoy.
¿Cómo estás tú? –Le dije.

Desde Tacna
Abel

P.d.
Salió el sol…
asterisco: una vez un coleguita mìa el de un colegio donde èramos psicòlogos, me dijo: COMO ESTAS.. y yo le respondì: Bien, gracias y tù?? Entonces dijo: NO VANE, NO ERA UNA PREGUNTA, ERA UNA AFIRMACIÒN, "!!!!còmo estàs!!!!! jijijij

desmesura / francisca aguirre

un dìa alguien me dijo desmesurada..
no sè quièn pero me lo dijo...
tampoco me acuerdo en què contexto ni por què...
bueno el asunto es que encontrè este poema y me acordè de la palabrita y fui al diccionario a buscarla...
desmesurada segùn el real diccionario... o mejor dicho segùn el diccionario real? o ese de la lengua española dice: 1. f. Descomedimiento, falta de mesura... entonces me fui a buscar ahì mismo la palabra mesura: (Del lat. mensūra, medida).
1. f. Moderación, comedimiento.
2. f. Gravedad y compostura en la actitud y el semblante.
3. f. Reverencia, cortesía, demostración exterior de sumisión y respeto.
4. f. ant. templanza (‖ virtud cardinal).
5. f. ant. medida.

y descomedida no soy... osea no serìa desmesurada.. pero mesurada tampoco porque muy pocas veces me modero o me pongo "grave" -aunque me digan lo contrario jiji-, pero eso de la sumisiòn olvìdenlo! respeto si, a quien se lo merece..bueno ya a quien no tambièn... templanza....no tengo nada templado :( en pocas no soy ni lo uno ni lo otro pero todo lo contrario.. en fin! que el poema ta lindo...

asterisco: premio a quien me dice què relaciòn tiene el texto con la imagen!!




Francisca Aguirre
Desmesura

A Javier Statié

Dijo que no. Y el Tiempo se quedó sin tiempo.
Luego, la vida hizo una pausa
y todo pareció recomponerse
como esos acertijos infantiles
en los que sólo falta una palabra,
una palabra necesaria y rara.
Pero dijo que no. Cerró los labios
y escuchó el gorgoteo de las sílabas
luchando por vivir a la intemperie.
Dijo que no. Y el tiempo oyó el silencio.
Luego, la vida hizo una pausa.
Y todo fue distinto: el dolor fue
más cauto, más sensato,
la lujuria lloró en su madriguera.
Y el tiempo inauguró sus máscaras:
hubo un pequeño espanto en los rincones,
temblaron los espejos agobiados
defendiendo impotentes el azogue.
Los pájaros callaron esa tarde
y la luna brilló blanca y sin manchas.
Ardió la noche como vieja tea
con la absurda avaricia de la muerte,
con su luto distante y pegajoso,
y un rencor resabiado y carcomido
descargó como lluvia en el desierto.
Entonces, sólo entonces,
oyó a su corazón ladrando
y se volvió despacio a los espejos
y los vio tiritar con mucho frío
y pedir compasión desde su escarcha.
Y no supo qué hacer con tanta desmesura:
cerró los labios y escuchó al silencio.

hoy me gusta la vida mucho menos / cèsar vallejo...


ocurre que mi poeta bello desaparece, o es parecido a esas luces intermitentes... y no dejo de pensarlo porque sè que està pasando por momentos difìciles.. y ya.. quisiera poder
apoyarlo màs.. pero no se puede.. hoy mientras pretendìa trabajar -mentira absurda- y me tomaba mi almuerzo -cafè muy caliente- recordè que me decìa mi poeta: "almuerza!" y yo terca...
en fin..
que a veces quisiera que las cosas me pasen a mì y no a quienes quiero... y para colmo de males se me cruzò cèsar vallejo por el camino... no es justo!



César Vallejo
Hoy me gusta la vida mucho menos...

Hoy me gusta la vida mucho menos,
pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.
Casi toqué la parte de mi todo y me contuve
con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.

