hábitos / siro

Hábitos

tal vez habría que rozar los labios de la locura
maldecir al dinero más seguido
vomitar de vez en cuando
volar de fiebre
toser hasta ahogarse
arrancarse la piel muerta con la yema de los dedos
maldecir esta hermosa vida
las que están por venir
las que no vendrán
amar la muerte hasta perderla
llorar en un rincón del baño
y salir, a dar la cara.
Ponerse la bufanda al cuello
abrocharse la campera
y caminar, como si nada.

9-6-7


(del siro)
S.C

martes, 27 de mayo de 2008

a veces ella / julio torres recinos

Julio Torres Recinos
A veces ella

Ella es a veces alta,
a veces triste como todo camino,
de mirada queda.
Y cuando me ve,
su sonrisa me quema todo el cuerpo.

La conocí hoy y sonreía.

Hablaba despacio,
viendo la palabra perfecta,
ella,
la mujer exacta.

Y cuando hablaba de las gentes,
de las cosas viejas,
de la promesa que debíamos hacer,
de la espera secular;
su cuerpo se erguía
y era toda una gacela de emoción.

Ella pensaba en un mundo
por estrenar
como sólo te pones
por primera vez un sentimiento nuevo,
y el periódico temblaba en sus manos
y los dedos rasgaban las
fotografías,
las palabras,
la mentira.

La conocí hoy por la mañana
y ella es un ocaso y lo sabe
y fija sus profundas pupilas
en las mías.
Sobre sus hombros tiemblan áridas
montañas encarnadas.

Ella es la palabra incendiada,
el cielo desesperado
de una tarde de agosto,
un río,
la noche iracunda,
un heroico aliento a desatar.

¿QUÉ PUTAS PUEDO? JAIME SABINES

Jaime Sabines
¿Qué putas puedo?


¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y tan flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?
¿Qué puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?
¿Qué puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?
¿Qué puedo entre los poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?
¿Qué, entre vendedores o políticos
o pastores de almas?
¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte,
ni boticario,
ni rebelde?
¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?

lunes, 26 de mayo de 2008

("Oficio puro") Victor Valera Mora

("Oficio puro") Victor Valera Mora

¿Cómo camina una mujer que recién ha hecho el amor?
¿En qué piensa una mujer que recién ha hecho el amor?
¿Cómo ve el rostro de los demás y los demás cómo ven el rostro de ella?
¿De qué color es la piel de una mujer que recién ha hecho el amor?
¿De qué modo se sienta una mujer que recién ha hecho el amor?
Saludará a sus amistades
Pensará que en otros países está nevando
Encenderá y consumirá un cigarrillo
Desnuda, en el baño dará vuelta a la llave
del agua fría o del agua caliente
Dará vuelta a las dos a la vez
¿Cómo se arrodilla una mujer que recién ha hecho el amor?
Soñará que la felicidad es un viaje por barco
Regresará a la niñez o más allá de la niñez
Cruzará ríos, montañas, llanuras, noches domésticas
Dormirá con el sol sobre los ojos
Amanecerá triste, alegre, vertiginosa
Bello cuerpo de mujer
que no fue dócil ni amable ni sabio.


quien alumbra / alejandra pizarnik

QUIEN ALUMBRA
Alejandra Pizarnik

Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante

amarte es esto / juan gelman

AMARTE ES ESTO...

amarte es esto:
una palabra que está por decir/
un arbolito sin hojas
que da sombra/

Juan Gelman

Código del obseso / gonzalo rojas

Código del obseso

1) Busco un pelo; entre lo innumerable de este Mundo busco un pelo
disperso en la quebrazón, longilíneo
de doncellez correspondiente a grande figura
de muchacha grande, pies
castísimos con uñas pintadas
por el rey, airosos los muslos
de la esbeltez dual, en ascenso
más bien secreto, de pubis
a axila, a cabellera
torrencial tras lo animal del
número ronco de ser, busco un pelo

2) espléndido de mujer
espléndida, clásica,
músico
de tacto preferiblemente intrépido
de Boticelli,
áureo y corrupto de exactitud, castaño
de fulgor, finísimo, de alto a
bajo busco un pelo

3) unigénito, seco de aroma,
entre el aire y el descaro
del aire, ni rey
a remolque de esta invención, ni tamaña concubina
venusina, flaco
y cínico:
-Galaxias
no me quiten el sol. Pajar del cielo:
lo que busco es un pelo.

Gonzalo Rojas
De Desocupado lector, 1990.

enigma de la deseosa / gonzalo rojas

Enigma de la Deseosa
de Gonzalo Rojas

Muchacha imperfecta busca hombre imperfecto
de 32, exige lectura
de Ovidio, ofrece: a) dos pechos de paloma,
b) toda su piel liviana
para los besos, c) mirada
verde para desafiar el infortunio
de las tormentas;
no va a las casas
ni tiene teléfono, acepta
imantación por pensamiento. No es Venus;
tiene la voracidad de Venus.

seguir viviendo sin tu amor / l. a. spinetta

Seguir viviendo sin tu amor
L A Spinetta


Si a tu corazón yo llego igual
todo siempre se podrá elegir
no me escribas la pared
sólo quiero estar entre tu piel

Y si acaso no brillara el sol
y quedara yo atrapado aquí
no veria la razón
de seguir viviendo sin tu amor

Y hoy que enloquecido vuelvo
buscando tu querer
no queda más que el viento
no queda mas que el viento

Y si acaso no brillara el sol
y quedara yo atrapado aquí
no veria la razón
de seguir viviendo sin tu amor.

Cuando me puse a pensar / José Martí

José Martí
Cuando me puse a pensar


Cuando me puse a pensar
La razón me dio a elegir
Entre ser quien soy, o ir
El ser ajeno a emprestar,

Mas me dije: si el copiar
Fuera ley, no nacería
Hombre alguno, pues haría
Lo que antes de él se ha hecho:
Y dije, llamando al pecho,
¡Sé quien eres, alma mía!?

"Zapatos de mi Conciencia...

poema de víctor manuel, tropero venezolano, inspirado en la choco glenda, médico y ser humano excepcional...

"Zapatos de mi Conciencia,
Mal que bien me van llevando"
Alí Primera


Si... Caracas se alumbra con el vuelo
De mariposas azules que, con el viento
Van tejiendo un cariño que se instala
Cerca del corazón...muy Barrio Adentro.

Y la gracia, la fuerza, la ternura
Hecha conocimiento
Es Hipocratico en forma tan pura
Que se vuelve SOCIAL el juramento.

¿Estaremos transitando dónde es?
¿Mueve demasiadas alas el Colibrí?
¿O será que más bien se están uniendo
Los sueños de Bolívar y Martí?

Víctor Manuel
Miercoles 27 / jueves 28 de mayo de 2004
Con especial afecto para Glenda
..y gracias Eduardo por el circular el texto.

jueves, 22 de mayo de 2008

Los poemas de... Luis Llorente

Los poemas de... Luis Llorente

Luis Lorente (Matanzas, 1950). Ganó el Premio David de Poesía con su libro Las puertas y los pasos. Igualmente obtuvo el Premio Casa de las Américas en el mismo género. Los fragmentos del poema que presentamos hoy pertenecen a su libro Más horribles que yo (Ediciones Matanzas, 2006), con el cual obtuvo el Premio de la Crítica de ese año .




Parece inverosímil haber reconocido tu presencia
que el aire eterno quiso revelar abriendo con un golpe

la ventana cuando finalizaba el día sin ninguna sorpresa.

Dije no puede ser aunque ella tiene cara de pájaro asustado,

un ángel transparente con sus hebras de oro y el mismo

cuerpo

intacto que la beneficiaba al trasponer la brisa.

Estábamos sentados en las piedras mirando entrar

los barcos,

el agua azul sereno, el cielo blanco roto, el devenir,

la vida todavía demasiado abundante.

Me extasiaba mirarte la perfección del tórax lleno

de absolutismo, los brazos y el borde irreverente de la oreja.

Patética, inconforme, con el pelo nevado, detrás de una

apariencia

que llegaba de inciertas e inauditas lejanías anunciando

unas devastaciones inefables donde la atrocidad

del framboyán destella

como la electrizante luz del rayo verde.

Perplejo. Cada vez más perplejo con las manos atadas

a la espalda

miro las nebulosas del árbol primordial de tu cabeza.

No es sueño lo que oigo, sino música ciega y turbulenta,

un incendio perenne y fabuloso sobre el paisaje abandonado

con casas abrazadas por ciclones y oigo el olor de las violetas

que me están convidando a sus moradas.

Tú a veces me llamabas Odiseo, el de insignificantes

travesías,

acosado por todas las zozobras y un agua de cristales

que vuelvo a ver ahora en las pausas de tu respiración

indefinida.

No sé si es agua o bosque o son palabras viejas, de náufrago,

que están haciendo estragos todavía.

¿Es Júpiter la luz esa que insiste, Júpiter que dejaba

una estela

de sangre de serpiente enloquecida?

Como dentro de un «círculo de tiza caucasiano»

tus ojos se llenaban de una lluvia espantosa

que por las calles de Moscú corría hacia unas permanentes

soledades donde te ibas quedando insatisfecha,

aficionada al vodka y a la melancolía entre una frialdad

que te petrificaba hasta los dientes en pleno corazón

solemne de un crepúsculo custodiado por los techos

magníficos del Kremlin en el anochecer que te apretaba

el alma y sumergía en un pensamiento poblado

de abstracciones que invitaba a morir sobre la nieve

donde el aire cortaba como un feroz cuchillo

entre altas paredes extenuadas.

A merced de las olas comenzaron los días a desaparecer.

