NÁUTICAS Y OTRAS ACOTACIONES DEL VIAJERO

EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
NÁUTICAS Y OTRAS ACOTACIONES DEL VIAJERO
Karel A. Leyva Ferrer



¡Oh barcos que pasáis en la alta noche por
la azul epidermis de los mares!
Rene López


IV

Se han roto los espejos
ahora todo es tierra
palpable
vulgar
Puse mi mano en alto
me queda algo de viento
todavía
Voy a grabar mi espada
contra el nombre y el sol de los adeptos
Este el lado incierto de las cosas
aquí no se reflejan nuestras llagas
solo la fe y el don
Perfectamente ciegos
ante la luz que impacta
hablamos del azar
y damos al vacío otro fragmento.
ÁGAPE INCONEXO
Dobla el periódico
lo vuelve un catalejo
toda la luz de golpe
se disfraza
Ha comenzado el ciclo de la rosa
gema
cristal
recuerdos
blanco y negro
Parado frente al ojo está el deseo
el modo de invocar
la mano abierta
ya danza el voyerista
su osamenta repite una fricción sobre lo terso
ágape inconexo del que acecha
Dobla el papel
acorta la distancia
Llega la luz
el cuerpo se le escapa



VI
No deslunes con rabia en mi corteza
si soy el vigilante
si he puesto mis cien manos suavemente
en la aspereza
de otro sueño moldeado a contraluz
bajo el candor
del pájaro agorero a tenor
de la cruz
y los zapatos viejos del otoño
Te he besado
y no estaba en lo negro de tus ojos
el albatros bisoño
de los puertos ni la copa del hado
ni el hoplita que salva mis despojos
VIII
Todos los piratas
deben morir a manos del otoño
no es bueno andar buscando
las islas del escape
A veces son tan ciertas
que no hay vuelta al redil
y uno se pierde entonces la sorpresa
de nadie nos vio saldar las cuentas
Es todo por honor
Los piratas son buenos para el beso
para el susto virginal de las armadas
No hay tristeza mayor
que un buen pirata
envejecido y torpe
al que nadie le teme
ni lo aclaman en sus retos las muchachas
IX
Dos niñas en la arena
una siembra su bata diminuta
otra el gesto de adiós
y la palabra en duelo con el agua
Tomadas de la mano
exhiben
el castillo desecho
juran un nunca más
deshilan su noviazgo
con el delfín turquí
Las líneas del azar
dicen que el puerto
las ve volver a veces a hurtadillas
dos niñas sobre el borde de un recuerdo
HERENCIAS
En todos los caminos está Roma
la sobriedad la lepra la cicuta
la falacia mayor la frase enjuta
donde el sueño numérico se asoma
En todos los caminos está Roma
la culpa repetida de la fruta
el juego donde tímida debuta
la piel del gladiador que se desploma
Hay algo de juglar en cada piedra
de vórtice de áncora de estroma
de sórdido pasaje donde medra
el ojo inescrutable de la broma
que oculta para siempre tras la hiedra
su escuálido destino su genoma




XI
En el muelle
con las manos atadas por el grito
un suicida
Desde el puente de mando
con los ojos salvados por la sombra
el vigía contesta su llamado
es un dialogo afín entre proscritos
la barcaza está ahí
nunca ha partido
más allá de los sueños del suicida.
XII
El mar es la distancia entre dos puertos
inquieta zubia orlada de veleros
que surcan nuevamente los senderos
en busca de su presa cual podencos
Atados a famélicos maderos
los náufragos oscilan hacen ciertos
los rostros marginados del ajenjo
la pálida caricia del estero
Parados frente al mar vemos al dedo
tornarse un ilusorio parlamento
al barco en la ciudad a los silencios
en el común hojearse ante el espejo
Somos los argonautas solo eso
pendientes de la gloria y el regreso
XIII
Una ciudad espera por mis huesos
por la raíz de pájaro indomable
que tiende el mar
Trasquilo
los reyes domésticos sobre el arrecife
en lacónicas notas de salvación
Si hay algo que debo perdonar
será a su tiempo todo importa
hasta el color del vientre del cetáceo
que ahora llamamos isla

sábado, 6 de septiembre de 2008

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