poema sin tiempo

Fui niño de calle y estercolero
con los bolsillos llenos de deseos sin nombre
y una urgencia en los agujeros del zapato
buscando obsesivamente la alegría y el juego.

Hasta la extenuación,hasta el castigo,
el día tenía las mismas horas
que la ilusión rodando tras una pelota.

La vida corría tras de mi,era cometa,
aeroplano cuesta abajo,bicicleta sin freno,
la realidad quedaba en la puerta del colegio.

Fui niño sin caballo de madera,
sin scalextric,geiperman ni balones de cuero,
sin bicicleta,madelmans ni soldaditos de plomo,
nunca tuve sosiego para tentar a los sueños.

A cambio tuve la magia de las murallas,
las leyendas de gitaneria y cueva,
la lluvia llamándome al corazón del barranco.

Las tardes de verano,la mar,el barro,la arena,
la obsesión por lo vivo y lo muerto,
los lobos,los perros,los gatos,el viento.

En la pubertad de la inocencia
me enseñaron que había tiempo pa todo
y yo tan tonto lo creí y pasé años
a rueda del paso del tiempo.

Y a ese carro subí y se sucedieron
estaciones,escuela,universidad,
novias,amigos,vicios y oficios diversos.

Y en ese carro aprendí algo ya viejo,
que todo cabe en el tiempo,
pero no hay tiempo para todo.

¡Qué cosas!,¿Cómo pude soltar de las manos
lo que tanto me costó aprender de chico?
Cuando solo tenia deseos sin nombre,
cuando fui niño de calle y estercolero.



alberto montoya alonso
9 de Octubre de 2008

lunes, 13 de octubre de 2008

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