PARA UN MEJOR AMOR / Roque Dalton


El sexo es una categoría política.
Kate Millet

Nadie discute que el sexo
Es una categoría en el mundo de la pareja:
De ahí la ternura y sus ramas salvajes.

Nadie discute que el sexo
es una categoría familiar:
de ahí los hijos,
las noches en común
y los días divididos
(él, buscando el pan en la calle,
en las oficinas o en las fábricas;
ella, en la retaguardia de los oficios domésticos,
en la estrategia y la táctica de la cocina
que permitan sobrevivir en la batalla común
siquiera hasta el fin de mes).

Nadie discute que el sexo
es una categoría económica:
basta mencionar la prostitución,
las modas,
las secciones de los diarios que sólo son para ella
o sólo son para él.
Donde empiezan los líos
es a partir de que una mujer dice
que el sexo es una categoría política.

Porque cuando una mujer dice
que el sexo es un categoría política
puede comenzar a dejar de ser mujer en sí
para convertirse en mujer para sí,
constituir a la mujer en mujer
a partir de su humanidad
y no de su sexo,
saber que el desodorante mágico con sabor a limón
son fabricados por la misma empresa que fabrica el napalm
saber que las labores propias del hogar
son las labores propias de la clase social a que pertenece ese hogar,
que la diferencia de sexos
brilla mucho mejor en la profunda noche amorosa
cuando se conocen todos esos secretos
que nos mantenían enmascarados y ajenos.

jueves, 30 de junio de 2011

"La Luna Nueva" / Rabindranath Tagore


¿De dónde venía yo cuando me encontraste?,preguntó el niño a su madre.
Ella, entre risas y lágrimas,apretó al niño contra su pecho y le respondió:
Estabas oculto en mi corazón como un deseo, vida mía.
Estabas entre las muñecas con las que jugaba cuando era niña.
Has vivido en mi vida y en la de mi madre.
Durante muchos años, has sido acunado en el regazo
del Espíritu eterno que rige nuestra casa.
Cuando en mi adolescencia abría mi corazón sus pétalos,
en él flotabas tú como un hálito perfumado.
Tu tierna suavidad floreció en mi cuerpo
como el resplandor rojo del cielo que anuncia el amanecer.
Primer amor del cielo,
que tienes de hermana gemela a la luz del alba,
has bajado al río de la vida del mundo
y te has quedado al fin sobre mi corazón.
¡Tú, que eras antes de todos, eres ahora sólo mío!
¿Qué mágico poder ha puesto en mis débiles brazos el tesoro del mundo?.

Sepa por qué usted es machista / por María Elena Walsh


1. Porque le falta el principal de los sentidos: el del humor.
2. Porque se siente Dios, aunque no sea Ministro.
3. Porque cree todo lo que le dicen los medios (o miedos) de difusión
de la Argentina actual, y ya tiene el cerebro más lavado que mate
cebado por un polaco.
4. Porque su mamá es una santa, por lo tanto las demás mujeres son unas brujas.
5. Porque su mamá es una bruja, por lo tanto las demás mujeres también.
6. Porque no tiene mamá y no consigue quien lo mime.
7. Porque en realidad le gustan más los hombres, aunque no ejerza.
8. Porque quiere hacer mérito ante los centros de poder,
exclusivamente masculinos: empresariado, Fuerzas Armadas, animadores
de TV, deporte, sindicatos, clero, pompas fúnebres, etcétera.
9. Porque todo ese asunto de la gestación y el parto le da miedo y
asquete, como la educación sexual al Ministro de Educación.
10. Porque usted tiene los mismos atributos de Woody Allen pero no le
dan el mismo resultado.
11. Porque no soporta la idea de un rechazo sexual hacia usted o hacia
otro, y cree que la bella siempre debe estar a disposición de la
bestia.
12. Porque usted no vive en el presente (y para eso lo ayudan mucho)
sino en la prehistoria mental, y se da manija con tangos del 40.
13. Porque usted es burro y en lugar de corregirlo con tiempo y
esfuerzo lo disimula con agresividad.
14. Porque usted es culto pero culturiza fuera de la maceta, y leyó a
Julián Marías y no a Simone de Beauvoir.
15. Porque en el fondo es antisemita, antinegro, antiobrero,
antijoven, pero como eso ya no corre se desquita con la misoginia, que
aquí y ahora viene con premio (pero no se descuide: por poco tiempo
más).
16. Porque usted ama el orden por sobre todo, y cada cosa en su lugar
las mujeres en la cocina (o en cueros en tapas de revistas), y
Pinochet, Castro y García Meza en el poder.
17. Porque cree que la inepcia es cuestión de sexo, que es como creer
en la cigueña o en elecciones inminentes.
18. Porque teme que las mujeres hagamos rancho aparte, y no piensa que
son los hombres quienes lo inventaron y perpetúan. (Ver punto 8.)
19. Porque supone que la mujer quiere imitar al varón, y no sabe que
antes muerta que imitar a semejante fabricante de desastres, desde la
guerra atómica hasta el IVA.
20. Porque le gusta que al mundo lo manejen los colectiveros.
21. Porque tiene mucha paciencia para dejarse pisar la cabeza por
cualquier matón y muy poca para comprender errores de mujeres, que al
fin y al cabo son, históricamente, debutantes en la mayoría de las
profesiones.
22. Porque teme que las mujeres "pierdan la femineidad", cosa
imposible de perder, salvo que usted llame así a cosméticos y pilchas.
23. Porque usted teme que le roben algo y no sabe bien qué, a pesar de
que a diario lo saqueen y basureen, y no precisamente las mujeres.
24. Porque es sincero, y vale más machista recuperable que "feminista"
patrocinante como un papito que a las pretensiones femeninas dice que
sí PERO...

