Poesía de Legna Rodríguez Iglesia



CHUPAR LA PIEDRA

Para chupar la piedra se necesita
Desactivar la piedra
Se necesita una vid y una centrífuga
Del tamaño convexo de mi boca
Entre chupar la piedra y estremecer la piedra
Hay distancias fascinantes
Que solo puede recorrer mi ojo
El ojo de la suerte
Y también el espíritu de una fruta
La fruta y la piedra
Poseen unidad y diversidad
Son desiguales pero también semejantes
Como los objetos que apetece mi memoria
Como las artes plásticas y las artes literarias
Como tú y como yo
La fruta tiene semilla y la piedra tiene semilla
La fruta tiene membrana
Y la piedra tiene una sutil membrana
Que yo quito con la punta de los dientes
Y desactivo a la piedra
Y la chupo
Entre chupar la piedra y desnutrir la piedra
Hay alrededor de 16 centímetros
Tal vez menos
Tal vez 14 centímetros
Tal vez 15
La piedra no es débil pero sí frágil
La piedra no es blanda pero sí tibia
La piedra no es vacua pero sí honda
Como los objetos que apetece mi inconciencia
Como las artes escénicas y las artes musicales
Como tu nombre y mi nombre
También tu nombre tiene semilla
No te llamas como mismo yo me llamo
Y esa es la mejor razón por la que podemos ser
Además de dos ideas filosóficas
Dos cuerpos capacitados para la acción de segar
También tu nombre tiene membrana
Y esa es la mejor razón por la que puedo segarte
Entre chupar la piedra y enamorar la piedra
Hay distancias de excelentes dimensiones
Que ahora mismo
En esta lóbrega milésima de segundo
Yo transitaré.




LA DULCE VIDA

Durante el año 1507
Alguien llamado Alberto Durero me pintó
La obra se llama Retrato de Muchacha (o Muchacho)
Y es un pergamino aplicado sobre tela
Él también pintó a Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis
Hace poco los cuatro jinetes y yo nos hicimos amigos
Después de cinco siglos exactos
Me pasa que me enamoro de uno de los jinetes
Pero el jinete ya tiene novia
Pero yo estoy tan arrinconada
Tan arrinconada tan arrinconada
Y tomo el auricular y le digo a Alberto Durero:
Voy a picarme el muslo
Con la misma cuchilla que afilabas tus carbones.
Con la sangre de mi muslo
Alberto Durero pinta una obra
Llamada El Jinete y La Muchacha
Donde aparecemos el jinete y yo
Conversando seriamente sobre la dulce vida
El jinete engulle frutas y a mí se me salen los leucocitos
Alberto Durero piensa:
Esta muchacha parece tonta
Ni a mí se me ocurriría llorar
Frente a uno de los jinetes del Apocalipsis
Definitivamente no se me ocurriría.
Y tomo el auricular y le digo a Alberto Durero:
La dulce vida y yo no tenemos parecido.



MONÓLOGO DE MISAKO

Comúnmente al tokonoma
Le introducen crisantemos
O camelias
O narcisos
Hoy he puesto
Diminutas ramas de manzanilla
Para cambiar
Para pensar con nitidez
En los cálculos de Euclides
Y el teorema de Pitágoras
Y la fórmula física del movimiento
Tan antipoética
Mañana pondré en el tokonoma
Cuatro gajos de apasote
Al igual que el apasote
Yo me considero un cáliz
Dividido en tres fracciones
Que envuelve totalmente al fruto
Tú eres el fruto
Tú maduras entre 30 y 40 días
Después de iniciada la floración
Luego caes al precipicio
Y germinas sin dificultades
(Pitágoras y Euclides se tapan con franela)
Por supuesto que al día siguiente
Pondré en el tokonoma
Un tallo de cordován
Esta planta es natural de México,
América Central, Antillas y Bahamas
Tú eres natural de mí
Y la fórmula física del movimiento
Es natural de ti
Todos pertenecemos a la palabra DESORDEN
(Pitágoras y Euclides se tapan como novios
Tú y yo nos destapamos)
Otro día pondré chamico
Una flor solitaria de chamico
De corola acampanada
Y cinco lóbulos blancos
Y cinco maromas verdes
Y sin raíz
Ese día seré un samurai
O tal vez una muchacha coja
Rígida y coja
Gentil y coja.
Al chamico le seguirá la caléndula
La escoba amarga
El mastuerzo
Y algunos guisazos de caballo.
Con el guisazo renaceré
Para esa hora los componentes
Volverán a serme útiles
Para esa hora mis hemorragias
Serán falsificaciones
Entonces coronaré al tokonoma
Con tu ítamo real.



EL MUNDO DE LOS SENTIDOS

1

Mi pubis está servido
Mis labios están servidos
Mi interior está servido
Yo soy una servidora de esas que ya no quedan
Y tú eres la antepenúltima carta de la baraja
Siempre hay algo peor
Lo dejo todo servido porque para comensales
Se han hecho mis interiores
Lo sirvo todo
Abro mi sombrilla
Abro los objetos que se pueden abrir
Y tú cierras el cuarzo rosado porque el día luce
De manera incandescente
Y tú cierras los objetos que se pueden cerrar
Y yo pienso en Aristóteles
Nunca tuve el placer de conocerlo pero pienso en él con ánimo
Con el mismo ánimo que pienso en las anáforas
Nada más cuando paso por la tienda de las joyas
Me privo de pensar en Aristóteles
Mi pensamiento es un solo de fagot
Para los árboles del centro de la ciudad
Los árboles tienen el tronco de yeso
En la tienda de las joyas una mujer vende árboles
Cómo te llamas, le digo
Aristóteles, me dice.



