poesía de Manuel Altolaguirre




(Málaga; 29 de junio de 1905 - Burgos; 26 de julio de 1959)




MIS PRISIONES



Sentirse solo en medio de la vida

casi es reinar, pero sentirse solo

en medio del olvido, en el oscuro

campo de un corazón, es estar preso,

sin que siquiera una avecilla trine

para darme noticias de la aurora.



Y el estar preso en varios corazones,

sin alcanzar conciencia de cuál sea

la verdadera cárcel de mi alma,

ser el centro de opuestas voluntades,

si no es morir, es envidiar la muerte.




ERA MI DOLOR TAN ALTO



Era mi dolor tan alto,

que la puerta de la casa

de donde salí llorando

me llegaba a la cintura.



¡Qué pequeños resultaban

los hombres que iban conmigo!

Crecí como una alta llama

de tela blanca y cabellos.



Si derribaran mi frente

los toros bravos saldrían,

luto en desorden, dementes,

contra los cuerpos humanos.



Era mi dolor tan alto,

que miraba al otro mundo

por encima del ocaso.





SEPARACIÓN



Mi soledad llevo dentro,

torre de ciegas ventanas.



Cuando mis brazos extiendo

abro sus puertas de entrada

y doy camino alfombrado

al que quiera visitarla.

Pintó el recuerdo los cuadros

que decoran sus estancias.

Allí mis pasadas dichas

con mi pena de hoy contrastan.



¡Qué juntos los dos estábamos!

¿Quién el cuerpo? ¿Quién el alma?

Nuestra separación última,

¡qué muerte fue tan amarga!



Ahora dentro de mí llevo

mi alta soledad delgada.




MIRADAS



Ojos de puente los míos

por donde pasan las aguas

que van a dar al olvido.

Sobre mi frente de acero

mirando por las barandas

caminan mis pensamientos.



Mi nuca negra es el mar,

donde se pierden los ríos,

y mis sueños son las nubes

por y para las que vivo.



Ojos de puente los míos

por donde pasan las aguas

que van a dar al olvido.



PARA ALCANZAR LA LUZ


Dicen que soy un ángel
y, peldaño a peldaño,
para alcanzar la luz
tengo que usar las piernas.

Cansado de subir, a veces ruedo
(tal vez serán los pliegues de mi túnica),
pero un ángel rodando no es un ángel
si no tiene el honor de llegar al abismo.

Y lo que yo encontré en mi mayor caída
era blando, brillante;
recuerdo su perfume,
su malsano deleite.

Desperté y ahora quiero
encontrar la escalera,
para subir sin alas
poco a poco a mi muerte..

viernes, 21 de mayo de 2010

poesía de Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo


EL SEXO

I

¡Pendiente de ese tronco
el fruto consta en vida.
Su materia consiente
una verdad durable.
En la sombra él madura,
si por siglos, finito,
y no cae sino cuando
el árbol rueda en tierra.

Fruto de carne o masa
de vida congruente,
pálido en su corteza,
nudosa nuez compacta.

La sangre rueda y pasa,
y ardiente sigue y vase,
mientras el viento pone
la vida en llamas y arde
doble tiniebla absorta.

Eje del sol que un rayo
descargará sin duelo
y estallará en la liza
dentro en la sombra exacta.

Oh, conjunción del fuego
con su materia idónea.

Fuego del sol, o fruto
que al estallar se siembra.


II

Entre las piernas suaves pasa un río,
lecho insinuado para el agua viva;
entre la fresca sombra o un humo quedo
que en el terso crepúsculo está inmóvil.

Entre los muslos, sólo el tiempo quieto,
el tiempo que no pasa, eternamente,
inmortal, sin nacer, entre las sombras.

Entre las piernas bellas sólo un río
en el fondo se siente cruzar único.

Agua oscura sin tiempo que no nace
y que sobre la tierra desemboca.

Oh, hermosa conjunción de sangre y flor,
botón secreto que en la luz perfuma
el nacimiento de la luz creciendo
de entre los muslos de la bella echada.
Ruda moneda o sol que exhala el día
naciendo de ese cuerpo dolorido,
presto al amor cuando el cenit empuje
al adversario que agresivo avanza.

Misterio entonces del ocaso ardiente
cuando como en caricia el rayo ingrese
en la sima voraz y se haga noche :
noche perfecta de los dos amantes.





UNIDAD EN ELLA


Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.

Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima,
con esa indescifrable llamada de tus dientes.

Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa larva rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala, es todavía unas manos,
un repasar de tu crujiente pelo, un crepitar
de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.



CANCIÓN A UNA MUCHACHA MUERTA


Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos
se bañan con espuma.

Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva sólo un pájaro o mano.

Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.

Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.

Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde sólo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes.

¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube;
oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!




EL POETA SE ACUERDA DE SU VIDA

Perdonadme: he dormido.
Y dormir no es vivir. Paz a los hombres.
Vivir no es suspirar o presentir palabras que aún nos vivan.
¿Vivir en ellas? Las palabras mueren.

Bellas son al sonar, mas nunca duran.
Así esta noche clara. Ayer cuando la aurora
o cuando el día cumplido estira el rayo
final, ya en tu rostro acaso.

Con tu pincel de luz cierra tus ojos.
Duerme.
La noche es larga, pero ya ha pasado.




LA MUERTE

¡Ah! Eres tú, eres tú, eterno nombre sin fecha,
bravía lucha del mar con la sed,
cantil todo de agua que amenazas hundirte
sobre mi forma lisa, lámina sin recuerdo.

Eres tú, sombra del mar poderoso,
genial rencor verde donde todos los peces son como piedras por el aire,
abatimiento o pesadumbre que amenazas mi vida
como un amor que con la muerte acaba.

Mátame si tú quieres, mar de plomo impiadoso,
gota inmensa que contiene la tierra,
fuego destructor de mi vida sin numen
aquí en la playa donde la luz se arrastra.

Mátame como si un puñal, un sol dorado o lúcido,
una mirada buida de un inviolable ojo,
un brazo prepotente en que la desnudez fuese el frío,
un relámpago que buscase mi pecho o su destino...

¡Ah, pronto, pronto; quiero morir frente a ti, mar,
frente a ti, mar vertical cuyas espumas tocan los cielos,
a ti cuyos celestes peces entre nubes
son como pájaros olvidados del hondo!