Ahora ya sabe. Con estos 24 puntos usted ahorra años y fortunas en
psicoanálisis. Usted puede ser hombre o mujer, el machismo tampoco es
cuestión de genes: poca gente más machista que algunas mujeres, sólo
que ellas lo son por instinto de conservación, por despiste, por
imitar a los hombres, por comodidad o porque así las dejan hablar por
TV. Usted también lo es por todas estas razones pero además porque se
cree superiorcito: hace unos 10.000 años que le pasan el aviso y
claro, usted sigue comprando un producto inexistente. Ahora puede
seguir siendo machista, pero con apoyo logístico. No se trata tampoco
de ejercer la represión desde estas páginas. Es posible que la
perseverancia le acarree aplausos y sensación de deber cumplido, amén
de las palmadas de la patota. Pero ojo que no hay premio mayor que
saberse persona inteligente y civilizada. Si no opta por eso, estará
contribuyendo a la contaminación mental, que es la que nos mata. Y no
la humedad.
Estará inflando la maquinaria del prejuicio y la prepotencia y al fin
se va a quedar solo como un ciempiés, de luto, convertido en drácula
de utilería y en hazmerreír de las criaturas primaverales.

Vacíos / Adolfo Costa du Rels




" Vacío, vacío, vacío en sí y en torno a sí!
Vacío atroz confirmado vez a vez por la ausencia
que coincide exactamente con el silencio
como si el uno fuera la replica del otro.
Ay! no poder llenar ya este vacío de esperanza!
Vacío inmensurable y empero fragmentado
En número angustiado, ilimitado
De pequeños vacíos
Cotidianos, conmovedores, ridículos, estúpidos...

Vacío el escritorio donde a menudo su frente

Sus manos, se posaban... Testigo acaso de las primeras penas;
Vacío en los cuadernos de las tareas diarias
Donde peleaba el niño antaño con problemas;
Vacío de las frases que no alcanzaban complemento,
Garabateadas, diríase a ocultas, en un rincón;
Frase inconclusa: sujeto y verbo: YO AMO...
Amó. Eso es todo. Mas sabremos a quien?

Quien fue el ser encantador, exquisito diablillo

Cuyo misterio guarda tanta gracia todavía?
Ah! Ese vacío dejado en algún sitio del espacio
Por un nombre que vibro breve instante,
Calló luego, de pronto, mosquito que va a morir,
Morir porque es preciso... El invierno esta ahí. "

Adolfo Costa du Rels

(Bolivia, 1891-1980)

Sepa por qué usted es machista

Sepa por qué usted es machista

por María Elena Walsh



1. Porque le falta el principal de los sentidos: el del humor.

2. Porque se siente Dios, aunque no sea Ministro.
3. Porque cree todo lo que le dicen los medios (o miedos) de difusión
de la Argentina actual, y ya tiene el cerebro más lavado que mate
cebado por un polaco.
4. Porque su mamá es una santa, por lo tanto las demás mujeres son unas brujas.
5. Porque su mamá es una bruja, por lo tanto las demás mujeres también.
6. Porque no tiene mamá y no consigue quien lo mime.
7. Porque en realidad le gustan más los hombres, aunque no ejerza.
8. Porque quiere hacer mérito ante los centros de poder,
exclusivamente masculinos: empresariado, Fuerzas Armadas, animadores
de TV, deporte, sindicatos, clero, pompas fúnebres, etcétera.
9. Porque todo ese asunto de la gestación y el parto le da miedo y
asquete, como la educación sexual al Ministro de Educación.
10. Porque usted tiene los mismos atributos de Woody Allen pero no le
dan el mismo resultado.
11. Porque no soporta la idea de un rechazo sexual hacia usted o hacia
otro, y cree que la bella siempre debe estar a disposición de la
bestia.
12. Porque usted no vive en el presente (y para eso lo ayudan mucho)
sino en la prehistoria mental, y se da manija con tangos del 40.
13. Porque usted es burro y en lugar de corregirlo con tiempo y
esfuerzo lo disimula con agresividad.
14. Porque usted es culto pero culturiza fuera de la maceta, y leyó a
Julián Marías y no a Simone de Beauvoir.
15. Porque en el fondo es antisemita, antinegro, antiobrero,
antijoven, pero como eso ya no corre se desquita con la misoginia, que
aquí y ahora viene con premio (pero no se descuide: por poco tiempo
más).
16. Porque usted ama el orden por sobre todo, y cada cosa en su lugar
las mujeres en la cocina (o en cueros en tapas de revistas), y
Pinochet, Castro y García Meza en el poder.
17. Porque cree que la inepcia es cuestión de sexo, que es como creer
en la cigueña o en elecciones inminentes.
18. Porque teme que las mujeres hagamos rancho aparte, y no piensa que
son los hombres quienes lo inventaron y perpetúan. (Ver punto 8.)
19. Porque supone que la mujer quiere imitar al varón, y no sabe que
antes muerta que imitar a semejante fabricante de desastres, desde la
guerra atómica hasta el IVA.
20. Porque le gusta que al mundo lo manejen los colectiveros.
21. Porque tiene mucha paciencia para dejarse pisar la cabeza por
cualquier matón y muy poca para comprender errores de mujeres, que al
fin y al cabo son, históricamente, debutantes en la mayoría de las
profesiones.
22. Porque teme que las mujeres "pierdan la femineidad", cosa
imposible de perder, salvo que usted llame así a cosméticos y pilchas.
23. Porque usted teme que le roben algo y no sabe bien qué, a pesar de
que a diario lo saqueen y basureen, y no precisamente las mujeres.
24. Porque es sincero, y vale más machista recuperable que "feminista"
patrocinante como un papito que a las pretensiones femeninas dice que
sí PERO...