Hoy me palpo el mentón en retirada
y en estos momentáneos pantalones yo me digo:
¡Tánta vida y jamás!
¡Tántos años y siempre mis semanas!...
Mis padres enterrados con su piedra
y su triste estirón que no ha acabado;
de cuerpo entero hermanos, mis hermanos,
y, en fin, mi ser parado y en chaleco.

Me gusta la vida enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquélla... Y repitiendo:
¡Tánta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tántos años y siempre, siempre, siempre!

Dije chaleco, dije
todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar.
Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado
y está bien y está mal haber mirado
de abajo para arriba mi organismo.

Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga,
porque, como iba diciendo y lo repito,
¡tánta vida y jamás! ¡Y tántos años,
y siempre, mucho siempre, siempre, siempre!

Lamporecchio

Lamporecchio
[Cuento. Texto completo]
Giovanni Boccaccio



Hermosas amigas, son muchos los hombres y mujeres majaderos que suponen que, por vestir a una moza con una blanca toca y una oscura vestidura, ha dejado de sentir apetitos femeninos, y de ser mujer, como si en roca la convirtieran al hacerla monja. Y si escuchan algo contrario a su convicción, se azoran como si algún gran y avieso mal se hubiese perpetrado contra la naturaleza, no pensando ni pretendiendo pensar en sí mismos, que poseen licencia completa para obrar como deseen hasta saciarse, ni reflexionando en el inmenso poder de la soledad y el ocio. Y muchos de aquellos también imaginan que el azadón y la pala, las comidas toscas, y las fatigas quitan por completo los deseos conscupiscentes a los trabajadores del campo y les hacen de ingenio y sagacidad muy romos.
Y, como los que así creen se engañan mucho, deseo aclarárselo con un relato, según la reina me ha mandado. Existía y aún subsiste en nuestro país un convento de religiosas muy famoso por su santidad, del cual su nombre no mencionaré para no mermar esa reputación. En el que, no hace mucho, residían ocho mujeres y una superiora, jóvenes todas, y vivía un hombre humilde que era hortelano de un hermosísimo jardín.
Y él, no contento con su paga, solicitó la cuenta a las mujeres y se regresó a Lamporecchio, de donde era originario. Y entre quienes con alegría le acogieron, había un labriego joven, corpulento, vigoroso y de buen semblante como de persona de aldea. Masetto se llamaba quien preguntó al recién llegado dónde había permanecido tanto tiempo. El hombre, que se llamaba Nuto, se lo contó, y Masetto le preguntó en qué servía en el convento. A lo cual Nuto respondió:
-Trabajaba yo en un amplio y hermoso jardín, y además iba a buscar leña por el bosque, y traía agua y realizaba oficios semejantes, pero me pagaban con tan poco jornal que ni para calzas me alcanzaba. Además, todas las monjas son jóvenes, y parecen que tienen el diablo en el cuerpo, de modo que nada se hace a su gusto, sino que, cuando en el plantío trabajaba yo, alguna llegaba y me decía: "Aquí coloca esto", y otra: "Aquello ponlo aquí", y otra, arrebatándome la azada, decía: "No está bien eso"; y tanto enfado me daba, que abandonando yo la faena me salí del huerto; así, entre una y otra cosa, no quise continuar más allí y me vine. Su administrador en cuanto partí, me rogó que si a alguien conocía de este oficio, se lo mandara, y se lo prometí; pero así Dios le haga tan sano de los riñones no pienso enviarle a nadie.
Oyendo Masetto las palabras de Nuto, sintió vivo deseo de estar con aquellas monjas, suponiendo que él podría cumplir allí sus deseos. Y, presumiendo que ello no ocurriría si decía algo a Nuto, le dijo:
-Bien has hecho en venir. ¿Qué hace un hombre entre mujeres? Mejor estaría con diablos, porque ellas, seis veces de cada siete, ni lo que quieren saben.