Vengan a mí tus espumas rompientes, cristalinas,
vengan los brazos verdes desplomándose,
venga la asfixia cuando el cuerpo se crispa
sumido bajo los labios negros que se derrumban.

Luzca el morado sol sobre la muerte uniforme.
Venga la muerte total en la playa que sostengo,
en esta terrena playa que en mi pecho gravita,
por la que unos pies ligeros parece que se escapan.

Quiero el color rosa o la vida,
quiero el rojo o su amarillo frenético,
quiero ese túnel donde el color se disuelve
en el negro falaz con que la muerte ríe en la boca.

Quiero besar el marfil de la mudez penúltima,
cuando el mar se retira apresurándose,
cuando sobre la arena quedan sólo unas conchas,
unas frías escamas de unos peces amándose.

Muerte como el puñado de arena,
como el agua que en el hoyo queda solitaria,
como la gaviota que en medio de la noche
tiene un color de sangre sobre el mar que no existe.

(Sevilla, 26 de abril de 1898 - Madrid, 14 de diciembre de 1984)

poesía de José Bergamín


A CRISTO CRUCIFICADO

Tú me ofreces la vida con tu muerte,
y esa vida sin Ti yo no la quiero;
porque lo que yo espero, y desespero,
es otra vida en la que pueda verte.

Tú crees en mi. Yo a Ti, para creerte,
tendría que morirme lo primero;
morir en Ti, porque si en Ti no muero
no podría encontrarte sin perderte.

Que de tanto temer que te he perdido,
al cabo, ya no sé qué estoy temiendo:
porque de Ti y de mí me siento huido.

Mas con tanto dolor que estoy sintiendo
por ese amor con el que me has herido,
que vivo en Ti, cuando me estoy muriendo.





ECCE ESPAÑA



Dicen que España está españolizada,
mejor diría, si yo español no fuera,
que, lo mismo por dentro que por fuera,
lo que está España es como amortajada.

Por tan raro disfraz equivocada,
viva y muerta a la vez de esa manera,
se encuentra de sí misma prisionera
y furiosa de estar ensimismada.

Ni grande ni pequeña, sin medida,
enorme en el afán de su entereza,
única siempre pero nunca unida;
de quijotesca en quijotesca empresa,
por tan entera como tan partida,
se sueña libre y se despierta presa.





Otra vez esta noche,

Cuando estaba esperándote,
Me dormí, y en mi sueño
Oí una voz llamándome.

Una voz larga y triste,
Apenas susurrante,
Como un sollozo roto

En los dedos del aire.
Una voz melodiosa
Que no oyó nunca nadie;
Que cuando más se acerca,

Más parece alejarse.
Una voz melodiosa
Que no oyó nunca nadie;
Que cuando más se acerca,

Más parece alejarse.
La voz de un viento oscuro
Qe se esconde en los árboles
Y hace temblar sus copas

En la luz de la tarde.
Una voz que me llama
Y no quiere llamarme.
Una voz que parece

Que se apaga al callarse.
Agua sólo es el mar; agua es el río,
Agua el torrente, y agua el arroyuelo.
Pero la voz que en ellos habla y canta
No es del agua, es del viento.
Agua es la blanda nieve silenciosa
Y el mundo bloque de cristal de hielo.
Pero no es agua, es luz la voz que calla
maravillosamente en su silencio.

Agua es la nube oscura y silenciosa,
Errante prisionera de los cielos.
Pero su sombra, andando por la tierra
Y el mar; no es agua, es sueño.





A Rafael Alberti.

Europa no habla griego, que habla gringo
Creyendo que está hablando el europeo:
Babélico balido y balbuceo
Que se americaniza de vikingo.

Nunca soñó un imperio Carolingo
Tan incontinental cocacoleo.
Ni encontró un Bonaparte a su deseo
Tal respuesta, responso, ni respiro.

Respuesta que es apuesta y desatina.
Responso a la difunta Gran Bretaña.
Respingo que lo da quien más se empina.

Y mientras se la ignora o se la extraña
A una Europa, que, al serlo, fue latina,
Ya no se habla en cristiano ni en España..

poesía de Pedro Garfias





Coplillas a un poeta muerto


Combatió con los nombres
y los redujo a cero.
Y se fue con los hombres,
a fuer de hombre sincero.
Caminó por el río
constelado de hervores
o celeste de frío
con los mismos fervores.

Tuvo un bote, una vela,
una mar, un empeño.
Y este viento que hiela
no le cuajó su sueño.

Se fue por donde vino
—¡ay, Dios, de qué manera!—
con un fuego de vino
quemando su quimera.

Fue tan triste su suerte,
vivió tan solo y viejo,
que ni su propia muerte
acompañó el cortejo.

Y se fue —buen camino,
caminante serrano—
derecho a su destino,
con su vida en la mano.




Llanto sobre una isla



I



Ahora
Ahora sí que voy a llorar sobre esta gran roca sentado
la cabeza en la bruma y los pies en el agua
y el cigarrillo apagado entre los dedos...


Ahora
Ahora sí que voy a vaciaros ojos míos, corazón mío,
abrir vuestras espitas y vaciaros
sin peligro de inundaciones.
Ahora voy a llorar por vosotros los secos
los que exprimís vuestra congoja como una virgen sus pechos
y por vosotros los extintos
que ya exhaláis vapor de hieles.

Ahora voy a llorar por los que han muerto sin saber por qué
cuyos porqués resuenan todavía
en la tirante bóveda impasible...
Y también por vosotras, lívidas, turbias, desinfladas madres,
vientres de larga voz que araña los caminos.

Un llanto espeso por los pueblecitos
que ayer triscaban a un sol cándido y jovial
y hoy mugen a las sombras tras las empalizadas.

Y por las multitudes
que pasan sus vigilias escarbando la tierra...
Un llanto viudo por los transeúntes
tan serios en el ataúd de su levita.

Ahora
Ahora voy a llorar mis llantos olvidados
mis llantos retenidos en su frente
como pájaros presos en la liga.

Los llantos subterráneos
los que minan el mundo y lo socavan
los que buscan la flor de la corteza
y el cauce de la luz, los llantos mínimos
y los llantos caudales acudan a mis ojos
y fluyan en corriente sosegadas
a incorporarse al llanto universal.

Sobre esta roca verdinegra
agua y agua a mi alrededor
ahora si voy a llorar a gusto.



Pasear contigo en soledad perfecta...


