lizabel mónica


CHILLIDOS
Lizabel Mónica

Chillidos:
[Pieza musical compuesta a base de palabras de la autora y los chillidos de cerdos en el momento de ser degollados. Y también de los chillidos-palabras de la autora.
La obra parte de la circunstancia de que la escritora viviera frente al matadero porcino. O de que los cerdos murieran frente a su edificio-vivienda.]

III
Pasaje del cerdo
Asomada.
Mi cabeza atisba por la ventana. Veo ciudadanos que deambulan la ciudad.
(Un anciano. Flaco, alto, planchados y desteñidos pantalones militares. Camina leyendo un periódico; bajo sombras rupestres de árboles plantados al borde de la acera.
En su brazo una bolsa característica para comprar víveres; andar lento y tambaleante.) Los ciudadanos. Van por las calles en bicicletas. Van por las calles en algunos pocos autos. Van por las calles a pie. Mi cabeza, asomada.
La bicicleta sale. De enfrente. De enfrente a mi ventana-cabeza. Hace un giro. Dobla, se incorpora. Un hombre anónimo (delgado, bigotes), lleva un cerdo que no chilla.
Cuelga una masa alargada y estrecha de carne roja. Blanda.
Es la larga lengua, del cerdo muerto.
La bicicleta se detiene para dejar pasar a una mujer que trae a su hijo de la mano. Luego continúa. Atisbo hasta que puedo el colgajo largo que se aleja por la calle. (Es cierto, no hay bulla ahora; he visto pasar el silencio.)
Entro.
Me siento a escribirlo.
Ya al final escucho algo que recuerda al chirrido de un cerdo. El sonido se acerca, pasa: bicicleta cuyo engranaje chillía, falto de grasa.
También, chirridos incesantes y atormentadores de parque infantil.
(Columpios de hierro.
Por un rato el chillido de algún cerdo alterna con columpios que se mecen.)

I
Cuello
chillidos de cerdos.
ahora, al escribir la frase "chillidos…" no los escucho;
alguien diría:
"para escribir sobre los chillidos del cerdo debes hacerlo mientras se oyen, mientras taladran tus oídos".
hay muchas formas de oír.
hay pocas formas de oír esas frases "que taladran mis oídos". no suenan para mis oídos.
los chillidos son…
aún cuando no se escuchan, aún cuando se oyen en la sensación
de un atolondramiento de palabras en la cabeza -la imagen de una maciza cabeza de cerdo por cuyas orejas brotaba (aunque ya seco) el hilo de sangre hasta el cuello extirpado, del extirpado cuerpo. sobre el manubrio de una bicicleta conducida por otro hombre anónimo sobre bicicleta anónima otra cabeza anónima de cerdo-.
los chillidos no martillan hacia dentro.
sino que están van.
en algún punto de la cabeza.
van están en ese punto.

II
Mujer sobre cartulina
torso de mujer con tirantes
en los hombros
delgados y tirantes
el cuello fino
–quiero decir estrecho, filoso en la cartulina-
luego un medio rostro ladeado en la cúspide del cuello
un rostro filo
–quiero decir estrecho,
finado-
medio rostro con boca pequeña roja
reluciente.
no es verdaderamente un torso
sino medio torso.
bajo el cuello completo, el principio de tirantes
el principio de hombros huesudos
-medio torso-;
bajo el cuello intacto, finado, el pintor obvió los huesos
que sobresalen
en la raíz del cuello femenino.
medio rostro con boca
cuello
medio torso
es una invitación del pintor
a la obra expuesta
en alguna sala
-cartulina flexible que uso de marcador
para mi libro-que-dejo-cuando-el-chillido-de-cerdo-acontece;
pienso que es evidente
hay algún
matadero
frente a mi ventana.

S/T

des nuda, más que dios la cabeza
todo el peso está en las comisuras.

S/T

Titilaba. Rompía;
Y ella entraba radiante y lo jodía todo con un bostezo del carajo… colmados los brazos de cortinas.
[Desatentos, todos los detalles se desgajaban.]
Estábamos allí, sí; ella, ella, ella, el ello, ellas.
Había música melosa y humedad de salitre en los oídos. Y mis oídos gorjeaban por el empaste arrastre de mugre interna en el oído de otro,
tan cerca mío, como montaña de hollín y malteada que se enciman,
dando tumbos mi pobre noche escueta.
--Sal de ahí.
Dijo uno de nosotros incontrolando situación de sobre mesa. Uno por uno, todos habríamos de pasar por el mantel, por eso, por el ojo
Las carnes bamboleantes, Las carnes idas y el rostro cubre huesos, habría que observarlo todo, disecciones afuera, como si se tratara de uno mismo y nunca de lo propio.
Hubo un olor.
Hubo un olor.
Hubo un olor.
Éramos tres y la éramos tres hubo un olor a costra, a sangre en menstruo (Nadie dijo alguna vez que nunca habría de concebir hijo en útero, pero tampoco dejó ver que allí había menstruo, menstruo) no a sangre sino a piernas, piernas con bellos, piernas de mujer con bellos de mujer.
Pero lamíamos y lamíamos y probábamos poco. Un adormecimiento paladar ante el regusto concedido de lo que ha recibido poco nombre. Todos cuerpos, ni una sola desnudez, toda grasa en el dorso de la mano; ni que un solo ovario supurante anhelante, tod tod tod cazando mustio el cerebro: psiques degolladas: expulsión: pieles ausentes. Tanta ansia de tocarnos y no sabíamos para qué aunque vivíamos el cuándo y el imperativo de la sed y el imperativo arrancarnos --ayudarnos a arrancarnos-- ayudarnos, el espejo
(la inversión, la sodomía, la mano izquierda la mano la derecha, la sexo masculina sexo fémino, el teto seno libre pectoral informe, las glándulas cojonudas glándulas mamarias y la punta de semen a chorros de entre el labios y pliegues inviolables ojos vidrio

La hoja de otoño

Pálido, del otoño.
(Grave)
De ensueños.
Debajo la calidez que se deshizo en las aguas. Pálida luz.
Reflejada en la tersura de tus cortinas. Como oculta tu espejo días murientes. Pálido, que antecede al invierno.
Dejado en la afonía del vocerío de hojas secas el crujido.
Como si vida y muerte en un instante... Hojas verdes.
Como si hubiera agua en las venas de la hoja seca. Como si hubiera venas en la hoja: seca.

Muñequitos

Muñequitos: de cartón al fondo. Y la tapia de luz artificial sobre los pasos de todos.
De ambos grupos. Muñequitos de zigzag, desaliñados y en parálisis: inmovilidad de vientres y de rostros sin dibujar. Sin dibujar. Caras-rostros de nada. Cero. Nada dentro de cara. Círculo. Rostro. De círculo-cara sin trazos. Muñe.

(Él, sin embargo, camina y sus pasos, son removidos por el reflector, entre ambos grupos.
Por encima de.
Así, así.)

Detenidos muñequitos, en pared acartonada y limpia.
Y tosca y límite. Allá y fondo. Él camina y sus pasos. Hacia la pared es el género. Es. Él. Género. O.

Muñe.

Estampados en fondo. A perfiles de cuerpo. Que simulan rastrillar. Un
Espacio. In posible.

Él va. (Y la luz.) Artificial, remueve sus pasos de saco gris, gris severo, sobriedad y estirado. Por plancha usada sobre superficie gris.

Es el hombre y el género. Y es el gris. Y es el género, superficie-tela estirada por uso de plancha sobre gris. Es grande. (Muñe.) Y la camisa blanca bajo el saco y cuyo extremo ocultan pantalones apenas. Se ve.
Muñido, muñe, muñón; género: camisa.

Toallas

Las toallas blancas, las rocas ríspidas, las toallas rocas,
las toallas salientes, las toallas encallantes;
la tibieza límpida del patio (tras toallas rocas) y su claridad rigurosa
felpa blanquísima.