Ahora ya sabe. Con estos 24 puntos usted ahorra años y fortunas en

psicoanálisis. Usted puede ser hombre o mujer, el machismo tampoco es
cuestión de genes: poca gente más machista que algunas mujeres, sólo
que ellas lo son por instinto de conservación, por despiste, por
imitar a los hombres, por comodidad o porque así las dejan hablar por
TV. Usted también lo es por todas estas razones pero además porque se
cree superiorcito: hace unos 10.000 años que le pasan el aviso y
claro, usted sigue comprando un producto inexistente. Ahora puede
seguir siendo machista, pero con apoyo logístico. No se trata tampoco
de ejercer la represión desde estas páginas. Es posible que la
perseverancia le acarree aplausos y sensación de deber cumplido, amén
de las palmadas de la patota. Pero ojo que no hay premio mayor que
saberse persona inteligente y civilizada. Si no opta por eso, estará
contribuyendo a la contaminación mental, que es la que nos mata. Y no
la humedad.
Estará inflando la maquinaria del prejuicio y la prepotencia y al fin
se va a quedar solo como un ciempiés, de luto, convertido en drácula
de utilería y en hazmerreír de las criaturas primaverales.

sábado, 25 de junio de 2011

Che, es martes y te espero…




Miguel Longarini (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)


Es martes y naces como siempre;
Con la voz al viento y tu mirada libre.
Naces con el corazón ardiendo,
con el dolor de los pobres metido hasta los huesos;
Con el pecho inmenso de tanto esfuerzo.
Todo lo que se va a veces regresa,
y cómo no regresar hermano del alma
si quienes te esperan hace tiempo
están despiertos, casi huérfanos,
esperando el día de tu nacimiento.
Mi querido Che comandante:
Hijo, hombre y misterio nuestro.
Qué puedo decirte que no te hayan dicho
Qué puedo cantarte que no te cantaran
Nada es tan limpio como tu mirada y tu espejo.
Es Junio del 2011 y desde argentina te escribo:
Che, te espero - hermano como siempre-
Corazón del sentimiento
por los hermanos vivos
…con mis hermanos muertos.

martes, 21 de junio de 2011

final / nechi dorado

Final

Nechi Dorado (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)
Se echó a dormir sin sueño. Cerró los ojos, amaneció para siempre, en el ombligo cerrado de la nada.

sábado, 4 de junio de 2011

Y, sin embargo, amor, a través de las lágrimas.../ roque dalton



Y, sin embargo, amor, a través de las lágrimas,
yo sabía que al fin iba a quedarme
desnudo en la ribera de la risa.

Aquí,
hoy,
digo:
siempre recordaré tu desnudez entre mis manos,
tu olor a disfrutada madera de sándalo
clavada junto al sol de la mañana;
tu risa de muchacha,
o de arroyo,
o de pájaro;
tus manos largas y amantes
como un lirio traidor a tus antiguos colores;
tu voz,
tus ojos,
lo de abarcable en ti que entre mis pasos
pensaba sostener con las palabras.
Pero ya no habrá tiempo de llorar.
ha terminado
la hora de la ceniza para mi corazón:

Hace frío sin ti,
pero se vive.

viernes, 3 de junio de 2011

Mi amor por ti es mucho más que amor.../ roque dalton




Mi amor por ti es mucho más que amor,
es algo que se amasa día a día,
es proyectar tu sombra junto a mí,
hacer con ellas una sola vida.

Las miradas que ya al conocer
se hablan entre sí en la distancia,
no hacen falta palabras...qué más da!
si ya interpretamos lo que claman.

Los mil detalles que tienes tú por mí,
mi descaro al advertir en lo que fallas,
el sincerarme cuando hay que decir
lo que sinceramente no se calla.

Mi amor por ti es mucho más que amor.
Mi amor por ti es como una nevada,
un torrente de luz, algo tan bello...
como ponerse el sol o amanecer el alba.

como tú / roque dalton


Como tú

Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.

También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.

Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.

LAS MUJERES DE MI GENERACION / luis sepulveda


Las mujeres de mi generación
abrieron sus pétalos rebeldes
de rosas, camelias, orquídeas y otras yerbas,
de saloncitos tristes, de casitas burguesas,
de costumbres añejas,
sino de yuyos peregrinos entre vientos.

Porque las mujeres de mi generación florecieron
en las calles, en las fábricas,
se hicieron hilanderas de sueños,
en el sindicato organizaron el amor
según sus sabios criterios.

Es decir, dijeron las mujeres de mi generación,
a cada cual según su necesidad
y capacidad de respuesta,
como en la lucha golpe a golpe,
en el amor beso a beso.

Y en las aulas argentinas, chilenas o uruguayas,
supieron lo que tenían que saber,
para el saber glorioso
de las mujeres de mi generación.

Minifalderas en flor de los sesenta,
las mujeres de mi generación
no ocultaron ni las sombras de sus muslos,
que fueron los de Tania.

Erotizando con el mayor de los calibres
los caminos duros de la cita con la muerte.

Porque las mujeres de mi generación,
bebieron con ganas del vino de los vivos,
acudieron a todas las llamadas
y fueron dignas en la derrota.

En los cuarteles las llamaron putas
y no las ofendieron,
porque venían de un bosque de sinónimos alegres:
minas, grelas, percantas, cabritas, minones,
gurisas, garotas, jevas, zipotas,
viejas, chavalas, señoritas.