Sigifredo llegaba con nefastas noticias, muerte de Mirta,

muerte de Molly Morgan Muir, perennes amenazas

de derrumbes,

vértigo, fiebre, fobia, qué horror, cáncer, cíclopes y una danza

de siluetas que hacen una masacre con el viento

que cruje en la pared dejando las arenas por siempre

movedizas,

las hojas de naranja abandonadas a la tempestad.

Dios y mi Harley Davidson me alejaban de aquí

como a un papel de China, como un pez paralítico en aguas

retorcidas, causas desesperantes de todo el espejismo,

del insólito tedio y de la sed que aumentaba el deseo

de encontrarte en el amanecer desértico donde había

sucedido una batalla.

Quemados bajo el sol los restos de mí mismo.

A expensas de los buitres mi tricornio ridículo, mi sable,

mi fusil.

Tú soñabas la luna fastuosa de Kentucky, violoncellos

que te hacían ir y venir entre relámpagos como un espíritu

que cuida de sus fláccidos senos y su cara ultrajada

y el sombrero de paño y el vestido flamante con sus manchas

de vino, para hacerse retratos finiseculares cuando llega

el invierno que se acerca cruzando, inusitado, el puente.

Dentro de un mar de naves presurosas

hay un bosque de ceibas que se apiñan y abrazan

porque temen al viento cuando azota el palacio invisible

derribado en tu cuerpo esta noche silvestre

que prolonga la estancia de esos pájaros cínicos

con aliento estridente que se esconden con rabia

dentro de tus vestidos.

Te dan miedo y enervan esos pájaros

pisoteando las puertas y estos últimos días

cuando entras en los sitios perpetuos

donde conversas con las ánimas solas,

damas de tu familia que viajan en bicicletas y centauros,

aspirantes al éxtasis, a la impureza, al placer del placer.

Sílfides sin amparo, trémula flor de calabaza,

mira el mar que se obstina sobre un desierto

de apasionantes telarañas donde comienza a claudicar

tu carne estoica que sufre su desfalco y le cierra

la boca a esas visitaciones del deseo que elogiabas

ayer pronunciando aquel nombre de fantasma

que huye de los perros sonámbulos.

Yo Soy el Capitalista


Yo Soy el Capitalista
Yo Soy el Capitalista...

Estudié una carrera que me aseguraría cierto estatus o por lo menos hacerme diferente a los demás...yo soy el Capitalista...

Ví compañeras y compañeros conversando de temas grandiosos pero soñadores, ellos no habitaban este mundo real, ellas/os pensaban que este mundo (ja!) puede ser de otra manera…Yo Soy el Capitalista…

Yo también creo en eso…de verdad…yo sueño con otro mundo pero no sé que hacer…solo me enseñaron a seguir a los demás…Yo Soy el Capitalista…

Cuando hablan de Derechos Humanos o de Igualdad, me pica la cabeza y me siento como en otra época porque no me interesa eso...eso es retrógrado…Yo Soy el Capitalista…

Me levanto cansado…pienso todo el día en irme de viaje…tengo miedo a que me quiten a mi mujer…mis padres esperan lo mejor de mí…nada tiene sentido pero nadie se puede enterar de esto…Yo Soy el Capitalista…

Pienso en miles de objetos de consumo…nunca quedo satisfecho…hace semanas que no visito a mis padres…una vez me parece que confié en alguien de verdad…ya no lo recuerdo…ahora solo creo en las billeteras y en personas con Poder…me invitaron a formar un partido y me enriqueceré de eso…tengo miedo de todos…Yo Soy el Capitalista…

Yo Soy el Capitalista peor de todos…el que un día fue Humano o por lo menos Humanista…yo sé lo que es soñar y luego perder…yo sé lo que significa no entender nada y quererlo todo…la frustración me hizo lo que soy…no fui yo…nunca soy Yo…nunca Soy Yo…Yo Soy el Capitalista…



Una paráfrasis al gran Nicanor Parra y su Yo Soy el Individuo…

Desde la Cidad de las Estrellas Fugaces

Coche

jueves, 15 de mayo de 2008

los profesores / nicanor parra


Los Profesores

Los profesores nos volvieron locos
a preguntas que no venían al caso
cómo se suman números complejos
hay o no hay arañas en la luna
cómo murió la familia del zar
¿es posible cantar con la boca cerrada?
quién le pintó bigotes a la Gioconda
cómo se llaman los habitantes de Jerusalén
hay o no hay oxígeno en el aire
cuántos son los apóstoles de Cristo
cuál es el significado de la palabra consueta
cuáles fueron las palabras que dijo Cristo en la cruz
quién es el autor de Madame Bovary
dónde escribió Cervantes el Quijote
cómo mató David al gigante Goliat
etimología de la palabra filosofía
cuál es la capital de Venezuela
cuándo llegaron los españoles a Chile

Nadie dirá que nuestros maestros
eran unas enciclopedias rodantes
exactamente todo lo contrario:
unos modestos profesores primarios
o secundarios no recuerdo muy bien
—eso sí que de bastón y levita
como que estamos a comienzos de siglo—
no tenían para qué molestarse
en molestarnos de esa manera
salvo por razones inconfesables:
a qué tanta manía pedagógica
¡tanta crueldad en el vacío más negro!

Dentadura del tigre
nombre científico de la golondrina
de cuántas partes consta una misa solemne
cuál es la fórmula del anhídrido sulfúrico
cómo se suman fracciones de distinto denominador
estómago de los rumiantes
árbol genealógico de Felipe II
Maestros Cantores de Nuremberg
Evangelio según san Mateo
nombre cinco poetas finlandeses
etimología de la palabra etimología

Ley de la gravitación universal
a qué familia pertenece la vaca
cómo se llaman las alas de los insectos
a qué familia pertenece el ornitorrinco
mínimo común múltiplo entre dos y tres
hay o no hay tinieblas en la luz
origen del sistema solar
aparato respiratorio de los anfibios
órganos exclusivos de los peces
sistema periódico de los elementos
autor de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis
en qué consiste el fenómeno llamado es-pe-jis-mo
cuánto demoraría un tren en llegar a la luna
cómo se dice pizarrón en francés
subraye las palabras terminadas en consonante

La verdad de las cosas
es que nosotros nos sentábamos en la diferencia
quién iba a molestarse con esas preguntas
en el mejor de los casos apenas nos hacían temblar
únicamente un malo de la cabeza
la verdadera verdad de las cosas
es que nosotros éramos gente de acción
a nuestros ojos el mundo se reducía
al tamaño de una pelota de fútbol
y patearla era nuestro delirio
nuestra razón de ser adolescentes
hubo campeonatos que se prolongaron hasta la noche
todavía me veo persiguiendo
la pelota invisible en la oscuridad
había que ser búho o murciélago
para no chocar con los muros de adobe
ése era nuestro mundo
las preguntas de nuestros profesores
pasaban gloriosamente por nuestras orejas
como agua por espalda de pato
sin perturbar la calma del universo:
partes constitutivas de la flor
a qué familia pertenece la comadreja
método de preparación del ozono
testamento político de Balmaceda
sorpresa de Cancha Rayada
por dónde entró el ejército libertador
insectos nocivos a la agricultura
cómo comienza el Poema del Cid
dibuje una garrucha diferencial
y determine la condición de equilibrio

El amable lector comprenderá
que se nos pedía más de lo justo
más de lo que estrictamente necesario:
¿determinar la altura de una nube?
¿calcular el volumen de la pirámide?
¿demostrar que raíz de dos es un número irracional?
¿aprender de memoria las Coplas de Jorge Manrique?
déjense de pamplinas con nosotros
hoy tenemos que dirimir un campeonato
pero llegaban las pruebas escritas
y a continuación las pruebas orales
(en unas de fregar cayó Caldera)
con una regularidad digna de mejor causa:

teoría electromagnética de la luz
en qué se distingue el trovador del juglar
¿es correcto decir se venden huevos?
¿sabe lo que es un pozo artesiano?
clasifique los pájaros de Chile
asesinato de Manuel Rodríguez
independencia de la Guayana Francesa
Simón Bolívar héroe o antihéroe
discurso de abdicación de O'Higgins
ustedes están más colgados que una ampolleta

Los profesores tenían razón:
en verdad en verdad
el cerebro se nos escapaba por las narices
—había que ver cómo nos castañeteaban los dientes—
a qué se deben los colores del arcoiris
hemisferios de Magdeburgo
nombre científico de la golondrina
metamorfosis de la rana
qué entiende Kant por imperativo categórico
cómo se convierten pesos chilenos a libras esterlinas
quién introdujo en Chile el colibrí
por qué no cae la Torre de Pisa
por qué no se vienen abajo los jardines flotantes de Babilonia
¿por qué no cae la luna a la tierra?
departamentos de la provincia de Ñuble
cómo se trisecta un ángulo recto
cuántos y cuáles son los poliedros regulares
éste no tiene la menor idea de nada

Hubiera preferido que me tragara la tierra
a contestar esas preguntas descabelladas
sobre todo después de los discursos moralizantes
a que nos sometían impajaritablemente día por medio
¿saben ustedes cuánto cuesta al estado
cada ciudadano chileno
desde el momento que sale de la universidad?
¡un millón de pesos de seis peniques!

Un millón de pesos de seis peniques
y seguían apuntándonos con el dedo:
cómo se explica la paradoja hidrostática
cómo se reproducen los helechos
enuméreme los volcanes de Chile
cuál es el río más largo del mundo
cómo se reproducen los elefantes
inventor de la máquina de coser
inventor de los globos aerostáticos
ustedes están más colgados que una ampolleta
van a tener que irse para la casa
y volver con sus apoderados
a conversar con el Rector del Establecimiento

Y mientras tanto la Primera Guerra Mundial
Y mientras tanto la Segunda Guerra Mundial
La adolescencia al fondo del patio
La juventud debajo de la mesa
La madurez que no se conoció
La vejez
con sus alas de insecto.

