Poema de Antonio Guerrero, prisionero en las cárceles de USA, por luchar contra el terrorismo. Conferencia Rosa Luxemburg, Berlín, Alemania. Musicalización de Vicente Feliú
Cuánto de sed sufrí
Cuánto de sed sufrí hasta lograr tu beso,
tu boca seductora, agua fresca de un río.
Aquella sed compacta hizo temblar la noche
y el deseo llenó las copas con su vino.
Bebimos sin pensar en la luna sangrienta
ni en la estrella de fuego y con espinas,
para luego sentir que fuimos solo instante.
No tuvimos, acaso, más remedio que amarnos.
Han seguido rodando los tranvías vacíos
sobre rieles de inviernos de gélidas ventiscas,
andan como el amor truncado que camina
callado y confundido con todo lo existente,
andan como yo ando, sediento y sin refugio,
harto de soledad desde que te alejaste.
Antonio Guerrero
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