Hasta que ellas mismas escribieron
la palabra Compañera,
en todas las espaldas
y en los muros de todos los hoteles.

Porque las mujeres de mi generación nos marcaron
con el fuero indeleble de sus uñas
la verdad universal de sus derechos.

Conocieron la cárcel y los golpes,
habitaron en mil patrias y en ninguna,
lloraron a sus muertos y a los míos como suyos,
dieron calor al frío y al cansancio deseos,
al agua sabor y al fuego lo orientaron
por un rumbo cierto.

Las mujeres de mi generación parieron hijos eternos,
cantando “Summertime” les dieron teta,
fumaron marihuana en los descansos,
danzaron lo mejor del vino
y bebieron las mejores melodías.

Porque las mujeres de mi generación,
nos enseñaron que la vida
no se ofrece a sorbos, compañeros,
sino de golpe y hasta el fondo de las consecuencias.

Fueron estudiantes, mineras, sindicalistas, obreras,
artesanas, actrices, guerrilleras,
hasta madres y parejas
en los ratos libres de la Resistencia.

Porque las mujeres de mi generación,
sólo respetaron los límites
que superaban todas las fronteras.

Internacionalistas del cariño, brigadistas del amor,
comisarias del decir te quiero, milicianas de la caricia.

Entre batalla y batalla,
las mujeres de mi generación lo dieron todo
y dijeron que eso apenas era suficiente.

Las declararon viudas en Córdoba y en Tlatelolco,
las vistieron de negro en Puerto Montt y Sao Paulo,
y en Santiago, Buenos Aires o Montevideo,
fueron las únicas estrellas
de la larga noche clandestina.

Sus canas no son canas,
sino una forma de ser
para el quehacer que les espera.

Las arrugas que asoman en sus rostros,
dicen he reído y he llorado y volvería a hacerlo.

Las mujeres de mi generación,
han ganado algunos kilos de razones
que se pegan a sus cuerpos,
se mueven algo más lentas,
cansadas de esperarnos en las metas.

Escriben cartas que incendian las memorias.

Recuerdan aromas proscritos y los cantan.
Inventan cada día las palabras
y con ellas nos empujan,
nombran las cosas y nos amueblan el mundo.

Escriben verdades en la arena y las ofrendan al mar.

Nos convocan y nos paren sobre la mesa dispuesta.

Ellas dicen pan, trabajo, justicia, libertad,
y la prudencia se transforma en vergüenza.

Las mujeres de mi generación son como las barricadas:
protegen y animan, dan confianza
y suavizan el filo de la ira.

Las mujeres de mi generación
son como un puño cerrado,
que resguarda con violencia la ternura del mundo.

Las mujeres de mi generación no gritan,
porque ellas derrotaron al silencio.

Si algo nos marca, son ellas.

La identidad del siglo, son ellas.

Ellas: la fe devuelta, el valor oculto en un panfleto,
el beso clandestino, el retorno a todos los derechos.

Un tango en la serena soledad de un aeropuerto,
un poema de Gelman escrito en una servilleta,
Benedetti compartido en el planeta de un paraguas,
los nombres de los amigos
guardados con ramitas de lavanda.

Las cartas que hacen besar al cartero,
las manos que sostienen los retratos de mis muertos,
los elementos simples de los días
que aterran al tirano,
la compleja arquitectura de los sueños de tus nietos.

Lo son todo y todo lo sostienen,
porque todo viene con sus pasos
y nos llega y nos sorprende.

No hay soledad donde ellas miren,
ni olvido mientras ellas canten,
intelectuales del instinto, instinto de la razón,
prueba de fuerza para el fuerte
y amorosa vitamina del débil.

Así son ellas, las únicas, irrepetibles, imprescindibles, sufridas,
golpeadas,
negadas pero invictas mujeres de mi generación.

La dama del mar - Marcela Perez silva


Nado. Mi cabeza va cortando el agua y abriendo el sendero por donde
deslizará mi cuerpo. Mi pelo flota y nada y baila sedoso, sin
enredarse, como las plumas de los peces. Mi cuerpo es hermoso y
pareciera que nunca hubiera conocido otro elemento que el mar. Mis
brazos –fuertes- son timones; mis piernas resplandecen de azul. Mi
piel entera se ilumina: húmeda, fosforescente, animala marina. Soy
bella y soy agua. Nunca fui sirena, fui sí pescada, soy mujer. Mujer
y amante del mar.

El mar me posee y me contiene. Me entra, me puebla, me desparrama, me
ahoga, me nace, me trasciende. Me moja toda, el mar; y huye pegado a
mi cuerpo: en gotitas, en chorros, en lagunas. Me ha fecundado el mar,
me ha entrado dentro. Pariré hijos de agua y de mujer. Pariré peces.

Jamás fue mío, el mar; ni suya he sido nunca. Ni lo vencí, ni fui por
él conquistada. Para siempre se llamará él, Mar; y yo Mujer, para
siempre. Ninguno de los dos llevará el nombre del otro. Y todavía, el
cuerpo mío ha quedado marcado de mar, y sus aguas, de mieles de hembra
de la tierra, teñidas para siempre. Porque juntos naufragamos en la
noche (yo en el mar, él entre mis piernas) y juntos hemos vuelto a la
vida (él al mar, yo a mis versos para seguir muriendo).