Soliloquio del Individuo / nicanor parra


Soliloquio del Individuo
nicanor parra


Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.

Yo soy el Individuo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
buscar peces, pájaros, buscar leña
(ya me preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una fogata,
leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,
algo de leña para hacer una fogata,
yo soy el Individuo.

Al mismo tiempo me pregunté,
fui a un abismo lleno de aire;
me respondió una voz:
yo soy el Individuo.

Después traté de cambiarme a otra roca,
allí también grabé figuras,
grabé un río, búfalos,
grabé una serpiente,
yo soy el Individuo.

Pero no. Me aburrí de las cosas que hacía,
el fuego me molestaba,
quería ver más,
yo soy el Individuo.
Bajé a un valle regado por un río,
allí encontré lo que necesitaba,
encontré un pueblo salvaje,
una tribu,
yo soy el Individuo.

Vi que allí se hacían algunas cosas,
figuras grababan en las rocas,
hacían fuego, ¡también hacían fuego!,
yo soy el Individuo.

Me preguntaron que de dónde venía.
Contesté que sí, que no tenía planes determinados,
contesté que no, que de ahí en adelante.
Bien.
Tomé entonces un trozo de piedra que encontré en un río
y empecé a trabajar con ella,
empecé a pulirla,
de ella hice una parte de mi propia vida.
Pero esto es demasiado largo.
Corté unos árboles para navegar,
buscaba peces,
buscaba diferentes cosas
(yo soy el Individuo).

Hasta que me empecé a aburrir nuevamente.
Las tempestades aburren,
los truenos, los relámpagos,
yo soy el Individuo.
Bien. Me puse a pensar un poco,
preguntas estúpidas se me venían a la cabeza,
falsos problemas.

Entonces empecé a vagar por unos bosques.
Llegué a un árbol y a otro árbol,
llegué a una fuente,
a una fosa en que se veían algunas ratas:
aquí vengo yo, dije entonces,
¿habéis visto por aquí una tribu,
un pueblo salvaje que hace fuego?
De este modo me desplacé hacia el oeste
acompañado por otros seres,
o más bien solo.
Para ver hay que creer, me decían,
yo soy el Individuo.

Formas veía en la obscuridad,
nubes tal vez,
tal vez veía nubes, veía relámpagos;
a todo esto habían pasado ya varios días,
yo me sentía morir;
inventé unas máquinas,
construí relojes,
armas, vehículos,
yo soy el Individuo.

Apenas tenía tiempo para enterrar a mis muertos,
apenas tenía tiempo para sembrar,
yo soy el Individuo.

Años más tarde concebí unas cosas,
unas formas,
crucé las fronteras
y permanecí fijo en una especie de nicho,
en una barca que navegó cuarenta días,
cuarenta noches,
yo soy el Individuo.

Luego vinieron unas sequías,
vinieron unas guerras,
tipos de color entraron al valle,
pero yo debía seguir adelante,
debía producir.
Produje ciencia, verdades inmutables,
produje tanagras,
di a luz libros de miles de páginas,
se me hinchó la cara,
construí un fonógrafo,
la máquina de coser,
empezaron a aparecer los primeros automóviles,
yo soy el Individuo.

Alguien segregaba planetas,
¡árboles segregaba!,
pero yo segregaba herramientas,
muebles, útiles de escritorio,
yo soy el Individuo.
Se construyeron también ciudades,
rutas,
instituciones religiosas pasaron de moda,
buscaban dicha, buscaban felicidad,
yo soy el Individuo.

Después me dediqué mejor a viajar,
a practicar, a practicar idiomas,
idiomas,
yo soy el Individuo.
Miré por una cerradura,
sí, miré, qué digo, miré,
para salir de la duda miré,
detrás de unas cortinas,
yo soy el Individuo.

Bien.
Mejor es tal vez que vuelva a ese valle,
a esa roca que me sirvió de hogar,
y empiece a grabar de nuevo,
de atrás para adelante grabar
el mundo al revés.
Pero no: la vida no tiene sentido.

Qué es un antipoeta: / Nicanor Parra



Test

Qué es un antipoeta:

un comerciante en urnas y ataúdes?
un sacerdote que no cree en nada?
un general que duda de sí mismo?
un vagabundo que se ríe de todo
hasta de la vejez y de la muerte?
un interlocutor de mal carácter?
un bailarín al borde del abismo?
un narciso que ama a todo el mundo?
un bromista sangriento
deliberadamente miserable?
un poeta que duerme en una silla?
un alquimista de los tiempos modernos?
un revolucionario de bolsillo?
un pequeño burgués?
un charlatán?

un dios?

un inocente?

un aldeano de Santiago de Chile?
Subraye la frase que considere correcta.

Qué es la antipoesía:
un temporal en una taza de té?
una mancha de nieve en una roca?
un azafate lleno de excrementos humanos
como lo cree el padre Salvatierra?
unespejo que dice la verdad?
un bofetón al rostro
del Presidente de la Sociedad de Escritores?
(Dios lo tenga en su santo reino)
una advertencia a los poetas jóvenes?
un ataúd a chorro?
un ataúd a fuerza centrífuga?
un ataúd a gas de parafina?
una capilla ardiente sin difunto?

Marque con una cruz
la definición que considere correcta.

Corazonada


Corazonada
Aymer Waldir Zuluaga Miranda


Yo soy Marinella, con doble ele, pero se dice Marinela. Escriba bien. Después es un problema para cambiar los papeles. Mi esposo, por ejemplo, tuvo que hacer muchas filas y enredos para poder sacar lo de la visa, pues en la cédula decía muy clarito: Yorfanis y en los papeles de la embajada le pusieron Yovany. Pero así lo acostumbraban llamar en el barrio. Es que la gente es muy pendeja, no oye, uno se presenta bien, de-le-tre-an-do y ellos, sordos, lo rebautizan. Así le decían todos a mi esposo: Yovany. ¿Apellido? Coronado, ¿o el de cual?, ¿el mío? Se nota que usted es nuevo en esto. ¿No ve los papeles? ¿Está en reemplazo de vacaciones? Buena época escogió: Navidad. Ninguna, era muy sano, aunque en las fiestas que daba por esta época servía licor en cantidades navegables. Pero él no se tomaba ni un trago, «siempre alerta y eso embota», decía, como el eterno boy scout que era. Tampoco fumaba y al médico nunca iba, pues siempre estaba sano y fuerte. Ni dolores de cabeza le daban, y eso que antes de cada partida se la pasaba tan pensativo que asustaba. Era fijo, mirada platónica y abandonada segura. También me extravío entre ideas, pero no tanto tiempo. Siempre miraba como si estuviera leyendo. En la fotografía que traje se ve tal cual era; ahora que lo pienso bien él siempre estaba así, igualito, parecía una foto. A eso voy, iba vestido como acostumbraba últimamente: con la camiseta de su equipo favorito y el pantalón a media pierna, unos jeans verdes que dejaban ver los calzoncillos arriba del ombligo, tan exótico, pero tan común ya. No hay nada que ocultar. A todos nos dio por mostrar los calzones. A las muchachas, con sus minifaldas, en las motocicletas tipo Lambretta; a nosotras, las cuchibarbies, con los descaderados que se deslizan cuando nos sentamos; y a los hombres, con los pantalones esos. Lo que no se exhibe no se vende, me decía Yorfanis. Él también se mostraba. Las mujeres de por la casa se babeaban, se les iban los ojos y las manos, pero él sabía cómo era conmigo. Harto fue lo que me persiguió hasta conquistarme, desde que él era un culicagado y fueron quince años de soportarnos. Le llevaba dos años. A eso voy: treinta y tres, los cumplió el primero de noviembre. Le sentaron mal, creí que le iba a entrar la locura mística. La edad del Cristo, repetía. Unos tenis de color rojo, horribles, pero carísimos. Y una cadena con una imagen religiosa alrededor del tobillo y un tatuaje en la mano derecha, entre el pulgar y el índice, de dos comas formando un círculo, la una blanca y la otra negra. Representaba una algo acerca del bien y el mal: lo masculino y lo femenino. No sé, él me explicó, puras bobadas. Dizque lo femenino era el mal. Una cicatriz en el abdomen, pero quirúrgica. Creo que era por lo del apéndice, él decía que se sentía como un libro al que le arrancaron una página importante, salía con unas frases como que hubiera estudiado mucho. Yo estudié más que él, me costeó Comunicación Social en la Asociativa, será por eso que hablo tanto. Quería que trabajara en televisión, hasta me pagó la cirugía para arreglarme un par de cositas. Era requisito, decía. Él trabajaba como loco para mantenerse cuerdo, le obsesionaba mucho la apariencia. Tez trigueña. Yo siempre fui fresca, frentera, él me cambió un poco, bastante guerra le di. Lo quise mucho hasta que empezaron las ausencias. En cada salida recordaba sus manos, tan especiales. Las manos son una parte importante, por su estructura, por su función. Reflejan aspectos de lo que hace y quiere una persona. Las de Yorfanis eran gruesas y fuertes, pero suaves, como cuando uno se toca detrás de la oreja. Me hacían falta, especialmente en las noches, para arrullarme. Después las fui olvidando también, como su rostro, su cara de fotografía. Se fueron perdiendo entre viajes. Salía mucho, del departamento, del país, creo que hasta del mundo. Me llegaban noticias con su voz de adormecer niños, una llamada a deshoras, un monólogo al otro lado del teléfono y mi llanto a este lado. Con el tiempo se fue secando la fuente y acortándose las llamadas, pero las ausencias seguían siempre. La fuerza de la costumbre. La primera vez que lo imaginé muerto regresó desde la tristeza, pero su ausencia se fue a vivir a mi casa luego de un par de años. Ya estoy hablando como él. Lo que es ver tantas películas y vivir en una; me lo imaginaba cercado por una marca de tiza en el asfalto de la calle; luego pensé en el blanco trazo de su silueta sobre el asfalto. Ahora en manchas de sangre. Un día soñé con un zapato y tuve la certeza de que estaba muerto. Ya lo había reportado como desaparecido como cuatro veces y ese día vine segura a reconocerlo, pero también debí retirar la tarjeta del registro pues me llamó a los tres días desde Apartadó. Ojos verdes. Mi abuela dice que los vivos cierran los ojos de los muertos, pero que los muertos nos abren los ojos a los vivos. A mí no hay quien me abra más los ojos, a no ser para que les eche gotas. Que se desaparecía y que no, yo creo que Houdini tenía mucho que aprenderle. Yo me resigné. Incluso de tanto venir con esperanzas las cambié por decepción, ya no sabía cuál sentimiento era cuál. Venía a identificar los restos en las neveras de la morgue esperando encontrarlo. Alguna vez creí que lo que quería era ubicarlo muerto, de una vez, y la frustración de no hallarlo se mezcló con la de saberlo vivo. Que susto, creí que me estaba volviendo loca. Creo que empecé a odiarlo. Ese día decidí ver yo misma los registros fotográficos de los cadáveres y le dije a su padre que vendría sola; que se quedara a cuidar a doña Soledad. Vomité rabia, dolor, frustración y tristeza, pero descansé. Luego salí a comprar flores y lloré un rato en una tumba desconocida, aquí mismo, en el Universal, donde entierran los NNs. Como un duelo con ritual fúnebre. Le dejé un ramo. Para mí se murió ese día, aunque después apareció. Luego de eso se perdía con menos frecuencia, quizás por lo de la enfermedad de ella. No volví a poner el aviso en el diario y dejé la angustia de empapelar las calles con esa foto eterna. Una se cansa, la primera vez busqué en hospitales, inspecciones de policía y sitios que frecuentaba, luego solamente en el hospital más cercano, después nada, directamente a la morgue. Donde lo estaban esperando. Venir acá tras una llamada, para identificar un cadáver que correspondía a la descripción, pero que no era él. Cabello castaño. Y después llegar a la casa y verlo en la casa frente al televisor y también después dejar de saber de él. La enfermedad de su madre nos puso a todos a intentar darle origen en las ausencias del hijo. Yorfanis quería a doña Soledad de un modo extraño, la cargaba entre sus brazos como el hijo que nunca tuvimos, la besaba en la frente y mejillas como a novia adolescente y la miraba sin querer descifrarla. Por ella haría lo que fuera, no me extraña. Era sorprendente verlo cada vez que atendía a su madre y fascinante oírlo hablar de ella, como si doña Soledad fuera un ser distinto al que conocemos. Una vez, soltó una frase de esas extrañas: «Es que me dejó su huella en el único cromosoma X que llevo». No pues, el erudito en ADN, le dije. Fulminó el tema con su mirada. Uno setenta de estatura, sesenta y siete kilos. Ahora que recapacito es cierto, sólo para su madre dejaba de ser desconocido y misterioso; sólo con ella se sentía un niño feliz. Incluso, me atrevo a decir que desde sus primeros movimientos en el útero de su madre, era para la sociedad un NN, de allí su persistencia en querer «ser alguien» creyéndose un don nadie. Las paradojas de la vida, justo en la víspera de Navidad y desapareció por última vez, para lo de la operación. Ponga bien el nombre del donante: Yorfanis, que no se enrede lo del transplante de corazón de doña Soledad porque un novato metió mal el dedo.

