El día en que yo la vide

El día en que yo la vide

El día en que yo la vide
no sé lo que fue de mí
hay cosas que el cuerpo pide
no debiéndolas pedir.

Cortante sin ser cuchillo
mujer de la población
tu amor fue como un cadillo
clavado en el corazón.

Bailé con ella una noche,
noche que fue como el día,
la cabeza se me moche
si no es cosa`e brujería
el merengue de esa noche
lo estoy oyendo toavía.

Anónimo.

lunes, 9 de junio de 2008

Dominicano libre

Dominicano libre

Cuando llega el domingo en la mañana
ensillo el portro rucio de más brío,
cojo un gallo, concierto un desafío
y marcho a la gallera más cercana.

Cruzo haciendo disparos la sabana
me detengo en algún que otro bohío
y dando vivas al caudillo mío
me tomo cuatro veces la mañana.

Dos cosas me subyugan: la morena
con quien paso las noches en la plena
y hace que el alma de entusiasmo vibre

y la voz legendaria y palpitante
que responde al ¿Quién vive? interrogante
llena de Fe: ¡Dominicano libre!

Emilio A. Morel

ELEGÍA AL CHE GUEVARA

ELEGÍA AL CHE GUEVARA

Dejaste los veranos argentinos
y esas tardes y noches que te queman,
recorriste, con gusto, los caminos
de casi toda tu América.
Cambiaste el aire de la pampa y de las sierras
por el dulzor de lejanos cañaverales,
contagiaste a hijos de otras tierras
con el fervor de tus simples ideales.
Si ellos fueron equívocos o acertados,
- sólo Dios lo sabrá -
eras un joven revolucionario
buscando justicia y libertad.
Y ya lejos de tu suelo
fuiste maestro y zafrero,
médico de los obreros
que a tu lucha se unieron.
Y en las contiendas cubanas
-como prueba de hermandad -
derrocaste al dictador
exponiendo tu verdad.
Para callarte eligieron
la muerte y a traición,
nunca honró a tu enemigo
esa trágica elección.
Te juzgaron con las leyes
de un bárbaro fusil,
te declararon culpable
y condenado a morir.
Pero nunca lograron
que tu mirada se apague
aunque tu corazón herido
te dejara de latir.
Como al tigre te emboscaron
-en silencio entre la selva-
luego tu cuerpo arrastraron
bajo el techo de una escuela.
Esperando que el cobarde se alejara
otro hereje cavó una fosa entre las piedras,
y escondido esa noche en las tinieblas
descargó su odio golpeando con la pala…
sabiendo que la carne que enterraba
era del valiente y perseguido "Che" Guevara.
Sólo hay dos barbados rostros
que los hombres han recordado,
el del que padeció en las cruz, por otros
y el tuyo, que sin ella te enterraron.
Pero aún hoy tus pétreos ojos
invitan a luchar por la justicia,
desde una gorra, remera o camisa
los alientas a que griten sus enojos.
Enarbolan banderas por el mundo
jóvenes que creyeron en tu verbo
sabiendo en su sentir profundo
¡ que estás vivo, para siempre, en el recuerdo !
"Está, está, el "Che" está
en el campo, en la tierra, en el camino,
en un pájaro, en el cielo, en un niño,
en todas las voces pidiendo libertad"
Y tus huesos, embebidos de pasión,
en una tumba, al fin descansan
de aquel histórico panteón
donde van los héroes elegidos por las masas.

Mirna Berraz de Gallo

Julia Cabalé


Julia Cabalé

ESTIGMA

Hay una forma de mirar que nos devuelve las formas.

Visión del ojo recreando su metáfora.
Pincel de luz para innovarla.

Energía vuelta en sí y contra sí
cuando caduca.

Hay una forma de mirar que nos devuelve
las formas que nos siguen.

ELECCIÓN

La ficción de la luz
argumenta la densidad del cuerpo y del aire
por lo inevitable.
Saber, no es para gritar
que el pensamiento se quiebra.
Saber, hace vibrar
y por qué no,
elegir la forma.

RUTA

Estela de luz que en mí se quiebra. Ruta de milenios
avanzo y limito la red de tus vacíos.

Pertenezco a las interrogantes
al discurso el éxtasis que me confina
a barrer las horas del día.

CREPITACIONES

1

Sin pájaros sin árboles.
Canto del gallo
en la madrugada.

2

Chas...

Universalidad
de las hormigas.

3

Mis brazos en cruz
mi frente sobre la tabla.

4

Las ramas secas huyen de la ceniza.
Crepitaciones. Llovizna ilustre.

5

Ni pesar ni agonía, gesto de placer
a la manera húmeda.

6

Energía
¿no tienes bordes?




7

Trazo inicial
causalidad de línea fina.

El pincel tiembla ante su obra.
El original en reciprocidad
seguirá esperando.

8

Un poco tierra
mis versos fluyen
a pesar de...

9

La paz y la nostalgia toman
una taza de café
en mi ventana.

NOMBRES Y SUCESOS

1

Nuestra cofradía
es un montoncito de nombres y sucesos.
Si no somos los iniciados,
iniciaremos la cronología
de la orfandad de los espejos.
La señal comienza en el costado
Es el tiempo que nos deja solos.

2

El espejo entrega lo que aún perdura.
Definición de la última estancia.
El espejo esperará al otro,
mientras persista.

EL GRITO

Olor de la carne bajo tierra. Olor natural de los elementos.
La realidad nos desorienta, de alguna manera nos rescribe.
El grito define a la especie, un clan, lo nómada del bosque.
Sin frontera tierra mía. Universal es la mirada.


(textos y fotos tomados de la revista esquife)

viernes, 6 de junio de 2008

roberto viña

COLLAGE DE PARAFILIAS
Roberto Viña

¿Qué libros, qué palabras y qué letras son más santas, más dignas y reverendas, que las de la Divina Escritura? Y sin embargo ha ocurrido que, leyéndolas, algunos no sólo se han perdido a si mismos, sino que han sido la perdición de otros...
G. Boccaccio.


OBITUARIO DE JACK

a Anne

...continúan los asesinatos brutales a prostitutas en el distrito de White Chapel…
Daily Telegraph, Londres, Diciembre 1888



La víctima
no es aún la víctima;
es sólo una mujer ardiendo
en otros brazos...
Luis Rogelio Nogueras

¡Son tantos orgasmos de seda presos
en la cumbre de tus senos!
Orgasmos de duendes adúlteros
envueltos en sus mitológicos falos;
atractivos en los carnívoros pezones
y emanaciones caleidoscópicas de extraño origen;
de insulso encanto entre la miel
de tu sombra sangrienta de esperma.

Inequívoca voz de aquellos anónimos gemidos,
enramados por la sutileza de varios chelines
bajo el influjo de una seducción descarnada,
desinhibida en el estertor hechizante de las faldas.

Los labios raptaban en sus grietas naturales
el encanto de Adán hecho simiente
con el tropel undoso de las caderas.
Y en inédita ascensión de las notas mezquinas
a la garganta, hacían de los dedos incrustados
un enlace orgiástico en la lengua de la chica.

Humedece y engendra debilidades con los secretos,
mientras no exista un beso al cual asirse,
mientras masculle entre dientes con lasciva sorna
la inmortalidad de sus rizos ébanos y obsesiones meretrices.

¡Hay tantas monedas en la bolsa del vientre
que entrechocan su precio en otras sábanas fétidas,
de falso origen y pertenencia ajena, prohibida!

Descríbeme el silencio y recita
con el vino, al cenar de tus senos
el sensato deleite del calvario

¿Aún resta en sus piernas los aromas nauseabundos
remanentes del roce hecho suspiro,
subyugado en el placer y esclavo
del sudor en la penumbra;
y el titubeo de mis manos rígidas
al arder en su rostro?

La daga de mis colmillos desgarró
bajo la bóveda de la capilla blanca
en la sucia callejuela sus labios de escarcha,
esa piel nívea del torso.
Destrocé sus piernas opacas
y encontré en el placer del dolor flagelado
ese excipiente de un éxtasis inevitable

Busqué en los ojos la tristeza
de morir bajo la inflexión
de un orgasmo perpetuo
No pude encontrarlo,
porque son lágrimas sus carnes de burdeles
en la neblina londinense.

No menos de diez pequeñas faldas la noche
imperecedera desnudó de sus voces,
para hurtar los gritos y remedarlos en un eco
de lascivia invisible que, nos revolotea y envuelve
Esas son mis hadas nocturnas;
las hice mías, y después, de su belleza
de mortales quedaron insatisfechas
con el pudor infernal de las ánimas.

La catedral de las piernas permanecerá
extensiblemente abierta para el filo
poluto e irascible de mis palabras;
y aunque hayan partido, la perfección de la vagina
custodia la memoria de mil fantasmas
en otras húmedas soledades,
por mi lengua --y alma-- enferma.

SONAMBULISMO

Y apagaba las lámparas el viento matutino.
Era la hora en que enjambres de maléficos sueños
ahogan en sus almohadas a los adolescentes.
Baudelaire

(reflexión)

Cada día descubro llagas en mi cuerpo,
marcas que apenas siento,
hasta el rozar del agua en la boca,
y el descenso a la búsqueda de mis pies.

(descubrimientos)

Líneas finamente abiertas en profundos
espacios de piel, alargadas fisuras
más profundas cada vez,
más purulentas,
extrañas y desconocidas.

¿Qué hace el cuerpo cuándo reposa
por el olvido y la inconsciencia?
¿Qué hago cuándo no soy yo?
No quiero pensarlo.

(pánicos)

No temo reconocer quién soy, o seré
Tengo miedo de las nuevas heridas en mi piel,
cuando las antiguas han cicatrizado
A veces, las llagas dejan un trazo de sangre al final;
una canal alargada que se une a otra
en el alma

(símiles)

Este cuerpo llora cuando el agua la sacude,
arde en las arqueadas de mis huesos mientras
la espalda asemeja una ramera violada,
que, muestra los latigazos ilegibles
de algún sadomasoquismo difunto.

(síntomas)

Las llagas de mis piernas
derivan en cruces incoherentes;
las manos apestan y apenas puedo cerrarlas,
y mientras se alivian algunas lesiones,
otras (re)aparecen donde no cabe la imaginación.