Y, acabados estos razonamientos, empezó Masetto a pensar cómo debía presentarse a ellas. Entendía el oficio de que Nuto le habló, pero temió que no le recibieran al verle demasiado mozo y bien parecido. Y, figurándose entre sí muchas cosas, imaginó: "El lugar es harto lejano de aquí y nadie me conoce. Si finjo ser mudo, de fijo me recibirán". Y, aferrándose a esta imaginación, echose la segur al hombro y, sin decir a nadie dónde iba, a guisa de pobre hombre entró en el convento, en el cual, al llegar, casualmente halló al administrador en el patio y, por señas, cual mudo, pidióle de comer por amor de Dios y ofrecióle, si quería, partir leña.
El otro diole de comer de buen grado y le puso ante unos troncos que Nuto no había podido partir, pero que el joven, que muy robusto era, en pocas horas cortó. El mayordomo, que necesitaba ir al bosque, le llevó consigo y, luego de hacerle cortar más leña, le puso el asno delante y por signos le indicó que lo llevara al monasterio.
Cumpliolo todo bien el joven, y el mayordomo, para que le sirviese en algunas cosas que le eran precisas, le tuvo consigo más días. Y, viéndole una vez la abadesa, preguntó quién era, y el otro repuso:
-Un pobre sordomudo, señora, que vino a pedir limosna y a quien he encargado algunas cosas que nos eran necesarias. Si supiese trabajar el huerto y quisiera quedarse, creo que nos prestaría buenos servicios, porque anda necesitado, y es fuerte, y podría hacer lo que quisiera. Y, además, no existiría peligro de que platicase con vuestras jóvenes.
A lo que dijo la abadesa:
-A fe de Dios que hablas en verdad. Mira si sabe labrar e ingéniate para retenerle. Regálale un par de zapatos y algún vestido viejo, halágale y dale bien de comer.
El hombre prometió hacerlo. Masetto, que estaba barriendo el patio, lo oyó todo y díjose, contento: "Si aquí me ponéis, yo os labraré el huerto como no os lo habrán labrado nunca". Viendo el administrador que el mozo labraba óptimamente, por señas le preguntó si quería quedarse allí. Y con señas respondiole Masetto que haría lo que a él le pluguiese, y cl hombre, aceptándolo, le impuso la tarea de cuidar el huerto y le mostró sus otras obligaciones, y luego, yendo a otras faenas del monasterio, le dejó. Y, trabajando un día tras otro, comenzaron las monjas a molestarle e importunarle y, como a menudo pasa con los mudos, le decían, no creyendo ser atendidas, las más injuriosas palabras imaginables. De lo cual la abadesa se curaba poco o nada, creyéndolo privado de oído como de habla. Y una vez que él había trabajado mucho y descansaba, dos monjas jovenzuelas que andaban por el jardín llegáronse a donde estaba y, creyéndole dormido, le miraron. Una, que era más atrevida, dijo a la otra:
-Si pensase que callabas, te diría un pensamiento que muchas veces se me ha ocurrido y del que tú también podrías aprovecharte. La otra respondió:
-Habla, que nada diré a nadie.
Y la arrojada comenzó:
-No sé si habrás parado mientes en lo estrictamente que vivimos, y en que aquí ningún hombre osa entrar, salvo el mayordomo, por viejo, y éste por mudo. Y yo muchas veces a mujeres que nos han visitado les he oído decir que todas las dulzuras del mundo son una burla por comparación a la que siente la mujer con el hombre. Por lo que muchas veces he determinado que, si con otros no puedo, con este mudo me he de ensayar, y más que es para el caso el mejor del mundo, puesto que nada puede ni sabría decir. Ya ves que es un mozallón estúpido, más crecido que sensato. Oiré tu parecer.
-¡Oh, lo que dices! -exclamó la otra-. ¿No sabes que hemos prometido a Dios nuestra virginidad?
-¡Oh -dijo la primera-, cuántas cosas que no se cumplen se le prometen todos los días! Si le hemos eso prometido, busca otra u otras que lo cumplan.
La compañera le dijo:
-¿Y si quedásemos embarazadas?
Su amiga alegó:
-Ya estás pensando en el mal antes de que llegue. Cuando se produzca, se podrá pensar. Mil modos habrá de arreglarse sin que nada se sepa, siempre que nosotras no lo digamos.
La otra, al oír esto, tuvo aún más ganas que la primera de probar qué animal es el hombre, y dijo:
-¿Y qué haremos?
La otra respondió:
-Ya ves que es sobre la nona. Creo que todas las monjas duermen menos nosotras. Miremos si hay alguien en el huerto y, si no, ¿qué otra cosa tenemos que hacer sino echar mano a éste y llevarlo a esa cabaña junto al manantial? Una puede estar con él y la otra estar al cuidado. Y como él es necio se plegará a lo que queramos.