miércoles, 14 de mayo de 2008

ESTADO CIVIL: VIUDA




ESTADO CIVIL: VIUDA



Ella sonrió, sus carnosos labios dibujaron una burbuja que explotó llenando el aire con los dispersos pedazos de un liviano beso; mientras su delgada mano se agitaba como palmera, mostrando el ritmo que sus anchas caderas emprenderían luego de su marcha. Su torneado cuerpo adherido a la ajustada ropa parecía luchar por salirse de esos límites perfectos, con la misma fuerza que llegaba el barco al puerto; sus largas y bronceadas piernas iniciaron el ascenso por las escaleras mientras A. contemplaba maravillado aquel espectáculo.


La tarde que llegó a la ciudad para constatar los hechos, antes de hacer firmar los papeles por la beneficiaria, A. notó que la atmósfera concentrada en una de las alcobas de la casona era tan pesada como la maleta que llevó al embarcadero a solicitud de la bella viuda.


De Doña Luna decían algunos que había pasado a mejor vida al contraer matrimonio con el viejo y millonario cascarrabias de Puerto Gibraltar, pequeño y caluroso pueblo, cuyo mayor atractivo era un estuario formado por la desembocadura del pesado río. Mientras otros habitantes de esa aldea con muelle decían que ella había pasado a mejor vida al morir el quisquilloso.


El testamento era concreto. Doña Luna sería una de las herederas si la muerte de R. se daba por motivos naturales. Deducir que Doña Luna tenía derecho a lo suyo no fue tan difícil para A. como conseguir dejar de pensar en ella desde que hablaron a solas en la intimidad de la cocina que Don R. le había decorado a su Luna como si fuera el aposento de una reina.


El gran recinto apenas sí tenía espacio para los utensilios de culinaria: estufa, hornillo y cuanto instrumento para gastronomía habían inventado y estaban por inventar; el decorado fue testigo silencioso del único encuentro de Doña Luna con R., placer que a lo sumo le devino en muerte; y del exclusivo encuentro de Doña Luna con su hijastro, goce que a lo sumo la dejó como única sucesora viva.


No hay muerte más natural que la ocasionada por un paro cardiorespiratorio, dictaminó el médico forense A. al examinar todas las evidencias aportadas tan generosamente por Doña Luna.


La tarde anterior mientras conversaban, ella invitó a A. a cenar, verla preparar el Bisque de jaiba lo sacó de su contemplación a través de la ventana que daba a la playa -una ventana de esas dimensiones y con esa ubicación no la pondría un diseñador sensato en la cocina- pensaba cuando la sintió moverse con agilidad de alcatraz pescando en la cocina: troceaba la jaiba natural con deleite, calentaba la mantequilla con pasión, salteaba la jaiba en la mantequilla dorándola suavemente. Cortaba desenfrenadamente en pequeños trozos cebolla, zanahorias… puerros. Añadía el mirepoix fino con frenesí, agregaba con delirio el coñac y terminaba con un espasmo al flambear.



Tomaba entre sus finas manos el tomate, espolvoreaba la harina, agregaba el fondo y dejaba cocer a fuego suave durante 30 o 45 minutos, mientras acariciaba los instrumentos usados con anterioridad, como dándoles un masaje para insuflarles nuevo vigor. El tiempo pasaba raudo ante los encantos gastronómicos de Doña Luna.



Condimentar. Filtrar todo con paño. Desglasar con cuchara. Refinar con crema. Eran espectáculos que brindaba la señora en su reino natural.



Servir aparte con crutones, tomates naturales y trocitos de jaiba y de limón para decorar fue el éxtasis, y servirlo con un buen chardonnay frío en el balcón de la sala frente al mar, fue la última convulsión.



Sólo alguien experimentado en el arte de la medicina no moriría por falta de aire y taquicardia al estar en la gigante cocina y ver a la voluptuosa viuda con su lasciva mirada; su lujurioso andar y sus concupiscentes y carnosos labios dibujando una burbuja que explota llenando el aire con los dispersos pedazos de un liviano beso. Mientras su delgada mano se agitaba como palmera, mostrando el ritmo que las balas emprenderían luego de dispararle al exhausto comensal.

AMORES


AMORES

Tengo los ojos enfermos,
deslumbrados, de mirarte
día tras día en la mesa,
donde viniste a sentarte,
frente a mi inocencia blanca
de niño con cuerpo grande.

Tengo la boca reseca
y los labios anhelantes
de juntarse con los tuyos,
que enseñan cuando los abres,
esa lengua pequeñita
en su cárcel de corales.

Tengo el sentido perdido
por el ansia de estrecharte
fuerte, fuerte, entre mis brazos
que alguna vez tú tocaste,
entre risas, distraída,
sin saber que en mí dejaste
temblores de pasión y fuego
en la esperanza de amarte.

Tengo febril como el sol
mi cuerpo que busca el tuyo,
tal como el buey busca el yugo
que esclaviza y da pavor,
tu cuerpo, vida y calor,
que no será mío, amor.

Juan José Leiro

Cien sonetos de amor

Pablo Neruda
Cien sonetos de amor

Soneto XXXIX

Pero olvidé que tus manos satisfacían
las raíces, regando rosas enmarañadas,
hasta que florecieron tus huellas digitales
en la plenaria paz de la naturaleza.

El azadón y el agua como animales tuyos
te acompañan, mordiendo y lamiendo la tierra,
y es así cómo, trabajando, desprendes
fecundidad, fogosa frescura de claveles.

Amor y honor de abejas pido para tus manos
que en la tierra confunden su estirpe transparente,
y hasta en mi corazón abren su agricultura,

de tal modo que soy como piedra quemada
que de pronto, contigo, canta, porque recibe
el agua de los bosques por tu voz conducida.

si tomo las hebras...


