Julia Cabalé


Julia Cabalé

ESTIGMA

Hay una forma de mirar que nos devuelve las formas.

Visión del ojo recreando su metáfora.
Pincel de luz para innovarla.

Energía vuelta en sí y contra sí
cuando caduca.

Hay una forma de mirar que nos devuelve
las formas que nos siguen.

ELECCIÓN

La ficción de la luz
argumenta la densidad del cuerpo y del aire
por lo inevitable.
Saber, no es para gritar
que el pensamiento se quiebra.
Saber, hace vibrar
y por qué no,
elegir la forma.

RUTA

Estela de luz que en mí se quiebra. Ruta de milenios
avanzo y limito la red de tus vacíos.

Pertenezco a las interrogantes
al discurso el éxtasis que me confina
a barrer las horas del día.

CREPITACIONES

1

Sin pájaros sin árboles.
Canto del gallo
en la madrugada.

2

Chas...

Universalidad
de las hormigas.

3

Mis brazos en cruz
mi frente sobre la tabla.

4

Las ramas secas huyen de la ceniza.
Crepitaciones. Llovizna ilustre.

5

Ni pesar ni agonía, gesto de placer
a la manera húmeda.

6

Energía
¿no tienes bordes?




7

Trazo inicial
causalidad de línea fina.

El pincel tiembla ante su obra.
El original en reciprocidad
seguirá esperando.

8

Un poco tierra
mis versos fluyen
a pesar de...

9

La paz y la nostalgia toman
una taza de café
en mi ventana.

NOMBRES Y SUCESOS

1

Nuestra cofradía
es un montoncito de nombres y sucesos.
Si no somos los iniciados,
iniciaremos la cronología
de la orfandad de los espejos.
La señal comienza en el costado
Es el tiempo que nos deja solos.

2

El espejo entrega lo que aún perdura.
Definición de la última estancia.
El espejo esperará al otro,
mientras persista.

EL GRITO

Olor de la carne bajo tierra. Olor natural de los elementos.
La realidad nos desorienta, de alguna manera nos rescribe.
El grito define a la especie, un clan, lo nómada del bosque.
Sin frontera tierra mía. Universal es la mirada.


(textos y fotos tomados de la revista esquife)

viernes, 6 de junio de 2008

roberto viña

COLLAGE DE PARAFILIAS
Roberto Viña

¿Qué libros, qué palabras y qué letras son más santas, más dignas y reverendas, que las de la Divina Escritura? Y sin embargo ha ocurrido que, leyéndolas, algunos no sólo se han perdido a si mismos, sino que han sido la perdición de otros...
G. Boccaccio.


OBITUARIO DE JACK

a Anne

...continúan los asesinatos brutales a prostitutas en el distrito de White Chapel…
Daily Telegraph, Londres, Diciembre 1888



La víctima
no es aún la víctima;
es sólo una mujer ardiendo
en otros brazos...
Luis Rogelio Nogueras

¡Son tantos orgasmos de seda presos
en la cumbre de tus senos!
Orgasmos de duendes adúlteros
envueltos en sus mitológicos falos;
atractivos en los carnívoros pezones
y emanaciones caleidoscópicas de extraño origen;
de insulso encanto entre la miel
de tu sombra sangrienta de esperma.

Inequívoca voz de aquellos anónimos gemidos,
enramados por la sutileza de varios chelines
bajo el influjo de una seducción descarnada,
desinhibida en el estertor hechizante de las faldas.

Los labios raptaban en sus grietas naturales
el encanto de Adán hecho simiente
con el tropel undoso de las caderas.
Y en inédita ascensión de las notas mezquinas
a la garganta, hacían de los dedos incrustados
un enlace orgiástico en la lengua de la chica.

Humedece y engendra debilidades con los secretos,
mientras no exista un beso al cual asirse,
mientras masculle entre dientes con lasciva sorna
la inmortalidad de sus rizos ébanos y obsesiones meretrices.

¡Hay tantas monedas en la bolsa del vientre
que entrechocan su precio en otras sábanas fétidas,
de falso origen y pertenencia ajena, prohibida!

Descríbeme el silencio y recita
con el vino, al cenar de tus senos
el sensato deleite del calvario

¿Aún resta en sus piernas los aromas nauseabundos
remanentes del roce hecho suspiro,
subyugado en el placer y esclavo
del sudor en la penumbra;
y el titubeo de mis manos rígidas
al arder en su rostro?

La daga de mis colmillos desgarró
bajo la bóveda de la capilla blanca
en la sucia callejuela sus labios de escarcha,
esa piel nívea del torso.
Destrocé sus piernas opacas
y encontré en el placer del dolor flagelado
ese excipiente de un éxtasis inevitable

Busqué en los ojos la tristeza
de morir bajo la inflexión
de un orgasmo perpetuo
No pude encontrarlo,
porque son lágrimas sus carnes de burdeles
en la neblina londinense.

No menos de diez pequeñas faldas la noche
imperecedera desnudó de sus voces,
para hurtar los gritos y remedarlos en un eco
de lascivia invisible que, nos revolotea y envuelve
Esas son mis hadas nocturnas;
las hice mías, y después, de su belleza
de mortales quedaron insatisfechas
con el pudor infernal de las ánimas.

La catedral de las piernas permanecerá
extensiblemente abierta para el filo
poluto e irascible de mis palabras;
y aunque hayan partido, la perfección de la vagina
custodia la memoria de mil fantasmas
en otras húmedas soledades,
por mi lengua --y alma-- enferma.