La palabra aquella, contiene todos los mares y todas las mujeres del
planeta. La palabra aquella: la maldita, la impronunciable.

viernes, 20 de mayo de 2011

Secuencias / JULIO CORTÁZAR



"Dejó de leer el relato en el punto donde un personaje dejaba de leer el relato en el lugar donde un personaje dejaba de leer y se encaminaba a la casa donde alguien que lo esperaba se había puesto a leer un relato para matar el tiempo y llegaba al lugar donde un personaje dejaba de leer y se encaminaba a la casa donde alguien que lo esperaba se había puesto a leer un relato para matar el tiempo."

En Matilde / JULIO CORTÁZAR






"A veces la gente no entiende la forma en que habla Matilde,
pero a mí me parece muy clara.
- La oficina viene a las nueve- me dice- y por eso a las ocho y media mi departamento se me sale y la escalera me resbala rápido porque con los problemas del transporte no es fácil que la oficina llegue a tiempo. El ómnibus, por ejemplo, casi siempre el aire está vacío en la esquina, la calle pasa pronto porque yo la ayudo echándola atrás con los zapatos; por eso el tiempo no tiene que esperarme, siempre llego primero..."

Himno / Jorge Luis Borges


Esta mañana

hay en el aire la increíble fragancia
de las rosas del Paraíso.
En la margen del Éufrates
Adán descubre la frescura del agua.

Una lluvia de oro cae del cielo;
es el amor de Zeus.
Salta del mar un pez
y un hombre de Agrigento recordará
haber sido ese pez.
En la caverna cuyo nombre será Altamira
una mano sin cara traza la curva
de un lomo de bisonte.
La lenta mano de Virgilio acaricia
la seda que trajeron
del reino del Emperador Amarillo
las caravanas y las naves.
El primer ruiseñor canta en Hungría.
Jesús ve en la moneda el perfil de César.
Pitágoras revela a sus griegos
que la forma del tiempo es la del círculo.
En una isla del Océano
los lebreles de plata persiguen a los ciervos de oro.
En un yunque forjan la espada
que será fiel a Sigurd.
Whitman canta en Manhattan.
Homero nace en siete ciudades.
Una doncella acaba de apresar
al unicornio blanco.
Todo el pasado vuelve como una ola
y esas antiguas cosas recurren
porque una mujer te ha besado.


De: La cifra, 1981
Dentro: Jorge Luis Borges / Obras completas 3, Emecé editores, 2005 Argentina

Sobre dolores de cabeza / Roque Dalton


Taberna Y Otros Lugares (1966 - 1967)

Es bello ser comunista,
aunque cause muchos dolores de cabeza.

Y es que el dolor de cabeza de los comunistas
se supone histórico, es decir
que no cede ante tabletas analgésicas
sino ante la realización del Paraíso en la tierra.
Así es la cosa.

Bajo el capitalismo nos duele la cabeza
y nos arrancan la cabeza.
En la lucha por la Revolución la cabeza es una bomba

/de retardo.

En la construcción socialista
planificamos el dolor de cabeza
lo cual no lo hace escasear, sino todo lo contrario.

El comunismo será, entre otras cosas;
una aspirina del tamaño del sol.

visitaciones y otros poemas / fina garcía marruz








Visitaciones y otros poemas

Fina García Marruz • La Habana

VISITACIONES

1

Cuando el tiempo ya es ido, uno retorna
como a la casa de la infancia, a algunos
días, rostros, sucesos que supieron
recorrer el camino de nuestro corazón.

Vuelven de nuevo los cansados pasos
cada vez más sencillos y más lentos,
al mismo día, el mismo amigo, el mismo
viejo sol. Y queremos contar la maravilla
ciega para los otros, a nuestros ojos clara,
en donde la memoria ha detenido
como un pintor, un gesto de la mano,
una sonrisa, un modo breve de saludar.

Pues poco a poco el mundo se vuelve impenetrable,
los ojos no comprenden, la mano ya no toca
el alimento innombrable, lo real.

2

Uno vuelve a subir las escaleras
de su casa perdida (ya no llevan
a ningún sitio), alguien nos llama
con una voz querida, familiar.

Pero ya no hace falta contestarle.

La voz sola nos llama, suficiente,
cual si nada pudiera hacerle daño,
en el pasillo inmenso. Una lluvia
que no puede mojarnos, no se cansa
de rodear un día preferido.

Uno toca la puerta de la casa
que le fue deparada a nuestras manos
mortales, como un tímido consuelo.

3

El que solía visitarnos, el que era
de todos más amado, suave vuelve
a la sala sencilla, cada día
más real y más leve, ya de humo.

¿Cuándo tocó la puerta? No podemos
recordarlo. Estaba allí, estaba!
Y no se irá jamás ni puede irse.

No nos trae la memoria las palabras
del adiós. Sólo podrá volverse
por
la puerta de un ruido, de un llamado
de ese mundo que borra, ignora y vence.

4

¿Qué caprichosa y exquisita mano
trazó, eligió ese gesto perdurable,
lo sacó de su nada, como un dios,
para alumbrar por siempre otra alegría?

¿Participabas tú del dar eterno
que dejaste la mano humilde llena
del tesoro? En su feliz descuido
adolescente ¿derramaste el óleo?

¿Qué misterio fue el tuyo, instante puro,
silencioso elegido de
los días?

Pues ellos van tornándose borrosos
y tú te quedas como estrella fija
con potencia mayor de eternidad.

5

Y cuando el tiempo torna impuro un rostro,
una vida que amamos en su hora
cierta de dar, por siempre más reales
que su verdad presente, lo veremos
cuando lo rodeaba aquella lumbre,
cuando el tiempo era apenas un fragmento
de un cuerpo más espléndido, invisible.

Todo hombre es el guardián de algo perdido.

