razones del ausente / daniel jaramillo agudelo

razones del ausente
Dario Jaramillo Agudelo

Si alguien les pregunta por él,
díganle que quizá no vuelva nunca o que si regresa
acaso ya nadie reconozca su rostro; díganle también que no
dejó razones para nadie, que tenía un mensaje secreto,
algo importante qué decirles
pero que lo he olvidado.
Díganle que ahora está cayendo, de otro modo y en otra
parte del mundo,
díganle que todavía no es feliz,
si esto hace feliz a alguno de ellos; díganle también que se
fue con el corazón vacío y seco
y díganle que eso no importa ni siquiera para la
lástima o el perdón
y que ni él mismo sufre por eso,
que ya no cree en nada ni en nadie y mucho menos en
él mismo, que tantas cosas que vio
apagaron su mirada y ahora, ciego, necesita del tacto,
díganle que alguna vez tuvo un leve rescoldo de fe en Dios,
en un día de sol, díganle que hubo palabras
que le hicieron creer en el amor y luego supo que el amor
dura lo que dura una palabra.
Díganle que como un globo de aire perforado a tiros, su
alma fue cayendo hasta el infierno que lo vive y que ni
siquiera está desesperado y díganle que a veces piensa
que esa calma inexorable es su castigo; díganle que ignora
cuál es su pecado y que la culpa que lo arrastra por elmundo
la considera apenas otro dato del problema
y díganle que en ciertas noches de insomnio y aún en otras
en que cree haberlo soñado,
teme que acaso la culpa sea la única parte de sí mismo que
le queda y díganle que en ciertas mañanas llenas de luz
y en medio de tardes de piadosa lujuria y también borracho
de vino en noches de lluvia
siente cierta alegría pueril por su inocencia y díganle queen
esas ocasiones dichosas habla a solas.
Díganle que si alguna vez regresa, volverá con dos cerezas
en sus ojos
y una planta de moras sembrada en su estómago y una
serpiente enroscada en su cuello
y tampoco esperará nada de nadie y se ganará la vida
honradamente,
de adivino, leyendo las cartas y celebrando extrañas
ceremonias en las que no creerá y díganle que se llevó
consigo algunas supersticiones, tres fetiches,
ciertas complicidades mal entendidas y el recuerdo de dos
o tres rostros
que siempre vuelven a él en la oscuridad y nada.

domingo, 24 de agosto de 2008

canción para los vagabundos

canción para los vagabundos
raúl gonzález tuñón

Salud a la cofradía, trotacalle y trotamundos
todo nos falta en el mundo, todo menos la alegría.

Y viva la santa unión, de sin-ropas y sin-tierra
todo nos falta en la tierra todo menos la ilusión.

Corto sueño y larga andanza, en constante despedida
todo nos falta en la vida, todo menos la esperanza.

Amigos de las botellas pero poco del trabajo
todo nos falta aquí abajo, todo menos las estrellas.

Inofensiva locura, sinrazón del vagabundo
todo nos falta en el mundo todo menos la sepultura.

Prosigamos, si dios quiere nuestro camino de dios
pues siempre se dice adiós y una sola vez se muere

código de amor / francisco garzón céspedes

CODIGO DE AMOR(DE LA ETICA)

Credo de Cupido Juglar

Creo que mi corazón
está conmigo.
Creemos que nuestro corazón
está con nosotros.
No fue alienado por débil.
No fue fundido por insensible.
No fue canjeado por egoista.
No fue despreciado por injusto.
No fue derrotado por cobarde.
Creo que a mi corazón,

creemos que a nuestro corazón,
no lo sepultó el desamparo,
no lo destruyó la deslealtad,
no lo petrificó la amargura,
o lo inmovilizó el desamor.

Mi corazón esta conmigo.
Nuestro corazón está con nosotros.
Sé que mi corazón,
sabemos que nuestro corazón,

todopoderoso
no aulla como lobo al paso de la luna...

consultorio sentimental / nicanor parra

asterisco: también tengo consultorio!!!


consultorio sentimental
nicanor parra

Caballero de buena voluntad
Apto para trabajos personales
Ofrécese para cuidar señorita de noche
Gratis
sin compromisos de ninguna especie
A condición de que sea realmente de noche.

Seriedad absoluta.
Disposición a contraer matrimonio
Siempre que la señorita sepa mover las caderas.

pero sucede / Yamil Díaz Gómez

Pero sucede que hoy el tiempo se ha sentado a mi mesa

y me ha mirado con un ojo tristísimo
porque el tiempo siempre tiene un ojo cerrado
y me ha dicho la vida
los puntos cardinales
el amor

el tiempo y yo hemos hablado durante mucho yo
he leído en su pipa silenciosa que también soy
el tiempo

el escuchaba los espejos cuando niño
pero ahora padece de nostalgias
ahora nosotros detenemos y él se teme
ha planeado el suicidio
hoy pude haber escrito una carta de amor
éste pudo ser mi día de cantar donde las
catedrales
pero sucede que hoy el tiempo se ha sentado a
mi mesa

y me ha mirado
con un ojo tristísimo

de nube a nube / luis rogelio nogueras



Andarán de la mano
De nube en nube,
bellos como huracanes

los locos / víctor casaus

Los locos esos amorosos personajes
conocieron siempre las bondades de la lluvia
en el asfalto la claridad en la botella
el brillo extraordinario de los ojos
los locos echaron a andar alguna vez el universo
se detuvieron raramente para observar los progresos
alcanzados
fueron amistosos y rebeldes como nadie
amaron a pesar a mansalva y a destiempo
fueron inmpresionantes enormes o mínimos los locos
fueron pacíficos pero libraron guerras y conflictos
parciales
liberando finalmente al hombre del hombre
su enemigo de siempre
los grandes locos conocieron los misterios de la música
la pasión de los poetas comprendieron a los hombres
que manchaban lienzos hasta el alba
o fueron los hombres que manchaban lienzos hasta el alba
los locos a través de miles de milenios salieron
de las cuevas
habitaron las casas y ahora fabrican edificios
y vuelan en dirección a los astros a veces
los locos mueren impresionantemente ante los fusiles
enemigos
dando gritos que sin duda vivirán más que ellos los locos estos
-fabulosos-
que prenden fuego en los cuatro costados del planeta
los grandes locos los buenos locos
estos amorosos personajes
conocimos siempre las bondades de la lluvia

el matecito de las siete / coqui ortiz

cuando tuve la oportunidad de recorrer argentina, también pude experimentar el ritual de tomar el mate.. es todo un evento...así como la siesta... gracias marce por esos días tan troperamente lindos!

el matecito de las siete

Aspiro el aire de tu paso, tan sólo eso...
y emprendo, ciego, un leve abrazo: olor a viejo.

Si no pasaras esta tarde, tan sólo eso...
seguramente moriría tras tu silencio.

