VENTANA SOBRE EL CUERPO
La iglesia dice: El cuerpo es una culpa
La ciencia dice: El cuerpo es una máquina
La publicidad dice: El cuerpo es un negocio
El cuerpo dice: yo soy una fiesta
Las palabras andantes, Eduardo Galeano
LA NOCHE/1
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta
LA NOCHE/2
Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.
LA NOCHE/3
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.
El libro de los abrazos, Eduardo Galeano
EL MIEDO
Esos cuerpos nunca vistos los llamaban, pero los hombres nivakle no se atrevían a entrar. Habían visto comer a las mujeres: ellas tragaban la carne de los peces con la boca de arriba, pero antes la mascaban con la boca de abajo. Entre las piernas, tenían dientes.
Entonces los hombres encendieron hogueras, llamaron a la música y cantaron y danzaron para las mujeres.
Ellas se sentaron alrededor, con las piernas cruzadas.Los hombres bailaron durante toda la noche. Ondularon, giraron y volaron como el humo y los pájaros.
Cuando llegó el amanecer, cayeron desvanecidos. Las mujeres los alzaron suavemente y les dieron agua de beber.
Donde ellas habían estado sentadas, quedó la tierra toda regada de dientes.
Memoria del fuego 1, Los Nacimientos, Eduardo Galeano
La iglesia dice: El cuerpo es una culpa
La ciencia dice: El cuerpo es una máquina
La publicidad dice: El cuerpo es un negocio
El cuerpo dice: yo soy una fiesta
Las palabras andantes, Eduardo Galeano
LA NOCHE/1
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta
LA NOCHE/2
Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.
LA NOCHE/3
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.
El libro de los abrazos, Eduardo Galeano
EL MIEDO
Esos cuerpos nunca vistos los llamaban, pero los hombres nivakle no se atrevían a entrar. Habían visto comer a las mujeres: ellas tragaban la carne de los peces con la boca de arriba, pero antes la mascaban con la boca de abajo. Entre las piernas, tenían dientes.
Entonces los hombres encendieron hogueras, llamaron a la música y cantaron y danzaron para las mujeres.
Ellas se sentaron alrededor, con las piernas cruzadas.Los hombres bailaron durante toda la noche. Ondularon, giraron y volaron como el humo y los pájaros.
Cuando llegó el amanecer, cayeron desvanecidos. Las mujeres los alzaron suavemente y les dieron agua de beber.
Donde ellas habían estado sentadas, quedó la tierra toda regada de dientes.
Memoria del fuego 1, Los Nacimientos, Eduardo Galeano
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