2

Me levanto del sofá con una idea en la mente
Al muchacho con nombre de muchacha no se le ocurre ninguna idea
Pero mi mente es un teléfono público
Mi mente está pintada con un óleo verde claro
En mi mente un arquitecto diseñó dos torres góticas
Al muchacho con nombre de muchacha
Le sorprenden mis ideas y mi nombre de revista
Y mi pubis de revista
Pero no me levanto del sofá
Hasta que mi mente se desune del tapón
Un arquitecto empotró mis tapones en la pared de su alcoba
Y las patas del sofá me preguntan por un brillo
Y son cuadradas
De madera y cuadradas
Verde claro y cuadradas
La idea en mi mente capta una bella escena de cine
Últimamente voy mucho al cine
Voy mucho al taller de crítica cinematográfica
Hablo de cine
Me como al cine que sabe a manteca cinematográfica
Me levanto del sofá con una idea en la mente
Mato al primero que pasa
Cómo te llamas, le digo
Aristóteles, me dice.

3

Hay un número singular de objetos que pudiera darme placer
Pero el placer no es cosa de darse
El placer les pertenece
A las estatuas del parque de los impropios
Y a las muchachas que van al cine con una flor en la oreja
Y a los hombres que van al cine del brazo de un hombre joven
El placer también le pertenece al pájaro
La mandíbula de tu cara pudiera darme placer
Y los verdes aguacates
Y las frutas con forma de corazón
Y las frutas con forma de palabra étnica
Esa joya de bismuto pudiera darme placer
Nos acostamos unidos bajo la sombra de las estatuas
Una manta cubre su pecho
Y otra manta cubre mi pecho
Y la brisa convierte algodones en júbilo
Cómo te llamas, le digo
Aristóteles, me dice.


PASTEL Y SANGRE

El día 22 de abril del año en tránsito
Algunos agapornis vinieron a quitarme las gamarras
Y como mi espíritu estaba moribundo
Todo resultó accesible perfectamente ingenuo
Lo que sí no estaba planeado
Era que los agapornis se enamoraran de mí
El amor no estaba ni por asomo planeado
Y como mi espíritu seguía moribundo
Dejé que los agapornis me hicieran
Un acto que solo ellos pudieron hacerme fácil
Ese día yo nombré a los agapornis
A uno le puse Juan Pablo Sastre
Y otro le puse María Vera
Y al tercero le puse Señorita Constipación
Un cuarto se llamó Julius Cortázar
Con Julius fui al cinema
Aunque jamás entendimos la película
Creo que trataba de dos límites absurdos
Y de unas varillas para inseminar
A los agapornis no puedo mentirles
Somos muchos y estamos enamorados
Cabemos en un albergue de 34 colchones
Pero aún estamos enamorados.

LA LEY DE LA DINÁMICA
Con Galileo no puedo juntarme
Ninguno de los dos sabemos trabajar
(Galileo no tiene casa y yo sembré una grosella en el patio
Pero tampoco sirvió)
Te lo dije mil veces, Galileo
Que te pusieras la pulsa de santajuanas y mates
Que orinaras en mi boca cuando la luna menguara
Que me dijeras que somos los sinónimos del éxtasis
Pero tampoco
Con Galileo no puedo ni bailar la macarena
Te lo dije mil veces, Galileo
La macarena es un baile para calientes o sátiros
La macarena es el límite del amor que nos teníamos
Y el amor que nos tenemos desde el tufo por la noche
Un tufo a macabros huecos por donde se filtra el ámbar
Y también las ambivalencias del amarillo al ceder
Te lo dije mil veces, Galileo
Es necesario ceder
Con Galileo no puedo ceder
Mañana me invitará a deslizarnos en una penca de yagua
Y todo sucederá distinto a su teoría
El monte se llenará de trivialidades
Y yo me desnudaré dejándome solamente los zapatos ortopédicos
Sin embargo las aguas oxidarán mis zapatos
Tú te irás, Galileo
A vivir entre residuos.

MONÓLOGO DE KANAME
Misako tú eres algún sonido sentado sobre mi silla
Estás sentada como Misako en su silla
Y no entiendo porqué tapas con tu cabello el tirante
No entiendo por qué te tapas los senos con el cabello
Deberíamos conversar acerca de la bambula
Tu conjunto es de bambula y yo tengo una tela de bambula
Para hacerme un conjunto como el tuyo
Tu palabra es de bambula
Tu sonido me abarca y si tuviera dos lazos grises
Me los pondría en el óvalo
Para que hicieran juego con tu sonido
Eres algún sonido disfrazado de quetzal
Lo único que deseo es disfrazarme de pájaro
Deberíamos tatuarnos un pájaro en la cadera
Ahora escribes en mi máquina como si fuera tu máquina
Y deberías saber que existo
Porque yo no existo pero sí existe mi tul
Deberías introducirte esa botella de barro
Seamos superficiales Misako
Seamos dos criaturas ovulando junto al ave
Pero no existimos ni la botella ni yo
Ni los objetos acumulados alrededor de la máquina
Únicamente la silla y la máquina y Misako
Y este sonido viejo que rebota en las paredes.

jueves, 17 de diciembre de 2009

 
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