Donde alza vuelo tu figura, vuela mi pecho.
si en cada uno de tus pasos ya no hay consuelo.

las tardecitas en la puerta me tienen preso,
y el mate amargo de las siete guarda el secreto.

la amigdalitis de tarzán / Alfredo Bryce Echenique

A veces siento la fuerza con que el tiempo pasa y lo desparrama todo. Y también el maldito viento de la distancia termina por desparramarlo todo, poco a poco pero firmemente y con una cierta tristeza que solitos los años van acumulando y que uno ni siquiera sabe en qué lugar anida. Tal vez en un gesto, al sonreír, a lo mejor en una mueca que, a fuerza de afeitarnos siempre ante un espejo en el que ni siquiera nos observamos ya, jamás notaremos. ¿Cómo será todo esto cuando sean treinta los años transcurridos? ¿Y después, cuando sean cuarenta, ahora que Mía ha encontrado la calma, un cariño verdadero y perdurable, mucho respeto en un hombre de bien, llamado asimismo Bob Paz?

A mí, por supuesto, puede seguirme queriendo, adorando, pero releo sus cartas y compruebo cómo poco a poco me voy quedando sembrado por mil caminos, en una y otra misiva, siempre cariñosa y amablemente, sí, pero a veces como una planta llamada Amor, otras llamada Hermano, las más veces llamada Amigo. Por supuesto que nada de esto está mal y que, visto así, hasta lógico resulta. Aunque debo confesar que no siempre resulta lógico y que a veces es tan absurdo como llorar una noche en un hotel de la ciudad de México o de Buenos Aires, en el que uno apaga la luz, muerto de sueño y cansancio…”

- A veces en algún hotel, después de un concierto en cualquier parte, te juro que todavía suelto unos lagrimones por ti, y ya al borde de mis sesenta, Mía. Pero me alegra mucho hacerlo, porque en el fondo de aquella callada tristeza, también aquellos lagrimones contienen su dosis de alegría profunda (…) Y realmente me alegra comprobar, una vez más, hasta qué punto has encontrado la paz, Fernanda Mía…

- Créeme que la paz no es más una manifestación muy profunda de la nostalgia, Juan Manuel Carpio. La paz, en el fondo, es una nostalgia, mi viejo y querido…

detrás de una guitarra / noel nicola

Detrás de una guitarra

Detrás de esta guitarra hay un tipo
lleno de complejos,
un tipo que no escapa a las leyes
de nuestro universo,
pegado a la tierra, urgente de besos.

Está la soledad, la compañía fiel,
la muerte de papel, juguetes de peluche,
alguna que otra herida chorreando de mujer
un tipo que camina
y que hasta escupe, suda, come, traga.

Detrás de esta guitarra hay un tipo
ni bueno ni malo
que cuando llueve observa con calma
su patio mojado,
pendiente de guerras, sediento de años.

Hay un poco de mar,
periódicos de ayer, un olor a café
y un violín en su estuche,
un bastón rojo y blanco, cervezas sin espuma,
un tipo que hasta tose, y que estornuda, va a baño y hace el amor.

En fin, detrás de una caja con cuerdas
hay siempre un ser humano.

situación / víctor casaus

Situación

Entre la ciudad vacía
y el pajarito cantando a nuestro lado

entre un cuento bien contado
y una risa que adelanta su alegría

entre tanta extraña paz y tan vacía
prensa que has leído y recortado

entre un amor amado
y el recuerdo de un querer que te quería

entre una nueva discusión una porfía
y la verdad que nunca te han arrebatado

entre ese amigo de repente así amigado
y el hermano que en él también vivía

la puta soledad de aquella sala huía
a desvivir un poco ahora en otro lado.

¿A dónde iremos a parar?

¿A dónde iremos a parar?

¿A dónde iremos a parar? pregunto... a dónde
Cuando inventemos de nuevo las palabras
desnudando del todo la ternura cotidiana
de nuestros más mínimos gestos,
cuando se nos atragante la risa y la alegría
y aprendamos a lamer como una vieja herida
el más pequeño trozo de amor
que cualquier dia tengamos de nuevo entre las manos
y cuando finalmente se nos cansen los miedos,
las rabias, reventando el aire, los colores,
y cuando decidamos que podemos volar
o vivir al revés.
Pregunto ¿a dónde iremos a parar?
si no es frente a tus ojos.

Posdata

Lo que me dijo un loco / roque dalton

Lo que me dijo un loco
roque dalton

Me contaste que tu padre era un pequeño mar.
Que los ángeles son unos estupidillos
pero por las noches hacen mucho daño con sus uñas de cola de cometa.

Me contaste que en tu casa la lluvia naufraga
y tus hermanas castran furiosas los almendros.
Me contaste que los sedientos son la gran esperanza.

Que silbar en los parques es confesarse impotente
de recuperar el vino de las palabras que uno dice de niño.

Me contaste que la mujer gorda te era desconocida
y que por eso odiabas los gestos de su espalda.

Me contaste que era mejor no salir a la calle
porque a cierta edad es obtuso hacer víctimas.

Me contaste que hay algo que se llama luz
imposible de explicar con las manos.

Me contaste que los árboles no son los principales enemigos
y que no debía creer nada de lo que hablan
desde el otro lado de las rejas.

poética / ricardo casiano

Poética

I
¿Qué es la poesía?
una isla
cercada
de palabras
por todos
lados

II

¿Qué es un poeta?
un hombre
que trabaja el poema
con el sudor de su frente
Un hombre
que tiene hambre
como cualquier otro
hombre.

Ricardo Casiano

Hechizos

Hechizos, Laura Devetach


Sidonia sostiene que hay días en que el diablo anda suelto, tal como decía su abuela.

Sostiene que es el que sopla los malos vientos y hace remolinos en las esquinas, mete la cola en las computadoras, empuja a las palomas para que hagan caca sobre la gente. Y otras cosas mucho peores.

Por eso ella murmura hechizos de palabras contra él:

- Que se le achiquen los zapatos para que no dejen de morderlo en lugares donde no se los pueda sacar.

- Que el mosquito de las noches húmedas le pique en cada nudillo, cada vez que intente dormirse.

- Que lo que tiene que entrar por la boca le entre por la nariz.

- Que el bocado hirviendo se instale en el lugar donde duele el corazón.

- Que los dientes se le conviertan en dientes de ajo y tenga que escupir silencios cuando esté lleno de palabras.

- Que el diablo se vaya al diablo –termina.

Y ése es, quizás, el más eficaz de sus hechizos. Sobre todo cuando ella sabe muy bien nombre y apellido del diablo con el que está tratando.

trilce / césar vallejo

trilce..

Hay un lugar que yo me sé
en este mundo, nada menos,
a donde nunca llegaremos.

Donde, aún si nuestro pie
llegase a dar por un instante
será, en verdad, como no estarse.

Es ese un sitio que se ve
a cada rato en esta vida,
andando, andando de uno en fila.

Más acá de mí mismo y de
mi par de yemas, lo he entrevisto
siempre lejos de los destinos.

Ya podéis iros a pie
o a puro sentimiento en pelo,
que a él no arriban ni los sellos.

El horizonte color té
se muere por colonizarle
para su gran Cualquiera parte.