Miro desde dentro,
una de las toallas es mía.

hasta morirla

A Nailé

Marañana.
Una marañana,
Una marañana lisa y de domingo
El roñostro ticuestre de una
Carne
En la marañana tiesa y cubierta de descúbritos androgimos

Este último verso una crisálida Que fuga
Hasta la pared Aquel hueco nominable De yeso y restos, Deshechos Y
contenedores, Piernas, ojos
y yemas podómetras giros a medianitud-

Lo parpared palpable mórbido
Concomitantes signos en ondas descompuestas
Tiras de
Carne

Anexos
Sus pistilos contráctiles

Sus tierra adentro
Sus cabeza abajo en huella

De una flor
No arriba
Sino
En huella
Dentro de la raíz de sombra
Bajo adentro
Tierra adentro

Foso inmerso finitos toda
Boca
Todo monto poroso
Gorgóneo y colomo brote
Cristaliza
Lo mórbido palpable

--Asebia de la mañana lisa--
Erecto
Terco
Lacra de interinos centros
Germen a sorbos de internieblas
En esterilidad
Hasta exhalar la tierra

hasta ingerir la tierra

--Impacto del pasmos de mancuerda Baja
Esté la llaga estar Cualquier ego de sangre microazar
sapiensa
sepiensa
A cruces
La sed de sed sectarias--

Toda boca
Lo mórbido palpable, concoide
Las tensas sendas
Los reflujos
Lolaslos de la carne
Sinúflagas de estera (de la cocina sin mesachiquita de café o las
metonimias
por años de casados)

Toda boca

pestillos táctiles lenguiformes
Y fértidos
Su mosto alul vetado
A cada honda,

Hace que la vena alucine sangre en todo vaciado
Por somlocuas noches de alcanfor
croar vértigos intrahumanoides

morder estar en la llaga
Sudante pulso es pasmo de rojo
Rostros de mancuerda (más cuerda)

en la piedra bajo el agua

Más cuerda, más cuerda, más cuerda
Todavía más
Rostros arrastrando
El cosmogozo
El ver del ser poroso torso de finitos abrazos

Toda boca
El amor terco a todo
Lacra
Lo tanto

--Gorgóneo soliloquio de cabrilla
Sacrificio de centro
costraeje
Hasta exhalar Ululas de interbrillos fijos
Hasta exhalar la tierra--

Multillamas lenguas
Excreencias
Axilas
Bultos
Lodo
Sesca
Mies corriente

Descalsado

Huesos cogirantes

Desagües no menos que otros

Hasta
El destiempo
Hasta
El destente neutro
Hasta morirla


(fotos y texto tomados de revista esquife)

viernes, 6 de junio de 2008

mariano schuster


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
Mariano Schuster*

HUIDA

Él se retiraba del bar
casi a las siete
tras el ultimo trago
creyendo llevar
con él
el mundo

y el no sabía que ella
lo observaba tras la barra
con los ojos cansados
imaginando palabras
XXXXXXdelirantes con que arroparse
sintiendo que él
no volvería a entrar,
despiadadamente
pluma y papel en mano
por otro whisky
y que también su mundo
se retiraba
por la puerta
cada mañana
a las siete,
o casi.

MISTERIO

misterio es un hombre
buscando hormigueros,

misterio
es tu nombre
en el mundo,
es la mirada
que cuelga en tus parpados
desde la ilusión
donde medita la sonrisa,
es la plaza desierta
donde volverse noche,
es la imagen
de un pequeño
pájaro en celo

misterio es el tiempo escondido,
un suspiro
que va llegando a mis manos

misterio es evidencia
fatalmente vacilada.



BERTOLT BRECHT
in memoriam

Perdón
dice
desde la ventana
Perdón,
por esas
edades oscuras
pero no pudimos
nosotros, que quisimos
ser amables
Pudimos,
en cambio
ser valientes
pero eran
le he dicho
edades oscuras
tan oscuras
que tampoco
nos lo permitieron.

LA BELLEZA

Una noche, senté a la belleza en mis rodillas.
Y la encontré amarga. Y la injurié.
A. Rimbaud

Yo te andaba buscando
por los caminos evidentes
de este mundo
a través del orden, las sonrisas
entre la lluvia
que sonaba
como las danzas de Bartok
junto a las flores, el oro,
los collares
Yo te andaba buscando

Te andaba buscando
también para injuriarte
como a las páginas blancas
de un libro nuevo
que nadie leyó
como a un amante perfecto
sin arrugas
Para eso
yo te andaba buscando

Te andaba buscando
sin encontrarte
a contramano
del tiempo
desde mi mirada caída
con la humillante certeza
de todo lo que no fui

Para encontrarte amarga
yo te andaba buscando
en los sitios ordinarios
sin saber
que te encontrabas
perdida pero bella
en el desorden
de los bares y el humo
entre los últimos ruidos de la noche
junto a los borrachos
hincados de rodillas
escupiendo dolores
dejando caer
un imperio de cenizas
sobre tus pies

Yo te andaba buscando
para verte finalmente
acurrucada
tras la barra
esbozando una lágrima tibia
prendida de recuerdos
de esos tiempos bellos
que vos también
cansada
andabas buscando



ESCENOGRAFÍA DE UNA SEÑORITA

Tomarla de la mano
cuando la luz se apaga
Fingir llorar
en la escena mas triste

Olvidar a los de atrás
y de adelante
Mirarla cada tanto
de reojo
pero fijo

Esperar el final
para besarla
e invitarle un café
o una cerveza
Llevarla a la cama
y despedirse
no sin antes
saborear nuevamente
el gusto amargo
de la primera escena
en que le entregamos
los malditos dólares
que exige
para la sesión de teatro.

VOLAR, VOLAR

Pájaro volando,
vidas exiliadas dentro de una frazada
una ciudad descansando sobre cenizas
misterios que caen
desde nuestros pesados gestos
cuando gritamos
cuando respiramos
cuando deseamos algo más
que una suave mirada
imaginada en blanco,
y el pájaro sigue continúa su vuelo
en nuestras eternas cabezas
mientras alguien espera
algún sonido
que le devuelva la magia
que hipotecó en silencio
fantaseando
con todos los mártires
acorralados de penas
cuando brindaba
por la mejor ubicación del infierno
y el pájaro levanta las alas grises
pintando el espacio
ante nuestras miradas perdidas
y ella recuerda los ojos
de aquel borracho
alumbrado por estrellas
sentado a los pies
de la última estrella
quitándose la piel con la mano izquierda
y tapando el llanto
con la mano derecha
y el pájaro sigue su curso
e imaginamos la cara de Dios
cuando nos observa en los sueños
mientras rezamos
desde todas nuestras angustias
a una libertad enloquecida
que se llena de fiebre
para dejarnos festivos
en un camino inquieto
y el pájaro vuela
dentro de nuestros oídos
y comenzamos a creer
en algo más
que en tristes días sin fin
saboreando nuestros cuerpos
y nos confundimos
con hombres y mujeres
que conquistaron la formula
para no morir de pena
y el pájaro sigue volando
y maldecimos
todas las grandes mentiras
que creímos ciertas
entre extrañas luces
e imaginamos a cientos de piratas
junto a las más bellas mujeres
entregándose al vino
pero el pájaro sigue volando
sobre nuestros agrios rostros
cansados de esperar
a la mujer
que nos despierte el impulso
de acorralar a los marinos
que hicieron del amor
moneda de cambio
pensando que alguien
en el horizonte
pretende comprender
esta desgracia demente
borracha de ciudad
que intenta ser tan sólo
el preludio de una muerte fresca
imaginada sin las arrugas
que carcomieron
a todos los cansados amantes
que olvidaron
las más hermosas palabras
para entregarse
a esta lluvia que quema los ojos
mientras aún quedaba
la pequeña pluma de un pájaro
volando sobre sus cabezas.



HUESOS Y HUELLAS

Los sueños las historias las palabras los misterios
y el alimento de los poetas
Una sonrisa cae
despacio sobre el vacío
Las pieles los tiempos las fiestas las miradas
y los ojos secos
Los renglones las letras las ojeras
y la cabeza girando por la tierra

La muerte está en estado de coma

*Mariano Schuster (Buenos Aires, 1985). Perteneció al Taller Literario "Desasosiego". Ha realizado talleres y seminarios de poesía y escritura creativa de forma independiente. Ha publicado en revistas nacionales y extranjeras tales como Resonancias, Lakuma Pusaki y Remolinos. Actualmente dirige la revista literaria "Pájaros en la cabeza".



(textos y fotos tomados de la revista esquife)

coppola...

"Cuando John Milius escribió el guión (de Apocalypse Now), esta frase fue muy importante para él: "Les enseñamos a los jóvenes a bombardear hogares pero no les permitimos escribir la palabra fuck en el fuselaje de sus aviones." Sólo una concepción errónea de la moral explica que las guerras sean posibles."

Francis Ford Coppola
Film Comment / Diario Crítica, 22/03/08

jueves, 5 de junio de 2008

el trovador...

aún no entiendo cómo pude resistirme a su encanto...

jueves 11 de febrero de 2005

...qué frío!!
pero qué rico, después de mucho tiempo mis letras ante tus ojos.. qué te diré!

ojalá todo fuera así.. tan de mis manos a tu mirada..
tan de mi alma a la tuya,
ojalá pudiera llenarte de papel y tinta y de archivos...
más aún, ojalá pidiera escribir sobre tu piel...

qué cómodo y confortable es esto...
mi rasgo natural ante tu mirada de sorgilegio,
esa que me tiene allá lejos, a kilómetros de este papel amándote a rabiar...

"distancia no es cuán lejos estemos,
distancia es si no volvemos...."

tu trovador...

el freddy...

