Lo suave de la sábana
no adormece la nostalgia
los verbos que tengo en un cajón
ruegan los saque
lloran y sus lágrimas inundan mi cuarto
el agua salada hace desaparecer el techo
y un manto negro transparente
se extiende sobre mi
me entrego a descifrar sus códigos
las estrellas
como una fila de hormigas
bajan por la pared
a iluminar su retrato
pero sus ojos me ven con lástima
entonces las hojas que he escrito
se vuelven polvo y la brisa nocturna
lo trae con su olor hasta mi pecho
Como si fuera cierto que he escrito
nada hay en el viento
nada hay en mi cama
nada hay en mis manos
solo un aroma de mujer perfecta
que a veces me mira
y se convierte en polvo de estrellas
Macario
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