Mas el lugar que yo me sé,
en este mundo, nada menos,
hombreado va con los reversos.

-Cerrad aquella puerta que
está entreabierta en las entrañas
de ese espejo. -¿Esta? - No; su hermana.

-No se puede cerrar. No se
puede llegar nunca a aquel sitio
-do van en rama los pestillos.

Tal es el lugar que yo me sé.

la jaula / JAVIER VILLAFAÑE

La jaula


Nació con cara de pájaro. Tenía ojos de pájaro, nariz de pájaro. la madre, cuando salió del hospital, la envolvió en una manta y le cubrió el rostro.

- ¿Nena? –le preguntaban las vecinas.

- Sí, nena –respondía la madre.

Y mostraba a la recién nacida envuelta en una manta desde la cabeza hasta las rodillas. Sólo se veían las piernas y unos escarpines color rosa.

- Que Dios se la guarde, señora.

- Gracias.

Cuando la niña fue a la escuela, las compañeras la llamaron La garza. Una vez, en un recreo, le dijeron:

- Volá.

Y ella lloró.

Nació con cara de pájaro. Tenía ojos de pájaro, nariz de pájaro. La madre, cuando salió del hospital, lo envolvió en una manta y le cubrió el rostro.

- Que Dios se lo guarde, señora.

- Gracias.

Cuando el niño fue a la escuela, los compañeros lo llamaron El cuervo. Una vez, en un recreo, le dijeron:

- Volá.

El apretó los puños y lloró.

Ni ella ni él volvieron a mirarse en un espejo. Se miraban en la pared cuando tenían que peinarse.
Ella no salía de su casa. Le ayudaba a coser a su madre.

El no salía de su casa. Le ayudaba a hacer el pan a su padre.

Una vez, ella fue a un baile de Carnaval disfrazada de Colombina. Llevaba zapatos de raso y una antifaz blanco. El fue al mismo baile disfrazado de Pierrot. Llevaba zapatos de charol y un antifaz negro.

Pierrot bailó con Colombina. Colombina sintió la ano de Pierrot que le acariciaba el cuello. Pierrot sintió la mano de Colombina que le apretaba la mano. Colombina y Pierrot salieron del baile tomados del brazo. Una pared los detuvo. Ninguno de los dos se animaba a quitarse el antifaz. Oían la música de la orquesta. Se acariciaban las manos. Ella fue más valiente; se sacó el antifaz y dijo:

- Esta es mi cara.

Él se sacó el antifaz y dijo:

- Esta es mi cara.

Se quedaron mirándose un largo rato y se besaron. Volvieron a ponerse el antifaz y siguieron bailando.

Un mes después se casaron. Nueve meses después tuvieron un hijo.

El llegó a la casa con una jaula.

- ¿Qué es eso? –Preguntó ella.

- La cuna –respondió él.

Ella entró en la jaula con el hijo en brazos. Después entró él y cerró la puerta. Los tres se quedaron en la jaula, y fueron muy felices. Cantaban y se abrazaban con las alas.

Libro del río / alberto muñoz

Libro del río


Quizá sea el primer hombre que publica su libro en el agua; en esta competencia desleal, ser primero participa de la tontería; tampoco se me escurre que, de un modo u oro, todos los hombres publican su memoria en tazas o en hijos o en mujeres editables; lo que narro ha sido una fiesta o una boda: durante semanas, escribí sobre el agua del río Espera un libro sucesivo de poemas, los instrumentos han sido palabras y una rama (siempre la misma) del álamo.

Allí está, navegando abierto o cerrado quién sabe por los diversos modos del Paraná.

Los poemas fueron breves porque el agua todo lo deshace. No ha sido publicado para conservar mi nombre sino el de la lectura, un libro para leer en el agua de las aguas. Si la gramática del líquido es posible, también los perros beberán en las orillas letras o diéresis; puede que mi antiguo perro negro perdido en el monte arroyo Felipe se encuentre con su nombre o con algo de mí que reconozco: la barba, el ojo que lo amaba.

He sido feliz mientras escribía con la rama, feliz en los escalones del muelle; habrá que esperar que el castellano del Tajo lo decline, que el Támesis lo lleve a su lengua y que el Nilo lo permita en su inmensa biblioteca.

Alberto Muñoz

Balada del Paraná / rafael alberti

Balada del Paraná

(Ella) canta:

...hoy el Paraná respira con aliento de azahares,
con el azahar me voy, no me detengais,
llego a costas que me llaman, me aposento en litorales...,
me voy, no me detengais,
por alli andaba la Mar dentro de los naranjales, me voy..."

(El) recita:

...cuando pase la Mar, mi cabeza será blanca, y mi corazón tendrá
blancos también los cabellos el día que pase el mar, pero una cosa en
mi sangre siempre el viento moverá, (verde cuando pase el día que
vuelva a pasar la Mar, barrancas verdes del río...)"

Rafael Alberti

La generación de Bidu

La generación de Bidu


Crecimos con los Beatles. Las primeras pitadas de Saratoga sin filtro las hicimos una tarde mientras jugábamos a la payana en la plaza Colón. A nosotros nos tocaron los cuatrocientos golpes y nos quedamos sin aliento en una estrada cualquiera, mientras contemplábamos el anochecer de días agitados. La niñez quedó atrás junto a los caramelos Misky, el tintero involcable y el olor a mandarinas. Nos llevábamos el mundo por delante. Salimos a la calle a gritar palabras felices o incoherentes, pateamos el tablero, desvestimos los santos, metimos el dedo en la llaga, rompimos todos los esquemas y tiramos los pedacitos al viento de la historia.

Pero claro, después vino lo otro. Una inmensa nube inundó nuestro mundo. En aquellos días, al levantarnos, los presentimientos nos asaltaban a punta de pistola. Todos en mayor o menor medida eramos sospechados de ser sospechosos. Éramos culpables de algo. Fumábamos toda la noche con el corazón hecho una fiera mientras esperábamos oir las botas del domador. Nuestros amigos arrancados de cuajo de nuestras vidas quedaron detenidos en el tiempo. A esas fotografías inexactas, a esas malas copias que nos dejó la muerte, las escondíamos en los pasadizos de la memoria para no despertar las iras de las fuerzas de seguridad. Algunos se volvieron moscas de tanto sonreir a las arañas, pero otros se volvieron viento, canción, poema, memoria...la flaca Titilo, el Pelusa, el Gordo Ramos, el Petiso Acevedo, la Turca Flores, el Pato, el Coqui...

Si pasan por el Dique San Roque arrojen una rosa blanca. No pregunten por qué. Nadie se cura de espanto. Eso no lo sabe el domador.

María Grutti

Si es posible

Si es posible

Para ellos, el asiento de la ventanilla,
la mejor parte del jamón del medio.
Para ellos las hadas, los duraznos, las cosquillas.
Para mi los retos, la vejez, el tedio.

Para ellos la zona tibia de la cama en el invierno,
el lado fresco de la almohada en los veranos.
Para ellos empezar la primer hoja del cuaderno,
para mí, el despertador que suena bien temprano.