Pasear contigo en soledad perfecta
fondo azul de colinas y a los lados
árboles comprensivos y vigilantes
el doble paso caprichoso y lento.

Pasear contigo en soledad callada
al través de un silencio transparente
la frente levantada al sol que sube
orgulloso del brío de su vuelo.

Pasear contigo por la superficie
de redondez suave de la tierra
con lentitud perseverante y noble...
contigo y tu recuerdo y tu esperanza.

Pasear contigo en soledad perfecta...

Pasear contigo en soledad perfecta
fondo azul de colinas y a los lados
árboles comprensivos y vigilantes
el doble paso caprichoso y lento.

Pasear contigo en soledad callada
al través de un silencio transparente
la frente levantada al sol que sube
orgulloso del brío de su vuelo.

Pasear contigo por la superficie
de redondez suave de la tierra
con lentitud perseverante y noble...
contigo y tu recuerdo y tu esperanza.

Yo te puedo poblar, soledad mía...
Yo te puedo poblar, soledad mía,
igual que puedo hacer rocas y árboles
de estas oscuras gentes que me cercan.

¿Cómo, si no, llevar sobre los hombros
la ausencia? El ágil viento me conoce
y ayuda en mi trabajo: cada día
cuelgo del monte nuestro cielo limpio,
planto en el lago nuestra rubia era
y el ancho río de corriente pródiga
vacío lentamente...

Allí donde los pinos y los álamos,
donde la encina sólida y el roble
el claro olivo de verdor de plata.

Y sobre el culto césped
el triunfo de la espiga.
El sol muy en lo alto, fatigando
el aire con sus alas,
en el cenit su vuelo detenido.

Cómo su gracia y limpidez los ojos
me abrasan con su luz... No lo soñara
la torpe mano que me arrebatara
mi blanca Andalucía.


(Salamanca, 27 de mayo 1901 - Monterrey, México, 9 de agosto 1967)

poesía de Gerardo Diego




COLUMPIO


A caballo en el quicio del mundo
un soñador jugaba al sí y al no

Las lluvias de colores
emigraban al país de los amores





Bandadas de flores



Flores de sí

Flores de no



Cuchillos en el aire

que le rasgan las carnes

forman un puente





No



Cabalgaba el soñador

Pájaros arlequines



cantan el sí

cantan el no




ROMANCE DEL JÚCAR



A mi primo Rosendo



Agua verde, verde, verde,
agua encantada del Júcar,
verde del pinar serrano
que casi te vio en la cuna

—bosques de san sebastianes
en la serranía oscura,

que por el costado herido
resinas de oro rezuman—;

verde de corpiños verdes,
ojos verdes, verdes lunas,
de las colmenas, palacios

menores de la dulzura,
y verde —rubor temprano
que te asoma a las espumas—
de soñar, soñar —tan niña—
con mediterráneas nupcias.

Álamos, y cuántos álamos
se suicidan por tu culpa,
rompiendo cristales verdes
de tu verde, verde urna.

Cuenca, toda de plata,
quiere en ti verse desnuda,
y se estira, de puntillas,
sobre sus treinta columnas.

No pienses tanto en tus bodas,
no pienses, agua del Júcar,
que de tan verde te añilas,
te amoratas y te azulas.

No te pintes ya tan pronto
colores que no son tuyas.
Tus labios sabrán a sal,
tus pechos sabrán a azúcar
cuando de tan verde, verde,
¿dónde corpiños y lunas,
pinos, álamos y torres
y sueños del alto Júcar?





A MANUEL MACHADO


Porque se llama Manuel
y Machado se apellida,
en su verso Muerte y Vida
juegan partida y nivel.

¿Quién vence? Tablas. Y él,
banderillero de Apolo,
supo, cantó y está solo:
ese poeta chapado
que se apellida Machado
y le llamaban Manolo.



ANTE LAS TORRES DE COMPOSTELA


También la piedra, si hay estrellas, vuela.
Sobre la noche biselada y fría
creced, mellizos lirios de osadía;
creced, pujad, torres de Compostela.

Campo de estrellas vuestra frente anhela,
silenciosas maestras de porfía.
En mi pecho —ay, amor— mi fantasía
torres más altas labra. El alma vela.

Y ella —tú— aquí, conmigo, aunque no alcanzas
con tus dedos mis torres de esperanzas
como yo estas de piedra con los míos,
contempla entre mis torres las estrellas,
no estas de otoño, bórralas; aquellas
de nuestro agosto ardiendo en sueños fríos.



CUADRO

A Maurice Raynal



El mantel jirón del cielo
es mi estandarte
y el licor del poniente
da su reflejo al arte

Yo prefiero el mar cerrado
y al sol le pongo sordina
Mi poesía y las manzanas
hacen la atmósfera más fina



Enmedio la guitarra
Amémosla


Ella recoge el aire circundante
Es el desnudo nuevo
venus del siglo o madona sin infante
Bajo sus cuerdas los ríos pasan
y los pájaros beben el agua sin mancharla

Después de ver el cuadro
la luna es más precisa
y la vida más bella

El espejo doméstico ensaya una sonrisa
y en un transporte de pasión
canta el agua enjaulada en la botella.

(Santander, 3 de octubre 1896-Madrid, 1987)

Alertados / Juan Alonso


La señal de zona de curvas no sirvió en la noche
siguió veloz y murió

La advertencia de que la droga destruye lo humano fue inútil
anda en el barrio como inútil

Previnieron una crisis financiera si continuaba el juego de los bancos
millones están hambrientos, arruinados, sin casa, cesantes

Alertan que esta civilización de lucro no tiene vida en el futuro
pero insisten en conservarla, reformarla, o revolucionarla
como si fuera eterna

sábado, 15 de mayo de 2010

BALADA DEL MAL GENIO / mario benedetti


Hay días en que siento una desgana
de mí, de ti, de todo lo que insiste en creerse
y me hallo solidariamente cretino
apto para que en mí vacilen los rencores
y nada me parezca un aceptable augurio.

Días en que abro el diario con el corazón en la boca
como si aguardara de veras que mi nombre
fuera a aparecer en los avisos fúnebres
seguido de la nómina de parientes y amigos
y de todo indócil personal a mis órdenes.

Hay días que ni siquiera son oscuros
días en que pierdo el rastro de mi pena
y resuelvo las palabras cruzadas
con una rabia hecha para otra ocasión
digamos, por ejemplo, para noches de insomnio.

