En el principio
fue la miseria en la provincia,
el hambre que trataba
de engañarse con una canción,
aprendida en la guitarra de Pepe Sánchez.
Los trabajos más increíbles, la talabartería,
maromas en el circo de la vida.
El huracán zumbando
sobre su cabeza genial,
premonición de furias y derrumbes.
Luego el viaje
al esplendor capitalino,
el cambio de saquito
raído
por la guayabera blanquísima.
De inmediato las noches de canto
en cines y parques,
trova que nacía
bajo el sombrero retratado por Chinolope.
Y frente a los años,
desafiando lluvias y ciclones,
haciendo maromas sobre la miseria
y el miedo,
su canción, como una palma
erguida.
fue la miseria en la provincia,
el hambre que trataba
de engañarse con una canción,
aprendida en la guitarra de Pepe Sánchez.
Los trabajos más increíbles, la talabartería,
maromas en el circo de la vida.
El huracán zumbando
sobre su cabeza genial,
premonición de furias y derrumbes.
Luego el viaje
al esplendor capitalino,
el cambio de saquito
raído
por la guayabera blanquísima.
De inmediato las noches de canto
en cines y parques,
trova que nacía
bajo el sombrero retratado por Chinolope.
Y frente a los años,
desafiando lluvias y ciclones,
haciendo maromas sobre la miseria
y el miedo,
su canción, como una palma
erguida.
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