Para ellos el olor a albahaca y todos viernes,
para ellos el muslo del pollo y los Havanna.
Para mi los apretujes en los trenes,
los tormentos, la estrechez, las pocas ganas.

Para ellos las caricias con pinceles en la nuca,
la dicha de un domingo con abuelos,
las frutillas con crema y mucha azúcar.
Para mí, el albañil que no termina, los desvelos.

Para ellos los ratones, Papá Noel, los Reyes Magos,
la banana de la ensalada de fruta, el kanikama.
Para mí las expensas, el mecánico, los pagos,
para ellos un ratito de quedarse en nuestra cama.

Para mí el insomnio y viajar parado en colectivo,
las tapas del pan lactal endurecidas,
las jaquecas, los problemas digestivos,
los calambres, los engaños, las partidas.

Para ellos las tardes de jugar en la vereda,
el cine, el circo, el sol, los elefantes.
Para mi, lo que quede si es que queda
que teniéndolos felices ya es bastante.

Las espinas del pescado atragantadas,
los esguinces, las fracturas, los desplantes,
la fiebre, las toses, las patadas,
el mal modo, las respuestas humillantes,
los dolores de muelas, lo terrible,
la inacción, las contracturas en el cuello.
Al tratarse de mis hijos, si es posible,
que me duela todo a mí en vez de a ellos.



SEBASTIÁN MONK

qué es poesía / nicanor parra

Qué es poesía

La fundación del ser x la palabra
Poesía eres tú
todo lo que se mueve es poesía
Lo que no cambia de lugar es prosa

Pero qué es poesía
todo lo que nos une es poesía
Sólo la prosa puede separarnos

Sí pero qué es poesía
Vida en palabras
Un enigma que se niega a ser
/descifrado x los profesores
Un poco de verdad y una aspirina
Antipoesía eres tú

Nicanor Parra

Por la carretera de Sintra

Por la carretera de Sintra

Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra,
al luar y al sueño por la carretera desierta,
conduzco a solas, conduzco casi despacio,
y un poco me parece,
o me esfuerzo porque un poco me parezca,
que sigo por otra carretera,
por otro sueño, por otro mundo,
que sigo sin que haya Lisboa atrás dejada o Sintra a la que llegar,
que sigo,
¿y que más puede haber en seguir sino no parar, proseguir?

Voy a pasar la noche en Sintra por no poder pasarla en Lisboa,
mas cuando llegue a Sintra me apenará no haberme quedado en Lisboa.
Siempre esta inquietud sin propósito, sin nexo, sin consecuencia,
siempre, siempre, siempreesta desmedida angustia del espíritu por nada
en la carretera de Sintra o en la carretera del sueño o en la carretera de la vida...

Maleable a mis movimientos subconscientes del volante
galopa por debajo de mí conmigo el automóvil prestado.
Sonrío del símbolo al pensarlo, y al girar a la derecha.

¡Con cuántas cosas prestadas voy yendo por el mundo!
¡Cuántas cosas que me prestaron conduzco como mías!
A la izquierda la casucha -sí, casucha- al borde del camino.
A la derecha el campo abierto, con la luna a lo lejos.
El automóvil, que hasta hace poco parecía darme libertad,
es ahora una cosa en donde estoy encerrado,
que sólo puedo conducir si en ella estoy encerrado,
que sólo domino si me incluyo en ella y ella me incluye a mí.
A la izquierda, ya atrás,
la casucha modesta, menos que modesta.

Allí la vida debe ser feliz, sólo porque no es la mía.
Si alguien me vio por la ventana soñará: ese sí que es feliz.
Para el niño que atisbaba detrás de los cristales de la ventana de arriba
tal vez yo haya quedado (con el automóvil prestado) como un sueño, como un hada real.

Para la muchacha que al oír el motor miró por la ventana de la cocina,
desde el piso de abajo,
tal vez yo fuese algo así como el príncipe que hay en todo corazón de muchacha,
y de reojo pegada al cristal me siguiese hasta la curva en que me perdí.
¿Dejo los sueños a mi espalda, o será el automóvil el que los deja?
¿Yo, conductor del automóvil, o el automóvil prestado que conduzco?
En la carretera de Sintra al luar, en la tristeza ante los campos y la noche,
mientras conduzco el Chevrolet prestado desconsoladamenteme
pierdo en la carretera futura, me sumo en la distancia que alcanzo,
y en un deseo terrible, súbito, violento, inconcebible,
acelero...
Pero mi corazón quedó en el montón de piedras del que me desvié al verlo sin verlo,
junto a la puerta de la casucha,
mi corazón vacío,
mi corazón insatisfecho,
mi corazón más humano que yo,
más exacto que la vida.
En la carretera de Sintra al filo de la medianoche,
al luar,
al volante,
en la carretera de Sintra,
qué cansancio de la propia imaginación,
en la carretera de Sintra, cada vez más cerca de Sintra,
en la carretera de Sintra, cada vez menos cerca de mí...


Fernando Pessoa

Lunes / luis maría pescetti

Lunes

A veces falta poco.
A veces falta un brazo.
A veces falta una palabra.
A veces no falta nada.
A veces falta un abrazo.
A veces falta silencio.
A veces falta estar solo.
A veces no falta nada.
A veces falta un paisaje.
A veces falta vuelo.
A veces falta arrojo.
A veces no falta nada.

Luis María Pescetti

primero mirando al espejo / freddy peñafiel

primero mirando al espejo...
hoy soy un fabricante de felicidades
pescador
lanzador de anzuelos

te busqué
esquinando de casa
no llegaste
o habías pasado color sombra en pared
no te hiciste cuerpo
ni luz

volé al lugar en el que estabas
esperé otra vez
me encendió motor

necesitaba verte
estacionarme para tí
extrañarte

estoy llenito de vos
y ni lo sabes
qué injustos pueden ser los días de tormenta eléctrica
truenos
luna

asterisco: espero que mejores pronto prontito...

Héctor Faciolince, Tratado culinario para mujeres tristes

Receta


Haces volteretas con el cuerpo y la imaginación para evadir la tristeza.
¿Pero quién te ha dicho que se prohíbe estar triste? En realidad, muchas veces, no hay nada más sensato que estar tristes; a diario pasan cosas a los otros, a nosotros, que no tienen remedio, o mejor dicho, que tienen ese único y antiguo remedio de sentirnos tristes.

No dejes que te receten alegría, como quien ordena una temporada de antibióticos o cucharadas de agua de mar a estómago vacío. Si dejas que te traten tu tristeza como una perversión, o en el mejor de los casos como una enfermedad, estás perdida: además de estar triste te sentirás culpable. Y no tienes la culpa de estar triste. ¿No es normal sentir dolor cuando te cortas? ¿No arde la piel si te dan un latigazo?

Pues así el mundo, la vaga sucesión de los hechos que acontecen (o de los que no pasan) crean un fondo de melancolía. Ya lo decía el poeta Leopardi: "como el aire llena los espacios entre los objetos, así la melancolía llena los intervalos entre un gozo y otro".