(malestares)

Me duele el corazón por una hendidura
que, al creerla superflua, no cicatrizó
en el pecho, y sobre el costado tiemblo,
pierdo los dedos en ese agujero
donde estas uñas y huellas dactilares irrumpen
en una marisma de tatuajes coagulados.

(náuseas)

A cada minuto detesto ver:
mis brazos,
las piernas,
el alma,...
detesto observarme en el espejo
y en ocasiones, odio verme desnudo,
admirando mis huesos...

(días sin novedades)

Como un reflejo siniestro son los órganos
en este cuerpo anciano y empolvado
por el hollín de las arrugas.
Las arrugas quedan enmascaradas
y estancan los ojos de lágrimas,
y las cicatrices que el rostro ha olvidado ocultar,
están congeladas en mi tez por siempre.

(negaciones)

Apenas puedo dormir,
apenas concilio el sueño
por el dolor insoportable
del cuerpo flagelado;
por el castigo de esclavizarme
a esta extraña penitencia obligatoria.

(temores)

Cada día discurro los párpados,
tembloroso, y busco alguna llaga distinta
sin comprender que no reconozco
las viejas grietas
Las sábanas son rojizas
y el remanente de mi cabeza desciende
sanguíneo al tragante del baño,
púrpura al inodoro
ante el asombro de los estertores.

(pasos al jardín)

Las rosas en rosal de la abuela eran blancas,
ahora son botones de tonalidades disímiles,
níveas con puntos escarlatas desconocidos, la mayoría,
mientras las espinas cada día sangran más

(conclusiones)

Estos ojos temen cerrarse, pero
no pueden detener el influjo del hastío
Han sido muchas horas en vela
mientas el insomnio duerme en algún
recodo de la habitación.

(delirios)

¿Amaneceré muerto? le pregunto
al sueño, y éste no contesta, calla
cuando escupo la respuesta: Algún día.
A cada hora descubro lesiones en mi ser,
pústulas ceñidas al recuerdo
como espinas viejas al rosal enfermo.

CAMA VACÍA (PENÉLOPE)

Anoche
creí escucharte susurrando esas frases
antiguas que del amor hiciste tuyas,
creí verte desde la sombra, de pie,
mirando ese pedazo de sospecha
que han sido estas noches esperando por ti
creí ver en tus ojos ese deseo de entrar en la cama

Anoche
el silencio fue más nuestro que en meses anteriores
porque no pronunciaste una palabra,
pero tu aliento pausado se escuchaba igual,
tus besos tenían el mismo antojo
y esas caricias que esperaba de las sábanas limpias
estaban incrustadas en tu carne sin saberlo.

Anoche
escarbaste en mis sueños con tu aroma,
con tus ropas, los músculos, esos gemidos de gozo,
apareciste de la nada con esa indocilidad
de océanos navegados;
y despertaste mi piel muda e inerte
desde que te marchaste

Anoche
entró al cuarto tu cuerpo y el sabor del vino
como dos seres extraños, fantasmas independientes
y obscenos de una lujuria hambrienta.
También vinieron todos los hombres
con los que he convivido hasta esta noche
Uno por uno, fue tomándome con la sorpresa
de una misma piel,
de una sola carne penetrada,
intentando llenar mis pensamientos de espera,
los rincones negros de mi impaciencia,
hilando los tejidos desordenados
de una suavidad de sensaciones sin nombre.

Anoche
pensé en ti, y tú, te hiciste de huesos,
hombre, por la bendición de dioses moribundos,
un rostro de oscuridad,
y cera de sudor y temblores por las velas apagadas
fuiste un viento de uvas maceradas
en los labios,
un instante paralizado de demasiadas noches
para una sola desnudez;
el espasmo de muchos sueños en una cama vacía.

Anoche
desperté con tu ropa puesta, vestida de ti;
y la armadura aún descansaba donde antes dormías,
como si el hombre que la vistiera
se hubiese hecho cenizas en los sonidos de la noche.
Al lavarme el rostro, aún era tu cara en mis manos,
y tu pellejo en las lágrimas que después derramé.

Anoche
ocurrieron cosas inciertas en mi memoria
supe que no eras tú, pero aún así te permití entrar
y después, me entregué sin remordimientos,
ni abandonos,
Anoche
fue una sonrisa tierna y desenfada tu ausencia
la voz de nuestro hijo me confesó
que no regresarías a Ítaca;
pero no importaba,
él permanecería siempre a mi lado.

TAUROMAQUIA

Mino(s) tiene una obsesión caprichosa
aquilatada en la saliva,
oculta entre los labios,
apagada en la boca…
Mino(s) resurge taurino ante las noches
de pecado inconfesable.
Los días endosados al olvido y la adquisición
del insomnio,
el temor inherente a la huida
con el taumaturgo de las cenizas abandonadas
no le permiten olvidar la partida presta
de la ceguera ante la ingravidez de sus lamentos.

Es extraño, pero Mino(s) desea engendrar
en mí, las ansias que en otros difuntos
no he permitido.
Añora desesperadamente no ser
como viejas corridas, por ende,
consumadas y muertas
en el cansancio de la carencia;
como análogas caricias extintas
ante la estocada mortuoria
de la duda y el adulterio.

Mino(s) aunque sin confesarlo, cautiva
mis ojos de amaneceres estériles e insípidos
entre los muros de su enfermiza esclavitud
obseso debido al cornudo proceder de su origen,
éste, erige su génesis entre los barrotes de un laberinto
construido para una morada de exilio.

La cornamenta agotada de su verborrea
origina irrisorias excusas ante la insistencia de mi prisión,
cada día más prolongada.
Mino(s) en silencio loa frases al milagro de poseerme.
Al tenerme pierde todo temor por perderme
y asfixia en su idolatría condenada mi lengua
a sus rumiantes entrañas.
Bajo el abrazo bovino derrite cada poro
con cada hebra parásita de su vientre velludo;
desbarata con cornadas violentas y lunáticas
los impotentes bufidos de asirme al aliento
ante la incapacidad de respirar por si solo

Mino(s), el cornúpeto, después de asesinar
a mi cancerbero de carne desconoce otro modo
de bendecir mi ausencia que, con la muerte.
Encerró en cada reja un espejo, con el pretexto
de encontrarme incluso, aunque no estuviese,
mientras la complicidad de su hastío mantiene
el cerrojo de su desvelo como una castidad
altruista en voto de silencio.
Sin embargo, para Mino(s) este es el único espacio conocido,
fallece en las noches, al agotarse la claridad,
moribundo ante la soledad de su equívoco.
Y allí estoy, como el ánima posesa de un cuerpo invisible
en una sonrisa estrecha, angosto al igual
que el sitio donde lloro mi embriaguez.

Mino(s) en una planicie de ensueño abraza
un cadáver pasifaénico con el sabor de mi boca,
y observa como escapo ágil a través de cada pared,
perdiendo la grácil silueta de mi desnudez
en otra forma ilícita e impúdica;
ausentado hasta la nada de verme
sin poderse conformar.
Y rumia un lamento agonizante,
estremecido por la verdad de la pérdida
y el pasto abundante de las frustraciones.
Cuando cierra los ojos, le oigo llamar el nombre
de mi fantasma en las vestiduras. Ariadna.
Abrazarse a mi cuello, llorar al reiterarse
en cada seducción la pesadilla de mi existencia.

Asediado por la ausencia, le agobia
y atemoriza también mi desprecio.
No concibe la distancia de mis dedos sin el ansiado páramo
de las piernas donde ir a perder la vida…
Jamás me dejará ir, a pesar de la abominación;
cuando no encuentra siquiera sentido a subsistir
sin las banderillas de los engaños,
ni los atavíos de su cabeza taurina,
sin las píldoras sedantes de la bestia en su abdomen.

Déjame partir Mino(s), permite morir a este Dédalo travestido,
desvelado y voraz, que, en ansias de respirar mutiló
la imagen paterna de si mismo en mascarada de odalisca.
No intentes extraviarte en estas faldas fatuas de artificios,
olvida la mitología de las penitencias cretenses
y sortea los laberintos internos del alma humana.
Aún sin tenerme me habría extraviado
en los avatares entrecruzados de las contradicciones caóticas,
escapando en los brazos de otro amante senil
con los escalofríos de este acto pantagruélico,
caleidoscópico,
alucinantemente pornográfico.


(textos y fotos tomados de esquife)

karel a. leyva ferrer


NÁUTICAS Y OTRAS ACOTACIONES DEL VIAJERO
Karel A. Leyva Ferrer

¡Oh barcos que pasáis en la alta noche
por la azul epidermis de los mares!
Rene López


IV

Se han roto los espejos
ahora todo es tierra
palpable
vulgar

Puse mi mano en alto
me queda algo de viento
todavía

Voy a grabar mi espada
contra el nombre y el sol de los adeptos

Este el lado incierto de las cosas
aquí no se reflejan nuestras llagas
solo la fe y el don

Perfectamente ciegos
ante la luz que impacta
hablamos del azar
y damos al vacío otro fragmento.

ÁGAPE INCONEXO

Dobla el periódico
lo vuelve un catalejo
toda la luz de golpe
se disfraza

Ha comenzado el ciclo de la rosa
gema
cristal
recuerdos
blanco y negro

Parado frente al ojo está el deseo
el modo de invocar
la mano abierta
ya danza el voyerista
su osamenta repite una fricción sobre lo terso
ágape inconexo del que acecha

Dobla el papel
acorta la distancia
Llega la luz
el cuerpo se le escapa




VI

No deslunes con rabia en mi corteza
si soy el vigilante
si he puesto mis cien manos suavemente
en la aspereza
de otro sueño moldeado a contraluz
bajo el candor
del pájaro agorero a tenor
de la cruz
y los zapatos viejos del otoño
Te he besado
y no estaba en lo negro de tus ojos
el albatros bisoño
de los puertos ni la copa del hado
ni el hoplita que salva mis despojos

VIII

Todos los piratas
deben morir a manos del otoño
no es bueno andar buscando
las islas del escape
A veces son tan ciertas
que no hay vuelta al redil
y uno se pierde entonces la sorpresa
de nadie nos vio saldar las cuentas

Es todo por honor

Los piratas son buenos para el beso
para el susto virginal de las armadas

No hay tristeza mayor
que un buen pirata
envejecido y torpe
al que nadie le teme
ni lo aclaman en sus retos las muchachas

IX

Dos niñas en la arena
una siembra su bata diminuta
otra el gesto de adiós
y la palabra en duelo con el agua
Tomadas de la mano
exhiben
el castillo desecho
juran un nunca más
deshilan su noviazgo
con el delfín turquí
Las líneas del azar
dicen que el puerto
las ve volver a veces a hurtadillas
dos niñas sobre el borde de un recuerdo

HERENCIAS

En todos los caminos está Roma
la sobriedad la lepra la cicuta
la falacia mayor la frase enjuta
donde el sueño numérico se asoma

En todos los caminos está Roma
la culpa repetida de la fruta
el juego donde tímida debuta
la piel del gladiador que se desploma

Hay algo de juglar en cada piedra
de vórtice de áncora de estroma
de sórdido pasaje donde medra

el ojo inescrutable de la broma
que oculta para siempre tras la hiedra
su escuálido destino su genoma




XI

En el muelle
con las manos atadas por el grito
un suicida
Desde el puente de mando
con los ojos salvados por la sombra
el vigía contesta su llamado
es un dialogo afín entre proscritos
la barcaza está ahí
nunca ha partido
más allá de los sueños del suicida.