SONAMBULISMO

Y apagaba las lámparas el viento matutino.
Era la hora en que enjambres de maléficos sueños
ahogan en sus almohadas a los adolescentes.
Baudelaire

(reflexión)

Cada día descubro llagas en mi cuerpo,
marcas que apenas siento,
hasta el rozar del agua en la boca,
y el descenso a la búsqueda de mis pies.

(descubrimientos)

Líneas finamente abiertas en profundos
espacios de piel, alargadas fisuras
más profundas cada vez,
más purulentas,
extrañas y desconocidas.

¿Qué hace el cuerpo cuándo reposa
por el olvido y la inconsciencia?
¿Qué hago cuándo no soy yo?
No quiero pensarlo.

(pánicos)

No temo reconocer quién soy, o seré
Tengo miedo de las nuevas heridas en mi piel,
cuando las antiguas han cicatrizado
A veces, las llagas dejan un trazo de sangre al final;
una canal alargada que se une a otra
en el alma

(símiles)

Este cuerpo llora cuando el agua la sacude,
arde en las arqueadas de mis huesos mientras
la espalda asemeja una ramera violada,
que, muestra los latigazos ilegibles
de algún sadomasoquismo difunto.

(síntomas)

Las llagas de mis piernas
derivan en cruces incoherentes;
las manos apestan y apenas puedo cerrarlas,
y mientras se alivian algunas lesiones,
otras (re)aparecen donde no cabe la imaginación.

(malestares)

Me duele el corazón por una hendidura
que, al creerla superflua, no cicatrizó
en el pecho, y sobre el costado tiemblo,
pierdo los dedos en ese agujero
donde estas uñas y huellas dactilares irrumpen
en una marisma de tatuajes coagulados.

(náuseas)

A cada minuto detesto ver:
mis brazos,
las piernas,
el alma,...
detesto observarme en el espejo
y en ocasiones, odio verme desnudo,
admirando mis huesos...

(días sin novedades)

Como un reflejo siniestro son los órganos
en este cuerpo anciano y empolvado
por el hollín de las arrugas.
Las arrugas quedan enmascaradas
y estancan los ojos de lágrimas,
y las cicatrices que el rostro ha olvidado ocultar,
están congeladas en mi tez por siempre.

(negaciones)

Apenas puedo dormir,
apenas concilio el sueño
por el dolor insoportable
del cuerpo flagelado;
por el castigo de esclavizarme
a esta extraña penitencia obligatoria.

(temores)

Cada día discurro los párpados,
tembloroso, y busco alguna llaga distinta
sin comprender que no reconozco
las viejas grietas
Las sábanas son rojizas
y el remanente de mi cabeza desciende
sanguíneo al tragante del baño,
púrpura al inodoro
ante el asombro de los estertores.

(pasos al jardín)

Las rosas en rosal de la abuela eran blancas,
ahora son botones de tonalidades disímiles,
níveas con puntos escarlatas desconocidos, la mayoría,
mientras las espinas cada día sangran más

(conclusiones)

Estos ojos temen cerrarse, pero
no pueden detener el influjo del hastío
Han sido muchas horas en vela
mientas el insomnio duerme en algún
recodo de la habitación.

(delirios)

¿Amaneceré muerto? le pregunto
al sueño, y éste no contesta, calla
cuando escupo la respuesta: Algún día.
A cada hora descubro lesiones en mi ser,
pústulas ceñidas al recuerdo
como espinas viejas al rosal enfermo.

CAMA VACÍA (PENÉLOPE)

Anoche
creí escucharte susurrando esas frases
antiguas que del amor hiciste tuyas,
creí verte desde la sombra, de pie,
mirando ese pedazo de sospecha
que han sido estas noches esperando por ti
creí ver en tus ojos ese deseo de entrar en la cama

Anoche
el silencio fue más nuestro que en meses anteriores
porque no pronunciaste una palabra,
pero tu aliento pausado se escuchaba igual,
tus besos tenían el mismo antojo
y esas caricias que esperaba de las sábanas limpias
estaban incrustadas en tu carne sin saberlo.

Anoche
escarbaste en mis sueños con tu aroma,
con tus ropas, los músculos, esos gemidos de gozo,
apareciste de la nada con esa indocilidad
de océanos navegados;
y despertaste mi piel muda e inerte
desde que te marchaste

Anoche
entró al cuarto tu cuerpo y el sabor del vino
como dos seres extraños, fantasmas independientes
y obscenos de una lujuria hambrienta.
También vinieron todos los hombres
con los que he convivido hasta esta noche
Uno por uno, fue tomándome con la sorpresa
de una misma piel,
de una sola carne penetrada,
intentando llenar mis pensamientos de espera,
los rincones negros de mi impaciencia,
hilando los tejidos desordenados
de una suavidad de sensaciones sin nombre.

Anoche
pensé en ti, y tú, te hiciste de huesos,
hombre, por la bendición de dioses moribundos,
un rostro de oscuridad,
y cera de sudor y temblores por las velas apagadas
fuiste un viento de uvas maceradas
en los labios,
un instante paralizado de demasiadas noches
para una sola desnudez;
el espasmo de muchos sueños en una cama vacía.

Anoche
desperté con tu ropa puesta, vestida de ti;
y la armadura aún descansaba donde antes dormías,
como si el hombre que la vistiera
se hubiese hecho cenizas en los sonidos de la noche.
Al lavarme el rostro, aún era tu cara en mis manos,
y tu pellejo en las lágrimas que después derramé.

