poema sin tiempo

Fui niño de calle y estercolero
con los bolsillos llenos de deseos sin nombre
y una urgencia en los agujeros del zapato
buscando obsesivamente la alegría y el juego.

Hasta la extenuación,hasta el castigo,
el día tenía las mismas horas
que la ilusión rodando tras una pelota.

La vida corría tras de mi,era cometa,
aeroplano cuesta abajo,bicicleta sin freno,
la realidad quedaba en la puerta del colegio.

Fui niño sin caballo de madera,
sin scalextric,geiperman ni balones de cuero,
sin bicicleta,madelmans ni soldaditos de plomo,
nunca tuve sosiego para tentar a los sueños.

A cambio tuve la magia de las murallas,
las leyendas de gitaneria y cueva,
la lluvia llamándome al corazón del barranco.

Las tardes de verano,la mar,el barro,la arena,
la obsesión por lo vivo y lo muerto,
los lobos,los perros,los gatos,el viento.

En la pubertad de la inocencia
me enseñaron que había tiempo pa todo
y yo tan tonto lo creí y pasé años
a rueda del paso del tiempo.

Y a ese carro subí y se sucedieron
estaciones,escuela,universidad,
novias,amigos,vicios y oficios diversos.

Y en ese carro aprendí algo ya viejo,
que todo cabe en el tiempo,
pero no hay tiempo para todo.

¡Qué cosas!,¿Cómo pude soltar de las manos
lo que tanto me costó aprender de chico?
Cuando solo tenia deseos sin nombre,
cuando fui niño de calle y estercolero.



alberto montoya alonso
9 de Octubre de 2008

lunes, 13 de octubre de 2008

LA CRISIS EN 28 VERSOS URGENTES

¿No vieron?,echan la casa por la ventana
para que no se joda el sistema financiero,
para que los bancos que se hincharon las pelotas
de dinero y más dinero y más dinero
no cierren sus puertas y fastidien el status quo,
no sé si me explico no entiendo bién
esto de la Bolsa de tanto ladrón asociado.


Miles de billones de dólares,de euros,
¿para matar el hambre?,no qué va,qué ingenuidad,
¿para abaratar la salud,los alimentos?
qué estupidez,qué bobería,
¿para sacar de la desesperación a los parados,
a quienes pierden sus casas,a los que les ahoga la hipoteca?
pero qué ocurrencias,eso solo son daños colaterales.


Se reparan agujeros de especulación y falta de activo
para el desarrollo sostenible del lucro y la miseria,
se subvenciona a explotadores con afán de coleccionismo,
se parchea el orden de estafadores a elevado interés,
se actualiza la esclavitud productora de beneficio,
se garantiza el esfuerzo de Estados y Naciones
para prestar subsidio y ayuda a quienes más tienen.


Nunca antes el sistema enseñó su infernal alma
con tan insultante e hiriente clarividencia,
me duelen hasta la médula los hambrientos,
los sin techo,los pobres de esta tierra,
millones de seres humanos que no merecen
tan excepcionales medidas de los grandes estados
tan excepcionales decisiones para salvar sus vidas.

Alberto Montoya Alonso
12 de Octubre de 2008

 
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