XII

El mar es la distancia entre dos puertos
inquieta zubia orlada de veleros
que surcan nuevamente los senderos
en busca de su presa cual podencos

Atados a famélicos maderos
los náufragos oscilan hacen ciertos
los rostros marginados del ajenjo
la pálida caricia del estero

Parados frente al mar vemos al dedo
tornarse un ilusorio parlamento
al barco en la ciudad a los silencios
en el común hojearse ante el espejo
Somos los argonautas solo eso
pendientes de la gloria y el regreso

XIII

Una ciudad espera por mis huesos
por la raíz de pájaro indomable
que tiende el mar
Trasquilo
los reyes domésticos sobre el arrecife
en lacónicas notas de salvación

Si hay algo que debo perdonar
será a su tiempo todo importa
hasta el color del vientre del cetáceo
que ahora llamamos isla


(textos y fotos tomado de la revista esquife)

pablo méndez borroto



POR LA PIEL DE UN PAÍS (1994 – 2004)
Pablo Méndez Borroto

Sí, te lo digo de esta forma:
Teníamos talento.
Y hasta un pedazo de estado civil
para testificar la piel.
--Más bien-- el desamparo
que transita por la piel de un país
en el que solo malgastamos
la saliva no dicha
o mal interpretada en cementerios.
Tú y yo como eclipses
que endurecen floraciones
y el correo de las balsas
(por sobre los naufragios).
Tú y yo arrastrándonos las tumbas
que escapan del turismo
(por sobre los naufragios).
Cuando nos bebían las pausas del paisaje
y la desolación era un himno más
un pasaporte menos
flotando en la risita de la noche.
Así nos fue imposible
almacenar cierto talento.
Extraviarme como parte
de esa luz violadora
en la resurrección del emigrante.
Hoy que para siempre en todo mar
la rebeldía es una sombra atada
a la metamorfosis de aquellos
que trafican sus dedos al vacío.
Hoy que presiento la carne
distante de su (mi) escombro.
Y notifico tu acta notarial
entre los arrecifes de esta ausencia
que llega y llega
consumiendo lo insepulto que fuimos
por dentro de otro espacio sin nombre.

Escucha: es por la nicotina del balsero
que vendieron la rabia
al precio de una ola.
Porque también la rabia
se viste como duende.
Y se acordona el corazón
con tu cigarro de madera.

Escucha: ha sido por el pito de los trenes
que estas vírgenes flotantes
no desempeñan su posición social.
Aunque mi loco prefiera ser
la Perestroika de una ciudad
apuntalada por sus ruinas.
Y tú desde Chicago me amontones
una transnacional con sombras
regalando un saco de fastidios
al señor presidente del país.

Ahora regresas
Porque el turismo
impuso en ti sus cromosomas.
(aunque yo sigo siendo tu huérfano de agosto).
Y es tan urgente saber que hemos crecido.
Que somos los de siempre.
Regateando otro Período Especial
para los ojos de nadie o simplemente de ti
que ya eres Hamilton por la esquina del mendigo
cuando también otra persona grita
con demasiado polvo detrás de su perdón.
Y la noche es solo un documento migratorio
que gira y canta en rondas de secuestros
hacia el EXILIO DE LA MUERTE.

¡Oh, mira, aquí está el culo de Belinda!
Aplauden.
Aplauden largamente las costas.
El teatro ríe... se despren(de) la luz
y yo también regalo aquel himen de anclas
con homenajes militares y todo
por el culo remero de Belinda.
Entonces me enseñaste
la escena del fantasma que ya eres
y allí se me cerraron las cortinas.
Como dos palos debajo de los parques.
Como dos parques encima de los mares.

Por si acaso te lloran con tu doble.
Por si tal vez la historia se repite.

MIRAR AL REMO
Y SU EXTRAÑA VESTIDURA
Y te creíste el dueño de una isla
armando trabalenguas sin parcelas de cielos.
Y te nombraron ministro imperdonable
de las carpinterías.
Solo necesitabas transfigurar
la piel del violador
cuando maullaban con decoro
aquella tanta hambre y tu verdad.
Anoche acumulé en mi puerta
la tristeza y otro escándalo público
pero nadie sirvió de culpable o de snobista
ante el humo enemigo
ante la luz postiza de esos fieles difuntos
que astillan tu escena de payaso
para que siempre flote un caracol
y un huevo encima de los mares.
Mares por donde no me nazco
confundiendo el ripio de la carne
con diez centavos de nubes.
Centavos en los que por fin
veíamos traficar tu cigüeña y mi espejo
entre las fieras alquiladas por rostros semejantes.
Y te creíste el dueño de una isla.
aberración de remo.
Solitario mapa al fondo de estas sombras
cuando lloran las madres
y el tiempo se derrite
como quien del espacio
besa la niña de sus ojos.
Éramos los de nunca
(el mensaje)
NO ANID(AR). NO LLEG( ).
Solo por puta demagogia faltaban las palabras



DIARIO DE LA IGNOMINIA

Primer día

En puerto sin nombre
quedó a favor de nadie el esqueleto.
El polvo disfrazado como ropa

quienes depositaron
por sobre la visa de sus tenis
ambigüedades concisas al vacío.
Fue la sombra quien los desenterró
de ese polvo de esas sórdidas cáscaras
y luego expuso su humedad
para sacrificarlos
ante la noria del prójimo
donde sin dudas compartir la ley
sería inútil.Porque nadie se brinda espontáneamente.
O porque en toda oscuridad debe existir
un parlamento poco conocido.
¡Exilio fango del que nunca serás una llanura!

Segundo día
Han sido ya de nadie las mundanas calles
del mañana
Y la penumbra gravita este dolor ajeno
esa finísima forma de haber sido
en su momento una materia un punto límite
donde se almacenan como escorpiones las burbujas.
Burbujas que pretenden desviarse de tu cuerpo
no por la penumbra
sino por aquellos que testificaron
a favor de la palabra
o simplemente sirvieron al adiós
del que nunca dijo despedirse
sino mas bien: ¡regresaré!

Tercer día

De la prensa.
Granma. Noviembre 27, 2002

"Los días 19 y 20 de noviembre las televisoras
norteamericanas y agencias de prensa
internacionales informaron que el día 17 en horas
de la madrugada, había zozobrado una lancha
rápida de las que se dedican al tráfico de personas,
procedentes de la Florida y con matrícula
norteamericana, que habría recogido a un grupo de
alrededor de 30 personas, entre ellas 13 niños".
.............................
"Será también una expresión de luto por los niños
inocentes que , bajo el horror de escenas tal vez
indescriptible, vieron tronchadas sus cortas y alegres
vidas como consecuencia de la política criminal
seguida contra nuestro país durante muchos años".

Cuarto día

El océano impone sequedad
sobre la fuente que a finales de siglo
expulsa esta mujer llamada Habana.
Ustedes descorren la supuesta fosa.
Ustedes obedecen al sitio imposible del asfalto
para desde allí ver la proeza de los cadáveres
que sirven como templo
o como viejo óxido halando la desolación
que en mi garganta impuso la fuente
(No la ciudad cementada por el fuego).
Hasta ayer tuve casa y nombre
para huir del silencio que imponen las palabras
y luz en la que jamás hallaste
el comienzo de las cosas que terminan
y zapatos sepultos e insepultos
donde amé largamente el seno derecho
de quien nace después...
¡Bésame honores militares!
Mi oficio de balsero
gotea en tu pretexto moribundo.
Ya no pregunten si he de flotar
por dentro de mi propia carne
o si esta se impuso ante la jugosidad
de su legítimo himno.
Yo me desgarro.
Yo me trituro.
Yo me destierro.
Detrás queda la zona prohibida.

Quinto día

Advierto:
Creció el luto pero no su buena vestidura
hacia los fieles difuntos.
Creció la gloria eterna
balsa
lancha
avioneta
Por sobre el suntuoso snack-bar del hotel
que drena su arrogancia a quien nunca pensó
sentirse un animal violado y despojado
en su propio cadáver.
Creció clásicamente el desorden y el orden
que en casa decoraban los ojos de mamá.
Ahora no vayas a imponer la baba de tus huesos.
Ahora limítate como recompensa
creando en tu animal la historia de un país.
Hoy pienso estar intacto y ofendido...
Una madera golpea el naipe con la luz
otros ya vienen en camino a conquistarla.


(textos y fotos tomadas de la revista esquife)

lizabel mónica


CHILLIDOS
Lizabel Mónica

Chillidos:
[Pieza musical compuesta a base de palabras de la autora y los chillidos de cerdos en el momento de ser degollados. Y también de los chillidos-palabras de la autora.
La obra parte de la circunstancia de que la escritora viviera frente al matadero porcino. O de que los cerdos murieran frente a su edificio-vivienda.]