Días en que uno sabe que hace mucho era bueno
bah tal vez no hace tanto que salía la luna
limpia como después de jabón perfumado
y aquello si era auténtica melancolía
y no este malsano, dulce aburrimiento.

Bueno, esta balada sólo es para avisarte
que en esos pocos días no me tomes en cuenta.

martes, 11 de mayo de 2010

qué pasaría? / mario benedetti


¿Qué pasaría si en vez de seguir divididos nos multiplicamos, nos sumamos y restamos al enemigo que interrumpe nuestro paso?

¿Qué pasaría si nos organizáramos y al mismo tiempo enfrentáramos sin armas, en silencio, en multitudes, en millones de miradas la cara de los opresores, sin vivas, sin aplausos, sin sonrisas, sin palmadas en los hombros, sin cánticos partidistas, sin cánticos?

¿Qué pasaría si yo pidiese por vos que estás tan lejos, y vos por mí que estoy tan lejos, y ambos por los otros que están muy lejos y los otros por nosotros aunque estemos lejos?

¿Qué pasaría si el grito de un continente fuese el grito de todos los continentes?

¿Qué pasaría si pusiésemos el cuerpo en vez de lamentarnos?

¿Qué pasaría si rompemos las fronteras y avanzamos, y avanzamos, y avanzamos y avanzamos?

¿Qué pasaría si quemamos todas las banderas para tener solo una, la nuestra la de todos, o mejor ninguna porque no la necesitamos?

¿Qué pasaría si de pronto dejamos de ser patriotas para ser humanos?

¿No sé... me pregunto yo, qué pasaría?


Mario Benedetti

Informe sobre caricias / mario benedetti


1
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen

2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada

3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria

4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto

5
como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia

6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación.

DESDE LOS AFECTOS / mario benedetti


Cómo hacerle saber que siempre hay tiempo,
que uno sólo debe buscarlo y desearlo,
que nadie establece normas, salvo la vida,
que la vida sin ciertas normas pierde forma,
que la forma no se pierde con abrirnos,
que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
que no está prohibido amar, que también se puede odiar,
que el odio y el amor también son afectos,
que la agresión es porque se quiere mucho,
que los afectos nos definen,
que definirse no es remar contra la corriente,
que cuanto más fuerte es el trazo más se dibuja,
que buscar un equilibrio no significa ser tibio,
que negar palabras implica abrir distancias,
que encontrarse es muy hermoso,
que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
que la vida parte del sexo,
¿Que el por qué? ¿De los niños tiene un por qué?
que el querer saber de alguien no es sólo curiosidad malsana,
que nunca está de más agradecer,
que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
que para no estar solo hay que dar, que para dar debimos recibir antes,
que para que nos den también hay que saber cómo pedir,
y saber pedir no es saber regalarse.

Que para que nos quieran debemos demostrar que somos,
que para que alguien sea, hay que saber ayudarlo,
que ayudar es saber apoyar y alentar,
que adular no es apoyar,
que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
que las cosas cara a cara son mas honestas,
que nadie es más honesto porque no roba,
que el que roba no es ladrón por placer,
que cuando no hay placer en las cosas que se hacen,
no se esta viviendo,
que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
que con los oídos se escucha,
que cuesta ser sensible y no herirse,
que herirse no es desangrarse,
que para no ser heridos levantamos muros,
que casi todos somos albañiles de muros,
que sería mejor construir puentes,
que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
que volver no implica retroceder,
que retroceder también puede ser avanzar,
que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol...
cómo hacerte saber que nadie establece normas, sólo "la vida".

Muros / eduardo galeano


El Muro de Berlín era la noticia de cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos: el Muro de la Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro...

Por fin, ese muro, que merecía caer, cayó. Pero otros muros han brotado, siguen brotando, en el mundo, y aunque son mucho más grandes que el de Berlín, de ellos se habla poco o nada.

Poco se habla del muro que los Estados Unidos están alzando en la frontera mexicana, y poco se habla de las alambradas de Ceuta y Melilla.

Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y de aquí a poco será quince veces más largo que el Muro de Berlín.

Y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que desde hace veinte años perpetúa la ocupación marroquí del Sahara occidental. Este muro, minado
de punta a punta y de punta a punta vigilado por miles de soldados, mide sesenta veces más que el Muro de Berlín.

¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos? ¿Será por los muros de la incomunicación, que los grandes medios de comunicación construyen cada día?

- - -

En julio del 2004, la Corte Internacional de Justicia de La Haya sentenció que el Muro de Cisjordania violaba el derecho internacional y mandó que se demoliera. Hasta ahora, Israel no se ha enterado.

En octubre de 1975, la misma Corte había dictaminado: "No se establece la existencia de vínculo alguno de soberanía entre el Sahara Occidental y Marruecos". Nos quedamos cortos si decimos que Marruecos fue sordo. Fue
peor: al día siguiente de esta resolución, desató la invasión, la llamada Marcha verde, y poco después se apoderó a sangre y fuego de esas vastas tierras ajenas y expulsó a la mayoría de la población.

Y ahí sigue.

- - -

Mil y una resoluciones de las Naciones Unidas han confirmado el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.

¿De qué han servido esas resoluciones? Se iba a hacer un plebiscito, para que la población decidiera su destino. Para asegurarse la victoria, el monarca de Marruecos llenó de marroquíes el territorio invadido. Pero al poco tiempo, ni siquiera los marroquíes fueron dignos de su confianza. Y el rey, que había dicho sí, dijo que quién sabe. Y después dijo no, y ahora su hijo, heredero del trono, también dice no. La negativa equivale a una confesión. Negando el derecho de voto, Marruecos confiesa que ha robado un país.

¿Lo seguiremos aceptando, como si tal cosa? ¿Aceptando que en la democracia universal los súbditos sólo podemos ejercer el derecho de obediencia?

¿De qué han servido las mil y una resoluciones de las Naciones Unidas contra la ocupación israelí de los territorios palestinos? ¿Y las mil y una resoluciones contra el bloqueo de Cuba?

El viejo proverbio enseña:

-La hipocresía es el impuesto que el vicio paga a la virtud.

- - -

El patriotismo es, hoy por hoy, un privilegio de las naciones dominantes. Cuando lo practican las naciones dominadas, el patriotismo se hace sospechoso de populismo o terrorismo, o simplemente no merece la menor atención.

