Amanecer (en amor mayor para dos voces)


asterisco: sugiero escuchar el poema con los dos enlaces que les coloco a continuación, así queda más bonito!





Amanecer (en amor mayor para dos voces)
Macario

Despierta la mañana.
En la suave penumbra del alba
siento la voz
de tus pasos por mi mente,
llenando de luz el vacío
que dejaron las pesadillas esta noche.
Veo tu risa clara (Mi luz te llega)
asomando por la ventana, (por esa rendija del alba)
llamando a la vida (buscándote)
en este día amarillo, y nuevo.
Te vuelves polvo, (lo negro)
te veo volar junto a mi, (de tus ojos abiertos)
te respiro, te toco, (es el remedio)
me acaricias la sombra, (contra las pesadillas),
apagando mi miedo
Te bebo a sorbos pequeños, (estoy en ti)
sello mis labios (en tu boca cerrada;)
por tu sabor, (de la imaginación, la causa)
disfrutando cada gota, (que juega con las palabras),
de recetas tuyas (dichas un día,)
recordadas por la frescura de esta mañana.

Mientras me visto de superviviente
para sumergirme en la ciudad,
hago mi oración matutina:
pequeña de mi amor
no me desampares
de noche ni de día.
Amen.

domingo, 13 de julio de 2008

INSTANTÁNEA

Gonzalo Rojas
INSTANTÁNEA


El dragón es un animal quimérico, yo soy un dragón
y te amo,
es decir amo tu nariz, la sorpresa
del zafiro de tus ojos,
lo que más amo es el zafiro de tus ojos;

pero lo que con evidencia me muslifica son tus muslos
longilíneos cuyo formato me vuela
sexo y cisne a la vez aclarándome lo perverso
que puede ser la rosa, si hay rosa
en la palpación, seda, olfato

o, más que olfato y seda, traslación
de un sentido a otro, dado lo inabarcable
de la pintura entiéndase
por lo veloz de la tersura
gloriosa y gozosa que hay en ti, de la mariposa,

así pasen los años como sonaba bajo el humo el célebre
piano de marfil en la película; ¿qué fue
de Humphrey Bogart y aquella alta copa nórdica
cuya esbeltez era como una trizadura: qué fue
del vestido blanco?

Décadas de piel. De repente el hombre es décadas de piel, urna
de frenesí y
perdición, y la aorta
de vivir es tristeza,
de repente yo mismo soy tristeza;

entonces es cuando hablo con tus rodillas y me encomiendo
a un vellocino así más durable
que el amaranto, y ahondo en tu amapola con
liturgia y desenfreno,
entonces es cuando ahondo en tu amapola,

y entro en la epifanía de la inmediatez
ventilada por la lozanía, y soy tacto
de ojo, apresúrate, y escribo fósforo si
veo simultáneamente de la nuca al pie
equa y alquimia.

Mayo hundió treinta y un garfios en mi espalda...

Román Luján
Mayo hundió treinta y un garfios en mi espalda...

MAYO HUNDIÓ TREINTA y un garfios en mi espalda
Cómo explicarlo: el mundo
solía esperarme a la vuelta de la esquina
deseable por lejano inmerecido
futuro aún en su cáscara
justo antes de pudrirse

Pero una tarde —certeza de lo inmóvil—
el hastío del mismo ocaso mismo puño mismo nombre
mismos aparadores celando la belleza
irrumpió con su enjambre de silencios
con su discreta furia

Cada golpe
fue exacto paciente irreversible:
el ansia por ejemplo y sus relámpagos
sacudieron el cielo de la alcoba
devastaron
senderos vírgenes de tanta incertidumbre
Superado el incendio
cierta angustia
fue esparciendo mandíbulas de acero en el follaje
de aquel mes carnicero
y una a otra gotearon mis entrañas
en su espiral nocturna

Mayo hilvanó un collar de rostros un rosario
colgado entre las fauces de una hiena
que en sueños me persigue
sórdido bufón que exuda miedo
en las fisuras más tiernas de mi sombra
hasta volverme ajena la sintaxis
el pan del hambre asir una cuchara

Y ahora a pocos meses
de reunir las costras
dispersas en la almohada
de emerger ya sin córneas
que resistan el peso de la aurora
a poco de fingir
que el miedo cicatriza en mis costados
y apretar el mango del grillete
para no caer sin furia en qué morirse
hundo mi pie en el aire
reconozco
el mismo polvo ardiente en mi esqueleto
el mismo borrador abandonado
la fuerza que adelgaza en sus extremos
esta vacilación creciente de la sangre
que a ratos pacifica —robustece—
antes de volverse la resignación
del que no haya su reflejo
en el charco después de la tormenta

un poema revolucionario...

9 de Julio
1816 - 2008 Arde nuestra América hispana en un grito de Libertad e Independencia, es el grito subversivo de indios y criollos que se revelan contra el yugo colonial de la corona española, es el grito ahogado en sangre de los Tupac Amaru, de los Pedro Chumay, de los Juan Chalimin, es el grito de las tacuaras de los Güemes, de las Manuela la Tucumana, de las Juana Azurduy, es el grito de los sables y cañones de los Belgrano, de los Castelli, de los San Martín, es el grito de la pluma de los Moreno, de la poesía de los Parera, de la Música de los López y Planes, es el grito revolucionario de nuestro pueblo que comienza a librar la dura batalla interna y externa para declarar su independencia de toda dominación extranjera y dar a luz una nueva y gloriosa nación.

del Portal del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba, Sección 5 Patriotas

 
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