Anoche
ocurrieron cosas inciertas en mi memoria
supe que no eras tú, pero aún así te permití entrar
y después, me entregué sin remordimientos,
ni abandonos,
Anoche
fue una sonrisa tierna y desenfada tu ausencia
la voz de nuestro hijo me confesó
que no regresarías a Ítaca;
pero no importaba,
él permanecería siempre a mi lado.

TAUROMAQUIA

Mino(s) tiene una obsesión caprichosa
aquilatada en la saliva,
oculta entre los labios,
apagada en la boca…
Mino(s) resurge taurino ante las noches
de pecado inconfesable.
Los días endosados al olvido y la adquisición
del insomnio,
el temor inherente a la huida
con el taumaturgo de las cenizas abandonadas
no le permiten olvidar la partida presta
de la ceguera ante la ingravidez de sus lamentos.

Es extraño, pero Mino(s) desea engendrar
en mí, las ansias que en otros difuntos
no he permitido.
Añora desesperadamente no ser
como viejas corridas, por ende,
consumadas y muertas
en el cansancio de la carencia;
como análogas caricias extintas
ante la estocada mortuoria
de la duda y el adulterio.

Mino(s) aunque sin confesarlo, cautiva
mis ojos de amaneceres estériles e insípidos
entre los muros de su enfermiza esclavitud
obseso debido al cornudo proceder de su origen,
éste, erige su génesis entre los barrotes de un laberinto
construido para una morada de exilio.

La cornamenta agotada de su verborrea
origina irrisorias excusas ante la insistencia de mi prisión,
cada día más prolongada.
Mino(s) en silencio loa frases al milagro de poseerme.
Al tenerme pierde todo temor por perderme
y asfixia en su idolatría condenada mi lengua
a sus rumiantes entrañas.
Bajo el abrazo bovino derrite cada poro
con cada hebra parásita de su vientre velludo;
desbarata con cornadas violentas y lunáticas
los impotentes bufidos de asirme al aliento
ante la incapacidad de respirar por si solo

Mino(s), el cornúpeto, después de asesinar
a mi cancerbero de carne desconoce otro modo
de bendecir mi ausencia que, con la muerte.
Encerró en cada reja un espejo, con el pretexto
de encontrarme incluso, aunque no estuviese,
mientras la complicidad de su hastío mantiene
el cerrojo de su desvelo como una castidad
altruista en voto de silencio.
Sin embargo, para Mino(s) este es el único espacio conocido,
fallece en las noches, al agotarse la claridad,
moribundo ante la soledad de su equívoco.
Y allí estoy, como el ánima posesa de un cuerpo invisible
en una sonrisa estrecha, angosto al igual
que el sitio donde lloro mi embriaguez.

Mino(s) en una planicie de ensueño abraza
un cadáver pasifaénico con el sabor de mi boca,
y observa como escapo ágil a través de cada pared,
perdiendo la grácil silueta de mi desnudez
en otra forma ilícita e impúdica;
ausentado hasta la nada de verme
sin poderse conformar.
Y rumia un lamento agonizante,
estremecido por la verdad de la pérdida
y el pasto abundante de las frustraciones.
Cuando cierra los ojos, le oigo llamar el nombre
de mi fantasma en las vestiduras. Ariadna.
Abrazarse a mi cuello, llorar al reiterarse
en cada seducción la pesadilla de mi existencia.

Asediado por la ausencia, le agobia
y atemoriza también mi desprecio.
No concibe la distancia de mis dedos sin el ansiado páramo
de las piernas donde ir a perder la vida…
Jamás me dejará ir, a pesar de la abominación;
cuando no encuentra siquiera sentido a subsistir
sin las banderillas de los engaños,
ni los atavíos de su cabeza taurina,
sin las píldoras sedantes de la bestia en su abdomen.

Déjame partir Mino(s), permite morir a este Dédalo travestido,
desvelado y voraz, que, en ansias de respirar mutiló
la imagen paterna de si mismo en mascarada de odalisca.
No intentes extraviarte en estas faldas fatuas de artificios,
olvida la mitología de las penitencias cretenses
y sortea los laberintos internos del alma humana.
Aún sin tenerme me habría extraviado
en los avatares entrecruzados de las contradicciones caóticas,
escapando en los brazos de otro amante senil
con los escalofríos de este acto pantagruélico,
caleidoscópico,
alucinantemente pornográfico.


(textos y fotos tomados de esquife)

karel a. leyva ferrer


NÁUTICAS Y OTRAS ACOTACIONES DEL VIAJERO
Karel A. Leyva Ferrer

¡Oh barcos que pasáis en la alta noche
por la azul epidermis de los mares!
Rene López


IV

Se han roto los espejos
ahora todo es tierra
palpable
vulgar

Puse mi mano en alto
me queda algo de viento
todavía

Voy a grabar mi espada
contra el nombre y el sol de los adeptos

Este el lado incierto de las cosas
aquí no se reflejan nuestras llagas
solo la fe y el don

Perfectamente ciegos
ante la luz que impacta
hablamos del azar
y damos al vacío otro fragmento.