Los patriotas saharauis, que desde hace treinta años luchan por recuperar su lugar en el mundo, han logrado el reconocimiento diplomático de ochenta y dos países. Entre ellos, mi país, el Uruguay, que recientemente se ha sumado a la gran mayoría de los países latinoamericanos y africanos.

Pero Europa, no. Ningún país europeo ha reconocido a la República Saharaui. España, tampoco. Este es un grave caso de irresponsabilidad, o quizá de amnesia, o al menos de desamor. Hasta hace treinta años el Sahara era colonia de España, y España tenía el deber legal y moral de amparar su independencia.

¿Qué dejó allí el dominio imperial? Al cabo de un siglo, ¿a cuántos universitarios formó? En total, tres: un médico, un abogado y un perito mercantil. Eso dejó. Y dejó una traición. España sirvió en bandeja esa tierra y esas gentes para que fueran devoradas por el reino de Marruecos.

Desde entonces, el Sahara es la última colonia del Africa. Le han usurpado
la independencia.

- - -

¿Por qué será que los ojos se niegan a ver lo que rompe los ojos?

¿Será porque los saharauis han sido una moneda de cambio, ofrecida por empresas y países que compran a Marruecos lo que Marruecos vende aunque no
sea suyo?

Hace un par de años, Javier Corcuera entrevistó, en un hospital de Bagdad, a una víctima de los bombardeos contra Irak. Una bomba le había destrozado un
brazo. Y ella, que tenía ocho años de edad y había sufrido once operaciones, dijo:

-Ojalá no tuviéramos petróleo.

Quizás el pueblo del Sahara es culpable porque en sus largas costas reside el mayor tesoro pesquero del océano Atlántico y porque bajo las inmensidades de arena, que tan vacías parecen, yace la mayor reserva mundial de fosfatos
y quizá también hay petróleo, gas y uranio.

En el Corán podría estar, aunque no esté, esta profecía:

-Las riquezas naturales serán la maldición de las gentes.

- - -

Los campamentos de refugiados, al sur de Argelia, están en el más desierto de los desiertos. Es una vastísima nada, rodeada de nada, donde sólo crecen las piedras. Y sin embargo, en esas arideces, y en las zonas liberadas, que no son mucho mejores, los saharauis han sido capaces de crear la sociedad más abierta, y la menos machista, de todo el mundo musulmán.

Este milagro de los saharauis, que son muy pobres y muy pocos, no sólo se explica por su porfiada voluntad de ser libres, que eso sí que sobra en esos lugares donde todo falta: también se explica, en gran medida, por la solidaridad internacional.

Y la mayor parte de la ayuda proviene de los pueblos de España. Su energía solidaria, memoria y fuente de dignidad, es mucho más poderosa que los vaivenes de los gobiernos y los mezquinos cálculos de las empresas.

Digo solidaridad, no caridad. La caridad humilla. No se equivoca el proverbio africano que dice:

-La mano que recibe está siempre debajo de la mano que da.

- - -

Los saharauis esperan. Están condenados a pena de angustia perpetua y de perpetua nostalgia. Los campamentos de refugiados llevan los nombres de sus ciudades secuestradas, sus perdidos lugares de encuentro, sus querencias: El Aaiún, Smara...

Ellos se llaman hijos de las nubes, porque desde siempre persiguen la lluvia.

Desde hace más de treinta años persiguen, también, la justicia, que en el mundo de nuestro tiempo parece más esquiva que el agua en el desierto.

El otro yo / mario benedetti


Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente , se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la calle con el proposito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas . Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando.Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.

mar de estrellas / selva


Y… ¿si las estrellas estuvieran abajo y no arriba?
¡Qué locura!
El poeta las pescaría, con su anzuelo de sueños.
¡Si pudiera!
Nadan en cardume, siguiendo las leyes celestiales.
¡Qué esquivas!
¡Cuántas de ellas ya no están, pero aún las vemos!
¿Será un espejismo?

desaliento / selva


Desaliento

Como un árbol talado, el ánimo se me derrumbó.
No sé por qué o, tal vez lo sé muy bien!
Fue, es, como la sombra aprisionada,
de un cuerpo que se cae.
No es el filo de un hacha, sino la base socavada,
gota a gota, por los efluvios de éste aluvión
de hechos pestilentes que azotan a la tierra.
Es impotencia, dolor callado, que escapa a pedacitos,
en rebeldía estéril, cual grito en el vacío.

el silencio / selva


El silencio

¡Ah! El silencio…

No hay nada más sepulcral cuando callas, ni tan lleno de misterios cuando tu mirada se pierde en lontananza, detrás de quién sabe qué quimera, o tal vez de qué esperanza.

La esperanza ilumina los ojos y, con ansiedad oculta, la busco en tus pupilas ¡tan profundas! Encuentro ausencias. Tengo celos, celos de tu silencio y del mundo que él encierra.

Hoy, su silencio me abraza y siento que el mundo está dentro tuyo. Mi silencio ya no está solo y, a la vera del camino, caminamos con nuestros silencios convertidos en torrentes de proyectos y de ideas, juntos, compartidos.

amiga...


(este escrito me envió un compañero de vida... espero que algún día, podamos darnos un abrazo....)

Amiga:

No te salves, no te guardes de la desgracia, ni temas por el futuro, ni hagas lo correcto. Mira que los años pasan y sobre nuestra piel las marcas de lo que no hicimos de lo que no nos atrevimos son las mas dolorosas. No te ampares en la razón, mira el abismo del tiempo y lánzate de brazos abierto a él, que tu vestido blanco ondea haciéndote más hermosa, como un ángel que aterriza en los parajes del cielo.
No busques lo que necesites, busca lo que mereces.

Asoma tu carita a la calle y míralos a todos, vaga un momento por la selva cemento y percátate de cuántos sueñan... todos somos prisioneros del tiempo y del espacio, la diferencia está en lo que hacemos a solas en nuestra prisión; unos sacan cuentas, otros anotan nombres, otros solo recuerdan, otros escriben canciones, otros solo miran el cerrojo que los guarda y en eso se les va la vida, otros sueñan...