III
Pasaje del cerdo
Asomada.
Mi cabeza atisba por la ventana. Veo ciudadanos que deambulan la ciudad.
(Un anciano. Flaco, alto, planchados y desteñidos pantalones militares. Camina leyendo un periódico; bajo sombras rupestres de árboles plantados al borde de la acera.
En su brazo una bolsa característica para comprar víveres; andar lento y tambaleante.) Los ciudadanos. Van por las calles en bicicletas. Van por las calles en algunos pocos autos. Van por las calles a pie. Mi cabeza, asomada.
La bicicleta sale. De enfrente. De enfrente a mi ventana-cabeza. Hace un giro. Dobla, se incorpora. Un hombre anónimo (delgado, bigotes), lleva un cerdo que no chilla.
Cuelga una masa alargada y estrecha de carne roja. Blanda.
Es la larga lengua, del cerdo muerto.
La bicicleta se detiene para dejar pasar a una mujer que trae a su hijo de la mano. Luego continúa. Atisbo hasta que puedo el colgajo largo que se aleja por la calle. (Es cierto, no hay bulla ahora; he visto pasar el silencio.)
Entro.
Me siento a escribirlo.
Ya al final escucho algo que recuerda al chirrido de un cerdo. El sonido se acerca, pasa: bicicleta cuyo engranaje chillía, falto de grasa.
También, chirridos incesantes y atormentadores de parque infantil.
(Columpios de hierro.
Por un rato el chillido de algún cerdo alterna con columpios que se mecen.)

I
Cuello
chillidos de cerdos.
ahora, al escribir la frase "chillidos…" no los escucho;
alguien diría:
"para escribir sobre los chillidos del cerdo debes hacerlo mientras se oyen, mientras taladran tus oídos".
hay muchas formas de oír.
hay pocas formas de oír esas frases "que taladran mis oídos". no suenan para mis oídos.
los chillidos son…
aún cuando no se escuchan, aún cuando se oyen en la sensación
de un atolondramiento de palabras en la cabeza -la imagen de una maciza cabeza de cerdo por cuyas orejas brotaba (aunque ya seco) el hilo de sangre hasta el cuello extirpado, del extirpado cuerpo. sobre el manubrio de una bicicleta conducida por otro hombre anónimo sobre bicicleta anónima otra cabeza anónima de cerdo-.
los chillidos no martillan hacia dentro.
sino que están van.
en algún punto de la cabeza.
van están en ese punto.

II
Mujer sobre cartulina
torso de mujer con tirantes
en los hombros
delgados y tirantes
el cuello fino
–quiero decir estrecho, filoso en la cartulina-
luego un medio rostro ladeado en la cúspide del cuello
un rostro filo
–quiero decir estrecho,
finado-
medio rostro con boca pequeña roja
reluciente.
no es verdaderamente un torso
sino medio torso.
bajo el cuello completo, el principio de tirantes
el principio de hombros huesudos
-medio torso-;
bajo el cuello intacto, finado, el pintor obvió los huesos
que sobresalen
en la raíz del cuello femenino.
medio rostro con boca
cuello
medio torso
es una invitación del pintor
a la obra expuesta
en alguna sala
-cartulina flexible que uso de marcador
para mi libro-que-dejo-cuando-el-chillido-de-cerdo-acontece;
pienso que es evidente
hay algún
matadero
frente a mi ventana.

S/T

des nuda, más que dios la cabeza
todo el peso está en las comisuras.

S/T

Titilaba. Rompía;
Y ella entraba radiante y lo jodía todo con un bostezo del carajo… colmados los brazos de cortinas.
[Desatentos, todos los detalles se desgajaban.]
Estábamos allí, sí; ella, ella, ella, el ello, ellas.
Había música melosa y humedad de salitre en los oídos. Y mis oídos gorjeaban por el empaste arrastre de mugre interna en el oído de otro,
tan cerca mío, como montaña de hollín y malteada que se enciman,
dando tumbos mi pobre noche escueta.
--Sal de ahí.
Dijo uno de nosotros incontrolando situación de sobre mesa. Uno por uno, todos habríamos de pasar por el mantel, por eso, por el ojo
Las carnes bamboleantes, Las carnes idas y el rostro cubre huesos, habría que observarlo todo, disecciones afuera, como si se tratara de uno mismo y nunca de lo propio.
Hubo un olor.
Hubo un olor.
Hubo un olor.
Éramos tres y la éramos tres hubo un olor a costra, a sangre en menstruo (Nadie dijo alguna vez que nunca habría de concebir hijo en útero, pero tampoco dejó ver que allí había menstruo, menstruo) no a sangre sino a piernas, piernas con bellos, piernas de mujer con bellos de mujer.
Pero lamíamos y lamíamos y probábamos poco. Un adormecimiento paladar ante el regusto concedido de lo que ha recibido poco nombre. Todos cuerpos, ni una sola desnudez, toda grasa en el dorso de la mano; ni que un solo ovario supurante anhelante, tod tod tod cazando mustio el cerebro: psiques degolladas: expulsión: pieles ausentes. Tanta ansia de tocarnos y no sabíamos para qué aunque vivíamos el cuándo y el imperativo de la sed y el imperativo arrancarnos --ayudarnos a arrancarnos-- ayudarnos, el espejo
(la inversión, la sodomía, la mano izquierda la mano la derecha, la sexo masculina sexo fémino, el teto seno libre pectoral informe, las glándulas cojonudas glándulas mamarias y la punta de semen a chorros de entre el labios y pliegues inviolables ojos vidrio

La hoja de otoño

Pálido, del otoño.
(Grave)
De ensueños.
Debajo la calidez que se deshizo en las aguas. Pálida luz.
Reflejada en la tersura de tus cortinas. Como oculta tu espejo días murientes. Pálido, que antecede al invierno.
Dejado en la afonía del vocerío de hojas secas el crujido.
Como si vida y muerte en un instante... Hojas verdes.
Como si hubiera agua en las venas de la hoja seca. Como si hubiera venas en la hoja: seca.

Muñequitos

Muñequitos: de cartón al fondo. Y la tapia de luz artificial sobre los pasos de todos.
De ambos grupos. Muñequitos de zigzag, desaliñados y en parálisis: inmovilidad de vientres y de rostros sin dibujar. Sin dibujar. Caras-rostros de nada. Cero. Nada dentro de cara. Círculo. Rostro. De círculo-cara sin trazos. Muñe.

(Él, sin embargo, camina y sus pasos, son removidos por el reflector, entre ambos grupos.
Por encima de.
Así, así.)

Detenidos muñequitos, en pared acartonada y limpia.
Y tosca y límite. Allá y fondo. Él camina y sus pasos. Hacia la pared es el género. Es. Él. Género. O.

Muñe.

Estampados en fondo. A perfiles de cuerpo. Que simulan rastrillar. Un
Espacio. In posible.

Él va. (Y la luz.) Artificial, remueve sus pasos de saco gris, gris severo, sobriedad y estirado. Por plancha usada sobre superficie gris.

Es el hombre y el género. Y es el gris. Y es el género, superficie-tela estirada por uso de plancha sobre gris. Es grande. (Muñe.) Y la camisa blanca bajo el saco y cuyo extremo ocultan pantalones apenas. Se ve.
Muñido, muñe, muñón; género: camisa.

Toallas

Las toallas blancas, las rocas ríspidas, las toallas rocas,
las toallas salientes, las toallas encallantes;
la tibieza límpida del patio (tras toallas rocas) y su claridad rigurosa
felpa blanquísima.

Miro desde dentro,
una de las toallas es mía.

hasta morirla

A Nailé

Marañana.
Una marañana,
Una marañana lisa y de domingo
El roñostro ticuestre de una
Carne
En la marañana tiesa y cubierta de descúbritos androgimos

Este último verso una crisálida Que fuga
Hasta la pared Aquel hueco nominable De yeso y restos, Deshechos Y
contenedores, Piernas, ojos
y yemas podómetras giros a medianitud-

Lo parpared palpable mórbido
Concomitantes signos en ondas descompuestas
Tiras de
Carne

Anexos
Sus pistilos contráctiles

Sus tierra adentro
Sus cabeza abajo en huella

De una flor
No arriba
Sino
En huella
Dentro de la raíz de sombra
Bajo adentro
Tierra adentro

Foso inmerso finitos toda
Boca
Todo monto poroso
Gorgóneo y colomo brote
Cristaliza
Lo mórbido palpable

--Asebia de la mañana lisa--
Erecto
Terco
Lacra de interinos centros
Germen a sorbos de internieblas
En esterilidad
Hasta exhalar la tierra

hasta ingerir la tierra

--Impacto del pasmos de mancuerda Baja
Esté la llaga estar Cualquier ego de sangre microazar
sapiensa
sepiensa
A cruces
La sed de sed sectarias--

Toda boca
Lo mórbido palpable, concoide
Las tensas sendas
Los reflujos
Lolaslos de la carne
Sinúflagas de estera (de la cocina sin mesachiquita de café o las
metonimias
por años de casados)

Toda boca

pestillos táctiles lenguiformes
Y fértidos
Su mosto alul vetado
A cada honda,

Hace que la vena alucine sangre en todo vaciado
Por somlocuas noches de alcanfor
croar vértigos intrahumanoides

morder estar en la llaga
Sudante pulso es pasmo de rojo
Rostros de mancuerda (más cuerda)

en la piedra bajo el agua

Más cuerda, más cuerda, más cuerda
Todavía más
Rostros arrastrando
El cosmogozo
El ver del ser poroso torso de finitos abrazos

Toda boca
El amor terco a todo
Lacra
Lo tanto

--Gorgóneo soliloquio de cabrilla
Sacrificio de centro
costraeje
Hasta exhalar Ululas de interbrillos fijos
Hasta exhalar la tierra--

Multillamas lenguas
Excreencias
Axilas
Bultos
Lodo
Sesca
Mies corriente

Descalsado

Huesos cogirantes

Desagües no menos que otros

Hasta
El destiempo
Hasta
El destente neutro
Hasta morirla


(fotos y texto tomados de revista esquife)

mariano schuster


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
Mariano Schuster*

HUIDA

Él se retiraba del bar
casi a las siete
tras el ultimo trago
creyendo llevar
con él
el mundo

y el no sabía que ella
lo observaba tras la barra
con los ojos cansados
imaginando palabras
XXXXXXdelirantes con que arroparse
sintiendo que él
no volvería a entrar,
despiadadamente
pluma y papel en mano
por otro whisky
y que también su mundo
se retiraba
por la puerta
cada mañana
a las siete,
o casi.