ÁGAPE INCONEXO

Dobla el periódico
lo vuelve un catalejo
toda la luz de golpe
se disfraza

Ha comenzado el ciclo de la rosa
gema
cristal
recuerdos
blanco y negro

Parado frente al ojo está el deseo
el modo de invocar
la mano abierta
ya danza el voyerista
su osamenta repite una fricción sobre lo terso
ágape inconexo del que acecha

Dobla el papel
acorta la distancia
Llega la luz
el cuerpo se le escapa




VI

No deslunes con rabia en mi corteza
si soy el vigilante
si he puesto mis cien manos suavemente
en la aspereza
de otro sueño moldeado a contraluz
bajo el candor
del pájaro agorero a tenor
de la cruz
y los zapatos viejos del otoño
Te he besado
y no estaba en lo negro de tus ojos
el albatros bisoño
de los puertos ni la copa del hado
ni el hoplita que salva mis despojos

VIII

Todos los piratas
deben morir a manos del otoño
no es bueno andar buscando
las islas del escape
A veces son tan ciertas
que no hay vuelta al redil
y uno se pierde entonces la sorpresa
de nadie nos vio saldar las cuentas

Es todo por honor

Los piratas son buenos para el beso
para el susto virginal de las armadas

No hay tristeza mayor
que un buen pirata
envejecido y torpe
al que nadie le teme
ni lo aclaman en sus retos las muchachas

IX

Dos niñas en la arena
una siembra su bata diminuta
otra el gesto de adiós
y la palabra en duelo con el agua
Tomadas de la mano
exhiben
el castillo desecho
juran un nunca más
deshilan su noviazgo
con el delfín turquí
Las líneas del azar
dicen que el puerto
las ve volver a veces a hurtadillas
dos niñas sobre el borde de un recuerdo

HERENCIAS

En todos los caminos está Roma
la sobriedad la lepra la cicuta
la falacia mayor la frase enjuta
donde el sueño numérico se asoma

En todos los caminos está Roma
la culpa repetida de la fruta
el juego donde tímida debuta
la piel del gladiador que se desploma

Hay algo de juglar en cada piedra
de vórtice de áncora de estroma
de sórdido pasaje donde medra

el ojo inescrutable de la broma
que oculta para siempre tras la hiedra
su escuálido destino su genoma




XI

En el muelle
con las manos atadas por el grito
un suicida
Desde el puente de mando
con los ojos salvados por la sombra
el vigía contesta su llamado
es un dialogo afín entre proscritos
la barcaza está ahí
nunca ha partido
más allá de los sueños del suicida.

XII

El mar es la distancia entre dos puertos
inquieta zubia orlada de veleros
que surcan nuevamente los senderos
en busca de su presa cual podencos

Atados a famélicos maderos
los náufragos oscilan hacen ciertos
los rostros marginados del ajenjo
la pálida caricia del estero

Parados frente al mar vemos al dedo
tornarse un ilusorio parlamento
al barco en la ciudad a los silencios
en el común hojearse ante el espejo
Somos los argonautas solo eso
pendientes de la gloria y el regreso

XIII

Una ciudad espera por mis huesos
por la raíz de pájaro indomable
que tiende el mar
Trasquilo
los reyes domésticos sobre el arrecife
en lacónicas notas de salvación

Si hay algo que debo perdonar
será a su tiempo todo importa
hasta el color del vientre del cetáceo
que ahora llamamos isla


(textos y fotos tomado de la revista esquife)

pablo méndez borroto



POR LA PIEL DE UN PAÍS (1994 – 2004)
Pablo Méndez Borroto

Sí, te lo digo de esta forma:
Teníamos talento.
Y hasta un pedazo de estado civil
para testificar la piel.
--Más bien-- el desamparo
que transita por la piel de un país
en el que solo malgastamos
la saliva no dicha
o mal interpretada en cementerios.
Tú y yo como eclipses
que endurecen floraciones
y el correo de las balsas
(por sobre los naufragios).
Tú y yo arrastrándonos las tumbas
que escapan del turismo
(por sobre los naufragios).
Cuando nos bebían las pausas del paisaje
y la desolación era un himno más
un pasaporte menos
flotando en la risita de la noche.
Así nos fue imposible
almacenar cierto talento.
Extraviarme como parte
de esa luz violadora
en la resurrección del emigrante.
Hoy que para siempre en todo mar
la rebeldía es una sombra atada
a la metamorfosis de aquellos
que trafican sus dedos al vacío.
Hoy que presiento la carne
distante de su (mi) escombro.
Y notifico tu acta notarial
entre los arrecifes de esta ausencia
que llega y llega
consumiendo lo insepulto que fuimos
por dentro de otro espacio sin nombre.

Escucha: es por la nicotina del balsero
que vendieron la rabia
al precio de una ola.
Porque también la rabia
se viste como duende.
Y se acordona el corazón
con tu cigarro de madera.

Escucha: ha sido por el pito de los trenes
que estas vírgenes flotantes
no desempeñan su posición social.
Aunque mi loco prefiera ser
la Perestroika de una ciudad
apuntalada por sus ruinas.
Y tú desde Chicago me amontones
una transnacional con sombras
regalando un saco de fastidios
al señor presidente del país.

Ahora regresas
Porque el turismo
impuso en ti sus cromosomas.
(aunque yo sigo siendo tu huérfano de agosto).
Y es tan urgente saber que hemos crecido.
Que somos los de siempre.
Regateando otro Período Especial
para los ojos de nadie o simplemente de ti
que ya eres Hamilton por la esquina del mendigo
cuando también otra persona grita
con demasiado polvo detrás de su perdón.
Y la noche es solo un documento migratorio
que gira y canta en rondas de secuestros
hacia el EXILIO DE LA MUERTE.