Carmen Rosa Orozco
Si tomo las hebras...


Si tomo las hebras
y veo las páginas en blanco
como esperando el fulgor
de quien sabe donde
si olvido dialogar con la otra
que he sido yo
olvido el cepillo de peinarme
olvido donde he dejado esto que llaman mi vida
antes era todo tan simple
caminaba siguiendo mis pasos
no había nada que aprender o dilucidar
la carne no tentaba
-una liviandad tan extrema-
Ahora todo pesa
Quisiera pasear
y no ser vista
seguir con esa indiferencia
en donde ya nada aporta un peso
De veras,
nunca he distinguido las gentes las apariencias el sentido
Podría ser alguien o algo
tener una estructura ósea
o una piel radiante
mirarme al sol
y sólo encontrar hermosura
pero hallo una luz
insujetable
No persigo un lenguaje sencillo
nada persigo
Vuelven las montañas, Adrián
Vuelves tú
te obligo a estar allí
pasivo
De nuevo,
me siento entumecida
¿Lo notan?
duré un tanto liberada
él vuelve

Contrariedades


14 MAYO DE 2008

Contrariedades

Alberto Montoya

No te quiero por la costumbre del tiempo,
ni por el miedo a la puerta abierta,
ni por la extrema soledad de tu ausencia,
no te quiero por capricho de mis carencias.

No te quiero por tu olor a selva,
ni por ser maravilla de coral
en el arrecife de mi mar inventado,
no te quiero por ser luz en mi faro.

No te quiero por tu corazón de tierra,
ni por ser la única rosa
en mi jardín abisal y descuidado,
no te quiero porque seas luna y estrella.


No te quiero para el placer y la gloría,
ni para ser muleta,curandera y esposa,
en la tristeza,en las heridas,en el desgarro,
no te quiero porque seas mariposa.

No te quiero por la fértil sementera
ni por la mágica mixtura
de sexos,salivas,brazos y piernas,
no te quiero por ser madre paridora.

No te quiero por darme un portal,
ni por el ofrecimiento de tu cama y mesa,
ni por la suerte de ser tu caballero,
no te quiero por ser sol y poeta.

Si te quiero y asi sea
fue porque un dia te sentí imperfecta,
mineral,galáctica,terrena.

Si te quiero y así sea fue por que quise que fueras
mi compañera por esos caminos que van
indistintamente de la vida a la muerte.

Si te quiero y asi sea es por esa fe infinita,
por encarnar sin traiciones ni renuncias
el destino,las rabias y alegrías de ser seres humanos.

Una alterada primavera juega en nuestro tejado


8 de mayo 2008
Una alterada primavera juega en nuestro tejado
Alberto Montoya


Nos toca revolver la ceniza,
el dormitar del peso de lo logrado
en la inercia del acomodo,
en la herencia diaria
del resurgir de lo cansado.

De vuelta a la ignorancia,
al anonimato del saber,
al trasiego de dolores y tristezas
que la azarosa casualidad nos dejó
en la pupila del quehacer.

Otra vuelta de tuerca
en el centrifugado de la acción,
otro escarbar en el resquicio
de horarios y deseos,
otro picotear en las carencias.

Se cumplen y se incumplen
los decretos de la felicidad,
los llamados de la voluntad
y pagamos prenda en la necesidad
de desordenar el orden aprendido.

Dame unos metros más de tu cansancio,
saca de mí esta suma masiva de años
que me nubló el andar y la sién
y en la lección de las distancias
déjame poner en tu pizarra un nuevo ideario.

Nos toca darle color a esta alterada primavera,
calmar el dolor de rodillas y entendederas,
hacer revolución en el reposo de la siesta
y en el intercambio de roles y deberes
devolverle al beso y a las sábanas su querencia.

Que entre lo viejo y lo próximo
hay un puente de tormentas,
y hay un resplandor de flores en el tejado
aunando sudores,voluntades e intenciones,
nueva estatura para el amor y la conciencia.


14 MAYO DE 2008

No te quiero por la costumbre del tiempo,
ni por el miedo a la puerta abierta,
ni por la extrema soledad de tu ausencia,
no te quiero por capricho de mis carencias.

No te quiero por tu olor a selva,
ni por ser maravilla de coral
en el arrecife de mi mar inventado,
no te quiero por ser luz en mi faro.

No te quiero por tu corazón de tierra,
ni por ser la única rosa
en mi jardín abisal y descuidado,
no te quiero porque seas luna y estrella.


No te quiero para el placer y la gloría,
ni para ser muleta,curandera y esposa,
en la tristeza,en las heridas,en el desgarro,
no te quiero porque seas mariposa.

No te quiero por la fértil sementera
ni por la mágica mixtura
de sexos,salivas,brazos y piernas,
no te quiero por ser madre paridora.

No te quiero por darme un portal,
ni por el ofrecimiento de tu cama y mesa,
ni por la suerte de ser tu caballero,
no te quiero por ser sol y poeta.

Si te quiero y asi sea
fue porque un dia te sentí imperfecta,
mineral,galáctica,terrena.

Si te quiero y así sea fue por que quise que fueras
mi compañera por esos caminos que van
indistintamente de la vida a la muerte.

Si te quiero y asi sea es por esa fe infinita,
por encarnar sin traiciones ni renuncias
el destino,las rabias y alegrías de ser seres humanos.

Las palabras perdidas


Gonzalo Márquez Cristo
Las palabras perdidas


Alguien descifra la escritura de la lluvia y sin embargo no puede escapar.

Un alud de imágenes nos extravía la palabra; acudimos al grito y al llanto, a veces a la indiferencia, pero sabemos que necesitamos de la guerra para ser inocentes.

Todo lo ha ofrendado la ceniza.

Desde que desterramos a la noche desaparecieron las más profundas alianzas y nuestros perseguidores pueden encontrarnos.

Una herida siempre recuerda la vida, todo nacimiento procede de su túnel. Un árbol arde en nuestros ojos de agua.

La verdad –es decir lo prohibido–, impone su reino de terror... y hemos decidido habitarlo con las manos entrelazadas.

Creímos que la poesía nos enseñaría a morir...

Persistimos... Con frecuencia hacemos la extraña sonrisa del miedo. Si huimos, la soledad convertirá a alguien en víctima. Por eso la palabra se pasa de mano en mano para construir una morada invisible.

A veces para sobrevivir renunciamos al conocimiento.

Y cuando todos duermen escribimos... Pero un poema es el fósil de un sueño, el cadáver de un dios...

¿Aún podremos salvarnos?

Alguien me habló de Heraud…

esto lo escribió mi mamina cubana..
cuánto te quiero!

Simplemente, alguien mencionaba hoy al joven poeta peruano Javier Heraud, que junto a otro peruano, Alejandro Romualdo, al mexicano Efraín Huerta y al ecuatoriano Jorge Enrique Adoum, me ayudaron, en una triste etapa de amores desdeñados, a sobrevivir -de mano de sus versos-, a hacerme mejor persona, a crecer como ser humano y a afiliarme, decidida y definitivamente, a las huestes de la poesía y la utopía... años en que otro poeta, que en vez de declamar cantaba, me amarro definitivamente a la América Latina...

Hoy, alguien muy querido para mi mencionó a Heraud y retomé un pequeño cuaderno de la colección La Honda, de la siempre genial Casa de las Américas... cuadernos que han anclado en mi alma y me he negado a abandonar en medio de debacles, de tsunamis sentimentales o de acuciantes necesidades del bolsillo... y releí -rápidamente, de salto en salto de verso subrayado- los poemas de Javier Heraud... y me salió del alma esto que ahora les entrego...
Gracias, Perú, que no sólo me viste transitar quién sabe cuando por Machu Picchu, si no que me regalaste hijos, hermanos, y tus poetas que se han grabado en mi corazón más fuertemente que las líneas de Nazca.
Rosa, siempre vuestra Polilla y estos versos para ustedes...

oo00oo

Alguien me habló de Heraud…

Hay libros que no deben abrirse
por que es como abrir una llaga en el costado.

Hay libros a los que uno regresa
y te atrapan
y te llevan
a aquel exacto instante en que,
por vez primera,
subrayaste algunos versos
que sentías como tuyos.
Hay libros, hay poetas, hay poemas…

¿Acaso no fui yo la que escribí
tempranamente,
hace hoy solamente 30 años,
"uno está siempre
compuesto
de un trozo de muerte y de
camino
y uno siempre es río,
o canto,
o lágrima cubierta"

Alguien me hablaba hoy
de alguien sencillo,
de un poeta que cumplió su sino
-siempre se mueren jóvenes
los ángeles poetas-

Un joven que vivió y murió,
pero entre trino y trino
luchó e hizo poemas,
y amo a Cuba
como Cuba lo amó.
Alguien que conocí
en un pequeño libro
y en las tardes tristes de
un agosto de 1977
vivió conmigo,
durmió conmigo
secó mis lágrimas.

Las mismas lágrimas que hoy derramo
por el recuerdo de aquellas tardes
y por que ahora sé
qué es morir por la Patria
y por la vida.

Gracias, Javier Heraud
que no tuviste miedo de morir
entre pájaros y árboles.

El tiempo, la distancia

El tiempo, la distancia

Manuel Vázquez Portal, Grupo Decoro,
(www.cubanet.org)


Waldo Leyva fue mi amigo. Ya no nos vemos nunca. Siquiera sé si alguna tarde nos recordamos, si hablamos uno del otro con amor o rencores. Dos hombres que se encuentran son un universo convulso con rincones gemelos, con huracos dispares; y son también la misma nimiedad que espera perpetuarse. El tiempo, la distancia, los perfila y compone, los ubica y desecha, los encumbra o sepulta, pero el punto donde una vez concurrieron, donde se cruzaron sus azares se torna cipo caminante que confunde la memoria, ya para ennoblecerla o prostituirla, porque, al fin, se conoce -se aprende- que no hay más perpetuidad que la nobleza del instante en que dimos el abrazo o la bofetada. Los odiadores, los resentidos vituperan la memoria, los que disfrutan su verdadero, exacto sitio, la engalanan. Yo voy a hablar del amigo que fuimos.

