la soledad es horrible
y la calentura es tremenda y peor...
la memoria me devora en la noche
en la sábana posada tu huella
de la sien desciendes a la mano
y es ahí que en verdad despiertas
pasas de la sábana al cuello, lo besas...
me susurras lo que jamás dijiste,
las golpizas con tu indiferencia,
esta vacuidad que cuando vienes se agita.
me adentro en tus pechos
y manejo a mi ritmo tu cuerpo
de cinco paredes marchitas
e innumerables blancos cementerios...
quebranto las reglas del vino
pues me embriago en tu copa vacía,
me desangro entre sueño y sequía,
me desangro con la sangre dormida...
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