Masetto oía este razonamiento y, presto a obedecer, no esperaba sino que le tomase una de ellas. Y habiendo las dos examinádolo todo y comprobado que de nadie podían ser vistas, la que había propuesto el lance, fue a Masetto y le despertó y él incorporose y ella, con obras lisonjeras, le tomó la mano, y mientras él reía neciamente, llevole a la cabaña, donde Masetto, sin hacerse rogar mucho, accedió a lo que ella quería. Y la monja, como leal compañera, una vez satisfecha, llamó a la otra y también Masetto se plegó a lo que ella quiso, sin dejar de mostrarse un entero simple.
Y así, antes de partirse, otra vez cada una quisieron saber cómo el mudo cabalgaba, y luego, departiendo entre sí, decíanse que aquello era tan dulce y más que lo que se hablaba. Y desde entonces, escogiendo horas adecuadas, iban a retozar con el mudo.
Ocurrió que, un día, una compañera suya las vio desde la ventanilla de su celda y se las mostró a dos compañeras más. Tuvieron ante todo razonamientos encaminados a acusarlas ante la abadesa, pero luego, cambiando de opinión, de consenso empezaron a participar también de Masetto, al cual, por diversos accidentes, las otras tres también hicieron compañía en varios casos.
Últimamente, la abadesa, andando un día de gran calor sola por el jardín, encontró a Masetto, el cual, durante el día, por la fatiga del mucho cabalgar por la noche, se había tendido a dormir a la sombra de un árbol. Y habiéndole el viento alzado las ropas, hallábase todo él descubierto. Lo que, mirándolo la mujer y hallándose sola, hízola caer en igual apetito que sus monjitas y, despertando a Masetto, se lo llevó a su cámara, donde le tuvo varios días, con gran desolación de las monjas al ver que su hortelano no salía a labrarles el huerto.
Y la abadesa probó y reprobó aquella dulzura que usualmente ante las otras solía censurar. En fin, mandole a su aposento y buscole otras veces, y como las demás le buscaban también, no pudiendo el hombre satisfacer a tantas, pensó que el seguir siendo mudo podría arrojarle gran daño, y una noche, estando con la abadesa, al separarse de ella, comenzó a decir:
-He oído, señora, que un gallo se basta para diez gallinas, pero que ni aun diez hombres se bastan para satisfacer a una mujer, de suerte que a mí me conviene servir a nueve. Por nada del mundo podría perseverar en ello, y aun con lo hecho, he venido a tal extremo, que ya no puedo hacer ni poco ni mucho, por lo que, o me dejáis ir con Dios, o buscáis remedio a este caso.
La mujer, oyendo hablar al que tenía por mudo, pasmóse y dijo:
-¿Cómo es esto? Te creía mudo.
-Señora -dijo Masetto-, lo era, pero no por naturaleza, sino por una enfermedad que me privó del habla, la cual solamente desde esta noche me ha sido restituida, por lo que alabo a Dios en cuanto puedo.
Creyolo la mujer y le preguntó qué significaba aquello de haber de servir a nueve mujeres. Lo contó todo Masetto, y la abadesa, advirtiendo que no había monja que no fuera más experta que ella, como discreta, y aunque sin dejar partir a Masetto, convino buscar remedio al mal con sus monjas, para que por Masetto no fuese el monasterio vituperado.
Y como en aquellos días había muerto el administrador, ellas, de común acuerdo, y revelándose entre sí lo hasta entonces hecho a escondidas, convinieron, con placer de Masetto, en hacer creer a las gentes del contorno que sus oraciones y los méritos del santo bajo cuya advocación estaba el monasterio habían restituido a Masetto el habla tan largamente perdida: y le hicieron administrador, y tan hábilmente se distribuyeron entre todas las fatigas del hombre, que él pudo fácilmente soportarlas. Y entre ellas, aunque bastantes monjitos el buen hombre generó, tan diestramente se llevó la cosa que nada se supo hasta después de la muerte de la abadesa. Siendo ya Masetto viejo, padre y rico, sin el trabajo de nutrir a sus hijos y costear sus gastos, habiendo con su agudeza sabido manejarse bien en la mocedad, volvió al sitio de donde había salido con la segur al hombro, afirmando que así trataba Cristo a quien le ponía cuernos en la cabeza.