Algo que sólo él sabe, sólo ha visto.

Y ese enterrado mundo, ese misterio
de nuestra juventud, lo defendemos
como una fantástica esperanza.

6

Y lo real es lo que aún no ha sido!

Toda apariencia es una misteriosa
aparición. En
la rama de otoño
no acaba el fruto sino en la velada
promesa de ser siempre que su intacta
forma ofreció un momento a nuestra dicha.

Pues toda plenitud es la promesa
espléndida de la muerte, y la visitación
del ángel en el rostro del más joven
que todos sabíamos que se iría antes
pues escogía el Deseo su sonrisa nocturna.

7

A aquel vago delirio de la sala
traías
el portal azul del pueblo
de tu niñez, en tu silencio abríase
una lejana cena misteriosa.

Cayó el espeso velo de los ojos
y al que aguardó toda la noche abrimos.

Partía el pan con un manto de nieve.

Con las espaldas del pastor huiste,
cuando volviste el rostro era la noche,
todo había cambiado y sin embargo
en la granja dormían tranquilas las ovejas.

8

¿No sentías que ardía tu corazón
cuando nos hablaba de las Escrituras?

(Los peregrinos de Enmaús)

Huésped me fue palabra misteriosa.

Huésped es el que viene de muy lejos,
de algún pueblo que nunca habremos visto.

Huésped es el que viene por la noche,
toca la aldaba de
la puerta y todo
el umbral resplandece como nieve.

Huésped es quien se sienta a nuestra mesa
sólo por una noche, y no se acierta
sino ya a oír lo que su boca dijo.

Huésped es el que alegra con su rostro,
y alumbra con sus manos nuestro pan,
y no logramos recordar su nombre.

Huésped es el que ha de partir, al alba.

9

There is a wind where the rose was.
Walter de la Mere

Oh vosotras, lámparas del otoño,
más fragante que todos los estíos!

¿Por qué ha de ser aquel que devenimos
con el tiempo, más real, menos efímero,
que aquel que fuimos a tus luces pálidas?

¿Por qué el polvo desierto, la agonía
junto a las armas bellas, quedan sólo
del resplandor de la victoria? Lejano
es todo vencimiento. En otro espacio
sucede, más allá del moribundo
rostro que hunde la gloria y deja ciego
junto al viento que lleva las banderas
espléndidas que huyen. Fiera es toda victoria.

10

Amigo, el que yo más amaba,
venid a
la luz del alba.

Cómo ha cambiado el tiempo aquella fija
mirada inteligente que una extraña
ternura, como un sol, desdibujaba!

La música de lo posible rodeaba tu rostro,
como un ladrón el tiempo llevó sólo el despojo,
en nuestra fiel ternura te cumplías
como en lo ardido el fuego, y no en la lívida
ceniza, acaba. Y donde ven los otros
la arruga del escarnio, te tocamos
el traje adolescente, casi nieve
infantil a la mano, pues que sólo
nuestro fue el privilegio de mirarte
con el rostro de tu resurrección.

11

Since I have walk'd with you through shady lanes...
Keats

¿Quién no conoce ese sendero en sombras,
ese continuo hablar, interrumpiéndose
el uno al otro amigo, en el gozoso
diálogo hasta
la puerta de la casa,
servida ya la cena? ¿Quién no escucha
las nocturnas pisadas en la acera
tornarse más opacas al cruzar por la yerba
que nos trae al amigo, al bien llegado?

¿A quién, ya tarde, no le cuesta mucho
despedirse y murmura generosos deseos,
inexplicables dichas, bajo los fríos astros?

12

...qui laetificat juventutem meam...

Sólo vosotras, bestias, claros árboles,
podéis seguir! Mas, eterno es el hombre.

Salvaje privilegio de la muerte,
heredad sólo nuestra, mientras derrama el astro
su luz sobreviviente sobre ese rostro altivo
de ser fugaz, junto a los ciclos fijos,
y ese verdor, eterno! Se fue yendo
la gloria de los rostros más amados,
y tornamos, como ola ciega, al tiempo
del cuerpo incorruptible que esperaste
y no pudimos retener, llorando
en la perdida lámpara, las voces,
lo que encuentro creímos y es partida.

Oh lo real, el mundo en el misterio
de nuestra juventud, que nos aguarda!

Nos ha sido prometida su alegría.

Nos ha sido prometido su retorno.

Eres lo que retorna, oh siempre lo supimos.

Pero no como ahora, amigo mío.


A AQUEL VAGO DELIRIO DE LA TARDE

A aquel vago delirio de la sala
traías
el portal azul del pueblo
de tu niñez, en tu silencio abríase
una lejana cena misteriosa.
Cayó el espeso velo de los ojos
y al que aguardó toda la noche abrimos.
Partía el pan con un manto de nieve.
Con las espaldas del pastor huiste,
cuando volviste el rostro era la noche,
todo había cambiado y sin embargo
en la granja dormían tranquilas las ovejas.


AL DESPERTAR

Al despertar
uno se vuelve
al que era
al que tiene
el nombre con que nos llaman,
al despertar
uno se vuelve
seguro,
sin pérdida,
al uno mismo
al uno solo
recordando
lo que olvidan
el tigre
la paloma
en su dulce despertar.


CINE MUDO

No es que le falte
el sonido,
es que tiene
el silencio.