MISTERIO

misterio es un hombre
buscando hormigueros,

misterio
es tu nombre
en el mundo,
es la mirada
que cuelga en tus parpados
desde la ilusión
donde medita la sonrisa,
es la plaza desierta
donde volverse noche,
es la imagen
de un pequeño
pájaro en celo

misterio es el tiempo escondido,
un suspiro
que va llegando a mis manos

misterio es evidencia
fatalmente vacilada.



BERTOLT BRECHT
in memoriam

Perdón
dice
desde la ventana
Perdón,
por esas
edades oscuras
pero no pudimos
nosotros, que quisimos
ser amables
Pudimos,
en cambio
ser valientes
pero eran
le he dicho
edades oscuras
tan oscuras
que tampoco
nos lo permitieron.

LA BELLEZA

Una noche, senté a la belleza en mis rodillas.
Y la encontré amarga. Y la injurié.
A. Rimbaud

Yo te andaba buscando
por los caminos evidentes
de este mundo
a través del orden, las sonrisas
entre la lluvia
que sonaba
como las danzas de Bartok
junto a las flores, el oro,
los collares
Yo te andaba buscando

Te andaba buscando
también para injuriarte
como a las páginas blancas
de un libro nuevo
que nadie leyó
como a un amante perfecto
sin arrugas
Para eso
yo te andaba buscando

Te andaba buscando
sin encontrarte
a contramano
del tiempo
desde mi mirada caída
con la humillante certeza
de todo lo que no fui

Para encontrarte amarga
yo te andaba buscando
en los sitios ordinarios
sin saber
que te encontrabas
perdida pero bella
en el desorden
de los bares y el humo
entre los últimos ruidos de la noche
junto a los borrachos
hincados de rodillas
escupiendo dolores
dejando caer
un imperio de cenizas
sobre tus pies

Yo te andaba buscando
para verte finalmente
acurrucada
tras la barra
esbozando una lágrima tibia
prendida de recuerdos
de esos tiempos bellos
que vos también
cansada
andabas buscando



ESCENOGRAFÍA DE UNA SEÑORITA

Tomarla de la mano
cuando la luz se apaga
Fingir llorar
en la escena mas triste

Olvidar a los de atrás
y de adelante
Mirarla cada tanto
de reojo
pero fijo

Esperar el final
para besarla
e invitarle un café
o una cerveza
Llevarla a la cama
y despedirse
no sin antes
saborear nuevamente
el gusto amargo
de la primera escena
en que le entregamos
los malditos dólares
que exige
para la sesión de teatro.

VOLAR, VOLAR

Pájaro volando,
vidas exiliadas dentro de una frazada
una ciudad descansando sobre cenizas
misterios que caen
desde nuestros pesados gestos
cuando gritamos
cuando respiramos
cuando deseamos algo más
que una suave mirada
imaginada en blanco,
y el pájaro sigue continúa su vuelo
en nuestras eternas cabezas
mientras alguien espera
algún sonido
que le devuelva la magia
que hipotecó en silencio
fantaseando
con todos los mártires
acorralados de penas
cuando brindaba
por la mejor ubicación del infierno
y el pájaro levanta las alas grises
pintando el espacio
ante nuestras miradas perdidas
y ella recuerda los ojos
de aquel borracho
alumbrado por estrellas
sentado a los pies
de la última estrella
quitándose la piel con la mano izquierda
y tapando el llanto
con la mano derecha
y el pájaro sigue su curso
e imaginamos la cara de Dios
cuando nos observa en los sueños
mientras rezamos
desde todas nuestras angustias
a una libertad enloquecida
que se llena de fiebre
para dejarnos festivos
en un camino inquieto
y el pájaro vuela
dentro de nuestros oídos
y comenzamos a creer
en algo más
que en tristes días sin fin
saboreando nuestros cuerpos
y nos confundimos
con hombres y mujeres
que conquistaron la formula
para no morir de pena
y el pájaro sigue volando
y maldecimos
todas las grandes mentiras
que creímos ciertas
entre extrañas luces
e imaginamos a cientos de piratas
junto a las más bellas mujeres
entregándose al vino
pero el pájaro sigue volando
sobre nuestros agrios rostros
cansados de esperar
a la mujer
que nos despierte el impulso
de acorralar a los marinos
que hicieron del amor
moneda de cambio
pensando que alguien
en el horizonte
pretende comprender
esta desgracia demente
borracha de ciudad
que intenta ser tan sólo
el preludio de una muerte fresca
imaginada sin las arrugas
que carcomieron
a todos los cansados amantes
que olvidaron
las más hermosas palabras
para entregarse
a esta lluvia que quema los ojos
mientras aún quedaba
la pequeña pluma de un pájaro
volando sobre sus cabezas.



HUESOS Y HUELLAS

Los sueños las historias las palabras los misterios
y el alimento de los poetas
Una sonrisa cae
despacio sobre el vacío
Las pieles los tiempos las fiestas las miradas
y los ojos secos
Los renglones las letras las ojeras
y la cabeza girando por la tierra

La muerte está en estado de coma

*Mariano Schuster (Buenos Aires, 1985). Perteneció al Taller Literario "Desasosiego". Ha realizado talleres y seminarios de poesía y escritura creativa de forma independiente. Ha publicado en revistas nacionales y extranjeras tales como Resonancias, Lakuma Pusaki y Remolinos. Actualmente dirige la revista literaria "Pájaros en la cabeza".



(textos y fotos tomados de la revista esquife)

coppola...

"Cuando John Milius escribió el guión (de Apocalypse Now), esta frase fue muy importante para él: "Les enseñamos a los jóvenes a bombardear hogares pero no les permitimos escribir la palabra fuck en el fuselaje de sus aviones." Sólo una concepción errónea de la moral explica que las guerras sean posibles."

Francis Ford Coppola
Film Comment / Diario Crítica, 22/03/08

jueves, 5 de junio de 2008

el trovador...

aún no entiendo cómo pude resistirme a su encanto...

jueves 11 de febrero de 2005

...qué frío!!
pero qué rico, después de mucho tiempo mis letras ante tus ojos.. qué te diré!

ojalá todo fuera así.. tan de mis manos a tu mirada..
tan de mi alma a la tuya,
ojalá pudiera llenarte de papel y tinta y de archivos...
más aún, ojalá pidiera escribir sobre tu piel...

qué cómodo y confortable es esto...
mi rasgo natural ante tu mirada de sorgilegio,
esa que me tiene allá lejos, a kilómetros de este papel amándote a rabiar...

"distancia no es cuán lejos estemos,
distancia es si no volvemos...."

tu trovador...

el freddy...

Freddy Peñafiel Larrea
(Ecuador)


lunes

amaneces
se agolpa el sueño debajo de las almohadas
tu gata se pasea debajo de la cama
moviendo las últimas motas de polvo que no despiertan aún

suena el despertador
las nubes empiezan a desperezarse
relamiéndose los bigotes
rayitos de sol se cuelan por los intersticios de la cortina

una vuelta más
buscando que al otro lado de la cama
todavía sea domingo


martes

acabas de conciliar el sueño
y ya ladran los gallos del barrio vecino
truenan puertas
últimos recuerdos de sueños que se van en desbandada
no puedes asir un sólo recuerdo concreto
y paseas por todos los sueños del mundo
buscando el tuyo de este amanecer de día martes

la televisión se enciende sola
como si quisiera ella verte dormir y despertar de mal genio


la sábana se hace a un lado para que tu cuerpo reciba la luz de un noticiero
lleno de sangre que te obliga a despertar
a hacer los ejercicios de la mañana
y a cambiar de canal

en el otro, todavía no amanece…


miércoles

la semana se parte en dos
parece tan lejano el fin de semana
y tan cercana la posibilidad de seguir durmiendo

el silencio del barrio asusta
y te despiertas mil veces a comprobar que sigues en el mismo lugar en el que empezaste
este viaje por la noche

revisas tu cuerpo
tus manos
tus orejas
los abrazos
cada espacio de tiempo en su lugar
cada acople es perfecto
el espacio de silencio entre dos cuerpos desparece
sólo cabe el suspiro de un alfiler
por fin encuentras la respiración exacta
y amanece


jueves

la poesía de la noche anterior sigue dando vueltas en la cabeza
las ganas de amanecer poeta
de soplar y hacer versos
de viajar
de poder llevar a tu mujer a recorrer el mundo
sentaditos en el lomo de un colibrí incansable
las ganas de comparte zapatos nuevos para que ninguna pared pueda detenerlos
la necesidad de inventar un mejor universo
y de repente lo recuerdas todo…
el universo es mejor con un jugo de toronja
te levantas
y lo exprimes
la vida sigue


viernes

se acerca el fin del mundo
es curioso como al llegar a la orilla
los brazos se acalambran
el aire se resiste a entrar en los pulmones
el cuerpo no quiere dejar de ser parte de la cama
y volverse aire
tierra y vida

el cuerpo se aferra al sueño
como si fuera la última morada en que le es permitido ser feliz
el cuerpo se desliza
trata de estirar las uñas para sostenerse de las paredes
se enreda en los cables del control remoto
tropieza con sus propia sombra
esquiva la puerta del cuarto
y tus carteras

la vida espera
es viernes
casi llegamos…
viajar por los días
viajar por el tiempo
un tranvía que nos lleva hacia el fin de cada tiempo
un tiempo

declaración de amor con pata de palo / freddy peñafiel

Declaración de amor con pata de palo
por Freddy Peñafiel Larrea


yo
pirata solitario
con pocos pelos en la lengua
y luenga barba
con cabellos enredados
una pata de palo
lentes para ver un mundo que no me gusta,
esta mañana
bajo un eclipse de luna
declaro :

que a la bodega de vinos de mi barco mayor de pirata
le faltan botellas que guarden tus besos
durante la noche

que a la bodega donde están los tesoros robados
a otros piratas más despistados
le faltan tus abrazos
una mirada atrevida
tu sonrisa

que a la bodega donde guardo mi corazón
le falta el pedazo que te llevaste
jugando a las escondidas
dentro de tu oreja

que a la bodega de la música
le falta la que bailé contigo
que en la bodega donde tengo
junto a la proa
el mapa del futuro
estás impresa como puerto de llegada
con mis miedos por testigos
pongo en esta hoguera de silencio
mi pata de palo
el único ojo de vidrio que me queda
mi luenga barba
cabellos enredados
para hacerte señales de humo enamorado
y que vengas a dormir
en mi camarote de sirenas atrapadas
donde siempre el mejor lugar
es para ti....