¡Oh, mira, aquí está el culo de Belinda!
Aplauden.
Aplauden largamente las costas.
El teatro ríe... se despren(de) la luz
y yo también regalo aquel himen de anclas
con homenajes militares y todo
por el culo remero de Belinda.
Entonces me enseñaste
la escena del fantasma que ya eres
y allí se me cerraron las cortinas.
Como dos palos debajo de los parques.
Como dos parques encima de los mares.

Por si acaso te lloran con tu doble.
Por si tal vez la historia se repite.

MIRAR AL REMO
Y SU EXTRAÑA VESTIDURA
Y te creíste el dueño de una isla
armando trabalenguas sin parcelas de cielos.
Y te nombraron ministro imperdonable
de las carpinterías.
Solo necesitabas transfigurar
la piel del violador
cuando maullaban con decoro
aquella tanta hambre y tu verdad.
Anoche acumulé en mi puerta
la tristeza y otro escándalo público
pero nadie sirvió de culpable o de snobista
ante el humo enemigo
ante la luz postiza de esos fieles difuntos
que astillan tu escena de payaso
para que siempre flote un caracol
y un huevo encima de los mares.
Mares por donde no me nazco
confundiendo el ripio de la carne
con diez centavos de nubes.
Centavos en los que por fin
veíamos traficar tu cigüeña y mi espejo
entre las fieras alquiladas por rostros semejantes.
Y te creíste el dueño de una isla.
aberración de remo.
Solitario mapa al fondo de estas sombras
cuando lloran las madres
y el tiempo se derrite
como quien del espacio
besa la niña de sus ojos.
Éramos los de nunca
(el mensaje)
NO ANID(AR). NO LLEG( ).
Solo por puta demagogia faltaban las palabras



DIARIO DE LA IGNOMINIA

Primer día

En puerto sin nombre
quedó a favor de nadie el esqueleto.
El polvo disfrazado como ropa

quienes depositaron
por sobre la visa de sus tenis
ambigüedades concisas al vacío.
Fue la sombra quien los desenterró
de ese polvo de esas sórdidas cáscaras
y luego expuso su humedad
para sacrificarlos
ante la noria del prójimo
donde sin dudas compartir la ley
sería inútil.Porque nadie se brinda espontáneamente.
O porque en toda oscuridad debe existir
un parlamento poco conocido.
¡Exilio fango del que nunca serás una llanura!

Segundo día
Han sido ya de nadie las mundanas calles
del mañana
Y la penumbra gravita este dolor ajeno
esa finísima forma de haber sido
en su momento una materia un punto límite
donde se almacenan como escorpiones las burbujas.
Burbujas que pretenden desviarse de tu cuerpo
no por la penumbra
sino por aquellos que testificaron
a favor de la palabra
o simplemente sirvieron al adiós
del que nunca dijo despedirse
sino mas bien: ¡regresaré!

Tercer día

De la prensa.
Granma. Noviembre 27, 2002

"Los días 19 y 20 de noviembre las televisoras
norteamericanas y agencias de prensa
internacionales informaron que el día 17 en horas
de la madrugada, había zozobrado una lancha
rápida de las que se dedican al tráfico de personas,
procedentes de la Florida y con matrícula
norteamericana, que habría recogido a un grupo de
alrededor de 30 personas, entre ellas 13 niños".
.............................
"Será también una expresión de luto por los niños
inocentes que , bajo el horror de escenas tal vez
indescriptible, vieron tronchadas sus cortas y alegres
vidas como consecuencia de la política criminal
seguida contra nuestro país durante muchos años".

Cuarto día

El océano impone sequedad
sobre la fuente que a finales de siglo
expulsa esta mujer llamada Habana.
Ustedes descorren la supuesta fosa.
Ustedes obedecen al sitio imposible del asfalto
para desde allí ver la proeza de los cadáveres
que sirven como templo
o como viejo óxido halando la desolación
que en mi garganta impuso la fuente
(No la ciudad cementada por el fuego).
Hasta ayer tuve casa y nombre
para huir del silencio que imponen las palabras
y luz en la que jamás hallaste
el comienzo de las cosas que terminan
y zapatos sepultos e insepultos
donde amé largamente el seno derecho
de quien nace después...
¡Bésame honores militares!
Mi oficio de balsero
gotea en tu pretexto moribundo.
Ya no pregunten si he de flotar
por dentro de mi propia carne
o si esta se impuso ante la jugosidad
de su legítimo himno.
Yo me desgarro.
Yo me trituro.
Yo me destierro.
Detrás queda la zona prohibida.

Quinto día

Advierto:
Creció el luto pero no su buena vestidura
hacia los fieles difuntos.
Creció la gloria eterna
balsa
lancha
avioneta
Por sobre el suntuoso snack-bar del hotel
que drena su arrogancia a quien nunca pensó
sentirse un animal violado y despojado
en su propio cadáver.
Creció clásicamente el desorden y el orden
que en casa decoraban los ojos de mamá.
Ahora no vayas a imponer la baba de tus huesos.
Ahora limítate como recompensa
creando en tu animal la historia de un país.
Hoy pienso estar intacto y ofendido...
Una madera golpea el naipe con la luz
otros ya vienen en camino a conquistarla.


(textos y fotos tomadas de la revista esquife)

lizabel mónica


CHILLIDOS
Lizabel Mónica

Chillidos:
[Pieza musical compuesta a base de palabras de la autora y los chillidos de cerdos en el momento de ser degollados. Y también de los chillidos-palabras de la autora.
La obra parte de la circunstancia de que la escritora viviera frente al matadero porcino. O de que los cerdos murieran frente a su edificio-vivienda.]

