para hacer esta canción / alberto montoya

Debo estar agradecido por la voz que ,desde los hilos invisibles
que surcan los espacios humanos con el amor como bandera,
me ha traido estos versos,como si la primavera se anticipase
a la nieve de Enero.

No sólo nos hacemos más viejos,nos hacemos si cabe más rebeldes
aferrados a nuestros sentimientos cuando todos los principios éticos
se convierten en un mercadeo de valores de cambio.

El amor,la verdad,esa felicidad que como brasero humilde y cotidiano
nos calienta el alma,se convierte en el único tesoro por el que dar la vida.

Mientras tanto, cada aguja que enebramos,cada cielo que conquistamos,
cada beso,cada paso se convierten en notas de la canción más necesaria,
más urgente,más imprescindible.

Estos versos que siguen son tan míos como de dos buenas amigas que
un día decidieron mirarse desnudas frente a frente.



PARA HACER ESTA CANCIÓN

A Rosa
A Ellas que decidieron ser flor
en la corriente de un río

Para hacer esta canción
con la armonía de cuatro manos,
subiré por la senda de tus senos
y entre las nubes de mi cuerpo
cruzaré esta mar de distancias
para llegar hasta tus labios.

Con melodía de un tren en celo
iniciaré el recuento de las tormentas
y entre los astros del firmamento,
elegiré la luz de tu pelo
para aventar la magia de quererse
entre los agujeros negros del alma.

Como ladrón,de vagón en vagón,
violentaré todas las puertas,
como naúfrago resucitado
me arrastraré por el suelo de tu boca,
entraré en el universo de este juego
y allí con el azar de nuestro lado
nos encontraremos en la ruleta de un sueño
desde donde partir una y otra vez.

Déjame ser aceite en tu fanal,
soy Neptuno hambriento,
tu carne es mi fe y mi alimento
y entre los vaivenes del viento
seremos armonía de truenos
cabalgando sobre el abismo de los mares.

Que ya poco importa amar
de espaldas a la calle y a la ley,
con la frente puesta al pairo
de la ciencia del horizonte,
ya no son necesarias más cábalas ni cuentas
y curan antes las afrentas del porvenir.

Quiero ser ave que emigra
del invierno del mundo
al calor de tu humanidad
para dejar en el fuego del olvido
el comercio de mentiras y sexo
para derramar contigo
la savia de una verdad
que nos haga libres.

¡Ay mujer!,¿acaso amar no es
sino el hechizo de un sinuoso río,
un fantástico desvarío
que pone a la razón del revés
y nos inunda de sed
en la profundidad del deseo?.

A veces ando tan enamorado
de todo cuanto me falta,
que cuando ella llega
la alegría es una fuente
y el amor se hace presente
para que la vida cante esta canción.

Alberto Montoya Alonso
8-11 de Noviembre de 2010

viernes, 19 de noviembre de 2010

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