Vive tu tristeza, pálpala, deshójala entre tus ojos, mójala con lágrimas, envuélvela en gritos o en silencio, cópiala en cuadernos, apúntala en tu cuerpo, apúntala en los poros de tu piel. Pues sólo si no te defiendes huirá, a ratos, a otro sitio que no sea el centro de tu dolor íntimo.

Y para degustar tu tristeza he de recomendarte también un plato melancólico: coliflor en nieblas. Se trata de cocer esa flor blanca y triste y consistente, en vapor de agua. Despacio, con ese olor que tiene el mismo aliento que desprende la boca en los lamentos, se va cociendo hasta ablandarse. Y envuelta en niebla, en su vapor humeante, ponle aceite de oliva y ajo y algo de pimienta y sálala con lágrimas que sean tuyas. Y paladéala despacio, mordiéndola del tenedor, y llora más y llora todavía, que al final esa flor se irá chupando tu melancolía sin dejarte seca, sin dejarte tranquila, sin robarte tu tristeza, pero con la sensación de haber compartido esa flor inmarchitable, con esa flor absurda, prehistórica, con esa flor que los novios jamás piden en las floristerías, con esa flor de col que nadie pone en los floreros, con esa anomalía, con esa tristeza florecida, tu misma tristeza de coliflor, de planta triste y melancólica.

Héctor Faciolince, Tratado culinario para mujeres tristes

EN ELLA / macario

EN ELLA

En ella se resguardan virtudes.
Hay abejas que producen sentimientos.

Por ella el miedo tiembla de miedo,
porque no le espanta lo nuevo.

Las horas toman tiempo en su piel,
y se desgranan en minutos de regodeo.

También nacen flores de su vestido,
y elevan sus olores al cielo de sus pechos.

En sus cabellos se enredan ideas, historias,
sus miles de vidas con sus miles de secretos.

Las manos de ella se extienden al sol
trazando el camino que lleva al sueño.

En ella mi alma toma descanso y saborea el amor.
De ella, el calor, da calor a mi deseo.


Macario

Soneto da fidelidade / (del ciro, bueno no de él pero sí de él)

este soneto llegó a mi mail hace poquito y vaya que me conmovió.. gracias no sólo por las letras sino por el sentimiento... te quiero tanto!


Soneto da fidelidade

De tudo, ao meu amor serei atento
Antes, e com tal zelo, e sempre, e tanto
Que mesmo em face do maior encanto
Dele se encante mais meu pensamento.

Quero vivê-lo em cada vão momento
E em seu louvor hei de espalhar meu canto
E rir meu riso e derramar meu pranto
Ao seu pesar ou seu contentamento.
E assim, quando mais tarde me procure
Quem sabe a morte, angústia de quem vive
Quem sabe a solidão, fim de quem ama
Eu possa (me) dizer do amor (que tive):
Que não seja imortal, posto que é chama
Mas que seja infinito enquanto dure.

Soneto de la fidelidad

En todo, le seré a mi amor atento
Antes, y con tal celo, y siempre, y tanto
Que incluso en frente del mayor encanto
De él se encante más mi pensamiento.

Quiero vivirlo en cada momento
Y en su loor he de esparcir mi canto
Y reir mi risa y derramar mi llanto
Ya para su pesar o su contento.
Y así, cuando más tarde me procure
Quizás la muerte, angustia del que vive
Quizás la soledad, fin de quien ama
Pueda decir del amor (que tuve):
Que no sea inmortal, puesto que es llama,
Mas que sea infinito mientras dure.

Versos de la Tierra

Versos de la Tierra

Ancha para seguir mirando
vasta para seguir andando
seca para conservarte honesto
punzante para hacerte fuerte
verde para continuar viviendo
vieja para darte sueños.

Gary Snyder
Versión de Nacho Fernández
Nikki Isham: Anty arregla carros
Trabajo de mierda
Sara Littlecrow-Russell

En un sueño ayudo a un viejo guerrero
a internarse en los bosques para morir
apacible como rugosa hojarasca
que buscara su sitio al pie de un viejo maple.
Conforme avanzamos, siento la muerte
empezar a envolverle el cuerpo frágil
con su roja cobija.

Entonces él me dice que necesita cagar.

Me arrodillo y meto las manos
en la suavidad de la tierra,
mis uñas rascan como garras de tejón.
Cavo un hoyo estrecho
y le sostengo el equilibrio al viejo
en el borde.

Lo limpio con hojas frescas
y arrugadas servilletas de papel
de las que dan en los restoranes
de comida rápida
y que cargo en los bolsillos del abrigo.
El papel se agita en mis manos
como banderas de plegaria.
El guerrero me sonríe y susurra:
"Hija, grande es el honor en el trabajo de la mierda".


Sara Littlecrow-Russell es una de las mejores voces nuevas de la poesía
nativoamericana en inglés. De origen anishinabe y han-maxi-metís, es abogada y activista por los derechos de las minorías y contra la violencia doméstica. Los secretos poderes del nombrar (The Secret Powers of Naming, University of Arizona Press, Tucson, con prólogo de Joy Harjo, 2006) es su primer libro. Traducción: HB

La longevidad de la memoria

La longevidad de la memoria

Cualquier tiempo de vida es absurdamente corto
si se le compara con la longevidad de la memoria.

John Berger, De A para X

Responde tu, de Nicolas Guillen

jueves 21 de agosto de 2008

Responde tu,
de Nicolas Guillen

Hoy nos ha robado el enemigo un nuevo soldado... otro que se va porque no soporta las privaciones a que nos someten esos mismos cuyas huestes va a aumentar... a él, por el cariño inmenso que le profeso, porque sé que nunca podrá ser completamente feliz bajo otro cielo, porque no soy yo la que ando perdida... le dedico este poema de Nicolás Guillen, que musicalizara Pablo Milanés:

Responde tú, de Nicolás Guillen

Tú que partiste de Cuba
responde tú
dónde hallarás verde y verde y azul y azul
palma y palma bajo el cielo,
responde tú.
Tú que tu lengua olvidaste
responde tú
y en lengua extraña masticas
el "well" y el "you"
cómo vivir puedes, mudo
responde tú.
Tú que dejaste la tierra
responde tú
dónde tu padre reposa bajo una cruz
dónde dejarás tus huesos
responde tú.

Ah desdichado!, responde
responde tú
dónde hallarás verde y verde y azul y azul
palma y palma bajo el cielo,
Responde tú...

Carta II / Carilda Oliver Labra

Carta II
Carilda Oliver Labra

Llueve contra la tarde y tu retrato.
La mariposa enferma su alegría.
Sobre el tintero se quedó vacía
la pluma con que escribo. Duerme el gato.

Miro para la sal, para el zapato,
para la tarde que se pone fría.
Nada me pertenece. Se diría
que el cielo se ha mudado por un rato.

Como la brisa reza y el mar arde,
las muchachas que están bajo la tarde
se sonreirán en todos los espejos.