(último eclipse de luna del siglo)

el agus..

quizá este es uno de los más bellos poemas que he leído en mi vida... el agus vive en algún lugar de uruguay y hace años que no sé de él..
si alguien lo conoce (agustín reyes morel) por favor, díganle, que más de una vez salió en el cielo el arcoiris, pero ninguno ha sido tan bello, como el que saldrá el día en que nos demos un abrazo....

FELIPE:

Esto es más una recomendación, o una plegaria, que una carta.
Cuando tengas edad para leerla, tendrás edad también para preguntar.
Los enanos como tú son de lo más ocurridos.
Yo conozco un enano que me preguntó una vez si me dejaba la barba para poder tomar vino, porque su padre le había dicho: "¡Sólo vas a tomar vino cuando tengas barba!".
También soy amigo de una enana que me preguntó a dónde iban las hormigas cuando se las pisaba. Yo le respondí: "Al cielo".
Ahora cada vez que está conmigo y pisa una hormiga, mira al cielo y me dice: "Mira, allá va mi hormiguita": Por eso sé que ustedes preguntan mucho.
Así que cuando leas esto (o te lean esto) ya sabrás preguntar.
Y algunas de tus preguntas volverán loca a tu madre.
Mirará fijo al techo, como diciendo "de dónde saca este enano las preguntas", y te responderá que cuando seas grande lo vas a entender.
Pero los enanos como tú (o como yo) queremos saber las cosas ahora.
Otras veces, tus preguntas la harán ponerse triste o seria (como cuando tú te lastimas y quieres ocultar las lágrimas).
Y a veces en vez de responderte te abrazará o te dará un beso.
Pero y creo, Felipe, que cuando llegue el momento ella se sentará a tu lado y te dirá todo lo que deseas saber, porque ella te quiere muchísimo.
Cuando esto suceda, estoy casi seguro, ella llorará un poquito. No te asustes, ni te pongas triste: esas gotitas de agua son por la inmensa alegría de tenerte a su lado. Si llora (porque a veces los grandes también tienen que llorar) acércate a ella y dale el beso más grande de tu vida. Y dile que te cuente qué le pasó la primera vez que te vio, cuando eras más enano que ahora (aunque no lo creas) y te movías despacio en su panza. Tal vez suceda algo más extraño taodavía: llorará y reirá al mismo tiempo (como cuando llueve y sale el sol). Si te acuerdas y si no es muy difícil repetirlo dile esto: "Cuando una mamá ríe y llora asoma en el cielo el arcoiris".
Felipe, ahora hablando de hombre a hombre: eres uno de los enanos más afortunados de la tierra. ¿Por qué? porque a tu lado está la mamá más especial y más amorosa. Cuídala mucho, tú eres "el enano de la casa", y tienes que saber que "los enanos de la casa" cuidan siempre, y con todo el corazón, a sus madres.
Ojalá que algún día nos encontremos.
Ese día, también, estará en el cielo el más brillante y hermoso arcoiris....

Agus...

me mata siempre...

ME MATA SIEMPRE

Vigila la dirección de mis travesías
aprisiona el aire que respiro
llena de sombras mi garganta
crucifica mi cuerpo
clava mis manos y mis pies
se baña en mi sangre derramada
se pega como costra a mi piel
me vacía hasta los huesos
delira en mis noches
atormenta mis insomnios
acribilla mi corazón
vuelve polvo las cosas que toco
desparrama mis lágrimas
revolotea siempre
pinta de carbón el alba
camina sobre mis andamios
revive mi tristeza
cubre de arena el paisaje
come mis alas entumecidas
despedaza mis gestos
castiga mis nostalgias
me cubre de ceniza
me mata siempre
me lleva de bruces
me lame con su lengua amarga
se descobija en mi dolor
me sepulta,
tapona mis pupilas
me deja tendido
me cubre de arena
soy su cadáver favorito.

Victorio Suárez.

miércoles, 4 de junio de 2008

de mi duende...

4 de Junio de 2008


Matemáticamente insuficiente,
implacablemente fungible,volátil,
se me va por las esquinas de esta casa,
por los pasillos,abre las puertas y ventanas
y desaparece cual si se tratara de un espectro.


Me mira distante,indiferente,
le importo tanto como la vida de una ostra,
no pregunta,no da respuestas,
no se percibe,no huele,no usa ropas,
vive en el viento,las nubes,en el agua.

Me escasea,me pesa,me abruma,
en su búsqueda inventamos el reloj,
los horarios,la desidia,las prisas,
es un monstruo rebelde inasible,
gigante inalcanzable,solitario.

Me pesa esta simulada quietud,
todo me pide calma,calma,pero noto
la latitud volcánica que lo habita
los arrebatos,la tormenta,el abismo
que esconde en sus costados.
.

Mil máscaras y apellidos,
miles de adjetivos,sustantivos,
verbos que le definen,le acotan,
múltiples inventos de uno mismo
que se reflejan en su invisible faz.

Fantasma que se escabulle
como el humo de un cigarro,
fuego y ceniza,ángel y diablo
que nos atenaza,nos libera
y nos oprime en el azar y en el destino.

Es hora de decidir qué sueños
no van a cumplirse,
qué sueños serán pasto de su paso alado,
qué sueños deberán ser abandonados
al anonimato de lo imposible.

Es hora de medir la capacidad
de conquistar el filo de la piedra,
enfrentarnos al primitivismo del fuego,
tallar el calendario de la siembra
en el alma de un caballo imaginado.


Es hora de decidir qué sueños dependen
del devenir de las manos,del beso
de esta dura mujer que quiero y amo,
de la estatura de esta niña con alas,
del levantarse y caminar y caminar.


El tiempo,el tiempo,el tiempo,
se esfuma,se agota,se consume,
irradia la belleza de lo perecedero
y socava la razón de quienes
solo esperan y esperan y esperan.

El tiempo me enseñó sus costados,
sus erizados miedos,su fe,su ira,
sus disfraces,sus quimeras,su fiesta,
la edad del fuego,el filo de la muerte,
el precio de la libertad,la esperanza.

Y solo tengo vida para pagar sus enseñanzas,
vida limitada,vida acosada por la vida,
sin otro fin que comerse el tiempo
tras las esquinas,las ventanas y puertas,
tras los caminos, tras los sueños que declinan,
tras los sueños que viven,mueren y se sueñan.
alberto montoya...

víctor manuel...

La poesía no esta hecha solo de palabras,
inescrutables versos,
sino que hay hechos sustanciales, de vida,
que se hacen poesía.
Porque la musa entera se conforma
con infimos detalles
de algun día.

No hay nada más hermoso y cierto
como esta verdad que nos enseña
- con amplio resplandor de cielo abierto -
el viaje citadino, que reseña
con fotos que demuestran el vaiven
de los rieles surcados,
por las ruedas del bien
con el amor a bordo
en el vagón de un tren!


Victor Manuel
dom, 01/06/2008 pm

martes, 3 de junio de 2008

sugerencia...

DINA POSADA.
(El Salvador)


SUGERENCIA

Toma
el sendero
que separa mis senos
resbala
tu antojo
por el
contorno
de
mis
caderas
ágil
recio
hasta que el gusto
te mire con dolor
y te sonría el dolor
lamiéndose de gusto

S
e
s
g
a
tu rumbo
hacia el
centro

sigue
pendiente
abajo

y cuando el jugo del instinto
anuncie mi locura
-Cazador-
escamotea y penetra al fondo

muy al fondo de la cueva

donde mi género
levanta la especie
y sostiene la esperanza.

LUJURIA CELESTIAL

LUJURIA CELESTIAL

Las madrugadas que nos juntan
encierran
desaforados ritos encendidos
tanto
que hasta el mismo cielo
se viene a pique
para encarnarse en las borrascas
del mismo infierno

gitana / dina posada

GITANA
dina posada

Curiosa me inclino
para leer tu sexo

y auguro

el gozoso porvenir
que te aguarda

ella..

mi dino dijo:

Vuelve a colarse el frío
por este remiendo viejo
que llevo en la memoria

propósito / dina posada

PROPÓSITO (Dina Posada)

Cuando la tarde me entregue
la noche
hincaré mi deseo
en la fibra que te hace temblar
Mi quemante
obsesión
se
escurrirá
en
el
caracol
de
tu
oreja

Seré la esencia de tus impulsos
la espuela
la gota que sofoca
la bocanada de ebrias ideas
el deterioro de tu mesura

Derritiendo la sombra
en rosario de besos discutidos
contigo inventaré trucos
para enlazar
sudor
saliva
sustancia

En el amplio muelle de mis piernas
anclará tu barco
sus inquietudes más escondidas

y ahí pernoctará
esperando cobijo y calor
y otra vez ...

lunes, 2 de junio de 2008

beso III

BESO III
dina posada

Caótico preludio
quemando voces
opacando voluntades
a la vez que dos lenguas en pacto
remueven hondo combate ..

beso I

BESO I
dina posada

La idea más gustada
se esconde
detrás de mis labios
para que tu lengua
le dé alcance
alzando la confusa sensación
de una alianza recién abierta ...

cómplices...

Delia Domínguez
Los cómplices


Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada,
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los
malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso
no necesita escribirse.

A Jossie le fascina el viento...

El pasado año, esta tropera antártica, mandó una foto impresionada por el viento. Vinieron unos versos inconclusos, que he intentado acotejar un poco ahora, pero para que no queden como las palabras no dichas, ahí se los mando.

slds,
J.C.



A Jossie le fascina el viento...

A Jossie le fascina el viento
sobre todo, cuando acaricia su cara
y juguetea con su pelo
y la
visita en su casa.

Ese viento tan travieso
que se esconde de su
mirada
y aparece a destiempo
y también, cuando ella lo llama.

Berlín, 14 de diciembre 2007

domingo, 1 de junio de 2008

PIEDRITAS EN LA VENTANA

PIEDRITAS EN LA VENTANA

De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos
está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.

MARIO BENEDETTI

MI AMOR POR TI

MI AMOR POR TI

Mi amor por ti es mucho más que amor,
es algo que se amasa día a día,
es proyectar tu sombra junto a mí,
hacer con ellas una sola vida.
Las miradas que ya al conocer
se hablan entre sí en la distancia,
no hacen falta palabras...qué más da!
si ya interpretamos lo que claman.
Los mil detalles que tienes tú por mí,
mi descaro al advertir en lo que fallas,
el sincerarme cuando hay que decir
lo que sinceramente no se calla.
Mi amor por ti es mucho más que amor.
Mi amor por ti es como una nevada,
un torrente de luz, algo tan bello...
como ponerse el sol o amanecer el alba.

