en el claro del bosque / alberto montoya


Andaba cantuarreando algunas cositas de Humet mientras la cabeza daba vueltas a estos días de enfermedad, fiebres y exceso de cama y mantas y el cancancio de esa incansable mujer que cuida mi salud y reina en mi casa. Y así que así salieron de golpe estos versos,40 minutos de trajín y bueno aquí están tanto para ella,Rosa,mi mujer,como para él para Joan Baptista Humet a modo de humilde homenaje.


EN EL CLARO DEL BOSQUE


En homenaje a Joan Baptista Humet.

A Rosa

Caminando llegué
a la voluptuosidad de su vientre,
fui duende,embrujo y simiente
y al amaparo de sus pechos
sembré mi techo con millones de agujeros.

Convoqué a la noche
y a millones de seres sin oficio
y a quien quiso acercarse
al claro del bosque
y en pleno derroche de labios y besos
nos comimos muletas y asombro
y unas veces así que así
y otras manga por hombro
nos hicimos novios del destino
y nos dimos a vivir sin papeles ni anillos.

La libertad y ese afán de sentir y dar
a veces es una agonía,
una porfía al azar y un dedal
que mal que bién,
que bién que mal,
nos mueve al compás
de soledades y compañías.

Mírese usted
del derecho y del revés
si no encuentra con quién
jugársela un día
y no deje de salir
al balcón del porvenir
por si pasa la maravilla.

Convoqué al astro sol
y dejé en los bolsillos
millones de argumentos,
entre inmensidad y firmamento,
entre piernas y sexos
hallé un mundo y lo perdí
y unas veces así que así
y otras manga por hombro
seguimos viviendo por despecho
dándole de patadas a este invento.

Caminando encontré
unos ojos y una piel,
yo,vagabundo,poeta,payaso,
al amparo de su alma
hallé mi lugar y mi parnaso.

Y aquí me quedé a vivir.

Madrugada del 4 de Febrero de 2009

jueves, 5 de febrero de 2009

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