Como es domingo, como nadie llora,
yo echaré mis claveles en la hora
sin acordarme de que tú eres. lejos.

A mis padres / alberto montoya

A mis padres:
Manuela Montoya Alonso,
Amadeo Puig Raventós.


Mi padre fue Amadeo,mi madre Manuela,
raro o común romance de amo y sirvienta,
donde una mujer de voluntad libre y recia
decidió ser madre y sin saber leer en libro
supo leer a lo claro en su instinto de hembra.

Y en la negrura de una España medio muerta,
medio naciendo a la vida dió a parir tres hijos
y se deslomó para alzarlos,alimentarlos y vestirlos,
para verlos felices y largarse con esa tristeza
de quien dió su alma en misión cumplida.

Al principio solo tuvimos la ciencia de la miseria,
la calle y el barranco,la Alcazaba,el sol,la mar
y un jolgorio de calles llenas de mierda y tierra,
un clamor de pájaros,murallas,tricornios a caballo,
gallineros,pocilgas,garrapatas,piojos y chinches.

Al principio fue el hambre para todo,la ausencia
de tanto menos de la más elemental de las alegrías
y hubo guitarras,fiesta, cuevas encaladas,gitanos,
agua prestada , cubo de aguas negras y pocas bombillas,
nunca nos faltó bocado,veranos de siesta y playa.

Mi madre fue Manuela,mujer morena y ruda,
mi padre,Amadeo,un represaliado de la guerra
a quien se le conmutó la pena de muerte
para trabajar en las imprentas franquistas
de los dóciles periódicos del Movimiento.

Mi padre,Amadeo ,que nos dejó semi huérfanos,
mi madre ,Manuela, que se dejó espalda y piel
para que pudiéramos tener destino y escuela,
se dió al sueño esclavo del sudor y el trabajo,
llevándonos desde sus manos a las andanzas del futuro.

En el espejismo de una España en desarrollo
crecimos al desaire de sotanas y misterios,
años de paz ensangretada,oscuridad y silencio,
cárceles de ignorancia cercando la piel de toro
y el animal humano desposeído y prisionero.

Mi madre fue Manuela,guapa andaluza
sabia en la pobreza,huraña,tierna,humilde,dura,
mi padre,Amadeo,socialista en la Barcelona anarquista,
mujeriego,uno noventa de rubia melena,tuvo otros hijos
y ojos azules como los míos,murió ignorándonos .

Alberto me puso mi madre y Alberto me llamo,
hace algo más de un año perdí a mi hermano,vivía en Madrid,
mi hermana cumplió 52 vive en Murcia y vota derecha,
nací a favor del tiempo en Almería un 15 de febrero de 1960
y en más de una ocasión he muerto y he resucitado.

alberto montoya
20 de Agosto de 2008

Me hice militante del silencio / mi duende

asterisco: qué bueno que volviste mi duende.. el aire no era el mismo sin tí... compañero poeta tomando en cuenta los últimos sucesos te debo un mail largo.... gracias por tanta paciencia!

Me hice militante del silencio
alberto montoya
Me hice militante del silencio
yo que nunca callé nada
dejé la palabra en el purgatorio
de labios cosidos, de labios ahogados
y quise hablar en la voz de los perros,
en el extravio de lluvias anónimas
que dejaban su rostro sorprendido
adherido a los cristales de las ventanas.

"¿Madera o fuego?" me dice el silencio,
"¿acaso sólo eres pobre pedernal
para el cigarrillo de los entierros?".
¿Cómo es posible que me hable
esta oscuridad muda de donde vengo,
este proceder sin luz,este cielo ciego.
Soy un exiliado de las bocas,
ni grito,ni beso ni labios poseo.

En esta cueva sin mundo soy mi dueño
y aquí nazco y muero sin dar cuentas,
ya son muchos los años de aquella hazaña
del ermitaño que bajó a las calles del hombre
y perdió su voz,su raíz y su esencia,
no encontró oídos,sólo rocas adheridas
a orejas sin conciencia,animales de presa comerciando
con el sexo de niños huérfanos de primaveras.

En esta cueva sin mundo soy esclavo
de la vida y de la muerte,del tiempo huero
de tristezas en los horarios,de las ferias del miedo,
aquí tengo un altar de promesas y ruegos,
de lutos eternos y patios cerrados,
aquí tengo la miseria que nos parió
en una edad de barro podrido
y pretendió hacernos ignorantes y necios.

Licántropo,alquimista y nigromante,
sepulturero,maníaco,epiléptico,
soy los accidentes de la historia,
condado de ciegos,mudos y cojos,
hambrientos,enfebrecidos apestados,
soy todos los demonios de las iglesias,
el relojero de los días que quedan,
soy el que escarba,sólo soy el que escarba.

Me hice militante del silencio,
dejé la palabra en el limbo de los egoismos,
me mudé a un desierto de penitencias,
de labios cosidos,de labios ahogados
y quiero hablar en la voz de los perros,
en los rastros de sorprendidas lluvias
que van dejándose la piel y la sangre
en los cristales rotos de la vida..

Campos de Diana / Luis Alvarenga

Luis Alvarenga
Campos de Diana

La caravana de los días
pasa con sus falsas ocupaciones.
Busco otra manera
de preguntar por esa facilidad,
de decir sencillamente
la grandeza del ínfimo equipaje del hombre.
Y no hallo más cosa
que contar esta historia
de una semilla ciega
que no subió al carro de Diana.

*
Mínimo mundo, el que brota
cuando buscamos más allá
de nuestras manos entrelazadas
en el segundo eterno de la sal.
Eres el grano perdido en el delirio de gigante
que tiene el mar.
Mínimo mundo, y sin embargo,
¡tú soportas en los hombros
la esperanza!

*
A los anuales ritos de Diana
no concurrió hoy la esfera.
Rota es la magia diminuta.
Roto su navío, cuando jugaba
a contar gaviotas.
¿Qué palabra hay
para cuando amanezco
arrojado de las puertas del mundo?

*
Lo que me queda
es la ciudad que me persigue.
Se introduce en mis venas
como extraño deliquio de la destrucción.
Mis palabras no logran irse con el aire.
No soy el que propicia levaduras,
el que panifica el silencio.
Tan sólo me describe
el temor al acantilado.

La moneda de hierro / Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges
La moneda de hierro

Aquí está la moneda de hierro. Interroguemos
las dos contrarias caras que serán la respuesta
de la terca demanda que nadie no se ha hecho:
¿Por qué precisa un hombre que una mujer lo quiera?

Miremos. En el orbe superior se entretejan
el firmamento cuádruple que sostiene el diluvio
y las inalterables estrellas planetarias.
Adán, el joven padre, y el joven Paraíso.

La tarde y la mañana. Dios en cada criatura.
En ese laberinto puro está tu reflejo.
Arrojemos de nuevo la moneda de hierro
que es también un espejo magnífico. Su reverso
es nadie y nada y sombra y ceguera. Eso eres.
De hierro las dos caras labran un solo eco.
Tus manos y tu lengua son testigos infieles.
Dios es el inasible centro de la sortija.
No exalta ni condena. Obra mejor: olvida.
Maculado de infamia ¿por qué no han de quererte?
En la sombra del otro buscamos nuestra sombra;
en el cristal del otro, nuestro cristal recíproco.

