tal como el agua / antonio preciado

Parto de que me bebo este poema,
de que yo siempre sueño cataratas,
de que no en vano se me va la lengua
si, aunque se atoren las palabras secas,
cuando empujo mi sed,
empieza el agua.
Empieza el agua buena de los niños
el agua niña del alegre charco,
el agua de los lunes,
los domingos,
el agua primordial de todo el año;
el agua audaz que se decide a ola,
el agua firme que horadó la roca,
el agua torrencial que me ha mojado;
el agua lavandera de la casa,
el agua pobre que jamás descansa,
el agua que anda a pie por los sembrados;
el agua perspicaz que al coco trepa,
el agua que pensó con la cabeza,
el agua sabia que colmó el milagro;
no el agua tonta que confió en la arena,
no el agua boba que se dio a la pena,
no el agua insulsa que se ha vuelto santa,
no el agua que se enjuaga los pecados,
no el agua dolorida de la lágrima,
no el agua boquiabierta de la gárgara,
no la gota voraz como un océano,
no el agua mansa resignada a poco,
no el agua muerta de los ahogados
ni el aguasangre de mi pueblo roto.

sábado, 21 de abril de 2012

 
cheqa - Wordpress Themes is proudly powered by WordPress and themed by Mukkamu Templates Novo Blogger