CÓMO HA CAMBIADO EL TIEMPO

Amigo, el que yo más amaba,
venid a la luz del alba

Cómo ha cambiado el tiempo aquella fija
mirada inteligente que una extraña
ternura, como un sol, desdibujaba!
La música de lo posible rodeaba tu rostro,
como un ladrón el tiempo llevó sólo el despojo,
en nuestra fiel ternura te cumplías
como en lo ardido el fuego, y no en la lívida
ceniza, acaba. Y donde ven los otros
la arruga del escarnio, te tocamos
el traje adolescente, casi nieve
infantil a la mano, pues que sólo
nuestro fue el privilegio de mirarte
con el rostro de tu resurrección.


CUANDO EL TIEMPO YA ES IDO...

Cuando el tiempo ya es ido, uno retorna
como a la casa de la infancia, a algunos
días, rostros, sucesos que supieron
recorrer el camino de nuestro corazón.
Vuelven de nuevo los cansados pasos
cada vez más sencillos y más lentos,
al mismo día, el mismo amigo, el mismo
viejo sol. Y queremos contar la maravilla
ciega para los otros, a nuestros ojos clara,
en donde la memoria ha detenido
como un pintor, un gesto de la mano,
una sonrisa, un modo breve de saludar.
Pues poco a poco el mundo se vuelve impenetrable,
los ojos no comprenden, la mano ya no toca
el alimento innombrable, lo real.


DEL TIEMPO LARGO

A veces, en raros
instantes, se abre, talud
real y enorme, el tiempo
transcurrido.
Y no es entonces
breve el tiempo. Como el pájaro
al elevarse abarca con sus alas
un diminuto pueblo o costerío,
la inmensidad de lo vivido arrecia,
y se mira remoto el ayer próximo,
en que el pico ávido bajaba
en busca de alimento.
¡Qué eternidad
de soles ya vividos! ¡Y qué completa
ausencia de nostalgia! Para crecer
se vive. Para nacer de nuevo
y rehacer la mala copia original.
Para crecer, se sufre. No se quiere
volver atrás, ni tan siquiera al tiempo
rumoreante de la juventud.
Que no para que el rostro
luzca lozano y terso se ha vivido.
No para atraer por siempre con el fuego
de la mirada, no con el alma en vilo,
por siempre se ha de estar.
De cierto modo
la juventud es también como una cierta
decrepitud: un ser informe,
larva, debatíase, qué peligrosamente
amenazado. Se vivió. se salió,
quién sabe cómo, del hueco,
de la trampa:
valió el otro
del bosque de la vida, el pleno encanto
de los claros del sol entre lo umbrío
para pagar su precio: lo tanto
costó poco; poco el sufrir inmenso
para esta dádiva: al rostro
orne la arruga como el pecho la cinta coloreada
de un guerrero
o como al niño la medalla premia
por la humilde labor.
Como el avaro
el peso de un tesoro, encorva
la espalda anciana el peso
del vivir.
Mas ya, arriba,
a la salida, ya, se mira
hacia atrás sonriendo, renacido,
como agrietada cáscara el polluelo,
ya se van desligando las amarras,
del extraño navío, y como novio trémulo
locamente lo incierto hace señales.

costó dolor, muerte costó, la vida.
Y al tiempo, breve o largo, siempre corto,
como el relámpago del amor, se le mira
ya sin recelo ni amargura
como a las heridas de la mano, en el arduo
aprender de su oficio,
contempla el aprendiz.

Bella es toda partida.


EL QUE SOLÍA VISITARNOS...

El que solía visitarnos, el que era
de todos más amado, suave vuelve
a la sala sencilla, cada día
más real y más leve, ya de humo.
¿Cuándo tocó la puerta? No podemos
recordarlo. Estaba allí, estaba!
Y no se irá jamás ni puede irse.
No nos trae la memoria las palabras
del adiós. Sólo podrá volverse
por
la puerta de un ruido, de un llamado
de ese mundo que borra, ignora y vence.


HUÉSPED ME FUE PALABRA MISTERIOSA...

¿No sentías que ardía tu corazón
cuando nos hablaba de las Escrituras?
Los peregrinos de Enmaús

Huésped me fue palabra misteriosa.
Huésped es el que viene de muy lejos,
de algún pueblo que nunca habremos visto.
Huésped es el que viene por la noche,
toca la aldaba de la puerta y todo
el umbral resplandece como nieve.
Huésped es quien se sienta a
nuestra mesa
sólo
por una noche, y no se acierta
sino ya a oír lo que su boca dijo.
Huésped es el que alegra con su rostro,
y alumbra con sus manos nuestro pan,
y no logramos recordar su nombre.
Huésped es el que ha de partir, al alba.


ITALIA

En Roma,
la Madona.

En Florencia,
la Doncella.

La Pasión,
en Venecia.

Amica mea.


LA PIETÀ DE MIGUEL ANGEL

A Dinorah

Ay, es como una luna,
esos delgados miembros sostenidos
por la madre, ahora poderosa,
más allá del dolor.

La mano sosteniéndolo la arruga
levemente la piel bajo los hombros.
La otra, de reina, parece que mendiga.

No llora ya: ofrece al Hijo
que quisiera mecer,
a su pequeño inmenso
que quiso lo inaudito.

Ay, es como la fina
luna menguante.


¡OH VOSOTRAS, LÁMPARAS DE OTOÑO!

Here is a wind where the rose was
Walter de la Mere

Oh vosotras, lámparas del otoño,
más fragante que todos los estíos!
¿Por qué ha de ser aquel que devenimos
con el tiempo, más real, menos efímero,
que aquel que fuimos a tus luces pálidas?
¿Por qué el polvo desierto, la agonía
junto a las armas bellas, quedan sólo
del resplandor de la victoria? Lejano
es todo vencimiento. En otro espacio
sucede, más allá del moribundo
rostro que hunde la gloria y deja ciego
junto al viento que lleva las banderas
espléndidas que huyen.
Fiera es toda victoria.