Última Elegía

Última Elegía

Yo podría decir que estoy de primavera
bajo un aire oloroso a luz definitiva,
y podría tapar la mirada bisiesta
que se me está cayendo afuera de la vida;
y ser de flor, de lluvia, de mariposa buena,
semejante a este cielo cuidado por la brisa,
a la ignorancia simple con que quiere una abuela,
o a la salud del alba, que es casi campesina...

Pero me estoy llorando el corazón que llevo
frente al hombre que tiene un poco de mi frío.
Ya no puedo dormir con párpados violentos:
él me espera despierto en la calle del vino.

Quizás debo acordarme de este color que tengo
y debo ser más tibia que un rincón de olvido.
Le diré blandamente con mi voz de febrero:
Enséñame una llama que se apague distinto.

Y estaremos las noches que le falten al tiempo
en el lugar humilde donde se acaba un trino;
él, con la frente inútil que le puso el invierno,
y yo, como un adiós sujeto en el vacío.

Carilda Oliver Labra

DISCURSO URBANO / del ciro..(no de él pero sí de él)

tu presencia llenó muchos espacios vacíos de mi corazón....

Todas as cidades do mundo
Izacyl Guimarães Ferreira

DISCURSO URBANO

(trechos)

1

Olhado de uma nave espacial,
eis o planeta como tela abstrata
ou escultura móvel a girar:
manchas de cor na passagem solar,
na espessa noite as luminosidades
das vidas agrupadas em galáxias.
Somos as manchas e luzes, teatros
de uma aventura sem roteiro claro,
de medo e fé, de sonhos e trabalhos,
que podem ser um grito ou ser um salmo.

6

Toda cidade é feita com palavras:
seus nomes, sons que são totalidades.
Ouvi-los ou dizê-los são mensagens
colando-se à lembrança, são cristais
do reconhecimento. Saltam claras
ou sombrias na mente ao evocá-las:
Constantinopla, Nínive, Cartago.
Granada, Gênova, Berlim, Chicago.
As meras sílabas, pronunciadas,
modelam estruturas virtuais.

8

Em todos nós há um sonho de cidade.
E preciso encontrá-la e desvendá-la.
Construí-la, talvez, bem planejada.
Se Lúcio Costa a riscou para Oscar,
já cresce do projeto o seu sinal
e a cruz da ocupação enche o cerrado.
Assim Brasília e no verso Pasárgada.
O sonho que foi mito é realidade.
O sopro do poema é só metáfora.
Em que papel ou chão há mais verdade?

9

Cidadão. Morador. Enraizado
neste chão onde medram plantas ávidas.
Junto às sobras da mata original,
variáveis texturas nos quadrados
em que a vida se ordena antiga e rara.
Multidão, sou de uma espécie animal
entre contornos artificiais.
Bicho urbano, circulo pela jaula
aberta da metrópole, arável
território das plantas do provável.

29

Vi Cartagena, a bela, a ocidental
das índias caribenhas dos piratas,
pensando uma Ouro Preto à beira d'água.
Vi Havana, a marinheira, rasgada
de ferrugem e sal politizados.
E a Barcelona de Gaudí, linguagem
da cor na arquitetura em liberdade.
Em todas elas me senti local,
cativo de seu céu aberto e largo,
um céu que as faz maiores que os traçados.


Corcovado, Rio de Janeiro, Brasil.

31

Se tantas vezes foi por mim lembrada,
para a que é minha já me falta a fala,
embora a tenha inteira no sotaque
— aquela entre oceano e Guanabara,
onde do prazo já cumpri metade.
Melhor voltarmos ao Bandeira, ao Carlos,
ao Tom, Noel, Vinicius de Moraes,
ler Cecília na Crônica Trovada,
Rio de um santo e um fundador flechados.
Rio verbete meu e meu comparsa.

32

Numa cidade tudo é transitar.
De um lado a outro, por cima e por baixo,
entre sinais, nos ares e nas águas,
entre malhas de horários. Circular,
faz-se a vida uma renda de chegar
e retornar, um tecer o bordado
de uniformes e bailes, de mortalhas,
as mãos cortando o infinito baralho
da roda da fortuna, num girar
que é o próprio jogo e o preço da passagem.

34

São seu avesso, são os quase bairros,
pardas cidades que não são: esquálidas
favelas da fala de Drummond, fala
universal de arquiteturas trágicas.
São dolorosas danças num cenário
à mostra mas oculto em suas armas.
Sob as linhas das letras musicais
há uma verdade maior, a das máscaras
noturnas e sem cor, que nunca saem
nas fantasias de seus carnavais.

qué sabran de nosotros las estrellas / mi duende...

qué sabran de nosotros las estrellas
Ahí te veo tumbada en el descanso del verano
como una galaxia exhausta y silenciosa
y me adentro en tus nebulosas de piel escurridiza
y me miro en tu delicia de ojos pardos.

Me cuido de tus rabias de animal desbocado,
me tiemblan los pasos cuando miras de frente
y te adentras curiosa e inquisitiva en el espejo
abisal y caótico de mis ojos claros.

Quisiera que al regreso de mis dudas
me dieras la certeza imprecisa de tu confianza,
ese saber de vagabundos sin más ciencia
que dos manos y un corazón abierto a la esperanza.

Te recuerdo corriendo al futuro o a la nada
en ese tren depresivo desprovisto de infancias,
te engañé cuando oculté mi prisa desesperada
y te invité a ese vino en mi mesa de arena y agua.

Ya dejé el escudo y la espada,son otras las armas,
es otra la misma pelea,el mismo abrazo,la misma guerra
y me adentro curioso y excitado a la tentación y a la calma
de tu alma siempre alterada,poderosa hembra.

Quisiera darte cuando huyes a tus simas
un candil de deseos y puertas,una llama
de otoñales colores y una fuente
donde bebas de mí hasta saciar tu ansia.

Cuando llegue el invierno encenderemos la fragua
donde se funden unos con otros dolores y misterios,
y alterados y doloridos y sorprendidos y sosegados
dejaremos el eco de la risa tras cada paso andado.


17 de Agosto de 2008
alberto posada

La aguja y el camello / euler granda

Euler Granda


La aguja y el camello

('Es más fácil que un camello pueda atravesar el
ojo de una aguja antes que un rico entre en el reino
de los cielos').