III
Pasaje del cerdo
Asomada.
Mi cabeza atisba por la ventana. Veo ciudadanos que deambulan la ciudad.
(Un anciano. Flaco, alto, planchados y desteñidos pantalones militares. Camina leyendo un periódico; bajo sombras rupestres de árboles plantados al borde de la acera.
En su brazo una bolsa característica para comprar víveres; andar lento y tambaleante.) Los ciudadanos. Van por las calles en bicicletas. Van por las calles en algunos pocos autos. Van por las calles a pie. Mi cabeza, asomada.
La bicicleta sale. De enfrente. De enfrente a mi ventana-cabeza. Hace un giro. Dobla, se incorpora. Un hombre anónimo (delgado, bigotes), lleva un cerdo que no chilla.
Cuelga una masa alargada y estrecha de carne roja. Blanda.
Es la larga lengua, del cerdo muerto.
La bicicleta se detiene para dejar pasar a una mujer que trae a su hijo de la mano. Luego continúa. Atisbo hasta que puedo el colgajo largo que se aleja por la calle. (Es cierto, no hay bulla ahora; he visto pasar el silencio.)
Entro.
Me siento a escribirlo.
Ya al final escucho algo que recuerda al chirrido de un cerdo. El sonido se acerca, pasa: bicicleta cuyo engranaje chillía, falto de grasa.
También, chirridos incesantes y atormentadores de parque infantil.
(Columpios de hierro.
Por un rato el chillido de algún cerdo alterna con columpios que se mecen.)

I
Cuello
chillidos de cerdos.
ahora, al escribir la frase "chillidos…" no los escucho;
alguien diría:
"para escribir sobre los chillidos del cerdo debes hacerlo mientras se oyen, mientras taladran tus oídos".
hay muchas formas de oír.
hay pocas formas de oír esas frases "que taladran mis oídos". no suenan para mis oídos.
los chillidos son…
aún cuando no se escuchan, aún cuando se oyen en la sensación
de un atolondramiento de palabras en la cabeza -la imagen de una maciza cabeza de cerdo por cuyas orejas brotaba (aunque ya seco) el hilo de sangre hasta el cuello extirpado, del extirpado cuerpo. sobre el manubrio de una bicicleta conducida por otro hombre anónimo sobre bicicleta anónima otra cabeza anónima de cerdo-.
los chillidos no martillan hacia dentro.
sino que están van.
en algún punto de la cabeza.
van están en ese punto.

II
Mujer sobre cartulina
torso de mujer con tirantes
en los hombros
delgados y tirantes
el cuello fino
–quiero decir estrecho, filoso en la cartulina-
luego un medio rostro ladeado en la cúspide del cuello
un rostro filo
–quiero decir estrecho,
finado-
medio rostro con boca pequeña roja
reluciente.
no es verdaderamente un torso
sino medio torso.
bajo el cuello completo, el principio de tirantes
el principio de hombros huesudos
-medio torso-;
bajo el cuello intacto, finado, el pintor obvió los huesos
que sobresalen
en la raíz del cuello femenino.
medio rostro con boca
cuello
medio torso
es una invitación del pintor
a la obra expuesta
en alguna sala
-cartulina flexible que uso de marcador
para mi libro-que-dejo-cuando-el-chillido-de-cerdo-acontece;
pienso que es evidente
hay algún
matadero
frente a mi ventana.

S/T

des nuda, más que dios la cabeza
todo el peso está en las comisuras.

S/T

Titilaba. Rompía;
Y ella entraba radiante y lo jodía todo con un bostezo del carajo… colmados los brazos de cortinas.
[Desatentos, todos los detalles se desgajaban.]
Estábamos allí, sí; ella, ella, ella, el ello, ellas.
Había música melosa y humedad de salitre en los oídos. Y mis oídos gorjeaban por el empaste arrastre de mugre interna en el oído de otro,
tan cerca mío, como montaña de hollín y malteada que se enciman,
dando tumbos mi pobre noche escueta.
--Sal de ahí.
Dijo uno de nosotros incontrolando situación de sobre mesa. Uno por uno, todos habríamos de pasar por el mantel, por eso, por el ojo
Las carnes bamboleantes, Las carnes idas y el rostro cubre huesos, habría que observarlo todo, disecciones afuera, como si se tratara de uno mismo y nunca de lo propio.
Hubo un olor.
Hubo un olor.
Hubo un olor.
Éramos tres y la éramos tres hubo un olor a costra, a sangre en menstruo (Nadie dijo alguna vez que nunca habría de concebir hijo en útero, pero tampoco dejó ver que allí había menstruo, menstruo) no a sangre sino a piernas, piernas con bellos, piernas de mujer con bellos de mujer.
Pero lamíamos y lamíamos y probábamos poco. Un adormecimiento paladar ante el regusto concedido de lo que ha recibido poco nombre. Todos cuerpos, ni una sola desnudez, toda grasa en el dorso de la mano; ni que un solo ovario supurante anhelante, tod tod tod cazando mustio el cerebro: psiques degolladas: expulsión: pieles ausentes. Tanta ansia de tocarnos y no sabíamos para qué aunque vivíamos el cuándo y el imperativo de la sed y el imperativo arrancarnos --ayudarnos a arrancarnos-- ayudarnos, el espejo
(la inversión, la sodomía, la mano izquierda la mano la derecha, la sexo masculina sexo fémino, el teto seno libre pectoral informe, las glándulas cojonudas glándulas mamarias y la punta de semen a chorros de entre el labios y pliegues inviolables ojos vidrio

La hoja de otoño

Pálido, del otoño.
(Grave)
De ensueños.
Debajo la calidez que se deshizo en las aguas. Pálida luz.
Reflejada en la tersura de tus cortinas. Como oculta tu espejo días murientes. Pálido, que antecede al invierno.
Dejado en la afonía del vocerío de hojas secas el crujido.
Como si vida y muerte en un instante... Hojas verdes.
Como si hubiera agua en las venas de la hoja seca. Como si hubiera venas en la hoja: seca.