Freddy Peñafiel Larrea
(Ecuador)


lunes

amaneces
se agolpa el sueño debajo de las almohadas
tu gata se pasea debajo de la cama
moviendo las últimas motas de polvo que no despiertan aún

suena el despertador
las nubes empiezan a desperezarse
relamiéndose los bigotes
rayitos de sol se cuelan por los intersticios de la cortina

una vuelta más
buscando que al otro lado de la cama
todavía sea domingo


martes

acabas de conciliar el sueño
y ya ladran los gallos del barrio vecino
truenan puertas
últimos recuerdos de sueños que se van en desbandada
no puedes asir un sólo recuerdo concreto
y paseas por todos los sueños del mundo
buscando el tuyo de este amanecer de día martes

la televisión se enciende sola
como si quisiera ella verte dormir y despertar de mal genio


la sábana se hace a un lado para que tu cuerpo reciba la luz de un noticiero
lleno de sangre que te obliga a despertar
a hacer los ejercicios de la mañana
y a cambiar de canal

en el otro, todavía no amanece…


miércoles

la semana se parte en dos
parece tan lejano el fin de semana
y tan cercana la posibilidad de seguir durmiendo

el silencio del barrio asusta
y te despiertas mil veces a comprobar que sigues en el mismo lugar en el que empezaste
este viaje por la noche

revisas tu cuerpo
tus manos
tus orejas
los abrazos
cada espacio de tiempo en su lugar
cada acople es perfecto
el espacio de silencio entre dos cuerpos desparece
sólo cabe el suspiro de un alfiler
por fin encuentras la respiración exacta
y amanece


jueves

la poesía de la noche anterior sigue dando vueltas en la cabeza
las ganas de amanecer poeta
de soplar y hacer versos
de viajar
de poder llevar a tu mujer a recorrer el mundo
sentaditos en el lomo de un colibrí incansable
las ganas de comparte zapatos nuevos para que ninguna pared pueda detenerlos
la necesidad de inventar un mejor universo
y de repente lo recuerdas todo…
el universo es mejor con un jugo de toronja
te levantas
y lo exprimes
la vida sigue


viernes

se acerca el fin del mundo
es curioso como al llegar a la orilla
los brazos se acalambran
el aire se resiste a entrar en los pulmones
el cuerpo no quiere dejar de ser parte de la cama
y volverse aire
tierra y vida

el cuerpo se aferra al sueño
como si fuera la última morada en que le es permitido ser feliz
el cuerpo se desliza
trata de estirar las uñas para sostenerse de las paredes
se enreda en los cables del control remoto
tropieza con sus propia sombra
esquiva la puerta del cuarto
y tus carteras

la vida espera
es viernes
casi llegamos…
viajar por los días
viajar por el tiempo
un tranvía que nos lleva hacia el fin de cada tiempo
un tiempo

declaración de amor con pata de palo / freddy peñafiel

Declaración de amor con pata de palo
por Freddy Peñafiel Larrea


yo
pirata solitario
con pocos pelos en la lengua
y luenga barba
con cabellos enredados
una pata de palo
lentes para ver un mundo que no me gusta,
esta mañana
bajo un eclipse de luna
declaro :

que a la bodega de vinos de mi barco mayor de pirata
le faltan botellas que guarden tus besos
durante la noche

que a la bodega donde están los tesoros robados
a otros piratas más despistados
le faltan tus abrazos
una mirada atrevida
tu sonrisa

que a la bodega donde guardo mi corazón
le falta el pedazo que te llevaste
jugando a las escondidas
dentro de tu oreja

que a la bodega de la música
le falta la que bailé contigo
que en la bodega donde tengo
junto a la proa
el mapa del futuro
estás impresa como puerto de llegada
con mis miedos por testigos
pongo en esta hoguera de silencio
mi pata de palo
el único ojo de vidrio que me queda
mi luenga barba
cabellos enredados
para hacerte señales de humo enamorado
y que vengas a dormir
en mi camarote de sirenas atrapadas
donde siempre el mejor lugar
es para ti....

(último eclipse de luna del siglo)

el agus..

quizá este es uno de los más bellos poemas que he leído en mi vida... el agus vive en algún lugar de uruguay y hace años que no sé de él..
si alguien lo conoce (agustín reyes morel) por favor, díganle, que más de una vez salió en el cielo el arcoiris, pero ninguno ha sido tan bello, como el que saldrá el día en que nos demos un abrazo....

FELIPE:

Esto es más una recomendación, o una plegaria, que una carta.
Cuando tengas edad para leerla, tendrás edad también para preguntar.
Los enanos como tú son de lo más ocurridos.
Yo conozco un enano que me preguntó una vez si me dejaba la barba para poder tomar vino, porque su padre le había dicho: "¡Sólo vas a tomar vino cuando tengas barba!".
También soy amigo de una enana que me preguntó a dónde iban las hormigas cuando se las pisaba. Yo le respondí: "Al cielo".
Ahora cada vez que está conmigo y pisa una hormiga, mira al cielo y me dice: "Mira, allá va mi hormiguita": Por eso sé que ustedes preguntan mucho.
Así que cuando leas esto (o te lean esto) ya sabrás preguntar.
Y algunas de tus preguntas volverán loca a tu madre.
Mirará fijo al techo, como diciendo "de dónde saca este enano las preguntas", y te responderá que cuando seas grande lo vas a entender.
Pero los enanos como tú (o como yo) queremos saber las cosas ahora.
Otras veces, tus preguntas la harán ponerse triste o seria (como cuando tú te lastimas y quieres ocultar las lágrimas).
Y a veces en vez de responderte te abrazará o te dará un beso.
Pero y creo, Felipe, que cuando llegue el momento ella se sentará a tu lado y te dirá todo lo que deseas saber, porque ella te quiere muchísimo.
Cuando esto suceda, estoy casi seguro, ella llorará un poquito. No te asustes, ni te pongas triste: esas gotitas de agua son por la inmensa alegría de tenerte a su lado. Si llora (porque a veces los grandes también tienen que llorar) acércate a ella y dale el beso más grande de tu vida. Y dile que te cuente qué le pasó la primera vez que te vio, cuando eras más enano que ahora (aunque no lo creas) y te movías despacio en su panza. Tal vez suceda algo más extraño taodavía: llorará y reirá al mismo tiempo (como cuando llueve y sale el sol). Si te acuerdas y si no es muy difícil repetirlo dile esto: "Cuando una mamá ríe y llora asoma en el cielo el arcoiris".
Felipe, ahora hablando de hombre a hombre: eres uno de los enanos más afortunados de la tierra. ¿Por qué? porque a tu lado está la mamá más especial y más amorosa. Cuídala mucho, tú eres "el enano de la casa", y tienes que saber que "los enanos de la casa" cuidan siempre, y con todo el corazón, a sus madres.
Ojalá que algún día nos encontremos.
Ese día, también, estará en el cielo el más brillante y hermoso arcoiris....

Agus...

me mata siempre...

ME MATA SIEMPRE

Vigila la dirección de mis travesías
aprisiona el aire que respiro
llena de sombras mi garganta
crucifica mi cuerpo
clava mis manos y mis pies
se baña en mi sangre derramada
se pega como costra a mi piel
me vacía hasta los huesos
delira en mis noches
atormenta mis insomnios
acribilla mi corazón
vuelve polvo las cosas que toco
desparrama mis lágrimas
revolotea siempre
pinta de carbón el alba
camina sobre mis andamios
revive mi tristeza
cubre de arena el paisaje
come mis alas entumecidas
despedaza mis gestos
castiga mis nostalgias
me cubre de ceniza
me mata siempre
me lleva de bruces
me lame con su lengua amarga
se descobija en mi dolor
me sepulta,
tapona mis pupilas
me deja tendido
me cubre de arena
soy su cadáver favorito.

Victorio Suárez.

miércoles, 4 de junio de 2008

de mi duende...

4 de Junio de 2008


Matemáticamente insuficiente,
implacablemente fungible,volátil,
se me va por las esquinas de esta casa,
por los pasillos,abre las puertas y ventanas
y desaparece cual si se tratara de un espectro.


Me mira distante,indiferente,
le importo tanto como la vida de una ostra,
no pregunta,no da respuestas,
no se percibe,no huele,no usa ropas,
vive en el viento,las nubes,en el agua.

Me escasea,me pesa,me abruma,
en su búsqueda inventamos el reloj,
los horarios,la desidia,las prisas,
es un monstruo rebelde inasible,
gigante inalcanzable,solitario.

Me pesa esta simulada quietud,
todo me pide calma,calma,pero noto
la latitud volcánica que lo habita
los arrebatos,la tormenta,el abismo
que esconde en sus costados.
.

Mil máscaras y apellidos,
miles de adjetivos,sustantivos,
verbos que le definen,le acotan,
múltiples inventos de uno mismo
que se reflejan en su invisible faz.

Fantasma que se escabulle
como el humo de un cigarro,
fuego y ceniza,ángel y diablo
que nos atenaza,nos libera
y nos oprime en el azar y en el destino.

Es hora de decidir qué sueños
no van a cumplirse,
qué sueños serán pasto de su paso alado,
qué sueños deberán ser abandonados
al anonimato de lo imposible.

Es hora de medir la capacidad
de conquistar el filo de la piedra,
enfrentarnos al primitivismo del fuego,
tallar el calendario de la siembra
en el alma de un caballo imaginado.


Es hora de decidir qué sueños dependen
del devenir de las manos,del beso
de esta dura mujer que quiero y amo,
de la estatura de esta niña con alas,
del levantarse y caminar y caminar.


El tiempo,el tiempo,el tiempo,
se esfuma,se agota,se consume,
irradia la belleza de lo perecedero
y socava la razón de quienes
solo esperan y esperan y esperan.

El tiempo me enseñó sus costados,
sus erizados miedos,su fe,su ira,
sus disfraces,sus quimeras,su fiesta,
la edad del fuego,el filo de la muerte,
el precio de la libertad,la esperanza.