Si se enterasen mis congéneres
que a mí sin ser camello
me es dado atravesar el ojo de una aguja
y que es un juego fácil.
Si comprendieran
lo que es trocar en hilo la grasa del abdomen,
los gordos pensamientos
y el tumor de los lunes.
Si tan sólo supieran en dónde está el ovillo.
En realidad
si fueran mis congéneres;
si tuvieran los ojos para ver
y no para patear;
si en lugar de espiar con el estómago
comieran simplemente,
llanamente comieran
y siguieran comiendo
y establecieran premios para los más glotones
e inofensivamente así,
sin meter los zapatos en los platos ajenos.
Si mis iguales,
mis diferentes semejantes,
los que funcionan como yo
y sin embargo
más que yo rebuznan.
Si supieran los nudos que me hago
y que buscarle
cinco patas al gato
es como sonreírse sin los dientes.
Si supieran
me digo:
que dos y dos son cinco,
que la línea más corta
no es la recta
y que no queda en pie de los axiomas
ni la aseveración rotunda,
ni Pitágoras.
Si supieran no más
que yo ya no soy
sino un primo lejano
que se quedó aplastado bajo un sueño
y desde entonces
algo como un violín
le está goteando adentro.
Si supieran las cosas que yo escribo
desde este barrio sin desagües
donde nos estancamos todos
y la luna se aborta empantanada.
Si supieran las cosas que no escribo
y las cosas que escondo en las rendijas;
si supieran no más,
os doy por descontado,
no pasaría nada.
Además
qué carajo,
qué reino de los cielos,
qué flor
ni qué camello;
los ricos
mientras más barrigones,
con más facilidad
entran a cualquier hora dondequiera.

LOS AMIGOS / julio cortázar

Poemas de Julio Cortazar

LOS AMIGOS

En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.

Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas, me espantan
las moscas de los hábitos, me aguantan
que siga a flote entre tanto remolino.

Los muertos hablan más pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.

Así un día en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra.

Canto Versos / fandermole

Canto Versos
(Fandermole)

Si pienso en algo para decir
si pienso en alguien por quíen vivir
si casi nada se tiene en pié
y este segundo ya se nos fué
si en la mirada dura un fulgór
atravesando tanto dolór
yo canto versos de mi sentir
y los condeno a sobrevivir.

Donde parece el sol no alumbrar
donde se muere de soledad
en lo más hondo de esta quietud
donde ocultó la sangre la luz
donde agoniza un ángel guardián
y se nos pudre el agua y el pan
yo canto versos del corazón
y los enciendo en una canción.

Canto,, canto
tan débil soy que cantar es mi mano alzada
y fuerte canto, canto
que más hacer
en esta tierra incendiada sino cantar.

En lo invisible de una ciudad
donde se ocultan odio y verdad
donde las bocas de un nene gris
corren sonámbula tras de mí
la infortunada noche que un dios
arrepentido nos olvidó
yo canto versos de furia y fé
pa' que me ayuden
a estar de pie.

Canto, canto
tan debíl soy que cantar es mi mano alzada
y fuerte canto, canto
que más hacer
en esta tierra incendiada sino cantar.

Canto, canto
tan débil soy que cantar es mi mano alzada
y fuerte canto, canto
que más hacer
con palabras deshabitadas sino cantar.

estirpe de maíz / josé conde

Estirpe de maíz

(a Fidel)

Barba rala
corazón universo
eterno Comandante de la alborada.

Palabra ancha
razón en versos
verbo conjugador del mañana.

Fusil o lápiz
siempre en ristre
caballero de verdes sueños.

Simiente ejemplo
de humanos libres
y un grano de maíz en el pecho.

J.C.
Berlín, 13 de agosto de 2008

AMOR DE CIUDAD GRANDE

AMOR DE CIUDAD GRANDE
josé martí

De gorja son y rapidez los tiempos.
Corre cual luz la voz; en alta aguja,
Cual nave despeñada en sirte horrenda,
Húndese el rayo, y en ligera barca
El hombre, como alado, el aire hiende.
¡ Así el amor, sin pompa ni misterio
Muere, apenas nacido, de saciado!
Jaula es la villa de palomas muertas
Y ávidos cazadores! Si los pechos
Se rompen de los hombres, y las carnes
Rotas por tierra ruedan, no han de verse
Dentro más que frutillas estrujadas!

Se ama de pie, en las calles, entre el polvo
De los salones y las plazas; muere
La flor el día en que nace. Aquella virgen
Trémula que antes a la muerte daba
La mano pura que a ignorado mozo;
El goce de temer; aquel salirse
Del pecho el corazón; el inefable
Placer de merecer; el grato susto
De caminar de prisa en derechura
Del hogar de la amada, y a sus puertas
Como un niño feliz romper en llanto;
Y aquel mirar, de nuestro amor al fuego,
Irse tiñendo de color las rosas,
Ea, que son patrañas! Pues ¿quién tiene
Tiempo de ser hidalgo? ¡Bien que sienta,
Cual áureo vaso o lienzo suntuoso,
Dama gentil en casa de magnate!
O si se tiene sed, se alarga el brazo
Y a la copa que pasa se la apura!
Luego, la copa turbia al polvo rueda,
Y el hábil catador-manchado el pecho
De una sangre invisible-sigue alegre
Coronado de mirtos, su camino!
No son los cuerpos ya sino desechos,
Y fosas, y jirones! Y las almas
No son como en el árbol fruta rica
En cuya blanda piel la almíbar dulce
En su sazón de madurez rebosa,
Sino fruta de plaza que a brutales
Golpes el rudo labrador madura!

¡La edad es ésta de los labios secos!
De las noches sin sueño! ¡De la vida
Estrujada en agraz! ¿Qué es lo que falta
Que la ventura falta? Como liebre
Azorada, el espíritu se esconde,
Trémulo huyendo al cazador que ríe,
Cual en soto selvoso, en nuestro pecho;
Y el deseo, de brazo de la fiebre,
Cual rico cazador recorre el soto.

¡Me espanta la ciudad! Toda está llena
De copas por vaciar, o huecas copas!
¡Tengo miedo ¡ay de mi! de que este vino
Tósigo sea, y en mis venas luego
Cual duende vengador los dientes clave!
¡Tengo sed; mas de un vino que en la tierra
No se sabe beber! ¡No he padecido
Bastante aún, para romper el muro
Que me aparta ¡oh dolor! de mi viñedo!
¡Tomad vosotros, catadores ruines
De vinillos humanos, esos vasos
Donde el jugo de lirio a grandes sorbos
Sin compasión y sin temor se bebe!
Tomad! Yo soy honrado,tomad y tengo miedo!
Tomad!

Parábola del hombre perspicaz

Cronopiando
Parábola del hombre perspicaz
Koldo Campos Sagaseta

Una noche, el hombre perspicaz llegó a su casa tras ocho perspicaces horas de trabajo y, como siempre, besó a su perro, se quitó los zapatos y saludó a su mujer.

Nada hubiera dicho antes de sentarse a cenar de no ser porque esa noche el hombre perspicaz reparó en la suciedad de una de las ventanas del comedor.

-¿Y por qué no has limpiado esa ventana? -preguntó el hombre perspicaz a su mujer- ¿Se trata de alguna promesa? ¿Te cae mal esa ventana? ¿Tu religión te prohíbe limpiarla?

La mujer, en absoluto perspicaz, le respondió mientras servía la cena:

-Si hubiera limpiado también esa ventana nunca te habrías dado cuenta de que limpio las demás.

 
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