Amiga, tu vida es una hoja, y en ella se han escrito milagros. Si ya viste el mundo es hora de verte a ti. Seca tus lágrimas para que puedas leer:

Eres mujer, eres vida, eres inteligencia, eres sentimiento, eres belleza. Y esas manos tuyas pueden trabajar por el mundo, pueden secar lágrimas y entrelazarse con otras manos que las merezcan. Eres mujer, eres calma, eres borrasca, eres templo, eres pasión. Y esos pies tuyos pueden ir no solo a buscar sino a encontrar, pueden ir donde quieras y dar marcha atrás. Eres mujer, eres madre, eres sabiduría, eres templanza. Y esos ojos tuyos –implacable hechizo- pueden mirar las estrellas, contemplar los abismos, amar sin palabras y llorar ríos. Amiga, eres tú, un milagro lleno de milagros, eres útero fértil para la dicha...


xxxx

Debes amar la arcilla que va en tus manos;
debes amar su arena hasta la locura,
y si no, no la emprendas, que será en vano:
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro.

Debes amar el tiempo de los intentos
debes amar la hora que nunca brilla
y si no, no pretendas tocar lo cierto:
sólo el amor engendra la maravilla
sólo el amor consigue encender lo muerto.

SÓLO EL AMOR – SILVIO RODRÍGUEZ

martes, 4 de mayo de 2010

Cuento tanto erótico como pornográfico / Marcos Winocur



Abrí la puerta sin previo aviso. Mi tía Eduviges estaba… y aquí el cuento se bifurca: esta tía estaba practicando el sexo oral con el jardinero, o bien: esta tía se la estaba chupando al jardinero. La primera versión es erótica, la segunda es porno, el lector elija. Prosigo con el cuento. Jaime, le dije al jardinero, cuando se desocupe, necesito hablar con usted. Y salí cerrando suavemente la puerta seguido de carcajadas. Una hora después, Jaime entraba a mi escritorio. Ah, sí, Jaime, pensándolo mejor, que las bugambilias vayan al frente de la casa y las margaritas a los costados. Como el señor lo disponga, y el jardinero se retiró cerrando suavemente la puerta.

lunes, 3 de mayo de 2010

de parte de juan rulfo


Chiquilla:

¿Sabes una cosa?

He llegado a saber, después de muchas vueltas, que tienes los ojos azucarados. Ayer nada menos soñé que te besaba los ojos, arribita de las pestañas, y resultó que la boca me supo a azúcar; ni mas ni menos, a esa azúcar que comemos robándonosla de la cocina, a escondidas de la mamá, cuando somos niños.

También he concluido por saber que los cachetitos, el derecho y el izquierdo, los dos, tienen sabor a durazno, quizá porque del corazón sube algo de ese sabor.

Bueno, la cosa es que, del modo que sea, ya no encuentro la hora de volverte a ver.

No me conformo, no; me desespero.

I am hurry because finished me the ink.


Juan Rulfo
(Aire en las colinas)

domingo, 18 de abril de 2010

poema / angel gonzález


¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano,
de corazón en corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-que importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

Angel González

ELLA... / juan l


Ella anuda hilos entre los hombres
y lleva de aquí para allá la mariposa profunda
-ala del paisaje y del alma de un país, con su polen...
Ella hace sensible el clima de los días, con su color y su
perfume...
a su pesar, muchas veces, como bajo un destino.
Testimonio involuntario, ella,
de un cierto estado de espíritu, de un cierto estado de las cosas,
en que la circunstancia da su hálito. ..
Pero se dirige siempre a un testigo invisible,
jugando naturalmente con la tierra y el ángel,
el infinito a su lado y el presente en el confín...
Mas es el don absoluto, y la ternura,
ella que es también el término supremo y la última esencia
con las melodías de los sentidos y los símbolos y las visiones y
los latidos
para el encuentro en los abismos...
Mas tiene cargo de almas, y es la comunicación,
el traspaso del ser, "como se da una flor", en el nivel de los
niños,
más allá de sí misma, en el olvido puro de ella misma...
Y no busca nunca, no, ella...
espera, espera toda desnuda, con la lámpara en la mano,
en el centro mismo de la noche...

Dos poesías a la muerte / Luis Viú


Cuando me llegue la muerte
vendrá tan lenta
que la sentiré
posarse a mi lado
e ir desgarrando mi vida,
o tan de prisa
que todo pasará
en un solo instante.
Cuando me llegue la muerte
vendrá en un día de invierno,
y será tan fría
que no tendré
más muertes;
o llegará en un día de verano
cuando el horizonte sea todo azul
y los pájaros canten en el cielo:
ese día me moriré con todas las alegrías.
Cuando me llegue la muerte
todo lo que soy vendrá conmigo:
mis sueños, mis trabajos
y un amor que no pasó
de ser un simple sueño.
Cuando me llegue la muerte
todo me será tan vano, ¡tan vano!
que todo lo que hice o no hice
no tendrá importancia.

Cuando me llegue la muerte
me reuniré con todos o con nadie.
Entonces pasaré a hacer
parte del eterno olvido.
Pequeña elegía a la muerte

(Para Jorge Mario, en su ausencia)
Nuestros muertos
no se van solos.
Se llevan,
nos arrebatan
todo lo que nos habían dado:
su tibieza,
su afecto,
su calor
y los momentos compartidos.
Todo,
todo lo envuelven
en su mundo de silencio ausente
dejando un vacío
tan profundo,
¡tan profundo¡
como la profundidad
del abismo eterno
de la muerte misma.
Y entonces en su lugar
sólo queda un silencio eterno,
un silencia hablando en silencio;
un silencio
que es más doloroso
y más amargo
que la muerte misma.


Publicado por ARGENPRESS

Conjura / Claribel Alegria


Desde tu ausencia
llamo
de tu exilio
desde este viento sur
que te convoca
y se asemeja a ti.

martes, 13 de abril de 2010

Morir por las ideas


Morir por las ideas, la idea es excelente
yo he estado a punto de morir por no haberla tenido,
pues todos los que la tenían, multitud agobiante,
ahuyando a la muerte, me han caído encima.
Ellos han sabido convencerme y mi musa insolente,
abjurando de sus errores, se ha unido a su fe
con un poco de reserva en todo caso:
Muramos por las ideas, de acuerdo, pero de muerte lenta,
de acuerdo, pero de muerte lenta.

Juzgando que no hay peligro en la tardanza,
vayamos hacia el otro mundo ganduleando por el camino,
pues, si forzamos la marcha, sucede que se muere
por unas ideas que no tienen futuro el día de mañana.
Y si hay una cosa amarga, desoladora
al entregar el alma a Dios, es darse cuenta
que hemos equivocado el camino, que nos hemos equivocado de idea:
Muramos por las ideas, de acuerdo, pero de una muerte lenta
de acuerdo, pero de una muerte lenta.