Y solo tengo vida para pagar sus enseñanzas,
vida limitada,vida acosada por la vida,
sin otro fin que comerse el tiempo
tras las esquinas,las ventanas y puertas,
tras los caminos, tras los sueños que declinan,
tras los sueños que viven,mueren y se sueñan.
alberto montoya...

víctor manuel...

La poesía no esta hecha solo de palabras,
inescrutables versos,
sino que hay hechos sustanciales, de vida,
que se hacen poesía.
Porque la musa entera se conforma
con infimos detalles
de algun día.

No hay nada más hermoso y cierto
como esta verdad que nos enseña
- con amplio resplandor de cielo abierto -
el viaje citadino, que reseña
con fotos que demuestran el vaiven
de los rieles surcados,
por las ruedas del bien
con el amor a bordo
en el vagón de un tren!


Victor Manuel
dom, 01/06/2008 pm

martes, 3 de junio de 2008

sugerencia...

DINA POSADA.
(El Salvador)


SUGERENCIA

Toma
el sendero
que separa mis senos
resbala
tu antojo
por el
contorno
de
mis
caderas
ágil
recio
hasta que el gusto
te mire con dolor
y te sonría el dolor
lamiéndose de gusto

S
e
s
g
a
tu rumbo
hacia el
centro

sigue
pendiente
abajo

y cuando el jugo del instinto
anuncie mi locura
-Cazador-
escamotea y penetra al fondo

muy al fondo de la cueva

donde mi género
levanta la especie
y sostiene la esperanza.

LUJURIA CELESTIAL

LUJURIA CELESTIAL

Las madrugadas que nos juntan
encierran
desaforados ritos encendidos
tanto
que hasta el mismo cielo
se viene a pique
para encarnarse en las borrascas
del mismo infierno

gitana / dina posada

GITANA
dina posada

Curiosa me inclino
para leer tu sexo

y auguro

el gozoso porvenir
que te aguarda

ella..

mi dino dijo:

Vuelve a colarse el frío
por este remiendo viejo
que llevo en la memoria

propósito / dina posada

PROPÓSITO (Dina Posada)

Cuando la tarde me entregue
la noche
hincaré mi deseo
en la fibra que te hace temblar
Mi quemante
obsesión
se
escurrirá
en
el
caracol
de
tu
oreja

Seré la esencia de tus impulsos
la espuela
la gota que sofoca
la bocanada de ebrias ideas
el deterioro de tu mesura

Derritiendo la sombra
en rosario de besos discutidos
contigo inventaré trucos
para enlazar
sudor
saliva
sustancia

En el amplio muelle de mis piernas
anclará tu barco
sus inquietudes más escondidas

y ahí pernoctará
esperando cobijo y calor
y otra vez ...

lunes, 2 de junio de 2008

beso III

BESO III
dina posada

Caótico preludio
quemando voces
opacando voluntades
a la vez que dos lenguas en pacto
remueven hondo combate ..

beso I

BESO I
dina posada

La idea más gustada
se esconde
detrás de mis labios
para que tu lengua
le dé alcance
alzando la confusa sensación
de una alianza recién abierta ...

cómplices...

Delia Domínguez
Los cómplices


Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada,
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los
malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso
no necesita escribirse.

A Jossie le fascina el viento...

El pasado año, esta tropera antártica, mandó una foto impresionada por el viento. Vinieron unos versos inconclusos, que he intentado acotejar un poco ahora, pero para que no queden como las palabras no dichas, ahí se los mando.

slds,
J.C.



A Jossie le fascina el viento...

A Jossie le fascina el viento
sobre todo, cuando acaricia su cara
y juguetea con su pelo
y la
visita en su casa.

Ese viento tan travieso
que se esconde de su
mirada
y aparece a destiempo
y también, cuando ella lo llama.

Berlín, 14 de diciembre 2007

domingo, 1 de junio de 2008

PIEDRITAS EN LA VENTANA

PIEDRITAS EN LA VENTANA

De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos
está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.

MARIO BENEDETTI

MI AMOR POR TI

MI AMOR POR TI

Mi amor por ti es mucho más que amor,
es algo que se amasa día a día,
es proyectar tu sombra junto a mí,
hacer con ellas una sola vida.
Las miradas que ya al conocer
se hablan entre sí en la distancia,
no hacen falta palabras...qué más da!
si ya interpretamos lo que claman.
Los mil detalles que tienes tú por mí,
mi descaro al advertir en lo que fallas,
el sincerarme cuando hay que decir
lo que sinceramente no se calla.
Mi amor por ti es mucho más que amor.
Mi amor por ti es como una nevada,
un torrente de luz, algo tan bello...
como ponerse el sol o amanecer el alba.

Roque Dalton

IX. Poema de amor

IX. Poema de amor

Los que ampliaron el Canal de Panamá
(y fueron clasificados como "silver roll" y no como "gold roll"),
los que repararon la flota del Pacífico
en las bases de California,
los que se pudrieron en la cárceles de Guatemala,
México, Honduras, Nicaragua,
por ladrones, por contrabandistas, por estafadores,
por hambrientos,
los siempre sospechosos de todo
("me permito remitirle al interfecto
por esquinero sospechoso
y con el agravante de ser salvadoreño"),
las que llenaron los bares y los burdeles
de todos los puertos y las capitales de la zona
("La gruta azul", "El Calzoncito", "Happyland"),
los sembradores de maíz en plena selva extranjera,
los reyes de la página roja,
los que nunca sabe nadie de dónde son,
los mejores artesanos del mundo,
los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera,
los que murieron de paludismo
o de las picadas del escorpión o de la barba amarilla
en el infierno de las bananeras,
los que lloraran borrachos por el himno nacional
bajo el ciclón del Pacífico o la nieve del norte,
los arrimados, los mendigos, los marihuaneros,
los guanacos hijos de la gran puta,
los que apenitas pudieron regresar,
los que tuvieron un poco más de suerte,
los eternos indocumentados,
los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo,
los primeros en sacar el cuchillo,
los tristes más tristes del mundo,
mis compatriotas,
mis hermanos.

XVI. Poema

Las leyes son para que las cumplan
los pobres.
Las leyes son hechas por los ricos
para poner un poco de orden a la explotación.
Los pobres son los únicos cumplidores de leyes
de la historia.
Cuando los pobres hagan las leyes
ya no habrá ricos.

Roque Dalton
(El Salvador, 1935-1975)
Las historias prohibidas del pulgarcito (1974)

COMO TÚ

COMO TÚ

Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.

También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.

Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.

Roque Dalton

OLIVERIO GIRONDO

OLIVERIO GIRONDO (Argentina, 1891 - 1967)



*****

No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! - y en esto soy irreductible – no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretenden seducirme!
Esta fue - y no otra – la razón de que me enamorase tan locamente, de María Luisa.
¿Que me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Que me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con que impaciencia yo esperaba que volviese, volando de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera... aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en conseguirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando
--

Hasta Cuándo (Victor Valera Mora)

Hasta Cuándo (Victor Valera Mora)

Hasta cuándo seguir gritando a esta gente que el rey y la reina yacen bajo tierra
Hasta cuándo seguir gritando que no cedo en hipoteca mis sueños
Hasta cuándo seguir gritando que soy incorregible
Hasta cuando seguir gritando que no reniego de mis actos
Hasta cuándo seguir gritando que nada de lo que no tengo está en venta ni quiero que ningún imbécil corte la soga
Hasta cuándo seguir gritando que cumplo mis deberes en la tormenta
Hasta cuando seguir gritando que no exijo futuro
Hasta cuándo seguir gritando a esta gente que me son despreciables
Hasta cuándo seguir gritando que estoy con los que no tienen razón porque la tienen a mares llenos
Hasta cuándo seguir gritando que jamás abandonaré mi capa de insurgente

Hasta cuándo...
... si desde siempre mis cartas están sobre la mesa

UNA MUJER ESCRIBE ESTE POEMA

Carilda Oliver Labra
UNA MUJER ESCRIBE ESTE POEMA

Una mujer escribe este poema
donde pueda
a cualquier hora de un día que no importa
en el siglo de la avitaminosis
y la cosmonáutica
tristeza deseo no sabe qué
esperando la bayoneta o el bús
una mujer escribe este poema
sin atributos
a desverguenza y dentellada
fogosa inalterable arrepentida pudriéndose
caemos por turno frente a las estrellas
todos tenemos que morir
no hay nada más ilustre que la sangre
una mujer escribe este poema
qué estúpida la vida que divide sol de sombra
el crepúsculo pasa
acumulándose al final de las azoteas
supimos de pronto de una trombosis coronaria
existes soledad
sonó una bomba
vean si se han roto los lentes de contacto
una mujer escribe este poema
separa quince pesos para el alquiler
mi amigo viejo
se desprende del mediodía por la próstata
bailamos
sigue la preparación combativa
no pasarán
una mujer escribe este poema
como quien ha perdido el tiempo para siempre
creo en el corazón de Denise Darval
hemos ganado porque morimos muchas veces
parece que tengo un derrame de sinovia
no hay tiempo para la poesía
de veras que los frijoles se han demorado en hervir
te juro que mañana presentaré el divorcio
una mujer escribe este poema
como hay fantasmas a las siete en mi pecho
v entablillé una rama a la areca que está triste
mamá tú no sabes la falta que me haces
si suena la alarma áerea
recojan a los niños que duermen en la cuna
voy a guardar este retrato del Ché
como calló el canario traje un tenor a casa
una mujer escribe este poema
cargada de ultimátums
de pólvora
de rimmel
verde contemporánea lela
entre el uranio
y
el cobalto
trébol de la esperanza
convalesciente de amor
tramposa hasta el éxtasis
tonta como balada
neurótica
metiendo sueños en una alcancía
ninfa del trauma
jugando a no perder la luz en el último tute
una mujer escribe este poema

TE BORRARE

CARILDA OLIVER LABRA

TE BORRARE

Te borraré con una esponja de vinagre,
con un poco de asco.
Te borraré con una lágrima importante
o con un gesto de descaro.