Muñequitos

Muñequitos: de cartón al fondo. Y la tapia de luz artificial sobre los pasos de todos.
De ambos grupos. Muñequitos de zigzag, desaliñados y en parálisis: inmovilidad de vientres y de rostros sin dibujar. Sin dibujar. Caras-rostros de nada. Cero. Nada dentro de cara. Círculo. Rostro. De círculo-cara sin trazos. Muñe.

(Él, sin embargo, camina y sus pasos, son removidos por el reflector, entre ambos grupos.
Por encima de.
Así, así.)

Detenidos muñequitos, en pared acartonada y limpia.
Y tosca y límite. Allá y fondo. Él camina y sus pasos. Hacia la pared es el género. Es. Él. Género. O.

Muñe.

Estampados en fondo. A perfiles de cuerpo. Que simulan rastrillar. Un
Espacio. In posible.

Él va. (Y la luz.) Artificial, remueve sus pasos de saco gris, gris severo, sobriedad y estirado. Por plancha usada sobre superficie gris.

Es el hombre y el género. Y es el gris. Y es el género, superficie-tela estirada por uso de plancha sobre gris. Es grande. (Muñe.) Y la camisa blanca bajo el saco y cuyo extremo ocultan pantalones apenas. Se ve.
Muñido, muñe, muñón; género: camisa.

Toallas

Las toallas blancas, las rocas ríspidas, las toallas rocas,
las toallas salientes, las toallas encallantes;
la tibieza límpida del patio (tras toallas rocas) y su claridad rigurosa
felpa blanquísima.

Miro desde dentro,
una de las toallas es mía.

hasta morirla

A Nailé

Marañana.
Una marañana,
Una marañana lisa y de domingo
El roñostro ticuestre de una
Carne
En la marañana tiesa y cubierta de descúbritos androgimos

Este último verso una crisálida Que fuga
Hasta la pared Aquel hueco nominable De yeso y restos, Deshechos Y
contenedores, Piernas, ojos
y yemas podómetras giros a medianitud-

Lo parpared palpable mórbido
Concomitantes signos en ondas descompuestas
Tiras de
Carne

Anexos
Sus pistilos contráctiles

Sus tierra adentro
Sus cabeza abajo en huella

De una flor
No arriba
Sino
En huella
Dentro de la raíz de sombra
Bajo adentro
Tierra adentro

Foso inmerso finitos toda
Boca
Todo monto poroso
Gorgóneo y colomo brote
Cristaliza
Lo mórbido palpable

--Asebia de la mañana lisa--
Erecto
Terco
Lacra de interinos centros
Germen a sorbos de internieblas
En esterilidad
Hasta exhalar la tierra

hasta ingerir la tierra

--Impacto del pasmos de mancuerda Baja
Esté la llaga estar Cualquier ego de sangre microazar
sapiensa
sepiensa
A cruces
La sed de sed sectarias--

Toda boca
Lo mórbido palpable, concoide
Las tensas sendas
Los reflujos
Lolaslos de la carne
Sinúflagas de estera (de la cocina sin mesachiquita de café o las
metonimias
por años de casados)

Toda boca

pestillos táctiles lenguiformes
Y fértidos
Su mosto alul vetado
A cada honda,

Hace que la vena alucine sangre en todo vaciado
Por somlocuas noches de alcanfor
croar vértigos intrahumanoides

morder estar en la llaga
Sudante pulso es pasmo de rojo
Rostros de mancuerda (más cuerda)

en la piedra bajo el agua

Más cuerda, más cuerda, más cuerda
Todavía más
Rostros arrastrando
El cosmogozo
El ver del ser poroso torso de finitos abrazos

Toda boca
El amor terco a todo
Lacra
Lo tanto

--Gorgóneo soliloquio de cabrilla
Sacrificio de centro
costraeje
Hasta exhalar Ululas de interbrillos fijos
Hasta exhalar la tierra--

Multillamas lenguas
Excreencias
Axilas
Bultos
Lodo
Sesca
Mies corriente

Descalsado

Huesos cogirantes

Desagües no menos que otros

Hasta
El destiempo
Hasta
El destente neutro
Hasta morirla


(fotos y texto tomados de revista esquife)

mariano schuster


EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
Mariano Schuster*

HUIDA

Él se retiraba del bar
casi a las siete
tras el ultimo trago
creyendo llevar
con él
el mundo

y el no sabía que ella
lo observaba tras la barra
con los ojos cansados
imaginando palabras
XXXXXXdelirantes con que arroparse
sintiendo que él
no volvería a entrar,
despiadadamente
pluma y papel en mano
por otro whisky
y que también su mundo
se retiraba
por la puerta
cada mañana
a las siete,
o casi.