Los charlatanes que predican el martirio
normalmente, por otra parte, se rezagan aquí abajo.
Morir por las ideas, todo hay que decirlo,
es su razón de vivir, y no se privan de ello.
En casi todas partes se ve que superan
fácilmente a Matusalén en la longevidad,
y yo concluyo que ellos deben decirse, bajito:
“Muramos por las ideas, de acuerdo, pero de muerte lenta
de acuerdo, pero de muerte lenta”.

A las ideas que reclaman el cacareado sacrificio
las sectas de toda índole les ofrecen retahílas enteras
y la cuestión se plantea a la victimas novatas
morir por las ideas, esta bien, pero por cuál?
Y como todas se parecen entre sí
cuando las ve venir, con su gran bandera,
el sabio titubea y duda delante de la tumba.
Muramos por las ideas, de acuerdo, pero de muerte lenta
de acuerdo, pero de muerte lenta.

¡Y si aún bastasen algunas hecatombes
para que finalmente todo cambiase, finalmente todo se arreglase!
Después de tantas “grandes noches”(1), de tantas cabezas cortadas,
ya tendríamos el paraíso sobre la tierra.
Pero la edad de oro sin cesar se pospone,
los dioses tienen siempre sed, nunca tienen suficiente
y he aquí la muerte, la muerte que siempre vuelve a empezar...
Muramos por las ideas, de acuerdo, pero de muerte lenta
de acuerdo pero de muerte lenta.

Oh vosotros, los agitadores, oh vosotros los buenos apóstoles
morid, pues, los primeros, os cedemos el sitio.
Pero por favor, joder! dejad vivir a los demás!
La vida es casi el único lujo aquí abajo
pues, finalmente, la Muerte está siempre vigilante
y no es necesario ayudarle con la guadaña.
¡Basta de danzas macabras alrededor de los patíbulos!
Muramos por las ideas, de acuerdo, pero de muerte lenta,
de acuerdo pero de muerte lenta.



(1): Grands soirs: Revolución, movimiento social en el vocabulario de los anarquistas.

lunes, 22 de marzo de 2010

El credo del Che / Roque Dalton


El Ché Jesucristo
fue hecho prisionero
después de concluir su sermón en la montaña
(con fondo de tableteo de ametralladoras)
por rangers bolivianos y judíos
comandados por jefes yankees-romanos.
Lo condenaron los escribas y fariseos revisionistas
cuyo portavoz fue Caifás Monje
mientras Poncio Barrientos trataba de lavarse las manos
hablando en inglés militar
sobre las espaldas del pueblo que mascaba hojas de coca
sin siquiera tener la alternativa de un Barrabás
(Judas Iscariote fue de los que desertaron de la guerrilla
y enseñaron el camino a los rangers)
Después le colocaron a Cristo Guevara
una corona de espinas y una túnica de loco
y le colgaron un rótulo del pescuezo en son de burla
INRI: Instigador Natural de la Rebelión de los Infelices
Luego lo hicieron cargar su cruz encima de su asma
y lo crucificaron con ráfagas de M-2
y le cortaron la cabeza y las manos
y quemaron todo lo demás para que la ceniza
desapareciera con el viento
En vista de lo cual no le ha quedado al Ché otro camino
que el de resucitar
y quedarse a la izquierda de los hombres
exigiéndoles que apresuren el paso
por los siglos de los siglos
Amén.

Una vuelta mas / Rubén Goldín


Piazzola llora su musgo ciudadano
con humos de escape y olór a pizzeria
tantos domingos y tanta gente con ese sol ...

Con canillitas gritones y trenes horizontals,
los semaforos no saben de justicia
Huguito el solterón muere crucificado
en un radiador Toyota
y en los parques algunos padres
preocupados,
se pintan una risa de payaso,
para alegrar a sus hijos inocentes,
a sus hijos inocentes
y aquel sol de los heroes florece
en engaño un engaño de hamacas,
toboganes y pororó.
La poesia no la tiene Buenos Aires
sino los que la viven, la sufren y la gozan.

Valium 10 / Rosario Castellanos


A veces ( y no trates
de restarle importancia
diciendo que no ocurre con frecuencia)
se te quiebra la vara con que mides,
se te extravia la brujula
y ya no tienes nada.

El dia se convierte en una sucesion
de hechos incoherentes, de funciones
que vas desempeñando por inercia y por habito.

Y lo vives. Y dictas el oficio
a quienes corresponde. Y le das la clase
lo mismo a los alumnos inscritos que al oyente
Y en la noche redactas el texto que la imprenta
devorara mañana.
Y vigilas (oh, solo por encima)
la marcha de la casa, la perfecta
coordinacion de multiples programas
-porque el hijo mayor ya viste de etiqueta
para ir de chambelan a un baile de quince años
y el menor quiere ser futbolista y el de en medio
tiene un poster del Che junto a su tocadiscos.

Y repasas las cuentas del gasto y reflexionas
junto a la cocinera, sobre el costo
de la vida y el ars magna combinatoria
del que surge el menu posible y cotidiano.

Y aun tienes voluntad para desmaquillarte
y ponerte la crema nutritiva y aun leer
algunas lineas antes de consumir la lampara.

Y en la oscuridad, en el umbral del sueño,
echas de menos lo que se ha perdido:
el diamante de mas precio, la cata
de marear, el libro
con cien preguntas basicas (y sus correspondientes
respuestas) para un dialogo
elemental siquiera con la Esfinge.
Y tienes la penosa sensacion
de que en el crucigrama se deslizo una errata
que lo hace erresoluble.

Y deletreas el nombre del Caos. Y no puedes
dormir si no destapas
el frasco de pastillas y si no tragas una
en la que se condensa,
quimicamente pura, la ordenacion del mundo.

(1925-1974)

Madrugada / Alejandra Pizarnik





Desnudo soñado una noche solar.
He yacido días animales.
El viento y la lluvia me borraron
como a un fuego, como a un poema
escrito en un muro.