Te borraré leyendo metafísica,
con un telefonazo o los saludos
que doy a la ceniza;
con una tos o un cárdeno minuto.

Te borraré con el vino de los locos,
sacándome estos ojos;
con un varón metido aquí en mi tumba.

Te borraré con juegos inocentes,
con la vida o la muerte;
¡aunque me vuelva monja o me haga puta!

Oh ligarquía...

OH LIGARQUIA

Dedicado al núcleo de la clase interna lacayo-dominante, que incluye una apreciación nada personal sobre lo que le cabe esperar de su amo, a juzgar por los vientos que soplan.

Oh
ligarquía
ma
drasta
con marido asesino
vestida de piqué
como una buitra
acechaste en las ramas
del enredo de la Historia
ridícula como todo lo malo
hay que acabar contigo gorda
asna con garras
tigra de palo
cruel y más cruel y todavía odiando
te hacés cargo de la delicia del pollo
no de la horrible
retorcida de buche del traspatio
cenás con el abogado
pero solo dormís tranquila por el pobre cuilio
maje
chucha insepulta y emperifollada
Gran Arquitecta de las cárceles
y de la mayoría de enfermos que se quedan afuera del
Hospital
vieja matona de alma intestinal
una tacita de oro y de café y una pistola
un crucifijo de conchanácar y un garrote
oligarquía
bacinilla de plata del obispo y jefa del obispo
puñal de oro y veneno del Presidente
y mantenedora del Presidente
caja de gastos chichos de Míster Rockefeller
coyota del seños Embajador
rufiana de la patria
oligarquía hoy más que todo
náufraga que quiere undir al barco
depósito recargado de mierda del avión
imperial
y amenaza tormenta.

CANCIÓN DE PROTESTA / roque dalton a silvio rodríguez

CANCIÓN DE PROTESTA
A Silvio


Cayó mortalmente herido de un machetazo en la guitarra
pero aún tuvo tiempo de sacar su mejor canción de la funda
y disparar con ella contra su asesino
que pareció momentáneamente desconcertado
llevándose los índices a los oídos
y pidiendo a gritos
que apagaran la luz.

miércoles, 28 de mayo de 2008

instrucciones para llorar / cortázar


Instrucciones para llorar

Cortázar


Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.

Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.

Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

en ella / macario

En ella.
Macario

En ella se resguardan virtudes
Hay abejas que producen sentimientos.

Por ella, el miedo tiembla de miedo.
Porque no le espanta lo nuevo.

Las horas toman tiempo en su piel.
Y se desgranan en minutos de regodeo.

También nacen flores de su vestido,
y elevan sus olores al cielo de sus pechos.

En sus cabellos se enredan ideas, historias;
sus miles de vidas con sus miles de secretos

Las manos de ella se extienden al sol
trazando el camino que lleva al sueño

En ella mi alma toma descanso y saborea el amor.
De ella, el calor, da calor a mi deseo.

PREMONICIÓN

PREMONICIÓN
(odette alonso)

Cuando el avión se alzó sobre La Habana
y se perdió hacia el sur como una baratija
era otra vez el rito de las horas
y el aullido del mar
otra vez esa música enterrada en la arena.
Todavía te alzabas sobre mi dedo índice
desde allí me observabas aterradoramente.
Pero aquella ciudad ya no sería mi límite
ni colgaría en la puerta tus lluvias ternecitas.
La píldora horadaba el iracundo vientre
y la noche era un ave
un halcón que se pierde con las alas desnudas.

UTOPÍA DE UN HOMBRE QUE ESTÁ CANSADO /

UTOPÍA DE UN HOMBRE QUE ESTÁ CANSADO

Jorge Luis Borges

Llamóla Utopía, voz griega cuyo

significado es no hay tal lugar.

Quevedo



No hay dos cerros iguales, pero en cualquier lugar de la tierra la llanura es una y la misma. Yo iba por un camino de la llanura. Me pregunté sin mucha curiosidad si estaba en Oklahoma o en Texas o en la región que los literatos llaman la pampa. Ni a derecha ni a izquierda vi un alambrado. Como otras veces repetí despacio estas líneas, de Emilio Oribe:

En medio de la pánica llanura interminable

Y cerca del Brasil,

que van creciendo y agrandándose.

El camino era desparejo. Empezó a caer la lluvia. A unos doscientos o trescientos metros vi la luz de una casa. Era baja y rectangular y cercada de árboles. Me abrió la puerta un hombre tan alto que casi me dio miedo. Estaba vestido de gris. Sentí que esperaba a alguien. No había cerradura en la puerta.

Entramos en una larga habitación con las paredes de madera. Pendía del cielorraso una lámpara de luz amarillenta. La mesa, por alguna razón, me extrañó. En la mesa había una clepsidra, la primera que he visto, fuera de algún grabado en acero. El hombre me indicó una de las sillas.

Ensayé diversos idiomas y no nos entendimos. Cuando él habló lo hizo en latín. Junté mis ya lejanas memorias de bachiller y me preparé para el diálogo.

- Por la ropa - me dijo -, veo que llegas de otro siglo. La diversidad de las lenguas favorecía la diversidad de los pueblos y aún de las guerras; la tierra ha regresado al latín. Hay quienes temen que vuelva a degenerar en francés, en lemosín o en papiamento, pero el riesgo no es inmediato. Por lo demás, ni lo que ha sido ni lo que será me interesan.

No dije nada y agregó:

- Si no te desagrada ver comer a otro ¿quieres acompañarme?

Comprendí que advertía mi zozobra y dije que sí.

Atravesamos un corredor con puertas laterales, que daba a una pequeña cocina en la que todo era de metal. Volvimos con la cena en una bandeja: boles con copos de maíz, un racimo de uvas, una fruta desconocida cuyo sabor me recordó el del higo, y una gran jarra de agua. Creo que no había pan. Los rasgos de mi huésped eran agudos y tenía algo singular en los ojos. No olvidaré ese rostro severo y pálido que no volveré a ver. No gesticulaba al hablar.

Me trababa la obligación del latín, pero finalmente le dije:

- ¿No te asombra mi súbita aparición?

- No - me replicó -, tales visitas nos ocurren de siglo en siglo. No duran mucho; a más tardar estarás mañana en tu casa.

La certidumbre de su voz me bastó. Juzgué prudente presentarme:

- Soy Eudoro Acevedo. Nací en 1897, en la ciudad de Buenos Aires. He cumplido ya setenta años. Soy profesor de letras inglesas y americanas y escritor de cuentos fantásticos.

- Recuerdo haber leído sin desagrado - me contestó - dos cuentos fantásticos. Los Viajes del Capitán Lemuel Gulliver, que muchos consideran verídicos, y la Suma Teológica. Pero no hablemos de hechos. Ya a nadie le importan los hechos. Son meros puntos de partida para la invención y el razonamiento. En las escuelas nos enseñan la duda y el arte del olvido. Ante todo el olvido de lo personal y local. Vivimos en el tiempo, que es sucesivo, pero tratamos de vivir sub specie aeternitatis. Del pasado nos quedan algunos nombres, que el lenguaje tiende a olvidar. Eludimos las inútiles precisiones. No hay cronología ni historia. No hay tampoco estadísticas. Me has dicho que te llamas Eudoro; yo no puedo decirte cómo me llamo, porque me dicen alguien.

- ¿Y cómo se llamaba tu padre?

- No se llamaba.

En una de las paredes vi un anaquel. Abrí un volumen al azar; las letras eran claras e indescifrables y trazadas a mano. Sus líneas angulares me recordaron el alfabeto rúnico, que, sin embargo, sólo se empleó para la escritura epigráfica. Pensé que los hombres del porvenir no sólo eran más altos sino más diestros. Instintivamente miré los largos y finos dedos del hombre.

Éste me dijo:

- Ahora vas a ver algo que nunca has visto.

Me tendió con cuidado un ejemplar de la Utopía de More, impreso en Basilea en el año 1518 y en el que faltaban hojas y láminas.

No sin fatuidad repliqué:

- Es un libro impreso. En casa habrá más de dos mil, aunque no tan antiguos ni tan preciosos.

Leí en voz alta el título.

El otro se rió.

- Nadie puede leer dos mil libros. En los cuatro siglos que vivo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer sino releer. La imprenta, ahora abolida, ha sido uno de los peores males del hombre, ya que tendió a multiplicar hasta el vértigo textos innecesarios.