Roque Dalton

IX. Poema de amor

IX. Poema de amor

Los que ampliaron el Canal de Panamá
(y fueron clasificados como "silver roll" y no como "gold roll"),
los que repararon la flota del Pacífico
en las bases de California,
los que se pudrieron en la cárceles de Guatemala,
México, Honduras, Nicaragua,
por ladrones, por contrabandistas, por estafadores,
por hambrientos,
los siempre sospechosos de todo
("me permito remitirle al interfecto
por esquinero sospechoso
y con el agravante de ser salvadoreño"),
las que llenaron los bares y los burdeles
de todos los puertos y las capitales de la zona
("La gruta azul", "El Calzoncito", "Happyland"),
los sembradores de maíz en plena selva extranjera,
los reyes de la página roja,
los que nunca sabe nadie de dónde son,
los mejores artesanos del mundo,
los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera,
los que murieron de paludismo
o de las picadas del escorpión o de la barba amarilla
en el infierno de las bananeras,
los que lloraran borrachos por el himno nacional
bajo el ciclón del Pacífico o la nieve del norte,
los arrimados, los mendigos, los marihuaneros,
los guanacos hijos de la gran puta,
los que apenitas pudieron regresar,
los que tuvieron un poco más de suerte,
los eternos indocumentados,
los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo,
los primeros en sacar el cuchillo,
los tristes más tristes del mundo,
mis compatriotas,
mis hermanos.

XVI. Poema

Las leyes son para que las cumplan
los pobres.
Las leyes son hechas por los ricos
para poner un poco de orden a la explotación.
Los pobres son los únicos cumplidores de leyes
de la historia.
Cuando los pobres hagan las leyes
ya no habrá ricos.

Roque Dalton
(El Salvador, 1935-1975)
Las historias prohibidas del pulgarcito (1974)

COMO TÚ

COMO TÚ

Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.

También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.

Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.

Roque Dalton

OLIVERIO GIRONDO

OLIVERIO GIRONDO (Argentina, 1891 - 1967)



*****

No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! - y en esto soy irreductible – no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretenden seducirme!
Esta fue - y no otra – la razón de que me enamorase tan locamente, de María Luisa.
¿Que me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Que me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con que impaciencia yo esperaba que volviese, volando de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera... aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en conseguirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando
--

Hasta Cuándo (Victor Valera Mora)

Hasta Cuándo (Victor Valera Mora)

Hasta cuándo seguir gritando a esta gente que el rey y la reina yacen bajo tierra
Hasta cuándo seguir gritando que no cedo en hipoteca mis sueños
Hasta cuándo seguir gritando que soy incorregible
Hasta cuando seguir gritando que no reniego de mis actos
Hasta cuándo seguir gritando que nada de lo que no tengo está en venta ni quiero que ningún imbécil corte la soga
Hasta cuándo seguir gritando que cumplo mis deberes en la tormenta
Hasta cuando seguir gritando que no exijo futuro
Hasta cuándo seguir gritando a esta gente que me son despreciables
Hasta cuándo seguir gritando que estoy con los que no tienen razón porque la tienen a mares llenos
Hasta cuándo seguir gritando que jamás abandonaré mi capa de insurgente

Hasta cuándo...
... si desde siempre mis cartas están sobre la mesa

UNA MUJER ESCRIBE ESTE POEMA

Carilda Oliver Labra
UNA MUJER ESCRIBE ESTE POEMA

Una mujer escribe este poema
donde pueda
a cualquier hora de un día que no importa
en el siglo de la avitaminosis
y la cosmonáutica
tristeza deseo no sabe qué
esperando la bayoneta o el bús
una mujer escribe este poema
sin atributos
a desverguenza y dentellada
fogosa inalterable arrepentida pudriéndose
caemos por turno frente a las estrellas
todos tenemos que morir
no hay nada más ilustre que la sangre
una mujer escribe este poema
qué estúpida la vida que divide sol de sombra
el crepúsculo pasa
acumulándose al final de las azoteas
supimos de pronto de una trombosis coronaria
existes soledad
sonó una bomba
vean si se han roto los lentes de contacto
una mujer escribe este poema
separa quince pesos para el alquiler
mi amigo viejo
se desprende del mediodía por la próstata
bailamos
sigue la preparación combativa
no pasarán
una mujer escribe este poema
como quien ha perdido el tiempo para siempre
creo en el corazón de Denise Darval
hemos ganado porque morimos muchas veces
parece que tengo un derrame de sinovia
no hay tiempo para la poesía
de veras que los frijoles se han demorado en hervir
te juro que mañana presentaré el divorcio
una mujer escribe este poema
como hay fantasmas a las siete en mi pecho
v entablillé una rama a la areca que está triste
mamá tú no sabes la falta que me haces
si suena la alarma áerea
recojan a los niños que duermen en la cuna
voy a guardar este retrato del Ché
como calló el canario traje un tenor a casa
una mujer escribe este poema
cargada de ultimátums
de pólvora
de rimmel
verde contemporánea lela
entre el uranio
y
el cobalto
trébol de la esperanza
convalesciente de amor
tramposa hasta el éxtasis
tonta como balada
neurótica
metiendo sueños en una alcancía
ninfa del trauma
jugando a no perder la luz en el último tute
una mujer escribe este poema

TE BORRARE

CARILDA OLIVER LABRA

TE BORRARE

Te borraré con una esponja de vinagre,
con un poco de asco.
Te borraré con una lágrima importante
o con un gesto de descaro.

Te borraré leyendo metafísica,
con un telefonazo o los saludos
que doy a la ceniza;
con una tos o un cárdeno minuto.

Te borraré con el vino de los locos,
sacándome estos ojos;
con un varón metido aquí en mi tumba.

Te borraré con juegos inocentes,
con la vida o la muerte;
¡aunque me vuelva monja o me haga puta!

Oh ligarquía...

OH LIGARQUIA

Dedicado al núcleo de la clase interna lacayo-dominante, que incluye una apreciación nada personal sobre lo que le cabe esperar de su amo, a juzgar por los vientos que soplan.

Oh
ligarquía
ma
drasta
con marido asesino
vestida de piqué
como una buitra
acechaste en las ramas
del enredo de la Historia
ridícula como todo lo malo
hay que acabar contigo gorda
asna con garras
tigra de palo
cruel y más cruel y todavía odiando
te hacés cargo de la delicia del pollo
no de la horrible
retorcida de buche del traspatio
cenás con el abogado
pero solo dormís tranquila por el pobre cuilio
maje
chucha insepulta y emperifollada
Gran Arquitecta de las cárceles
y de la mayoría de enfermos que se quedan afuera del
Hospital
vieja matona de alma intestinal
una tacita de oro y de café y una pistola
un crucifijo de conchanácar y un garrote
oligarquía
bacinilla de plata del obispo y jefa del obispo
puñal de oro y veneno del Presidente
y mantenedora del Presidente
caja de gastos chichos de Míster Rockefeller
coyota del seños Embajador
rufiana de la patria
oligarquía hoy más que todo
náufraga que quiere undir al barco
depósito recargado de mierda del avión
imperial
y amenaza tormenta.

CANCIÓN DE PROTESTA / roque dalton a silvio rodríguez

CANCIÓN DE PROTESTA
A Silvio


Cayó mortalmente herido de un machetazo en la guitarra
pero aún tuvo tiempo de sacar su mejor canción de la funda
y disparar con ella contra su asesino
que pareció momentáneamente desconcertado
llevándose los índices a los oídos
y pidiendo a gritos
que apagaran la luz.

miércoles, 28 de mayo de 2008

instrucciones para llorar / cortázar


Instrucciones para llorar

Cortázar


Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.

Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.

Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

en ella / macario

En ella.
Macario

En ella se resguardan virtudes
Hay abejas que producen sentimientos.

Por ella, el miedo tiembla de miedo.
Porque no le espanta lo nuevo.

Las horas toman tiempo en su piel.
Y se desgranan en minutos de regodeo.

También nacen flores de su vestido,
y elevan sus olores al cielo de sus pechos.

En sus cabellos se enredan ideas, historias;
sus miles de vidas con sus miles de secretos

Las manos de ella se extienden al sol
trazando el camino que lleva al sueño

En ella mi alma toma descanso y saborea el amor.
De ella, el calor, da calor a mi deseo.

PREMONICIÓN

PREMONICIÓN
(odette alonso)

Cuando el avión se alzó sobre La Habana
y se perdió hacia el sur como una baratija
era otra vez el rito de las horas
y el aullido del mar
otra vez esa música enterrada en la arena.
Todavía te alzabas sobre mi dedo índice
desde allí me observabas aterradoramente.
Pero aquella ciudad ya no sería mi límite
ni colgaría en la puerta tus lluvias ternecitas.
La píldora horadaba el iracundo vientre
y la noche era un ave
un halcón que se pierde con las alas desnudas.

UTOPÍA DE UN HOMBRE QUE ESTÁ CANSADO /

UTOPÍA DE UN HOMBRE QUE ESTÁ CANSADO

Jorge Luis Borges

Llamóla Utopía, voz griega cuyo

significado es no hay tal lugar.

Quevedo



No hay dos cerros iguales, pero en cualquier lugar de la tierra la llanura es una y la misma. Yo iba por un camino de la llanura. Me pregunté sin mucha curiosidad si estaba en Oklahoma o en Texas o en la región que los literatos llaman la pampa. Ni a derecha ni a izquierda vi un alambrado. Como otras veces repetí despacio estas líneas, de Emilio Oribe:

En medio de la pánica llanura interminable

Y cerca del Brasil,

que van creciendo y agrandándose.

El camino era desparejo. Empezó a caer la lluvia. A unos doscientos o trescientos metros vi la luz de una casa. Era baja y rectangular y cercada de árboles. Me abrió la puerta un hombre tan alto que casi me dio miedo. Estaba vestido de gris. Sentí que esperaba a alguien. No había cerradura en la puerta.