MISTERIO

misterio es un hombre
buscando hormigueros,

misterio
es tu nombre
en el mundo,
es la mirada
que cuelga en tus parpados
desde la ilusión
donde medita la sonrisa,
es la plaza desierta
donde volverse noche,
es la imagen
de un pequeño
pájaro en celo

misterio es el tiempo escondido,
un suspiro
que va llegando a mis manos

misterio es evidencia
fatalmente vacilada.



BERTOLT BRECHT
in memoriam

Perdón
dice
desde la ventana
Perdón,
por esas
edades oscuras
pero no pudimos
nosotros, que quisimos
ser amables
Pudimos,
en cambio
ser valientes
pero eran
le he dicho
edades oscuras
tan oscuras
que tampoco
nos lo permitieron.

LA BELLEZA

Una noche, senté a la belleza en mis rodillas.
Y la encontré amarga. Y la injurié.
A. Rimbaud

Yo te andaba buscando
por los caminos evidentes
de este mundo
a través del orden, las sonrisas
entre la lluvia
que sonaba
como las danzas de Bartok
junto a las flores, el oro,
los collares
Yo te andaba buscando

Te andaba buscando
también para injuriarte
como a las páginas blancas
de un libro nuevo
que nadie leyó
como a un amante perfecto
sin arrugas
Para eso
yo te andaba buscando

Te andaba buscando
sin encontrarte
a contramano
del tiempo
desde mi mirada caída
con la humillante certeza
de todo lo que no fui

Para encontrarte amarga
yo te andaba buscando
en los sitios ordinarios
sin saber
que te encontrabas
perdida pero bella
en el desorden
de los bares y el humo
entre los últimos ruidos de la noche
junto a los borrachos
hincados de rodillas
escupiendo dolores
dejando caer
un imperio de cenizas
sobre tus pies

Yo te andaba buscando
para verte finalmente
acurrucada
tras la barra
esbozando una lágrima tibia
prendida de recuerdos
de esos tiempos bellos
que vos también
cansada
andabas buscando



ESCENOGRAFÍA DE UNA SEÑORITA

Tomarla de la mano
cuando la luz se apaga
Fingir llorar
en la escena mas triste

Olvidar a los de atrás
y de adelante
Mirarla cada tanto
de reojo
pero fijo

Esperar el final
para besarla
e invitarle un café
o una cerveza
Llevarla a la cama
y despedirse
no sin antes
saborear nuevamente
el gusto amargo
de la primera escena
en que le entregamos
los malditos dólares
que exige
para la sesión de teatro.

VOLAR, VOLAR

Pájaro volando,
vidas exiliadas dentro de una frazada
una ciudad descansando sobre cenizas
misterios que caen
desde nuestros pesados gestos
cuando gritamos
cuando respiramos
cuando deseamos algo más
que una suave mirada
imaginada en blanco,
y el pájaro sigue continúa su vuelo
en nuestras eternas cabezas
mientras alguien espera
algún sonido
que le devuelva la magia
que hipotecó en silencio
fantaseando
con todos los mártires
acorralados de penas
cuando brindaba
por la mejor ubicación del infierno
y el pájaro levanta las alas grises
pintando el espacio
ante nuestras miradas perdidas
y ella recuerda los ojos
de aquel borracho
alumbrado por estrellas
sentado a los pies
de la última estrella
quitándose la piel con la mano izquierda
y tapando el llanto
con la mano derecha
y el pájaro sigue su curso
e imaginamos la cara de Dios
cuando nos observa en los sueños
mientras rezamos
desde todas nuestras angustias
a una libertad enloquecida
que se llena de fiebre
para dejarnos festivos
en un camino inquieto
y el pájaro vuela
dentro de nuestros oídos
y comenzamos a creer
en algo más
que en tristes días sin fin
saboreando nuestros cuerpos
y nos confundimos
con hombres y mujeres
que conquistaron la formula
para no morir de pena
y el pájaro sigue volando
y maldecimos
todas las grandes mentiras
que creímos ciertas
entre extrañas luces
e imaginamos a cientos de piratas
junto a las más bellas mujeres
entregándose al vino
pero el pájaro sigue volando
sobre nuestros agrios rostros
cansados de esperar
a la mujer
que nos despierte el impulso
de acorralar a los marinos
que hicieron del amor
moneda de cambio
pensando que alguien
en el horizonte
pretende comprender
esta desgracia demente
borracha de ciudad
que intenta ser tan sólo
el preludio de una muerte fresca
imaginada sin las arrugas
que carcomieron
a todos los cansados amantes
que olvidaron
las más hermosas palabras
para entregarse
a esta lluvia que quema los ojos
mientras aún quedaba
la pequeña pluma de un pájaro
volando sobre sus cabezas.



HUESOS Y HUELLAS

Los sueños las historias las palabras los misterios
y el alimento de los poetas
Una sonrisa cae
despacio sobre el vacío
Las pieles los tiempos las fiestas las miradas
y los ojos secos
Los renglones las letras las ojeras
y la cabeza girando por la tierra

La muerte está en estado de coma

*Mariano Schuster (Buenos Aires, 1985). Perteneció al Taller Literario "Desasosiego". Ha realizado talleres y seminarios de poesía y escritura creativa de forma independiente. Ha publicado en revistas nacionales y extranjeras tales como Resonancias, Lakuma Pusaki y Remolinos. Actualmente dirige la revista literaria "Pájaros en la cabeza".



(textos y fotos tomados de la revista esquife)

 
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