- En mi curioso ayer - contesté -, prevalecía la superstición de que entre cada tarde y cada mañana ocurren hechos que es una vergüenza ignorar. El planeta estaba poblado de espectros colectivos, el Canadá, el Brasil, el Congo Suizo y el Mercado Común. Casi nadie sabía la historia previa de esos entes platónicos, pero sí los más ínfimos pormenores del último congreso de pedagogos, la inminente ruptura de relaciones y los mensajes que los presidentes mandaban, elaborados por el secretario del secretario con la prudente imprecisión que era propia del género.

Todo esto se leía para el olvido, porque a las pocas horas lo borrarían otras trivialidades. De todas las funciones, la del político era sin duda la más pública. Un embajador o un ministro era una suerte de lisiado que era preciso trasladar en largos y ruidosos vehículos, cercado de ciclistas y granaderos y aguardado por ansiosos fotógrafos. Parece que les hubieran cortado los pies, solía decir mi madre. Las imágenes y la letra impresa eran más reales que las cosas. Sólo lo publicado era verdadero. Esse est percipi (ser es ser retratado) era el principio, el medio y el fin de nuestro singular concepto del mundo. En el ayer que me tocó, la gente era ingenua; creía que una mercadería era buena porque así lo afirmaba y lo repetía su propio fabricante. También eran frecuentes los robos, aunque nadie ignoraba que la posesión de dinero no da mayor felicidad ni mayor quietud.

- ¿Dinero? - repitió -. Ya no hay quien adolezca de pobreza, que habrá sido insufrible, ni de riqueza, que habrá sido la forma más incómoda de la vulgaridad. Cada cual ejerce un oficio.

- Como los rabinos - le dije.

Pareció no entender y prosiguió.

- Tampoco hay ciudades. A juzgar por las ruinas de Bahía Blanca, que tuve la curiosidad de explorar, no se ha perdido mucho. Ya que no hay posesiones, no hay herencias. Cuando el hombre madura a los cien años, está listo a enfrentarse consigo mismo y con su soledad. Ya ha engendrado un hijo.

- ¿Un hijo? - pregunté.

- Sí. Uno solo. No conviene fomentar el género humano. Hay quienes piensan que es un órgano de la divinidad para tener conciencia del universo, pero nadie sabe con certidumbre si hay tal divinidad. Creo que ahora se discuten las ventajas y desventajas de un suicidio gradual o simultáneo de todos los hombres del mundo. Pero volvamos a lo nuestro.

Asentí.

- Cumplidos los cien años, el individuo puede prescindir del amor y de la amistad. Los males y la muerte involuntaria no lo amenazan. Ejerce alguna de las artes, la filosofía, las matemáticas o juega a un ajedrez solitario. Cuando quiere se mata. Dueño el hombre de su vida, lo es también de su muerte.

- ¿Se trata de una cita? - le pregunté.

- Seguramente. Ya no nos quedan más que citas. La lengua es un sistema de citas.

- ¿Y la grande aventura de mi tiempo, los viajes espaciales? - le dije.

- Hace ya siglos que hemos renunciado a esas traslaciones, que fueron ciertamente admirables. Nunca pudimos evadirnos de un aquí y de un ahora.

Con una sonrisa agregó:

- Además, todo viaje es espacial. Ir de un planeta a otro es como ir a la granja de enfrente. Cuando usted entró en este cuarto estaba ejecutando un viaje espacial.

- Así es - repliqué. También se hablaba de sustancias químicas y de animales zoológicos.

El hombre ahora me daba la espalda y miraba por los cristales. Afuera, la llanura estaba blanca de silenciosa nieve y de luna.

Me atreví a preguntar:

- ¿Todavía hay museos y bibliotecas?

- No. Queremos olvidar el ayer, salvo para la composición de elegías. No hay conmemoraciones ni centenarios ni efigies de hombres muertos. Cada cual debe producir por su cuenta las ciencias y las artes que necesita.

- En tal caso, cada cual debe ser su propio Bernard Shaw, su propio Jesucristo y su propio Arquímedes.

Asintió sin una palabra. Inquirí:

- ¿Qué sucedió con los gobiernos?

- Según la tradición fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer la censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y sus efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos. La realidad sin duda habrá sido más compleja que este resumen.

Cambió de tono y dijo:

- He construido esta casa, que es igual a todas las otras. He labrado estos muebles y estos enseres. He trabajado el campo, que otros cuya cara no he visto, trabajarán mejor que yo. Puedo mostrarte algunas cosas.

Lo seguí a una pieza contigua. Encendió una lámpara, que también pendía del cielorraso. En un rincón vi un arpa de pocas cuerdas. En las paredes había telas rectangulares en las que predominaban los tonos del color amarillo. No parecían proceder de la misma mano.

- Ésta es mi obra - declaró.

Examiné las telas y me detuve ante la más pequeña, que figuraba o sugería una puesta de sol y que encerraba algo infinito.

- Si te gusta puedes llevártela, como recuerdo de un amigo futuro - dijo con palabra tranquila.

Le agradecí, pero otras telas me inquietaron. No diré que estaban en blanco, pero sí casi en blanco.

- Están pintadas con colores que tus antiguos ojos no pueden ver.

Las delicadas manos tañeron las cuerdas del arpa y apenas percibí uno que otro sonido.

Fue entonces cuando se oyeron los golpes.

Una alta mujer y tres o cuatro hombres entraron en la casa. Diríase que eran hermanos o que los había igualado el tiempo. Mi huésped habló primero con la mujer.

- Sabía que esta noche no faltarías. ¿Lo has visto a Nils?

- De tarde en tarde. Sigue siempre entregado a la pintura.

- Esperemos que con mejor fortuna que su padre.

Manuscritos, cuadros, muebles, enseres; no dejamos nada en la casa.

La mujer trabajó a la par de los hombres. Me avergoncé de mi flaqueza que casi no me permitía ayudarlos. Nadie cerró la puerta y salimos, cargados con las cosas. Noté que el techo era a dos aguas.

A los quince minutos de caminar, doblamos por la izquierda. En el fondo divisé una suerte de torre, coronada por una cúpula.

- Es el crematorio - dijo alguien -. Adentro está la cámara letal. Dicen que la inventó un filántropo cuyo nombre, creo, era Adolfo Hitler.

El cuidador, cuya estatura no me asombró, nos abrió la verja.

Mi huésped susurró unas palabras. Antes de entrar en el recinto se despidió con un ademán.

- La nieve seguirá - anunció la mujer.

En mi escritorio de la calle México guardo la tela que alguien pintará, dentro de miles de años, con materiales hoy dispersos en el planeta.

FIN

macario / juan rulfo




M a c a r i o
Juan Rulfo

(El llano en llamas)