No tan alto / pablo neruda


De cuando en cuando y a lo lejos
Hay que darse un baño de tumba.
Sin duda todo está muy bien
y todo está muy mal, sin duda.
Van y vienen los pasajeros,
crecen los niños y las calles,
por fin compramos la guitarra
que lloraba sola en la tienda.
Todo está bien, todo está mal.
Las copas se llenan y vuelven
naturalmente a estar vacías
y a veces en la madrugada,
se mueren misteriosamente.
Las copas y los que bebieron.
Hemos crecido tanto que ahora
no saludamos al vecino
y tantas mujeres nos aman
que no sabemos cómo hacerlo.
¡Qué ropas hermosas llevamos!
Y ¡qué importantes opiniones!
Conocí a un hombre amarillo
que se creía anaranjado
y a un negro vestido de rubio.
Se ven y se ven tantas cosas.
Vi festejados los ladrones
por caballeros impecables,
y esto se pasaba en inglés.
Y vi a los honrados, hambrientos,
buscando pan en la basura.
Yo sé que no me cree nadie.
Pero lo he visto con mis ojos.
Hay que darse un baño de tumba
y desde la tierra cerrada
mirar hacia arriba el orgullo.
Entonces se aprende a medir.
Se aprende a hablar, se aprende a ser.
Tal vez no seremos tan locos,
tal vez no seremos tan cuerdos.
Aprenderemos a morir.
A ser barro, a no tener ojos.
A ser apellido olvidado.
Hay unos poetas tan grandes
que no caben en una puerta
y unos negociantes veloces
que no recuerdan la pobreza.
Hay mujeres que no entrarán
por el ojo de una cebolla
y hay tantas cosas, tantas cosas,
y así son, y así no serán.
Si quieren no me crean nada.
Sólo quise enseñarles algo.
Yo soy profesor de la vida,
vago estudiante de la muerte
y si lo que sé no les sirve
no he dicho nada, sino todo.

RECETA CORTA PARA ADUEÑARSE DEL FUTURO / Fernando Buen Abad Domínguez


I. Saque del olvido todas las utopías sueños y locuras
con que se inflaman las ganas de ser feliz.

II. Asómese a ver el amanecer con ojos nuevos y échele
una miradita al horizonte (ayuda mucho)

III. Ponga a remojar (durante tres noches de luna
llena y en lágrimas frescas) los cadáveres de las
frustraciones, las desesperanzas y las privaciones.

IV. Tire toda la ropa que esté impregnada de rutina.

V. Invite a vivir con usted 13 colores nuevos, 13
libros de poetas rebeldes y 13 perfumes hipnóticos.

VI. Acepte con la más íntima de las certezas que el
amor es posible y salvífico.

VII. Báñese con lociones magnéticas hasta que salga
luz por los poros y escriba todas las cartas que nunca
escribió diciendo lo que nunca dijo.

VIII. Dibuje tres mapas estelares con la geografía más
desconocida de su corazón.

IX. Déjese crecer en los sueños siete tréboles, nueve
puntos cardinales y trece barcos de cristal.

X. Pida a tres amigos verdaderos que no repitan el
discurso del patrón durante tres meses.

XI. Lleve con usted este recetario, bien zurcido en la
esperanza, durante tres meses.

XII. Mezcle todo lo anterior con una dosis generosa de
cosquillas.

XIII. Tómese a mañana, tarde y noche siempre en
compañía de música y baile.

Espere un tiempo prudente y luego tómese un caldo de
estrellas frescas. Los resultados son extraordinarios.
Deberá acostumbrarse a un cambio significativo en el
estado de su espíritu. No faltará quien diga que está
usted loca o loco. No se preocupe eso querrá decir que
va usted muy bien. Que llegó la cura.

Hombre que aprendió a ladrar / Mario Benedetti (Cuento)


Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar. No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar. ¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento? Ante sus amigos se autoflagelaba con humor: "La verdad es que ladro por no llorar". Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación.

¿Cómo amar entonces sin comunicarse?

Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo. A partir de ese día Raimundo y Leo se tendian, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre tenas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.

Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinás de mi forma de ladrar?". La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano."

Ojalá / mario benedetti


Ojalá está después del horizonte
pero hay otro al alcance de la mano
cuando uno tiene ganas de ser alguien
y sueña con no estar equivocado

dice ojalá sin mirarse al espejo
para no entristecerse con motivo
sin mendigar lo que no se consigue
y tampoco dar algo por perdido

ojalá conquistemos la razón
en el escándalo de la conciencia
y ejerzamos el derecho a la vida
de ojos abiertos o sin darnos cuenta

ojalá que las muertes del camino
no se nos cicatricen en el alma
y armemos el futuro aunque sepamos
que el fin está en la puerta de la casa

ojalá que en el cándido arrabal
o en cualquier recoveco del otoño
más que confiado y menos que exigente
nos espere el amor / el generoso

Mario Benedetti (de su último libro Testigo de uno mismo)

Por ahora me callo / mario benedetti


El mundo / cada vez más enigmático
me mira inmóvil desde sus cautelas /
siento que el marcapasos es mi árbol
y cobija latidos como alondras

estoy solo conmigo / cavilando
y repaso las sombras y los soles
también amaneceres y crepúsculos
que me dieron amparo y soledades

me pregunto desordenadamente
qué ceniza vendrá después del fuego /
he construido más de una paciencia
pero no puedo con mi incertidumbre

tengo las manos llenas de caricias
para sembrar en una carne fértil
y he hecho un pacto con mis esperanzas
para que nunca nos abandonemos

por ahora me callo / en el sigilo
me cercan más espantos que alborozos
y ya que los futuros se aproximan
juego con las certezas y las dudas

morir sin muerte es casi una osadía
que no puede invocarse así nomás
por eso yo prefiero ser discreto
vivir sin vida es menos pretencioso

Mario Benedetti (de su último libro Testigo de uno mismo)

La canción y el poema / Idea Vilariño



Hoy que el tiempo ya pasó,
hoy que ya pasó la vida,
hoy que me río si pienso,
hoy que olvidé aquellos días,
no sé por qué me despierto
algunas noches vacías
oyendo una voz que canta
y que, tal vez, es la mía.

Quisiera morir -ahora- de amor,
para que supieras
cómo y cuánto te quería,
quisiera morir, quisiera. de amor,
para que supieras.

Algunas noches de paz,
-si es que las hay todavía-
pasando como sin mí
por esas calles vacías,
entre la sombra acechante
y un triste olor de glicinas,
escucho una voz que canta
y que, tal vez, es la mía.

Quisiera morir -ahora- de amor,
para que supieras
cómo y cuánto te quería;
quisiera morir, quisiera. de amor,
para que supieras.

(1972)

 
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