Juan Rosales (Desde Argentina, especial para ARGENPRESS CULTURAL)
Cuando me dicen la palabra ética, espero el telegrama de despido.
Cuando me dicen la palabra ética, calculo cuánto les dejará de beneficio.
Cuando me dicen la palabra ética, saco la otra mejilla antes que sea tarde.
Cuando me dicen la palabra ética, corro antes que llegue la Montada.
Cuando me dicen la palabra ética, veo a los chicos oliendo pegamento, quemando su ternura por algo de ilusión o de comida.
Cuando me dicen la palabra ética, afirman que el dinero (suyo) no hace la felicidad (nuestra).
Cuando me dicen la palabra ética, me acuerdo del silencio de los indiferentes y los ojos cerrados de los puros.
Cuando me dicen la palabra ética, me ofrecen ver la vida color rosa, si es que quito la vista de la vida.
Cuando me dicen la palabra ética, es que me advierten: "nadie es inocente".
Cuando me dicen la palabra ética, es que me instruyen: "gobernar no es para cualquiera".
Cuando me dicen la palabra ética, los miro persignarse ante la Bolsa y oficiar misa en la Rural.
Cuando me dicen la palabra ética, salgo de Tribunales y busco la justicia, aunque, suspiran, "la Justicia no es para este mundo".
Cuando me dicen la palabra ética, me reprochan la vulgaridad de tener hambre.
Curando me dicen la palabra ética, me aconsejan desprendimiento, porque no me han desprendido bastante todavía.
Cuando me dicen la palabra ética, electrifican los muros de sus countries.
Cuando me dicen la palabra ética, añaden: es hora de sentar cabeza y cortarse el pelo y las ideas.
Cuando me dicen la palabra ética, quieren decir "todo esto es nuestro, y guay del que lo toque".
Cuando me dicen la palabra ética, me muestran sus salones alfombrados, en tanto se nos mueren las criaturas por falta de vacunas o de agua.
Cuando me dicen la palabra ética, se lamentan porque "pobres habrá siempre" y son los mismos.
Cuando me dicen la palabra ética, es que en un lado ponen los sermones y en otro las acciones.
Cuando me dicen la palabra ética, me afirman que algún día comeremos de lo que les servimos, y en todo caso no sólo de pan mueren los pobres.
Cuando me dicen la palabra ética, me van clasificando: explotable o desechable.
Cuando me dicen la palabra ética, insisten en salvarme del pecado (y salvarse del miedo)
Cuando me dicen la palabra ética, me recuerdan no dejarme llevar por la lujuria, porque amar y soñar no dan ganancias, y al fin sólo el trabajo nos hará libres,
como en Auschwitz.
Cuando me dicen la palabra ética, insisten en que no escuche a los malos que molestan, en tanto ellos cobran su porciento.
Cuando me dicen la palabra ética, van contando las monedas para la limosna suya de cada día.
Cuando me dicen la palabra ética, me piden que no me golpee la cabeza contra su pared, porque su pared puede dañarse.
Cuando me dicen la palabra ética, me explican que ellos son mi prójimo y debo amarlos más que a mí mismo.
Cuando me dicen la palabra ética, me pintan el cielo prometido si es que me porto bien en este infierno.
Cuando me dicen la palabra ética, es porque uno debe estar en su lugar, al pie de la escalera.
Cuando me dicen la palabra ética, siento aún las cadenas, la capucha, los electrodos atados en los huevos, y la melosa voz que me exigía nombres en nombre del Señor.
Cuando me dicen la palabra ética, me exhortan a matar y a morir por sus negocios, que llaman Dios ó Patria, da lo mismo.
Cuando me dicen la palabra ética, se regocijan porque han vuelto al Templo y echado a Jesús a latigazos.
Cuando me dicen la palabra ética, es que han puesto peaje en el ojo de la aguja para que pasen sólo los camellos.
Cuando me dicen la palabra ética, añoro a mi abuelito, que no pudo soportar tanta injusticia.
Cuando me dicen la palabra ética, siento un olor a mierda que voltea…
Cuando digo la palabra ética, no es sólo una palabra.
Cuando digo la palabra ética, es que demando ¿qué han hecho de la vida?
Cuando digo la palabra ética, pienso en mis días sin pan y sin canciones.
Cuando digo la palabra ética, es que ya me cansé de estar arrodillado.
Cuando digo la palabra ética, siento que alguien me necesita como yo necesito de los alguien.
Cuando digo la palabra ética, es que empecé a dudar de los fuertes y a creer en los débiles.
Cuando digo la palabra ética, no acuso al pecador sino al pecado.}
Cuando digo la palabra ética, es que estoy con los que arrojan maíz a las palomas
y estrechan la mano del caído.
Cuando digo la palabra ética, sé que es tiempo de recordarlo todo y entender lo que se va y lo que se viene.
Cuando digo la palabra ética, quiero que el hombre y el pájaro y el árbol sean amigos.
Cuando digo la palabra ética, fraguo un ladrillo para el mundo que construirán mis nietos y sus nietos.
Cuando digo la palabra ética, quiero decir que ya no soy el que pretenden sino que puedo ser el que yo quiera.
Cuando digo la palabra ética, es que no me basta la palabra progreso (para unos pocos), y ante todo quisiera vivir de otra manera.
Cuando digo la palabra ética, se despereza el duende de la alegría, digo chau a la noche y bienvenido al día.
Cuando digo la palabra ética, vuelvo a mirar las cosas con ojos infantiles.
Cuando digo la palabra ética, digo primero está el amor, la mano amiga, el canto y la comida, las cosas importantes de la vida.
Cuando digo la palabra ética, es porque sueño con que algún día nos sentemos a compartir el pan y la poesía, y al fin Caín se abrace con su hermano.
Cuando digo la palabra ética, cuando se escapa a las calles, solidaria, y arde en los ojos que estaban apagados, ellos sacan la tropa o la chequera creyendo que somos números u objetos, y no saben que el alma no está en venta.
Y es que digo la palabra ética y creo que ya es hora de sacarla del burdel y traerla a casa.
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