Estoy sentado junto a la alcantarilla aguardando a que salgan las ranas. Anoche, mientras estábamos cenando, comenzaron a armar el gran alboroto y no pararon de cantar hasta que amaneció. Mi madrina también dice eso: que la gritería de las ranas le espantó el sueño. Y ahora ella bien quisiera dormir. Por eso me mandó a que me sentara aquí, junto a la alcantarilla, y me pusiera con una tabla en la mano para que cuanta rana saliera a pegar de brincos afuera, la apalcuachara a tablazos... Las ranas son verdes de todo a todo, menos en la panza. Los sapos son negros. También los ojos de mi madrina son negros. Las ranas son buenas para hacer de comer con ellas. Los sapos no se comen; pero yo me los he comido también, aunque no se coman, y saben igual que las ranas. Felipa es la que dice que es malo comer sapos. Felipa tiene los ojos verdes como los ojos de los gatos. Ella e s la que me da de comer en la cocina cada vez que me toca comer. Ella no quiere que yo perjudique a las ranas. Pero a todo esto, es mi madrina la que me manda a hacer las cosas... Yo quiero más a Felipa que a mi madrina. Pero es mi madrina la que saca el dinero de su bolsa para que Felipa compre todo lo de la comedera. Felipa sólo se está en la cocina arreglando la comida de los tres. No hace otra cosa desde que yo la conozco. Lo de lavar los trastes a mí me toca. Lo de acarrear leña p ara prender el fogón también a mí me toca. Luego es mi madrina la que nos reparte la comida. Después de comer ella, hace con sus manos dos montoncitos, uno para Felipa y otro para mí. Pero a veces Felipa no tiene ganas d e comer y entonces son para mí los dos montoncitos. Por eso quiero yo a Felipa, porque yo siempre tengo hambre y no me lleno nunca, ni aun comiéndome la comida de ella. Aunque digan que uno se llena comiendo, yo sé bien que no me lleno por más que coma todo lo que me den. Y Felipa también sabe eso... Dicen en la calle que yo estoy loco porque jamás se me acaba el hambre. Mi madrina ha oído que eso dicen. Yo no lo he oído. Mi madrina no me deja salir solo a la calle. Cuando me saca a dar la vuelta es para llevarme a la iglesia a oír misa. Allí me acomoda cerquita de ella y me amarra las manos con las barbas de su rebozo. Yo no sé por qué me amarra mis manos; pero dice que porque dizque luego hago locuras. Un día inventaron que yo andaba ahorcando a alguien; que le apreté el pescuezo a una señora nada más por nomás. Yo no me acuerdo. Pero, a todo esto, es mi madrina la que dice lo que yo hago y ella nunca anda con mentiras. Cuando me llama a comer, es para darme mi parte de comida, y no como otra gente que me invitaba a comer con ellos y luego que me les acercaba me apedreaban hasta hacerme correr sin comida ni nada. No, mi madrina me trata bien. Por eso estoy contento en su casa. Además, aquí vive Felipa. Felipa es muy buena conmigo. Por eso la quiero... La leche de Felipa es dulce como las flores del obelisco. Yo he bebido leche de chiva y también de puerca recién paridad; pero no, no es igual d e buena que la leche de Felipa... Ahora ya hace mucho tiempo que no me da a chupar de los bultos esos que ella tiene donde tenemos solamente las costillas, y de donde le sale, sabiendo sacarla, una leche mejor que la que nos da mi madrina en el almuerzo de los domingos... Felipa antes iba todas las noches al cuarto donde yo duermo, y se arrimaba conmigo, acostándose encima de mí o echándose a un ladito. Luego se las ajuareaba para que yo pudiera chupar de aquella leche dulce y caliente que se dejaba a venir en chorros por la lengua... Muchas veces he comido flores de obelisco para entretener el hambre. Y la leche de Felipa era de ese sabor, sólo que a mí me gustaba más, porque, al mismo tiempo que me pasaba los tragos, Felipa me hacia cosquillas por todas partes. Luego sucedía que casi siempre se quedaba dormida junto a mí, hasta la madrugada. Y eso me servía de mucho; porque yo no me apuraba del frío ni de ningún miedo a condenarme en el infierno si me moría yo solo allí, en alguna noche... A veces no le tengo tanto miedo al infierno. Pero a veces sí. Luego me gusta darme mis buenos sustos con eso de que me voy a ir al infierno cualquier día de éstos, por tener la cabeza tan dura y por gustarme dar de cabezazos contra lo primero que encuentro. Pero viene Felipa y me espanta mis miedos. Me hace cosquillas con sus manos como ella sabe hacerlo y me ataja el miedo ese que tengo de morirme. Y por un ratito hasta se me olvida... Felipa dice, cuando tiene ganas de estar conmigo, que ella le cuenta al Señor todos mis pecados. Que iré al cielo muy pronto y platicará con Él pidiéndole que me perdone toda la mucha maldad que me llena el cuerpo de arriba abajo. Ella le dirá que me perdone, para que yo no me preocupe más. Por eso se confiesa todos los días. No porque ella sea mala, sino porque yo estoy repleto por dentro de demonios, y tiene que sacarme esos chamucos del cuerpo condesándose por mí. Todo s los días. Todas las tardes de todos los días. Por toda la vida ella me hará ese favor. Eso dice Felipa. Por eso yo la quiero tanto... Sin embargo, lo de tener la cabeza así de dura es la gran cosa. Uno da de topes contra los pilares del corredor horas enteras y la cabeza no se hace nada, aguanta sin quebrarse. Y uno da de topes contra el suelo; primero despacito, después más recio y aquello suena como un tambor. Igual que el tambor que anda con la chirimía, cuando viene la chirimía a la función del Señor. Y entonces uno está en la iglesia, amarrado a la madrina, oyendo afuera el tum tum del tambor... Y mi madrina dice que si en mi cuarto hay chinches y cucarachas y alacranes es porque me voy a ir a arder en el infierno si sigo con mis mañas de pegarle al suelo con mi cabeza. Pero lo que yo quiero es oír el tambor. Eso es lo que ella debería saber. Oírlo, como cuando uno esta en la iglesia, esperando salir pronto a la cal le para ver cómo es que aquel tambor se oye de tan lejos, hasta lo hondo de la iglesia y por encima de las condenaciones del señor cura...: "El camino de las cosas buenas esta lleno de luz. El camino de las cosas malas es oscuro." Eso dice e l señor cura... Yo me levanto y salgo de mi cuarto cuando todavía esta a oscuras. Barro la calle y me meto otra vez en mi cuarto antes que me agarre la luz del día. En la calle suceden cosas. Sobra quien lo descalabre a pedradas apenas lo ven a uno. Llueven piedras grandes y filosas por todas partes. Y luego hay que remendar la camisa y esperar muchos días a que se remienden las rajaduras de la cara o de las rodillas. Y aguantar otra vez que le amarren a uno las manos, porque s i no ellas corren a arrancar la costra del remiendo y vuelve a salir el chorro de sangre. Ora que la sangre también tiene buen sabor aunque, eso sí, no se parece al sabor de la leche de Felipa... Yo por eso, para que no me apedreen, me vivo siempre metido en mi casa. En seguida que me dan de comer me encierro en mi cuarto y atranco bien la puerta para que no den conmigo los pecados mirando que aquello está a oscuras. Y ni siquiera prendo el ocote para ver por dónde se me andan subiendo las cucarachas. Ahora me estoy quietecito. Me acuesto sobre mis costales, y en cuanto siento alguna cucaracha caminar con sus patas rasposas por mi pescuezo le doy un manotazo y la aplasto. Pero no prendo el ocote. No vaya a suceder que me encuentren des prevenido los pecados por andar con el ocote prendido buscando todas las cucarachas que se meten por debajo de mi cobija... Las cucarachas truenan como saltapericos cuando uno las destripa. Los grillos no sé si truenen. A los grillos nunca los mato. Felipa dice que los grillos hacen ruido siempre, sin pararse ni a respirar, para que no se oigan los gritos de las ánimas que están penando en el purgatorio. El día en que se acaben los grillos, el mundo se llenará de los gritos de las ánimas santas y todos echaremos a correr espantados por el susto. Además a mí me gusta mucho estarme con la oreja parada oyendo el ruido de los grillos. En mi cuarto hay muchos. Tal vez haya más grillos que cucarachas aquí entre las arrugas de los costales donde yo me acuesto. También hay alacranes. Cada rato se dejan caer del techo y uno tiene que esperar sin resollar a que ellos hagan su recorrido por encima de uno hasta llegar al suelo. Porque si algún brazo se mueve o empiezan a temblarle a uno los huesos, se siente en seguida el ardor del piquete. Eso duele. A Felipa le picó una vez uno en una nalga. Se puso a llorar y a gritarle con gritos queditos a la Virgen Santísima para que no se le echara a perder su nalga. Yo le unt&e acute; saliva. Toda la noche me la pasé untándole saliva y rezando con ella, y hubo un rato, cuando vi que no se aliviaba con mi remedio, en que yo también le ayudé a llorar con mis ojos todo lo que pude... De cualquier modo, yo estoy más a gusto en mi cuarto que si anduviera en la calle, llamando la atención de los amantes de aporrear gente. Aquí nadie me hace nada. Mi madrina no me regaña porque me vea comiéndome las flores de su obelisco, o sus arrayanes, o sus granadas. Ella sabe lo entrado en ganas de comer que estoy siempre. Ella sabe que no se me acaba el hambre. Que no me ajusta ninguna comida para llenar mis tripas aunque ande a cada rato pellizcando aquí y allá cosas de comer. Ella sabe que me como el garbanzo remojado que le doy a los puercos gordos y el maíz seco que le doy a los puercos flacos. Así que ella ya sabe con cuánta hambre ando desde que me amanece hasta que me anochece. Y mientras encuentre de comer aquí e n esta casa, aquí me estaré. Porque yo creo que el día en que deje de comer me voy a morir, y entonces me iré con toda seguridad derechito al infierno. Y de allí ya no me sacara nadie, ni Felipa, aunque sea tan buena conmigo, ni el escapulario que me regaló mi madrina y que traigo enredado en el pescuezo... Ahora estoy junto a la alcantarilla esperando a que salgan las ranas. Y no ha salido ninguna en todo este rato que llevo platicando. Si tardan más en salir, puede suceder que me duerma, y luego ya no habrá modo de matarlas, y a mi madrina no le llegará por ningún lado el sueño si las oye cantar, y se llenará de coraje. Y entonces le pedirá a alguno de toda la hilera de santos que tiene en su cuarto, que mande a los diablos por mí, para que me lleven a rastras a la condenación eterna, derechito, sin pasar ni siquiera por el purgatorio, y yo no podré ver entonces ni a mi papá ni a mi mamá que es allí donde están... Mejor seguiré platicando... De lo que más ganas tengo es de volver a probar algunos tragos de la leche de Felipa, aquella leche buena y dulce como la miel que le sale por debajo a las flores del obelisco...

F I N

el cuerpo que tú iluminas / alejandro romualdo

EL CUERPO QUE TÚ ILUMINAS
Alejandro Romualdo

Porque eres como el sol de los ciegos, Poesía,
profunda y terrible luz que adoro diariamente.
Mis ojos se queman como los ojos de las estatuas
mi corazón padece como una vaso de vino, un armario.

Tú eres un puente de agonía, un mar animado
de agua viva y palpitante. Tú te alzas y brillas:
yo giro alrededor de ti; alta y pura te miro
como los perros a la luna, como un semáforo para morir.