QUÉ CAPRICHOSA Y EXQUISITA MANO

¿Qué caprichosa y exquisita mano
trazó, eligió ese gesto perdurable,
lo sacó de su nada, como un dios,
para alumbrar por siempre otra alegría?
¿Participabas tú del dar eterno
que dejaste la mano humilde llena
del tesoro? En su feliz descuido
adolescente ¿derramaste el óleo?
¿Qué misterio fue el tuyo, instante puro,
silencioso elegido de los días?
Pues ellos van tornándose borrosos
y tú te quedas como estrella fija
con potencia mayor de eternidad.


¿QUIÉN NO CONOCE ESE SENDERO EN SOMBRAS?

Since I haye walk'd with you through shady lanes...
Keats

¿Quién no conoce ese sendero en sombras,
ese continuo hablar, interrumpiéndose
el uno al otro amigo, en el gozoso
diálogo hasta la puerta de la casa,
servida ya
la cena? ¿Quién no escucha
las nocturnas pisadas en la acera
tornarse más opacas al cruzar por la yerba
que nos trae al amigo, al bien llegado?
¿A quién, ya tarde, no le cuesta mucho
despedirse y murmura generosos deseos,
inexplicables dichas, bajo los fríos astros?


RETRATO DE UNA VIRGEN

Ella no sabe bien lo que ha pasado.
Él era su amigo, y ahora
le ha dicho adiós.
¡Ella que lo veía
como el padre, el esposo
que iba a ser!
Ahora pasea con otra,
van riendo.
Ella no entiende
pero se ha quedado
quieta, como quien espera
una orden, o como el agua
antes de recoger la imagen
del rostro amado.
No se ha entregado al llanto.
No tiene una alborotada
imaginación. Sigue
yendo a sus clases. Cuida
cosas pequeñas: las libretas,
la raya en el orden, igual
que el pelo al levantarse.
Hace lo mismo que antes,
sólo un poco más triste.
La luz que la abandona
la dibuja un momento.
No sabe que está sola.
Ese ignorar la guarda.


SABORES

Es una trattoria
de callecita apartada
en nuestra primera noche
de Roma. Barre el portal
un niño de Amicis.
Anota el padre la orden,
la madre, al fondo, cocina.
Consuela la minestrona
de frío y fiebre.
Entramos al corazón
de la familia.


UNA CARA, UN RUMOR, UN FIEL INSTANTE...

Una cara, un rumor, un fiel instante
ensordecen de pronto lo que miro
y por primera vez entonces vivo
el tiempo que ha quedado ya distante.

Es como un lento y perezoso amante
que siempre llega tarde el tiempo mío,
y por lluvia o dorado y suave hastío
suma nocturnos lilas deslumbrantes.

Y me devuelve una mansión callada,
parejas de suavísimos danzantes,
los dedos artesanos del abismo.

Y me contemplo ciega y extasiada
a la mágica luz interrogante
de un sonido que es otro y que es el mismo.


UNO VUELVE A SUBIR LAS ESCALERAS...

Uno vuelve a subir las escaleras
de su casa perdida (ya no llevan
a ningún sitio), alguien nos llama
con una voz querida, familiar.
Pero ya no hace falta contestarle.
La voz sola nos llama, suficiente,
cual si nada pudiera hacerle daño,
en el pasillo inmenso. Una lluvia
que no puede mojarnos, no se cansa
de rodear un día preferido.
Uno toca
la puerta de la casa
que le fue deparada a nuestras manos
mortales, como un tímido consuelo.







Y CUANDO EL TIEMPO TORNA IMPURO UN ROSTRO...

Y cuando el tiempo torna impuro un rostro,
una vida que amamos en su hora
cierta de dar, por siempre más reales
que su verdad presente, lo veremos
cuando lo rodeaba aquella lumbre,
cuando el tiempo era apenas un fragmento
de un cuerpo más espléndido, invisible.
Todo hombre es el guardián de algo perdido.
Algo que sólo él sabe, sólo ha visto.
Y ese enterrado mundo, ese misterio
de nuestra juventud, lo defendemos
como una fantástica esperanza.







Y LO REAL ES LO QUE AÚN NO HA SIDO...

Y lo real es lo que aún no ha sido!
Toda apariencia es una misteriosa
aparición. En la rama de otoño
no acaba el fruto sino en la velada
promesa de ser siempre que su intacta
forma ofreció un momento a nuestra dicha.
Pues toda plenitud es la promesa
espléndida de la muerte, y la visitación
del ángel en el rostro del más joven
que todos sabíamos que se iría antes
pues escogía el Deseo su sonrisa nocturna.



Con una súbita vehemencia (Canción de Candilejas)
 
Como irrumpen
atropelladas, sin medida,
las razones de un hombre tímido,
se agolpan esas cuatro o cinco notas
primeras, se contraen un instante inmedible,
y luego se remansan, persuasivas
como una declaración de amor,
que se fuera tornando una rara despedida.
 
En vano intentan
copiar esa tonada los rutinarios músicos.
Ellos repiten las mismas notas
pero entrando en un pausado ritmo regular
que las vuelve banales, diluidas,
sin esos silencios que se retardan,
sin esos cortes bruscos, esos
envalentonamientos adorables,
de viejo mimo que recuerda
la emoción del telón al descorrerse
como aquel que sale
de un largo silencio, e ilusionado
con la amistad de la nieve tardía
y la primera hoja verde,
se decide, y rompe al fin a hablar,
con una súbita vehemencia.





viernes, 29 de abril de 2011

 
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