Entramos en una larga habitación con las paredes de madera. Pendía del cielorraso una lámpara de luz amarillenta. La mesa, por alguna razón, me extrañó. En la mesa había una clepsidra, la primera que he visto, fuera de algún grabado en acero. El hombre me indicó una de las sillas.

Ensayé diversos idiomas y no nos entendimos. Cuando él habló lo hizo en latín. Junté mis ya lejanas memorias de bachiller y me preparé para el diálogo.

- Por la ropa - me dijo -, veo que llegas de otro siglo. La diversidad de las lenguas favorecía la diversidad de los pueblos y aún de las guerras; la tierra ha regresado al latín. Hay quienes temen que vuelva a degenerar en francés, en lemosín o en papiamento, pero el riesgo no es inmediato. Por lo demás, ni lo que ha sido ni lo que será me interesan.

No dije nada y agregó:

- Si no te desagrada ver comer a otro ¿quieres acompañarme?

Comprendí que advertía mi zozobra y dije que sí.

Atravesamos un corredor con puertas laterales, que daba a una pequeña cocina en la que todo era de metal. Volvimos con la cena en una bandeja: boles con copos de maíz, un racimo de uvas, una fruta desconocida cuyo sabor me recordó el del higo, y una gran jarra de agua. Creo que no había pan. Los rasgos de mi huésped eran agudos y tenía algo singular en los ojos. No olvidaré ese rostro severo y pálido que no volveré a ver. No gesticulaba al hablar.

Me trababa la obligación del latín, pero finalmente le dije:

- ¿No te asombra mi súbita aparición?

- No - me replicó -, tales visitas nos ocurren de siglo en siglo. No duran mucho; a más tardar estarás mañana en tu casa.

La certidumbre de su voz me bastó. Juzgué prudente presentarme:

- Soy Eudoro Acevedo. Nací en 1897, en la ciudad de Buenos Aires. He cumplido ya setenta años. Soy profesor de letras inglesas y americanas y escritor de cuentos fantásticos.

- Recuerdo haber leído sin desagrado - me contestó - dos cuentos fantásticos. Los Viajes del Capitán Lemuel Gulliver, que muchos consideran verídicos, y la Suma Teológica. Pero no hablemos de hechos. Ya a nadie le importan los hechos. Son meros puntos de partida para la invención y el razonamiento. En las escuelas nos enseñan la duda y el arte del olvido. Ante todo el olvido de lo personal y local. Vivimos en el tiempo, que es sucesivo, pero tratamos de vivir sub specie aeternitatis. Del pasado nos quedan algunos nombres, que el lenguaje tiende a olvidar. Eludimos las inútiles precisiones. No hay cronología ni historia. No hay tampoco estadísticas. Me has dicho que te llamas Eudoro; yo no puedo decirte cómo me llamo, porque me dicen alguien.

- ¿Y cómo se llamaba tu padre?

- No se llamaba.

En una de las paredes vi un anaquel. Abrí un volumen al azar; las letras eran claras e indescifrables y trazadas a mano. Sus líneas angulares me recordaron el alfabeto rúnico, que, sin embargo, sólo se empleó para la escritura epigráfica. Pensé que los hombres del porvenir no sólo eran más altos sino más diestros. Instintivamente miré los largos y finos dedos del hombre.

Éste me dijo:

- Ahora vas a ver algo que nunca has visto.

Me tendió con cuidado un ejemplar de la Utopía de More, impreso en Basilea en el año 1518 y en el que faltaban hojas y láminas.

No sin fatuidad repliqué:

- Es un libro impreso. En casa habrá más de dos mil, aunque no tan antiguos ni tan preciosos.

Leí en voz alta el título.

El otro se rió.

- Nadie puede leer dos mil libros. En los cuatro siglos que vivo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer sino releer. La imprenta, ahora abolida, ha sido uno de los peores males del hombre, ya que tendió a multiplicar hasta el vértigo textos innecesarios.

- En mi curioso ayer - contesté -, prevalecía la superstición de que entre cada tarde y cada mañana ocurren hechos que es una vergüenza ignorar. El planeta estaba poblado de espectros colectivos, el Canadá, el Brasil, el Congo Suizo y el Mercado Común. Casi nadie sabía la historia previa de esos entes platónicos, pero sí los más ínfimos pormenores del último congreso de pedagogos, la inminente ruptura de relaciones y los mensajes que los presidentes mandaban, elaborados por el secretario del secretario con la prudente imprecisión que era propia del género.

Todo esto se leía para el olvido, porque a las pocas horas lo borrarían otras trivialidades. De todas las funciones, la del político era sin duda la más pública. Un embajador o un ministro era una suerte de lisiado que era preciso trasladar en largos y ruidosos vehículos, cercado de ciclistas y granaderos y aguardado por ansiosos fotógrafos. Parece que les hubieran cortado los pies, solía decir mi madre. Las imágenes y la letra impresa eran más reales que las cosas. Sólo lo publicado era verdadero. Esse est percipi (ser es ser retratado) era el principio, el medio y el fin de nuestro singular concepto del mundo. En el ayer que me tocó, la gente era ingenua; creía que una mercadería era buena porque así lo afirmaba y lo repetía su propio fabricante. También eran frecuentes los robos, aunque nadie ignoraba que la posesión de dinero no da mayor felicidad ni mayor quietud.

- ¿Dinero? - repitió -. Ya no hay quien adolezca de pobreza, que habrá sido insufrible, ni de riqueza, que habrá sido la forma más incómoda de la vulgaridad. Cada cual ejerce un oficio.

- Como los rabinos - le dije.

Pareció no entender y prosiguió.

- Tampoco hay ciudades. A juzgar por las ruinas de Bahía Blanca, que tuve la curiosidad de explorar, no se ha perdido mucho. Ya que no hay posesiones, no hay herencias. Cuando el hombre madura a los cien años, está listo a enfrentarse consigo mismo y con su soledad. Ya ha engendrado un hijo.

- ¿Un hijo? - pregunté.

- Sí. Uno solo. No conviene fomentar el género humano. Hay quienes piensan que es un órgano de la divinidad para tener conciencia del universo, pero nadie sabe con certidumbre si hay tal divinidad. Creo que ahora se discuten las ventajas y desventajas de un suicidio gradual o simultáneo de todos los hombres del mundo. Pero volvamos a lo nuestro.

Asentí.

- Cumplidos los cien años, el individuo puede prescindir del amor y de la amistad. Los males y la muerte involuntaria no lo amenazan. Ejerce alguna de las artes, la filosofía, las matemáticas o juega a un ajedrez solitario. Cuando quiere se mata. Dueño el hombre de su vida, lo es también de su muerte.

- ¿Se trata de una cita? - le pregunté.

- Seguramente. Ya no nos quedan más que citas. La lengua es un sistema de citas.

- ¿Y la grande aventura de mi tiempo, los viajes espaciales? - le dije.

- Hace ya siglos que hemos renunciado a esas traslaciones, que fueron ciertamente admirables. Nunca pudimos evadirnos de un aquí y de un ahora.

Con una sonrisa agregó:

- Además, todo viaje es espacial. Ir de un planeta a otro es como ir a la granja de enfrente. Cuando usted entró en este cuarto estaba ejecutando un viaje espacial.

- Así es - repliqué. También se hablaba de sustancias químicas y de animales zoológicos.

El hombre ahora me daba la espalda y miraba por los cristales. Afuera, la llanura estaba blanca de silenciosa nieve y de luna.

Me atreví a preguntar:

- ¿Todavía hay museos y bibliotecas?

- No. Queremos olvidar el ayer, salvo para la composición de elegías. No hay conmemoraciones ni centenarios ni efigies de hombres muertos. Cada cual debe producir por su cuenta las ciencias y las artes que necesita.

- En tal caso, cada cual debe ser su propio Bernard Shaw, su propio Jesucristo y su propio Arquímedes.

Asintió sin una palabra. Inquirí:

- ¿Qué sucedió con los gobiernos?

- Según la tradición fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer la censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y sus efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos. La realidad sin duda habrá sido más compleja que este resumen.

Cambió de tono y dijo:

- He construido esta casa, que es igual a todas las otras. He labrado estos muebles y estos enseres. He trabajado el campo, que otros cuya cara no he visto, trabajarán mejor que yo. Puedo mostrarte algunas cosas.

Lo seguí a una pieza contigua. Encendió una lámpara, que también pendía del cielorraso. En un rincón vi un arpa de pocas cuerdas. En las paredes había telas rectangulares en las que predominaban los tonos del color amarillo. No parecían proceder de la misma mano.

- Ésta es mi obra - declaró.

Examiné las telas y me detuve ante la más pequeña, que figuraba o sugería una puesta de sol y que encerraba algo infinito.

- Si te gusta puedes llevártela, como recuerdo de un amigo futuro - dijo con palabra tranquila.

Le agradecí, pero otras telas me inquietaron. No diré que estaban en blanco, pero sí casi en blanco.

- Están pintadas con colores que tus antiguos ojos no pueden ver.

Las delicadas manos tañeron las cuerdas del arpa y apenas percibí uno que otro sonido.

Fue entonces cuando se oyeron los golpes.

Una alta mujer y tres o cuatro hombres entraron en la casa. Diríase que eran hermanos o que los había igualado el tiempo. Mi huésped habló primero con la mujer.

- Sabía que esta noche no faltarías. ¿Lo has visto a Nils?

- De tarde en tarde. Sigue siempre entregado a la pintura.

- Esperemos que con mejor fortuna que su padre.

Manuscritos, cuadros, muebles, enseres; no dejamos nada en la casa.

La mujer trabajó a la par de los hombres. Me avergoncé de mi flaqueza que casi no me permitía ayudarlos. Nadie cerró la puerta y salimos, cargados con las cosas. Noté que el techo era a dos aguas.

A los quince minutos de caminar, doblamos por la izquierda. En el fondo divisé una suerte de torre, coronada por una cúpula.

- Es el crematorio - dijo alguien -. Adentro está la cámara letal. Dicen que la inventó un filántropo cuyo nombre, creo, era Adolfo Hitler.

El cuidador, cuya estatura no me asombró, nos abrió la verja.

Mi huésped susurró unas palabras. Antes de entrar en el recinto se despidió con un ademán.

- La nieve seguirá - anunció la mujer.

En mi escritorio de la calle México guardo la tela que alguien pintará, dentro de miles de años, con materiales hoy dispersos en el planeta.

FIN

 
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