Conocí a Waldo Leyva hace más de treinta años. Estábamos hechizados entonces. La vara del prestidigitador nos había, supuestamente, fabricado un destino. No sospechábamos entonces que el despertar sería tan patético. Los estoicos se aferraron a seguir creyendo en el hechizo, aún después de descubierto el truco; los ingenuos sufrimos una conmoción que nos separó del prodigio, ya sabíamos que sólo se trataba de un juego de manos, y a los ingenuos les cuesta mucho dolor saber que se les ha hecho trampas. Quizás, ahí, divergimos.

Cuando nos conocimos era "una raya articulada / que respira / que enseña los dientes / que bosteza". Enteco, alegre, bondadoso, se ganaba las muchachas y los amigos. Quizás jugábamos a la felicidad, a que todo marchaba muy bien, a que teníamos un sitio asegurado en el friso que mandarían a construir a nuestras memorias. Hoy sabemos, él lo dice desembozadamente, que "Yo nunca fui feliz. He buscado desesperadamente la felicidad. (...) Ha sido inútil. No soy feliz y aquellos que me tocan tampoco pueden serlo". Porque, al fin comprendió que "Una fría oscuridad ni siquiera soñada / convertirá en un ojo negro / al universo más hermoso del espacio sin fondo" y "Nada, ni lo que escribo ahora, me salvará".

Ya no es aquel muchacho desenfadado que creía en el futuro. Hoy es un señor con muchas canas y cierto atildamiento que dice sus poemas por la televisión aún cuando, ayudado por Lezama, descubrió que "lo acecha esa mueca de olvido programado, / la astuta indiferencia, el gesto calculado, / ese silencio nuestro tan pérfido y rocoso". Y es que Waldo Leyva no cesa. De alguna manera se convenció, como Hemingway, que "Un hombre puede ganar o perder muchas batallas / pero sólo será realmente derrotado / cuando no sea un sueño quien levante la espada". Y en eso seguimos coincidiendo, seguimos soñando, seguimos levantando la espada, aunque nuestras visiones sean diferentes.

Pero más que nuestras coincidencias o divergencias me une a este poeta la belleza de los recuerdos. Lo vi durante muchos años dedicarle más tiempo a sus quimeras de promotor cultural que a la poesía -escrita, que de la vivida hizo mucha. En cada acto de su vida, ya como profesor en la Universidad de Oriente, ya como organizador de centros de estudios, ya como editor de revistas y libros, puso siempre la poesía sencilla que lo puebla. Waldo Leyva no es un poeta de mucha cetrería metafórica ni espectacularidades del lenguaje, no gusta de los juegos de palabras ni las ingeniosidades vacías. Va al concepto, a la esencia depurada, al verso limpio y decidor. Aunque fabricante de exigentes estructuras, como el soneto o la décima, en las cuales se desenvuelve con la gracia de la mejor tradición hispana, no es el continente lo que desvela al poeta, va más al contenido, sin descuidar, ni por asomo, la forma perfilada expresiva en sí misma.

Mas, ¿por qué digo a estas alturas de la poesía de Waldo Leyva las cosas que, seguramente en corrillo más íntimo, ya dije alguna vez? Pues el motivo es simple: acaba de aparecer por la colección Contemporáneos de Ediciones Unión el libro La Distancia y El Tiempo, una especie de antología personal que agrupa la mayor parte de la obra poética de Waldo Leyva, y quise hacerle saber a este amigo distante que ni la distancia ni el tiempo ni las divergencias políticas me privarán nunca de degustar la poesía cuando es auténtica, y compartir con los demás ese regusto sustancioso y agradable que deja la lectura de un buen libro.


LA DISTANCIA Y EL TIEMPO

Tú estás en el portal, apenas has nacido
caminas hacia el mar y cuando llegas:
tienes el pelo blanco y la mirada
torpe.

Desde a costa se ven las tejas rojas de la casa.
Si quieres
regresar, ya no es posible;
a medida que avanzas se borran los caminos.

Tu camisa de niño aún está húmeda
y veleta de abril en el cordel
indica para siempre la dirección del viento.

Qué gastadas las uñas,
qué frágil la memoria,
qué viejo tu zapato por la arena.

Waldo Leyva

MI NOVIA ES UNA TERRORISTA

ALBERT PLA
MI NOVIA ES UNA TERRORISTA

Tu novia es un encanto y tú estás tan enamorado
por eso le perdonas sus deslices, sus engaños
pero tu cariño no es tan ciego
ves muy claro su secreto
ella tiene otra vida más siniestra y clandestina
tu novia es una terrorista
ejecuta y ajusticia y atenta contra el sistema
tiene este cruel defecto pero en fin nadie es perfecto
lo prefiero lo consiento antes que su pasatiempo
sea coleccionar sellos
sea ponerme los cuernos

Porque un romance muerto es un romance menos
un romance muerto es un romance menos

Una comisaría ha sufrido un atentado
tres jóvenes policías murieron acribillados
claro que es más comercial el coche bomba a un coronel
cuatro quilos de explosivos
le mandan directo al cielo
que matanza que sangría
debería denunciarla pero igual la culpa es mía
quizás necesite ayuda mi comprensión mi cariño
quizás si le hubiera dado más amor se habría olvidado
de cargarse policías sin manías sin prejuicios

Un policía muerto, un policía menos
Un policía muerto, un policía menos

Según fuentes del gobierno esta tarde una explosión
ha mandao a tomar por culo los retretes del congreso
se atribuye el atentado a un sector nacionalista
que se caga en el sistema y revindica con violencia
libertad independencia
tú sabes que eso es mentira
que la culpa es de tu novia
se ha cargao tres diputaos la democracia agoniza
que problema de conciencia a quién piensas serle infiel…
a tu novia o a tu patria? tú decides mientras tanto

Un político muerto, un político menos
un político muerto, un político menos

Le han pegao cuatro tiros por la calle a un militar
a sangre fría a bocajarro paseaba con su hijito
pudiste haber evitado este cruel asesinato
el destino de ese niño huérfano estaba en tus manos
no te estremece su llanto
"jesusito de mi vida que eres niño como yo
di porqué han matao a mi papá toy solito
que haré yo?"
cómo perdonarle esto ha ido demasiado lejos
necesito tu consejo
que hago la dejo o no la dejo

Un militar muerto, un militar menos
Un militar muerto, un militar menos

No claro
es que quizás busque en otra parte
lo que nunca supe darle
ilusiones y alicientes para poder realizarse
mi silencio está cantando apología al terrorismo
me siento responsable y cómplice de su barbarie
por celoso y por cobarde
pero es que me horroriza estar sin ella
no sabría hacerme a la idea
que le ocurra una desgracia o caiga en acto de servicio
el día menos pensado me despierto y estoy viudo
y sin ella estoy perdido ya nada tiene sentido

Porque una novia muerta, es una novia menos
Porque una novia muerta, es una novia menos

sábado, 10 de mayo de 2008

poemas tropaperuaneros...

POEMA

Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago
y cintas que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas
precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones
cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco
con ese pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino
es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío.



Poema Save It, Pretty Mama de Julio Cortázar


Sálvalo, mamita,
sálvame tantas noches de naufragio,
salva tu blusa azul (era en enero, en Roma)
sálvalo todo, o salva lo que puedas.
Esto se viene abajo, pretty mama,
sálvalo del olvido, no permitas
que se llueva la casa, que se borre
la trattoria de Giovanni,
corre por mí por ti, sálvalo ahora,
te estás yendo y los pájaros se mueren,
me voy de ti te vas de mí, no hay tiempo,
sálvalo pretty mama,
la voz de Satchmo y ese grito
que te sumía en lo más hondo del amor,
save it all for me,
save it all for you,
save it all for us.
Aunque no salves nada, sálvalo mamita.



Cortázar...

ENCARGO

No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que
vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni
guante;
tállame como un sílex, desespérame.
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforos y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.


Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

"HALT!"

"HALT!"
Luis Rogelio Nogueras (Poeta cubano)

Recorro el camino que recorrieron 4000000
de espectros.
Bajo mis botas, en la mustia, helada tarde de
otoño
cruje dolorosamente la grava.
Es Auschwitz, la fábrica de horror
que la locura humana erigió
a la gloria de la muerte.
Es Auschwitz, estigma en el rostro sufrido de
nuestra época.
Y ante los edificios desiertos,
ante las cercas electrificadas,
ante los galpones que guardan toneladas de
cabellera humana
ante la herrumbrosa puerta del horno donde
fueron incinerados
padres de otros hijos,
amigos de amigos desconocidos,
esposas, hermanos,
niños que, en el último instante,
envejecieron millones de años,
pienso en ustedes, judíos de Jerusalem y Jericó,
pienso en ustedes, hombres de la tierra de Sión,
que estupefactos, desnudos, ateridos
cantaron la hatikvah en las cámaras de gas;
pienso en ustedes y en vuestro largo y doloroso
camino
desde las colinas de Judea
hasta los campos de concentración del III Reich.
Pienso en ustedes
y no acierto a comprender
cómo
olvidaron tan pronto
el vaho del infierno

Auschwitz-Cracovia, 21-10-79

Sshh

"..una carta de amor no es el amor
sino un informe de la ausencia.."
Mario Benedetti
Sshh

Mírame, tócame con tu mirada
solo humedece los labios
que yo sentiré el beso
mientras tu aprontas tus orejas al grito de mi silencio
al término del parto en que circulo
paso a paso
descorriendo el velo de tu presencia
que danza dando vueltas y revueltas por aquí dentro gira en el remolino
busca el remanso.