¡Oh Poesía incesante, mi buitre cotidiano,
me tocó servirte en el reparto de sufrimientos:
como un niño exploraba las tierras pálidas del sol.

¡Oh Poderosa! Yo soy para ti uno de los miembros
de esta numerosa familia sideral
compuesta de padres e hijos milenarios.

Yo soy para ti la noche: Tú me enciendes,
ardo en el vientre universal,
rabio con las olas y las nubes,
escribo al girasol que me ama diariamente deslumbrado.

Yo te devuelvo, amor mío, como un espejo desierto
en cuyas entrañas están las cenizas de donde Tú renaces.
Yo te devuelvo amor, mi vientre se renueva sin cesar.
Tú te ocultas y muerdes, entonces, como una ola gloriosa,

llena de dulzura y vigor.
¡Oh Poesía, mi rayo divino y cruel, clava tu pico,
devora el fuego que me abate, apaga esta zarza inmortal!

He aquí mi cuerpo, roído por las estrellas,
pálido y silencioso como un dios que ha cesado
y que Tú arrastras, borrándolo, como el mar o la muerte.

leer es bueno para el corazón...


cuando se adopta el saludable hábito de leer, las palpitaciones mejoran, aunque los expertos advierten que en ciertos casos, las pulsaciones podrían acelerarse y eso provocaría que el lector sintiera la necesidad de colocar su mano en el pecho durante la lectura... cuando usted lee siente cómo el corazón crece, la sangra fluye, el pulso se afirma y la memoria florece...
leer previene las insuficiencias en el corazón...

tomado de un calendario que me regalaron :) y yap.. ahí acaba...

leer es bueno para la digestión...


aprender a digerir ciertas situaciones de la vida es una ardua tarea.. hay sabores, recuerdos y experiencias que provocan dolorosos espasmos.. hay nombres y palabras que se estacionan entre la boca y el estómago, y tardamos años en digerirlas... la lectura ayuda a asimilar aquellas cosas dulces, las amargas, las ácidas, las pesadas y las picantes...

tomado de un calendario que me regalaron...

leer es bueno para la piel...


leer no produce alergia, manchas ni arrugas, pero es importante advertir que hay lecturas que dejan huellas en la piel, marcas que se quedan grabadas y que reaparecen a lo largo de la vida, acompañadas de una risa o un sollozo...
al leer se puede experimentar hipersensibilidad, cosquillas o picor. A veces algún dolor...

tomado de un calendario que me regalaron :)

leer es bueno para la columna...


leer ayuda a mantener una postura equilibrada o desequilibrada...pero auténtica... leer hace que nuestra columna sea lo suficientemente fuerte como para resistir el peso propio y el de algunas cargas que a veces debemos llevar...
la lectura nos sostiene, nos levanta, nos moviliza y nos permite cambiar de postura cuando las vértebras y el alma nos lo piden....

tomado de un calendario que me regalaron :)

leer es bueno para el olfato...


se recomienda la lectura para quienes desean agudizar su sentido del olfato.. al principio solo se percibe el aroma del papel acercando la nariz hasta lo más apretado de la juntura central. Luego se pueden oler las palabras y los espacios en blanco. Incluso, algunos expertos, han llegado a oler el aroma especial de los puntos suspensivos...

(yo si he sentido el olor de los puntos suspensivos ciertamente....)

tomado de un calendario que me regalaron :)

leer es bueno para la memoria...


que no haya malinterpretaciones.. la lectura no le permitirá recuperar llaveros extraviados ni recordar la fecha exacta en que perdió su primer diente... la lectura hrá que su memoria sea más intensa, colorida, esponjosa, crujiente y libertina... gracias a la lectura usted vivirá como propios millones de recursos ajenos...

tomado de un calendario que me regalaron :)

leer es bueno para los pulmones...


está comprobado que la lectura permite un adecuado nivel de oxigenación... el humo del cigarrillo, el aire viciado del ambiente, la soledad y la tristeza son contaminantes que sueleen prenderse de las paredes de los pulmones, provocando resfrío en el alma.. los suspiros, sollozos y la sensación de falta de aire son síntomas de esta afección.. la lectura ayuda a respirar mejor.. la lectura acompaña...
tomado de un calendario que me regalaron :)

leer es bueno para la cabeza....


la lectura ayuda a que la cabeza encuentr su sitio.. la ubica.. la centra... no la limita... la lectura es remedio eficaz para una curiosa patología de nuestros tiempos: la de las ideas impuestas.. quien adopat el hábito de la lectura es más dueño de sí.... aunque en ocasiones cuando la cabeza quiere volar, la lectura puede hacer un buen papel de copiloto...

tomado de un calendario que me regalaron :)

leer es bueno para la circulación...


si nuestro aparato circulatorio tuviera que transportar exclusivamente sangre ya tendría suficiente trabajo... pero cuando lo que debemos circular, procesar y asimilar son ideas, temores, palabras, recuerdos y silencios.. la carga se torna compleja y los riesgos se multiplican... ina dieta adecuada y un buen libro son de gran ayuda... evite las grasas y elija una buena novela..

tomado de un calendario que me regalaron :)

leer es bueno para la vista...


tarde o temprano todos manifestaremos algún problema de vista...habrá algunos que no podrán ver de cerca, otros de lejos, otros solo verán sombras y algunos presentarán problemas en la perspectiva... la lectura ayuda a este último grupo, siempre y cuando no se haya llegado a un estado límite de la enfermedad... la lectura aclara el panorama, brinda respuestas y ayuda a conseguir el mejor ángulo de visión..

tomado de un calendario que me regalaron... :)

leer es bueno para las articulaciones...


articular palabras, ideas o sentimientos a veces no es asunto fácil. Más de uno se provoca un esguince en el intento. Puede haber molestia y dolor agudo al tratar, bruscamente, de recuperar el movimiento de los huesos, de las palabras o de los abrazos. En ese caso la lectura ayuda como analgésico y desinflamante. Otorga razones, pausas y palabras para todas las coyunturas..

tomado de un calendario que me regalaron :)

leer es bueno para la garganta....


Irritable. Si. La garganta puede llegar a ponerse a rojo vivo, como usted. El ardor y la quemazón impiden hablar, tragar e inluso respirar. "No lo trago, doctor", es una de las frases que más se repiten en el consultorio. La receta del médico incluye una cucharada de miel pura de abeja, que se puede encontrar en cualquier supermercado, y gárgaras con palabras que se pueden encontrar en cualquier libro: paciencia... paciencia...paciencia...

tomado de un calendario que me regalaron :)

mariposa insurrecta / macario


La tropa es un santuario de aquellas Mariposas que no se conformaron con ser del montón y siempre han sido ejemplo de lucha y sueños mezclados con amor en proporciones perfectas.

Por todas ustedes


MARIPOSA INSURRECTA
MACARIO

Un día oscurecieron el cielo,
no dejaban pasar la luz del sol,
cada una de las miles de ellas
fue un pecado, una historia de amor.

Poco a poco se fueron esparciendo,
perdiéndose por diferentes lugares
y, entre todas las que nunca se fueron,
encontré una con grandes ideales;

Ella es la Mariposa insurrecta,
la que, durmiendo, soñó que jugaba
a alzar el polvo y desatar los vientos
con el potente batir de sus alas;

con su vuelo salvava a los mortales,
entonces mucha gente les seguía,
pues creyó en lo imposible, en lo mágico
pues sin mapa llegó hasta la utopía.

Por las mañanas la veo en el jardín
posando en cada una de las flores,
hasta que su instinto de luz le dice:
es tiempo de abrazar los corazones.

hábitos / siro

Hábitos

tal vez habría que rozar los labios de la locura
maldecir al dinero más seguido
vomitar de vez en cuando
volar de fiebre
toser hasta ahogarse
arrancarse la piel muerta con la yema de los dedos
maldecir esta hermosa vida
las que están por venir
las que no vendrán
amar la muerte hasta perderla
llorar en un rincón del baño
y salir, a dar la cara.
Ponerse la bufanda al cuello
abrocharse la campera
y caminar, como si nada.

9-6-7


(del siro)
S.C

martes, 27 de mayo de 2008

a veces ella / julio torres recinos

Julio Torres Recinos
A veces ella

Ella es a veces alta,
a veces triste como todo camino,
de mirada queda.
Y cuando me ve,
su sonrisa me quema todo el cuerpo.

La conocí hoy y sonreía.

Hablaba despacio,
viendo la palabra perfecta,
ella,
la mujer exacta.

Y cuando hablaba de las gentes,
de las cosas viejas,
de la promesa que debíamos hacer,
de la espera secular;
su cuerpo se erguía
y era toda una gacela de emoción.

Ella pensaba en un mundo
por estrenar
como sólo te pones
por primera vez un sentimiento nuevo,
y el periódico temblaba en sus manos
y los dedos rasgaban las
fotografías,
las palabras,
la mentira.

La conocí hoy por la mañana
y ella es un ocaso y lo sabe
y fija sus profundas pupilas
en las mías.
Sobre sus hombros tiemblan áridas
montañas encarnadas.

Ella es la palabra incendiada,
el cielo desesperado
de una tarde de agosto,
un río,
la noche iracunda,
un heroico aliento a desatar.

 
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