Poesía indígena


Poesía indígena
Publicado por Julián Pérez Porto

Las culturas indígenas y autóctonas han sido claves en el desarrollo de la poesía latinoamericana. Mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón al continente, en lo que fue mal llamado como el "descubrimiento" de América (¿cómo descubrir un territorio poblado por otros seres humanos?), diversos grupos se dedicaban a las actividades poéticas, ya sea desde la tradición oral o mediante escritos.

Es imposible no mencionar al Popol Vuh (o Popol Wuj), el libro sagrado que recopila distintas leyendas del Quiché, una reino maya ubicado al sur de Guatemala. Esta narración pretende explicar el origen del mundo, los fenómenos naturales y las civilizaciones.

De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne;
de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas
del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne
de nuestros padres…
(fragmento del Popol Vuh)
La poesía maya también reconoce textos como "Canción al flechador", un canto ritual que propone

Alza bien tu frente,
alista bien la mirada,
no hagas errores
para que alcances tu premio.

En el México precolombino, por otra parte, aparece la figura de Nezahualcòyotl (1402-1472), quien fuera el monarca de la ciudad-estado de Tetzcuco y uno de los principales poetas de la cultura mexicana.

Con flores escribes, Dador de la vida,
con cantos das color,
con cantos sombreas
a los que han de vivir en la tierra.
(fragmento de "Con flores escribes", de Nezahualcòyotl)
La poesía indígena, claro, no se limita a las producciones precolombinas. Podemos recordar a Andrés Henestrosa, el poeta, narrador, ensayista, historiador y político que falleció en enero de este año. Hasta los 15 años de edad, Henestrosa sólo dominaba las lenguas indígenas zapoteca y huave.
Aunque aprendió español y hasta llegó a ser miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, Henestrosa no dejó de ser un gran divulgador de la literatura indígena. Es que las culturas siempre deberían poder convivir en paz, aunque la historia parezca demostrarnos lo contrario.

domingo, 22 de junio de 2008

THE SANDPIPER

hace unas semanas cayó un diluvio en mi ciudad... con granizo y todo eso.. corría un viento muy fuerte, y un pajarito, durante la hora del aguacero, se quedó parado inmóvil en los cables de electricidad... mi padre le explicaba a feli que no estaba muerto pues se hubiera caído... tampoco estaba electrocutado... era horrible pensarlo... llegamos a la conclusión que la fuerza del viento y el granizo harían que si el pajarito volaba hacia el árbol donde está su nido, seguro y terminaría estampado en el piso... pasó la lluvia, el pájaro se puso a trinar y llegó al árbol frente a mi ventana... entonces no sentimos mucho la lluvia...

Ivan Tubau
THE SANDPIPER

Hoy llueve todo el día y el termómetro
marca fuera dos grados sobre cero.
Seguramente vale la pena que la humanidad,
recorriendo a través de los siglos,
las abominaciones y
los millones de años luz en el camino
que lleva a la calefacción central
pueda ofrecer a un estornino
posado en la ventana, justo encima
del radiador,
los dieciocho grados del confort.

Lleva un buen rato tras el cristal. He abierto
la ventana pero no quiere entrar. No deja de mover
el pico emitiendo sonidos. ¿Qué debo hacer, Liz
Taylor? No sé ornitología, soy de letras y nací
en la ciudad. Cuando se vaya dentro de
once minutos no sabré si cantaba feliz o chillaba desesperado.
Ayúdame, Liz Taylor, tú que sabes de pájaros heridos
en Big Sur.

Muerte en el olvido

Muerte en el olvido
(Ángel González)

Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
—oscuro, torpe, malo— el que la habita...

lunes, 16 de junio de 2008

 
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