Démosnos el inexistente tiempo
en que las palabras circulen por las venas
y luego sí, cuando el globo en expansión esté a punto de reviente solo dime "hola, mar que me eliges"
abracalobo la palabra
la garra esparcirá toda la fronda
acolchándote a vos
para reposo de tu turno
donde copiaré la lluvia
que me dio tu boca
para que esperare entonces
mirándote
mientras escribes tu sonata
en el pentagrama arterioso
para colgarme de mis lóbulos
antes del destrozo de las lianas.


Ergasto 7/2/08

domingo, 4 de mayo de 2008

Verte desnuda

Verte desnuda
a María del Carmen

Pececillos de la imaginación
desnudos caramelos que se perdieron
en la escalera al cielo
perlas hirsutas
entreabiertas abuelas
pepinos salados del alba
sabiduría metamorfoseada
¿por dónde os debo penetrar
oh colección de hierbas y cosas
organizada con el pretexto
de un nombre de mujer
de un modo de ilustrar
a la muchacha con que siempre soñé?



La joie d'aimer

No me ames
para agotar tu destino.

No me ames
con la fe de construir una tragedia contemporánea.

Ríete a todas luces, cariño.

Ríe en toda esta etapa de bella vecindad.
Ríete, ríete,
aunque sea de mí.


Aida Fusilemos la noche

Aída fusilemos la noche
Y la terrible
Miseria colectiva.
Aquí tenemos estas cuatro manos
Y tenemos mi voz.
Nos respaldan tus ojos
Y tu suave
Manera de ir queriéndome.
Nos respalda esa sangre proyectada
Hasta el cuerpo del hijo.
Nos respalda esta atmósfera
Este pan cotidiano
Y estas cuatro paredes
Que tutelan los besos.
Rompamos Aída esta tormenta amarga.
Hay que construir pañuelos con luceros
Para secar las lágrimas del hombre.
Hay que llevar al niño
A su música antigua.
Hay que volver a fabricar muñecas
Y hay que sembrar maíz en las ciudades.
Hay que dinamitar los rascacielos
Y dar lugar para que ascienda el trigo.
Hay que hacer instrumentos de labranza
Con los buses urbanos.
Aída, fusilemos la noche
Y esa horrible bandera.
Aída fusilemos la noche
Y los negros cañones
Y las bombas atómicas;
Fusilemos el odio
Y la terrible
Miseria colectiva.


roque dalton

ES VERDAD

ES VERDAD
¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!
Por tu amor me duele el aire,
el corazón
y el sombrero.
¿Quién me compraría a mí
este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo
blanco, para hacer pañuelos?
¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!
FGL

Poema para ser leído y cantado

Poema para ser leído y cantado
César Vallejo

Sé que hay una persona
que me busca en su mano,
día y noche, encontrándome,
a cada minuto, en su calzado.
¿Ignora que la noche está enterrada
con espuelas detrás de la cocina?

Sé que hay una persona
compuesta de mis partes,
a la que integro cuando
va mi talle cabalgando
en su exacta piedrecilla.
¿Ignora que a su cofre
no volverá moneda que salió
con su retrato?

Sé el día,
pero el sol se me ha escapado;
sé el acto universal
que hizo en su cama con ajeno valor
y esa agua tibia,
cuya superficial frecuencia es una mina.
¿Tan pequeña es, acaso, esa persona,
que hasta sus propio pies así la pisan?

Un gato es el lindero entre ella y yo,
al lado mismo de su tasa de agua.
La veo en las esquinas,
se abre y cierra su veste,
antes palmera interrogante...
¿Qué podrá hacer sino
cambiar de llanto?

Pero me busca y busca.
¡Es una historia!.

poema motivador...

no sé cómo se llama el poema pero me lo regaló mi lore...gracias, lo necesitaba...


Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche , que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor, y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

ambién es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

JLb

jueves, 1 de mayo de 2008

CERVANTINAS PARA GELMAN POR SABINA

Cervantinas para Gelman
Si gotán no fuera tango
nunca te hubiera sorbido,
si no morfaras tamango
ni amanecieras podrido,

si no dolieras Urondo,
tan hollín, tan almafuerte,
tan sanedrín de Macondo,
tan Pushkin, tan mala suerte,

tan Villa Crespo, aleluya,
porque, en Alcalá de Henares,
frente al trono y la casulla,
zurdaste por soleares,

por milongas, por vidalas
macarenas argentinas,
por las buenas, por las malas,
por bagualas cervantinas.

Velorio del solo junto,
país que fue será, cuando,
más huérfano que difunto,
mañana sigas cantando.

Del violín y otras cuestiones
chamullaremos un día,
mundar de tus relaciones,
mester de mi gelmanía.

Trajín de mi duermevela,
Sydney West, Getsemaní,
cólera buey, duquela
del ruso y el sefardí.

Con tu flauta de pan duro
made in González Tuñón,
tu cuchara de cianuro,
tu Trilce, tu bandoneón.

Desde un lugar de la Mancha
donde cuando ya verán,
vuela un bombín de ala ancha
por san Gelman, por don Juan.

CANCIÓN DIALOGADA POR VOCES EN EL VIENTO


CANCIÓN DIALOGADA POR VOCES EN EL VIENTO



-Quiero el haz de tus gritos
apretados y juntos
para forjar con ellos
un pueblo de palabras,
una ciudad de voces
con campanas azules.

¿Sin que por ello tengas
que dejar los jirones
de tus nardos de cielo
rendidos de los dedos
oscuros de mis sombras?


-Entonces no comprendo
por qué has llegado a mí
sin una temblorosa
canción entre las manos.

¿Es que se han muerto todos
los pájaros del mundo,
y ni siquiera cantan
ahora las estrellas?

-Floreceré jardines
de músicas en ellas,
para que tú vendimies
ternuras de azucenas.

-Ya te he dicho mil veces
que no quiero palabras;
hay algo más en ellas...

-¿Quieres decir canciones?
¿Voces estremecidas?

-Yo pienso que son tales,
aún cuando ellas no tengan
ese temblor sublime
que es propio de las alas.

-¿Es que ignoras acaso
que hace tiempo que el canto
no se espiga en los labios
angustiados del mundo

Todos los que cantaban
se hundieron en un negro
silencio sin estrellas,
sin árboles en donde
pudieran amarrar
las sombras de sus sueños.

-¿Quieres decir que han muerto;
que no existe quien pueda
humanizar de Nuevo
los pesares del mundo?

-Es mejor que no digas
esas cosas tan alto.
Puede que nos las oigan
aquellos que no saben
de nuestro mar de llanto
derramado por todas

las mariposas muertas.

-Hay algo que ignoramos
que transmuta la forma
sensible de las cosas.

Quizás por ello sea
que en mi mente tus manos
se estremecen ahora,
lo mismo que la sombra
pequeña de los lirios
hundidos en el agua.

-¿Por qué dices tal cosa?
¿Cuándo no fue de lirios
la sombra de mis manos?

EL VAIVEN DEL MAR

EL VAIVEN DEL MAR

A veces tengo miedo
de clavarm frente al papel
y que no pase nada,
temo se esfumen
ilusiones y sueños,
extravie en los caminos
la magia de mis dedos
y no tenga nada que decir.

Yo sé que los enigmas
de las estrellas
caprichosamente
se introducen en el cuerpo
casi sin pedirlo,
casi sin saberlo.

Yo sé que los latidos
de nuestras pisadas
los llevo dentro
cautivos en la sangre
y pueden querer salir
y pueden no quererlo.

A veces tengo miedo
de clavarme frente al papel
y que no pase nada,
temo se esfumen
ilusiones y sueños,
extravie en los caminos
la magia de mis dedos
y no tenga nada que decir.

A veces sencillamente
tengo miedo,
simple miedo,
solo miedo,
miedo
al vaivén del mar.


(25 de Febrero de 1996)
ALBERTO MONTOYA

tesarai

Tesarai (para Di en su cumpleaños )



fueras tú la que espera
al final de la curva del beso del ácido
traspasados los pechos por una sed furibunda
estallara la asfixia retórica que precede al grito
la luna lavada de silencio si fuera noche
la humareda de smog si fuera día
no se trata de agorafobia soledad uñas fiebre horizonte palideciendo, nightmares
al encuentro de algo como encerrado
(un niño que no puedes ver)
o una mordida fulmínea en un puño
donde patalea una sonriza
y la tarde envenenara la doble avenida del antes y el después
y la tarde olvidara cerrar los ojos inútiles de las flores
la tarde para morir sin que te arranquen tu secreto
no sé de que trata la película
y
aunque no fueras tú la que espera
al final del zarpaso amniótico del sueño
acurrucada en la luz de mil dientes de león sin soplar
te encontraré y solo ahí sabremos
para que te he buscado tanto Sharón Tate..........


del inédito Hamburguesa de colibrí.

Oración

Oración

Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Ardeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mi como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.

Con esta sed quemándome.

La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.

Juan Gelman

sábado, 26 de abril de 2008

Arte poética

Arte poética

Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,

como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.

A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.

Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.
Juan Gelman

Quijote de cartón

David Ross
Quijote de cartón

Tirar molinos a chingadazos
Volverse unido el sueño loco de hacer la vida canción
compartir los sueños locos con mis hermanos
cantándole a la vida y cantándole a un Sol

La canción cantada con el corazón
Es la que viaja poco a poco
Dice la gente que me he de morir mas loco
Con mi escudo desgastado y mi lanza de cartón

Nunca agachados ni mucho menos empinados
A destruir molinos plásticos que no proponen ni se exponen
Que si Televisa, que si TV azteca, que si el reggeton esta de moda

A mi no me deja nada,
yo solo quiero hacer canciones con un corazón como bandera
Y con el alma en un hilo siempre para todos ustedes

La canción cantada con el corazón
Es la que viaja poco a poco
Dice la gente que me he de morir mas loco
Con mi escudo desgastado y mi lanza de cartón

silencio...


ya sé que no es poesía pero hoy me siento así.... como este silencio...

hoy leí a silvio.. dijo en una de sus últimas entrevistas que la canción es sinceridad...

mi amiguito byrongio me mandó esto... quizá sea porque soy silencio... entonces también me acuerdo de la película qué tan lejos, cuando la española se presenta ante la chica y le dice: "hola me llamo esperanza, y tú cómo os llamais?" entonces ella responde: "tristesa, me llamo tristesa".....

ANTES QUE LLAMARA

Dylan Thomas
ANTES QUE LLAMARA

Antes que llamara y la carne me abriese,
que mis líquidas manos golpearan en el vientre,
yo, que era entonces informe como el agua
que formaba el Jordán junto a mi casa
era hermano de la hija de Mnetha
y hermana del gusano que gestaba la vida.

Yo que era sordo ante la primavera y el verano,
que no sabía los nombres de la luna y el sol,
ya sentía el latido bajo la armadura de mi carne,
aunque existía sólo en forma de infusorio,
veía las plomizas estrellas, el martillo lluvioso
que mi padre balanceaba en su cúpula.


Conocía el mensaje del invierno,
los dardos del granizo y la nieve pueril
y el viento era mi hermana pretendiente;
en mí saltaba el viento, el rocío infernal;
y mis venas fluían con los climas de oriente;
antes que me engendraran supe el día y la noche.


Antes que me engendraran ya por cierto sufría;
el potro de tortura de los sueños
enroscaba mi osamenta de lirio
en una cifra viva,
la carne era cortada para cruzar los bordes
de las horcas en cruces sobre el hígado
y las zarzas de los cerebros estrujados.


Mi garganta conocía la sed antes de la estructura
de vena y piel alrededor del pozo
donde palabras y agua se entremezclan
sin pausa alguna, hasta pudrir la sangre,
mi corazón conocía el amor, mi vientre el hambre;
al gusano yo olía entre mis propias heces.

Después el tiempo envió a mi mortal criatura
a derivar o ahogarse en los océanos
habituados a la aventura de la sal
en las mareas que jamás tocan las orillas.
Yo que era rico, me hice más rico aún
sorbiendo poco a poco el vino de los días.


Nacido del espectro y la carne, no era espectro
ni hombre, sino espectro mortal.
Y luego me abatió la pluma de la muerte.
Fui mortal hasta el último suspiro prolongado
que llevó hacia mi padre
el mensaje de su agónico cristo.


Tú que te inclinas en la cruz y el altar
acuérdate de mí y apiádate de Aquel
que mi carne y mi sangre tomó por armadura
y llegó a traicionar el vientre de su madre.

Las líneas del mundo

Luis Benítez

Las líneas del mundo


Quien ve a las líneas del mundo
unir a la desdicha
con la alegría sin tiempo ni motivo,
a la ceguera del hombre con lo luminoso del hombre,
al cobarde, al justo, al tonto
(que asiste a la ceremonia del crepúsculo
asombrado, muy quieto, flotando sobre el agua),
nunca se vuelve altivo
a contemplar la guerra que incendia
el lugar donde vibra todo esto.
Ya nunca sueña.
Abre los ojos despierto, abre los ojos dormido.
El que ve a las líneas del mundo
servir de trampolín a los pájaros
y de escalera a las almas,
sabe por qué no vuelan
y se guarda de contarlo.
Otro será su interés:
él querrá trepar por ellas
disimuladamente, sin un solo comentario,
sin que nadie note la ausencia del desertor.
Feliz, ignorado por todos,
vagará por la tierra sin nombre
con su precioso secreto, ese momento en que espió:
él conoce signos que lo conocen,
hace su propia ley.
Y por fin, cuando se retira,
como un oscuro bulto con corazones de tormenta,
hacia la tierra oculta en esta misma tierra,
que guarda de toda noche el sol,
no olvida, ni por un momento,
que el tiempo está en su red.
Sabe que no hay milagros, sabe qué cosa son.


Algún día todo será plenitud.

cortázar

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.



Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

(Julio Cortázar. Rayuela. Capítulo 7)

canto / fernando rojas

CANTO

será que no canto porque el canto
será que dejé la voz en llanto
la vida en una muesca la noche en el tranvía

será la voz la luz del sol las muelas
la garganta de trovador perdido
la palabra que se acumula haciendo nudos

no sé si la voraz o la perfidia la mano que te aprieta
la luna con sus aguas remotas levantadas
o violentas

el contracanto viene y va las voces
guitarra a contratiempo y contra tiempo de guerra

no sé de qué se habla no me fijo
canto en silencio ahora por algún mal bendito
por alguna lechuza de la bruja del puerto de todos los olvidos

no sé confiar en el ruido
ni en el silencio hipócrita ni en el hastío

no sé dejar mis huellas si las dejo

no sé pedir permiso ni perdón ni asombro
ni beso ni caricia
ni plato ni bebida

canto despacio para perder la prisa
para dejar pasar para perderme
para verme soñado en cada sueño
para no voltear ni ver ni verte ni caminar ni cielo
ni voluntad ni amor ni carreras ni miedo

Fernando Rojas R.
enero, 2008

Cacerolas de teflón

Cacerolas de teflón

No te oí... En los días del silencio atronador.
No te oí junto a las madres del dolor,
no sonaste ni de lejos, por los chicos, por los viejos... olvidados.

No te oí... Puede ser que ya no estoy oyendo bien,
pero al borde de las rutas de Neuquén,
no te oí mientras mataban por la espalda a mi maestro.

Y entre nuestros cantos desaparecidos
yo jamás oí el sonido de tu tapa resistente,
que resiste comprender que hay tanta gente
que en sus pobres recipientes solo guarda una ilusión.

Cacerola de teflón, volvé al estante,
que la calle es de las ollas militantes...
Con valiente aroma de olla popular.

Cacerola de teflón, a los bazares,
o a sonar con los tambores militares...
Como tantas veces te escuché sonar.

No te oí... Cuando el ruido de las fábricas paró,
cuando abril su mar de lágrimas llenó.
No te oí con los parientes del diciembre adolescente... asfixiado

No te oí... Puede ser que mis orejas oigan mal,
pero nunca te he sentido en la rural,
reclamar por el jornal de los peones yerbateros,
por la rentabilidad de los obreros,
por el tiempo venidero, por que venga para todos.

No te oí ni te oiré porque no hay modo
De juntar tu avaro codo con mi abierto corazón.

Cacerola de teflón, volvé al estante...
De los muebles de las casas elegantes
Que las cocineras te van a extrañar.

Cacerola de teflón, a los bazares
O a sonar en los conciertos liberales
Como tantas veces te escuché sonar.

No te oí ... En el puente de Kosteki y Santillán
No te oí por el ingenio en Tucumán
No te oí en los desalojos, ni en los barrios inundados ... de este lado.

No te oi... En la esquina de Rosario que estalló
cuando el angel de la bici se cayó...
Y sus ángeles pequeños se quedaron sin comida.

Y jamás te oí en la vida repicar desde acá abajo
por un joven sin trabajo, a la deriva.
Debe ser que desde arriba, desde los pisos más altos
no se ve nunca el espanto y las heridas.

Cacerola de teflón, volvé al estante...
Yo me quedo en una marcha de estudiantes
donde vos nunca supiste resonar.

Cacerola de teflón, a los bazares
O a llenarte de los más ricos manjares
Que en la calle no se suelen encontrar.
Cacerola de teflón andá a c...ocinar

Ignacio Copani

lo esencial / waldo leyva

Lo esencial
waldo leyva

Si pasas muy ligero
no verás cada detalle,
si marchas lento
parecerá que te detienes.
Lo esencial es ir al ritmo de la brisa
y verás,
disfrutarás,
te sentirás más pleno
y colmarás cada sentido,
y sabrás que pasaste,
que allí quedó tu huella....

VUÉLVETE VIDA

VUÉLVETE VIDA

Vuélvete paloma
Y ya en el aire
Vuélvete viento

¡se libre!

Libera tu corazón
Déjalo incendiarse
Vuélvete fuego
Déjate arder

Que la muerte ya en si
es fría
Cuando se muere
Sin libertad

Vuélvete bosque
Y ya extendido en la tierra
Vuélvete roca
Vuelca tu estampa
En alta montaña

Vuélvete río
Y ya en el cause
Fluyendo
Vuélvete vida
Para los demás

Porque el cause es
Impío vacío
Que se llena de ti

Y en su egoísmo
Te contagia de hastío

Vuélvete cascada
Y vuela por el viento
Cae sobre el fuego
Alimenta a la tierra

Deja a tu cuerpo morir
Volverse cenizas
Deja que vuelva
A su antigua forma

La tierra, el aire,
el fuego y el agua
lo bienveniran

Siémbrate en la vida
Cual semilla deja
Un jardinero

Y ya dentro en la tierra
Vuélvete vida
¡VUÉLVETE VIDA!


LEOPOLDO ZARATE ANDRADE
EL JARDINERO
18 de abril del 2008

 
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